jueves, 25 de diciembre de 2025

Voto «planchado», fraude institucionalizado

Recomiendo: Voto «planchado», fraude institucionalizado Por Javier Suazo | 23/12/2025 | América Latina y Caribe Fuentes: Rebelión [Imagen: Ana Paola Hall y Cosette López. El Heraldo] «El voto planchado solo existe en Honduras y vulgariza el proceso electoral, ya que permite que la delincuencia política se imponga y el narcotráfico capture más territorios” (Rogelio Ortega, economista) «Hay un partido político que ha hecho tanto lavado y planchado que debería tramitar sus permisos para convertirse en Dry Clean» (Eduardo Facussé, empresario) Después del golpe de Estado en Honduras (junio 2009), los procesos electorales se han caracterizado por la puesta en práctica de nuevos mecanismos y acciones institucionales, políticas e incluso sociales que permiten que un candidato pueda salir electo como presidente, alcalde y diputado sin contar con la mayoría de votos y respaldo popular. Estos mecanismos son innovadores, ya que superan a los tradicionales como el robo de urnas, compra de votos, declarar a un ganador previo para que los miembros de la mesa de otros partidos se retiren, resultados a boca de urna por un medio de comunicación tarifado que da como ganador a determinado candidato, retrasar la elección y pérdida de urnas en algunos municipios, entre otros. En las elecciones de 2013, donde las denuncias del candidato del Partido Anticorrupción (PAC), Salvador Nasralla, fueron que el Partido Nacional y su candidato, Juan Orlando Hernández (JOH), le robaron la elección, ya que muchos de sus votos le fueron trasladados a este, al no tener representantes en las mesas electorales y controlar el Tribunal Superior Electoral (TSE), tuvieron poco eco en la prensa tarifada e instancias judiciales. Igual denuncia hizo la candidata del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), Xiomara Castro, pero tampoco recibió acogida. Para las elecciones de 2017, Salvador Nasralla, candidato de la Alianza Opositora contra la Dictadura, denunció un fraude del Partido Nacional al inflar urnas con votos rurales (la curva de Batson), apagar el sistema y reiniciar el registro y conteo para poner a la delantera a JOH. Ello fue complementado con los llamados votos “planchados”, o sea, el ingreso de nuevos votos a las urnas donde existían inconsistencias y ameritaban un escrutinio especial. Es un voto llenado por miembros del partido de gobierno (inclusive por un partido de oposición que compra representantes a la mesa electoral de otros partidos y empleados del TSE) y se introduce a la urna sin doblar, sin “arrugas”, lo que evidencia un fraude electoral constitutivo de delito penado por la Ley. En las elecciones de 2021, donde salió electa la actual presidenta de la República, Xiomara Castro, el voto planchado no funcionó y fue poco visible. Un argumento es que la representante del partido Libertad y Refundación (LIBRE) al CNE, abogada Rixi Moncada, con pleno conocimiento de esta práctica, no lo permitió y preparó al personal de la institución, incluyendo aquellos empleados nombrados por el Partido Liberal, para rechazar no solo los ataques al sistema, sino también la eventual manipulación de actas en municipios rurales. La abogada Moncada trabajó de la mano con la representante del Partido Liberal, abogada Anal Paola Hall, que se manifestó a favor de no permitir un fraude electoral. La presidenta Xiomara Castro y candidata del partido LIBRE, Rixi Moncada, denunciaron estos antecedentes, y el representante Marlon Ochoa al CNE hizo pública denuncias que se fraguaba un fraude electoral en contra del partido y la democracia, pero con poca incidencia dentro del Consejo Nacional Electoral (CNE) al existir una Alianza entre la representante del Partido Nacional, Cosset López, y Ana Paola Hall, la cual, para dirigentes del partido liberal, todavía se mantiene después de las elecciones [1]. El argumento de fondo era y sigue siendo sacar a LIBRE del poder, ya que representa al comunismo, cuando se sabe que el Gobierno de Xiomara Castro fue el mejor alumno de Fondo Monetario Internacional (FMI), redujo la pobreza, garantizó la propiedad privada y mantuvo –en general- buenas relaciones con los “gringos”. Se le acusó de tener relaciones con China, derogar la Ley de las Zonas de Empleo y Desarrollo (ZEDES) y Ley de Empleo por Hora, como políticas de gobierno contrarias al sistema de libre empresa y valores democráticos, aun cuando buscan devolver la soberanía patria y contribuir al logro del objetivo de justica social. Pero, en la práctica, la lucha política -discurso- se centró en meter en un “saco” a los dos partidos tradicionales y ligar a los candidatos con la llamada burguesía nacional incipiente (Oligarquía Nacional prefiere Fausto Calix, director de Aduanas), un grupo de empresarios extranjeros de ascendencia árabe principalmente, con nacionalidad hondureña, que reciben incentivos del Estado, pero que sus beneficios para la población no son los esperados, sobre todo en términos de empleo de calidad, exportaciones y generación de mayor valor agregado en los productos [2]. Se buscaba que las elecciones fueran lo más limpias posibles, por lo menos esa era y es la denuncia permanente de Marlon Ochoa, representante de LIBRE al CNE, pero la oposición política denunció distorsión al ligar esas denuncias a un objetivo político referido al atraso de las elecciones para que Rixi Moncada, la candidata de LIBRE, pudiera oxigenarse ya que las encuestas (un 80% de ellas) daban por ganador a un candidato de la oposición política, caso de Salvador Nasralla. Hay que reconocer, de acuerdo a la evidencia publica, que Rixi Moncada nunca lideró las encuestas, y presentarla como la líder afectó al partido LIBRE (especialmente en el norte del país) y donde la imposición no la comparte el pueblo [3]. En la población crece la percepción que las elecciones fueron ganadas por Salvador Nasralla del Partido Liberal, pero que se las quieren robar. Se está en el conteo de actas con inconsistencias (no sumadas), pero también el Partido Liberal ha impugnado más de 8.835 actas que ameritan de nuevo ser revisadas o contadas. En las primeras urnas de las 2.792 sin escrutar se ha presentado evidencia del voto “planchado”, o sea que la persona nunca votó por ese candidato y personal del CNE, o fuera de este, decidieron votar por ella, pero no doblaron los votos. A la persona que vota se le exige que doble la papeleta para que pueda introducirse en la urna, pero hay urnas con votos sin “dobleces”, lo que supone que alguien los introdujo y llenó la urna. Salvador Nasralla ha acortado la distancia que mantenía con Nasry Asfura, en más de 20.000 votos, pero dirigentes del Partido Nacional consideran que solo están contando votos de municipios donde Nasrralla es mayoritario, o sea los votos de la costa norte, y esperan que cuando empiecen a contarse los votos de municipios rurales la diferencia inicial se mantenga o suba. El problema es que muchos de estos votos están contaminados, o sea que han sido inflados, no coinciden la huella, firma y número de votos en el cuadernillo y papeleta. Los expertos señalan que al permitirse el contento de votos de las 8.835 urnas impugnadas por el Partido Liberal, Salvador Nasralla salga vencedor, pero todavía las Comisionadas no se han pronunciado y se teme que no sea autorizado y declare ganador a Nasry Asfura. Las Comisionadas, Ana Paola Hall y Cosette López, se han ausentado de las oficinas del CNE, aduciendo que son perseguidas y amenazadas, emitiendo comunicados sin las firmas respectivas. Para Marlon Ochoa, esos comunicados contradicen el espíritu de la Ley, ya que no se permite el conteo total de urnas voto por voto. En la población aumenta la sospecha que las amenazas para Ana Paola Hall son de los “narcos”, ya que había renunciado anteriormente al cargo -por dichas amenazas- pero no fue aceptada por el Congreso de la República. Salvador Nasralla no aceptará una declaratoria trunca si no se cuentas las más de 8.000 urnas impugnadas e intencionalmente se retrase el conteo, pero algunos de los dirigentes del Partido Liberal -lado “oscuro”- pueden avalarla. Todo parece indicar que a más tardar el 26 de diciembre, las Consejeras emitan la declaratoria, aunque sea ilegitima, empezando por la existencia de votos “planchados”. Notas: [1] Prácticamente la abogada Cosette López del Partido Nacional, absorbió a la representante del Partido Liberal Ana Paola Hall, al grado que se cree que ella es la que coordina el CNE y es vocera única del mismo. [2] Esta lucha, al parecer la ganaron estos empresarios que controlan además a la prensa tarifada, ya que la Ley de Justicia Tributaria, no pudo aprobarse por el Congreso Nacional. [3] Un caso especial es San Pedro Sula, la ciudad Industrial de Honduras, donde no hubo un crecimiento en las encuestas con la llegada de Rodolfo Padilla a la candidatura para la Alcaldía de la Ciudad. Había un antecedente en contra que ligaba a Padilla Sunseri con actos de Corrupción, y en San Pedro, y gran parte de la Costa Norte del país, la corrupción es el principal problema a resolver. Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

China se posiciona "como eje central" en el incipiente orden mundial

- Sputnik Mundo, China se posiciona "como eje central" en el incipiente orden mundial 🪙 La economía de China conserva su impulso en la recta final del año - "El orden de posguerra está muriendo y un nuevo orden, aunque aún incipiente, está comenzando a emerger, con China como eje central", afirmó el académico británico Martin Jacques en la Conferencia Anual del 'Global Times 2026'. Ante la crisis del sistema internacional actual, las cuatro iniciativas globales chinas ofrecen una respuesta. En declaraciones recogidas por el medio asiático Global Times, Jacques, fellow del Instituto de China en la Universidad Fudan, destacó que el pensamiento civilizatorio es innato en China, que surgió primero como Estado-civilización y luego como nación. Lo anterior le confiere al gigante asiático una comprensión profunda de la civilización para el sur global, que se refleja en la Iniciativa para el Desarrollo Global (IDG, 2021), la Iniciativa para la Seguridad Global (ISG, 2022), la Iniciativa para la Civilización Global (ICG, 2023) y la Iniciativa para la Gobernanza Global (IGG, 2025), que marcan el inicio de la "sinización" de las relaciones internacionales. China exhorta a EEUU a respetar la seguridad de navegación de los países de América Latina Fu Xiaoqiang, presidente del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China, explicó que la IGG incorpora sabiduría china con principios como consulta amplia, contribución conjunta y beneficios compartidos, guiando la gobernanza hacia la paz y el desarrollo. En tanto, en un artículo de octubre, el presidente chino Xi Jinping detalló que la IDG promueve desarrollo inclusivo; la ISG, seguridad cooperativa; la ICG, respeto a la diversidad civilizatoria, y la IGG, un sistema equitativo para una comunidad de futuro compartido. Expertos como Ma Xiaojun y Zhang Weiwei enfatizan que estas propuestas comparten la experiencia de la modernización china, desafiando narrativas occidentales y ofreciendo alternativas al orden en crisis, posicionando a China en el corazón del nuevo emergente.

miércoles, 24 de diciembre de 2025

Belén, un texto eclesiástico explosivo: «Fe en tiempos de genocidio»

Recomiendo: Belén, un texto eclesiástico explosivo: «Fe en tiempos de genocidio» Por Marc Vandepitte | 23/12/2025 | Palestina y Oriente Próximo Fuentes: Rebelión Resulta excepcional que un documento eclesiástico emplee la palabra ‘genocidio’. Sin embargo, lo que los líderes eclesiásticos palestinos han publicado en Belén va mucho más allá: es una acusación frontal contra la guerra, el apartheid y la ambigüedad occidental que lo hace todo posible. Los líderes eclesiásticos y los teólogos suelen expresarse con prudencia: reconciliación, diálogo y, sobre todo, ausencia de juicios tajantes. Pero en Belén ese tono melifluo no se escuchó por ninguna parte. En noviembre patriarcas y jefes de las Iglesias palestinas presentaron allí Kairos Palestina II, Un momento de verdad: la fe en tiempos de genocidio.i Es un texto que dice en voz alta lo que en otros lugares suele callarse. Durante este encuentro en Belén 140 palestinos y 160 asistentes internacionales debatieron la situación política y religiosa actual. El motivo del escrito fue la guerra genocida en Gaza y el recrudecimiento del apartheid en Cisjordania. La comunidad se sintió obligada a reflexionar sobre el significado de la fe en un tiempo de horror. El documento describe el ataque a Gaza como una guerra que se ha cobrado cientos de miles de víctimas y ha desplazado a casi dos millones de personas. Los autores hablan de seres humanos quemados vivos, torturados hasta la muerte en prisiones o forzados a huir repetidamente. Según el texto, cada aspecto de la vida en Gaza ha sido destruido, desde la atención sanitaria hasta la educación. Hoy en día, según el documento, se hace visible el verdadero rostro de la ideología sionista. El sistema se describe como un régimen organizado de apartheid que, mediante tecnologías avanzadas, ejerce un control total sobre la vida palestina. Este régimen fragmenta la tierra, divide a la población y transforma la existencia de los palestinos en un “infierno incómodo”. El sionismo como pecado estructural contra la creación Kairos II sostiene que el genocidio es un proceso profundamente arraigado en la historia colonial de Europa. El Estado de Israel, fundado en 1948, es considerado en el texto como la continuación de un proyecto colonial basado en el racismo y en una ideología de superioridad religiosa. Los autores califican esto de “pecado estructural contra Dios, contra la humanidad y contra la creación”. El documento también expresa una crítica feroz al mundo occidental. Los autores afirman que la guerra en Gaza ha dejado al descubierto la hipocresía de Occidente, cuyos valores y compromiso con los derechos humanos resultan, a su juicio, vacíos. El texto señala que el mundo occidental ha sacrificado al pueblo palestino, demostrando racismo y un doble rasero. Ajuste de cuentas con el cristianismo sionista Una parte considerable del documento está dedicada a la crítica del cristianismo sionista. Se trata de una corriente cristiana que interpreta la fundación y expansión del Estado de Israel como el cumplimiento de profecías bíblicas y parte del plan divino para el fin de los tiempos. Por ello, muchos cristianos sionistas apoyan a Israel política y financieramente de manera incondicional, incluso cuando esto contraviene los derechos humanos o el derecho internacional. El cristianismo sionista predomina especialmente entre cristianos evangélicos y pentecostales en Estados Unidos y el Reino Unido, así como en movimientos evangélicos en auge en partes de América Latina y África. El documento describe el cristianismo sionista como una teología del racismo, el colonialismo y la superioridad étnica. Según el texto, esta ideología invoca a un «dios racista» de guerra y limpieza étnica, lo cual es completamente ajeno al núcleo de la fe cristiana. El documento concluye que el cristianismo sionista debe ser llamado por su nombre: una “distorsión teológica y una corrupción moral”. Por ello, los autores exigen el cese de las conversaciones religiosas y del diálogo interreligioso con los cristianos sionistas. Según ellos, es hora de que las Iglesias de todo el mundo rechacen esta teología sionista y reconozcan que la situación en Palestina es una cuestión de dominación colonial. Los autores no limitan su mirada a Gaza; describen cómo los colonos en la Cisjordania ocupada causan devastación, destruyen cultivos y envenenan fuentes de agua, a menudo bajo la protección o con la participación activa del ejército israelí. Al mismo tiempo, el texto subraya la situación de la población palestina que vive dentro del Estado de Israel, donde denuncian un racismo flagrante, la criminalización de la libertad de expresión y una negligencia sistemática. Se menciona específicamente a las comunidades beduinas como víctimas de limpieza étnica, mientras que a los refugiados de 1948 se les sigue negando el derecho a regresar a sus aldeas. Crítica al propio liderazgo El documento es también honesto sobre los problemas internos de la sociedad palestina. Debido a la ocupación prolongada y a las secuelas de los Acuerdos de Oslo,ii la Autoridad Palestina, según el texto, ha quedado atrapada sirviendo a los intereses del ocupante. La confianza en el liderazgo político ha desaparecido en gran medida. El texto menciona un aumento de la corrupción y una falta de ley que incrementa la frustración y la desesperación de la población. Incluso en medio de la destrucción en Gaza, se señalan el robo y el caos como factores que agravan el sufrimiento del pueblo. El documento aboga por una profunda reconsideración nacional para extraer lecciones del pasado que lleven a una visión conjunta y una estrategia clara de acción futura, todo ello dentro de un marco democrático y representativo. Al mismo tiempo, advierte contra la tendencia de dar a la lucha nacional un carácter religioso o de convertirla en un conflicto que enfrente a las religiones entre sí. Mujeres y jóvenes Dentro de la lucha palestina, Kairos II describe a la mujer como la “columna vertebral inflexible” que mantiene unidos el hogar, la tierra y el futuro. El documento afirma con claridad que no puede haber una verdadera liberación sin su plena participación en la toma de decisiones a todos los niveles. Asimismo, la juventud ocupa un lugar fundamental. Aunque se reconoce su ira y su miedo, los líderes eclesiásticos la llama a una esperanza arraigada en la acción, animándola a expresarse a través del arte, la música y la organización. El texto subraya que la Iglesia palestina, como descendiente de la primera Iglesia, está inseparablemente vinculada a la tierra del país y que sus campanas seguirán sonando como testimonio de la verdad. Llamamiento al boicot y a la acción mundial En la última parte los autores se dirigen a la comunidad internacional. Se hace un llamado a las personas cristianas de todo el mundo a presionar a sus gobiernos con el fin de aislar a Israel y exigirle que rinda cuentas. Se insiste en el procesamiento de los criminales de guerra y en reparaciones para la reconstrucción de Gaza. El documento establece una distinción tajante entre la identidad judía y el sionismo: afirma que no todo judío es sionista ni todo sionista es judío. Las voces judías que se oponen a la guerra son acogidas como socios en la humanidad compartida y en la lucha por la dignidad. Los autores subrayan que la verdadera solidaridad nunca es gratuita; es una postura que tiene un precio y conlleva una responsabilidad moral. Según el texto, hoy es Palestina, pero mañana otros pueblos oprimidos podrían ser los siguientes. La elección es simple: «vivimos juntos o perecemos juntos». El documento concluye afirmando que cualquier solución política es inútil mientras no se reconozca la injusticia histórica. Un verdadero comienzo requiere desmantelar el sistema colonial y el apartheid basado en la supremacía. En última instancia, la paz no descansará sobre la violencia, sino sobre la justicia y la igualdad. Este documento ya está siendo comparado con textos históricos como los de Martin Luther King Jr. y las declaraciones contra el apartheid en Sudáfrica. Fuente: “¿Cuál es la palabra cristiana ante el genocidio?”: nuevo documento de Kairos Palestina llama a repudiar el sionismo Notas: i Kairos: Es una palabra griega que significa ‘el momento oportuno’ o ‘el tiempo decisivo’. A diferencia de chronos (tiempo medible), kairos se refiere a un momento cargado de significado en el que la acción es necesaria. En teología se refiere a un momento en el que Dios interviene en el mundo. Los teólogos de la liberación lo utilizan para puntos de inflexión históricos que exigen un compromiso profético y claridad moral, como en los documentos Kairos de Sudáfrica (1985) y Palestina (2009). ii Acuerdos de Oslo: Serie de acuerdos provisionales entre Israel y la OLP (1993 y 1995) que establecieron un marco para el autogobierno palestino. Para la población palestina Oslo no garantizó el fin de la ocupación, ya que las cuestiones clave (fronteras, Jerusalén, refugiados, asentamientos) se pospusieron, lo que permitió a Israel consolidar su poder sobre el terreno. El autogobierno palestino resultó en una administración limitada sin soberanía real. Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

limpieza étnica avanza con demoliciones y palizas a familias palestinas en Jerusalén

Recomiendo: La limpieza étnica avanza con demoliciones y palizas a familias palestinas en Jerusalén Por | 24/12/2025 | Palestina y Oriente Próximo Fuentes: Naiz [Foto: Foto: Derribo del edificio donde vivían 13 familias en el barrio de Silwan. (Saeed QUAQ | ZUMA PRESS | DPA | EUROPA PRESS)] La demolición de 13 viviendas y la expulsión de 90 palestinos que vivían en ellas en Jerusalén fue ayer una de las mayores operaciones de este tipo en los últimos años del plan israelí de limpieza étnica en la capital palestina, avalada por un régimen legal discriminatorio. Autoridades israelíes acometieron ayer la demolición de 13 apartamentos en Jerusalén Este y provocaron así el desplazamiento de unos 90 vecinos palestinos del barrio de Wadi Qaddum en Silwan, al sur de la Ciudad Vieja. Se trata de la mayor operación de destrucción de viviendas y demolición en la capital palestina en años. Argumentaron que el edificio se construyó sin permiso de obra y en un terreno destinado a uso no residencial. El derribo de las viviendas estuvo acompañado de palizas por parte de colonos a los residentes que se oponían a la demolición. La abogada de las familias tenía prevista ayer una reunión con representantes de la Municipalidad de Jerusalén para explorar soluciones alternativas, pero las autoridades ignoraron esta cita. A lo largo de los años, los residentes habían interpuesto múltiples procedimientos legales para evitar la demolición e incluso intentaron impulsar un proceso para legalizar con carácter retroactivo el edificio. Solo este año, unas 100 familias de Jerusalén Este han perdido sus hogares de esta forma, mientras aumenta sin cesar la colonización judía de la ciudad, ocupada progresivamente desde 1967 y donde la población palestina va reduciéndose cada vez más, privada de sus derechos. En todo Cisjordania han sido más de 370 las operaciones de derribo de viviendas durante este año. Aviv Tatarsky, investigador de la ONG Ir Amim, subraya que demoler el edificio no fue una necesidad legal, sino una decisión política. «Los palestinos se ven obligados a realizar las llamadas construcciones ‘ilegales’ por un régimen que bloquea sistemáticamente los permisos, y las demoliciones son utilizadas entonces (por Israel) como herramienta para controlar la tierra», explicó. Apartheid legalizado Silwan se encuentra al sur de la Ciudad Vieja, en una zona aún de mayoría palestina, pero muy codiciada por los colonos, ya que se sitúa justo debajo del que lo judíos llaman Monte del Templo. El mes pasado allí también se produjo el desalojo de tres familias, tras lo que un grupo de colonos irrumpió y se mudó a las mismas viviendas con la protección de fuerzas policiales israelíes. A la vez, Israel ha resucitado un plan para construir un barrio ultraortodoxo de más de 9.000 viviendas en Jerusalén Este, y el pasado domingo aprobó la construcción y legalizó otras 19 colonias en varias zonas de Cisjordania. En Hebrón, las autoridades también ordenaron ayer la demolición de seis hogares. Decenas de familias palestinas afrontan procesos judiciales basados en una ley israelí discriminatoria que otorga a judíos, que pueden ser originarios de países europeos o americanos, el derecho en exclusiva de reclamar en Jerusalén Este propiedades anteriores a 1948, mientras niega a ese mismo derecho a los palestinos. Así, oficializa la expulsión de población de un territorio ocupado, es decir, un crimen de guerra. La organización de colonos Ateret Cohanim —en coordinación con las autoridades— interpone decenas de demandas para desahuciar a estas familias palestinas y confiscar sus hogares para la expansión de colonias. Franja de Gaza A la vez, un grupo de colonos hirió ayer a varios palestinos al disparar contra ellos y dejó en estado crítico a dos cerca del pueblo de Anata, a cuatro kilómetros al norte de Jerusalén, en una política de limpieza étnica paralela a la de Gaza, donde ayer drones israelíes atacaron el barrio de Shujaiya, en el este de la ciudad de Gaza, y mataron a al menos un palestino. Las fuerzas israelíes atacaron con artillería también zonas de Jan Yunis y Rafah, y un helicóptero abrió fuego en el campo de Bureij. Líbano El Ejército israelí mató ayer a al menos tres personas en otro bombardeo lanzado contra el sur de Líbano que vulnera el alto el fuego acordado en noviembre de 2024. El ataque fue perpetrado con un dron que atacó un vehículo en la carretera Aaqtanit-Quneitra, en Sidón. Fuente: https://www.naiz.eus/es/info/noticia/20251223/la-limpieza-etnica-avanza-con-demoliciones-y-palizas-a-familias-palestinas-en-jerusalen

lunes, 22 de diciembre de 2025

La ofensiva de Estados Unidos en el «hemisferio occidental»

Recomiendo: De Robocop global a matón regional La ofensiva de Estados Unidos en el «hemisferio occidental» Tweet about this on TwitterShare on FacebookEmail this to someone Por Carlos Fazio | 22/12/2025 | EE.UU. Fuentes: Rebelión Desde que asumiera la presidencia de Estados Unidos, hace 11 meses, Donald Trump ha ido reenfocando sus cañones hacia América Latina, un patio trasero sobre el cual no reconoce ni admite límites a su poder y en donde pretende provisoriamente refugiar a la decadente hiperpotencia. Su ofensiva se da, además, en el marco de un avance electoral de la derecha trumpiana en la región. Chile se convirtió el domingo en el último eslabón de una cadena iniciada en su momento por Brasil, retomada por Argentina hace un par de años, continuada por Ecuador, Bolivia y Honduras, y con posibilidades de extenderse a Colombia en unos meses. El miércoles 17, todas las alarmas se encendieron cuando el presentador estadounidense Tucker Carlson manifestó que existía la posibilidad de que Donald Trump anunciara una agresión militar contra Venezuela. Según declaró Carlson en el programa Judging Freedom, en la mañana de ese mismo día un miembro del Congreso le había informado que se avecinaba «una guerra» y que el presidente la anunciaría en el discurso a la nación que pronunciaría por la noche. Sin embargo, en las palabras de balance de sus 11 meses de gestión –pródigas en exaltar su «liderazgo excepcional» y sus «logros épicos envidia de todo el mundo»–, Trump no hizo ninguna mención sobre política exterior. La ausencia de referencias a Ucrania y Venezuela fue el principal mensaje del discurso, lo que podría entrañar contradicciones internas y alimentar las expectativas sobre el devenir de ambos conflictos. Un día antes, el martes 16, la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles, considerada la mano derecha del presidente, dijo en una entrevista con Vanity Fair que Trump quiere seguir «haciendo estallar» embarcaciones en el Caribe hasta que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, «se dé por vencido» o «se rinda». Wiles atribuyó la obstinación de Trump a su «personalidad de alcohólico», porque trabaja con la idea de que «no hay nada que no pueda hacer». Ayer jueves, tras constatar «una escalada ininterrumpida y deliberada de tensión en torno a Venezuela, país amigo», Rusia llamó a la administración Trump a «no cometer un error fatal» que acarrearía «consecuencias imprevisibles para todo el hemisferio occidental». En esas coordenadas estamos. CONTINUIDADES Y AJUSTES En relación con las administraciones precedentes, un balance preliminar de los 11 meses iniciales del segundo mandato de Trump en la Casa Blanca revela una continuidad estructural más profunda y algunos cambios, pero no rupturas conceptuales, sino ajustes tácticos de una misma configuración de poder. Sin embargo, y con independencia de la narrativa cuasidelirante del mandatario de turno, parece que podrían precipitarse algunos hechos sustanciales al interior de la otrora «nación indispensable» y a nivel internacional con el imperio del caos liderando desde atrás. Como adelantó la Heritage Foundation el 1 de agosto de 2024 –tres meses antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos que dieron la victoria al convicto magnate inmobiliario–, el momento unipolar había terminado. Citando la Estrategia Nacional de Defensa de 2018 (Trump) y de 2022 (bajo la presidencia de Joe Biden), ese centro de pensamiento al servicio de las administraciones republicanas desde la época de Ronald Reagan decía que el Ejército estadounidense no contaba con suficientes capacidades para derrotar a China por sí solo y mucho menos una escalada en cascada de múltiples adversarios (China, Rusia, Irán, Corea del Norte), por lo que debía «secuenciar» las amenazas y delegar en sus «aliados y socios» de Europa (OTAN), Asia-Pacífico (Japón, Corea del Sur, Australia, Filipinas) y Oriente Medio (Israel, monarquías petroleras árabes) la disuasión y la defensa, con apoyo estadounidense crucial, pero más limitado (liderazgo desde atrás), ante el riesgo de una tercera guerra mundial. El documento ponía énfasis en que el Ejército de Estados Unidos está diseñado para librar y ganar solo una guerra importante a la vez, por lo que recomendaba «empoderar» a sus aliados (en particular a sus socios de la OTAN para la defensa convencional de Europa en el marco del conflicto proxy en Ucrania), como parte de una «distribución de responsabilidades» que le permitiera al Pentágono modernizarse y prepararse para una guerra a gran escala contra su enemigo principal: la República Popular China. Al respecto, advertía que la caída de Taiwán podría permitir a Xi Jinping tomar el control de la industria taiwanesa de semiconductores, lo que mejoraría de manera significativa la capacidad de China –como potencia global hostil– para ejercer coerción económica e incluso negar el acceso a Estados Unidos a ciertos «bienes comunes» globales [sic] en el hemisferio occidental, región donde Pekín u otros enemigos (Rusia, Irán) podrían desplegar fuerzas militares. Aleccionaba que los altos niveles de inmigración ilegal ponían en riesgo la seguridad nacional de Estados Unidos (espionaje, sabotajes o actividades relacionadas), y al mismo tiempo mencionaba que decenas de miles de estadounidenses morían por sobredosis de drogas causadas por el flujo de fentanilo y otros narcóticos a través de la frontera de México con Estados Unidos. Ante tales escenarios, el tanque de pensamiento republicano –que se ostenta como líder del «verdadero realismo conservador»– recomendaba que el Departamento de Defensa debía estar «preparado para aportar fuerzas [castrenses] para la vigilancia de amplias áreas, la interdicción marítima, la ingeniería militar, el desarrollo de capacidades antinarcóticos, la recopilación de inteligencia y la acción directa contra objetivos de alto valor en las Américas». Elementos, todos, que sin duda permearon las acciones iniciales del régimen del autócrata narcisista tras su regreso a la oficina oval de la Casa Blanca el 20 de enero pasado. Tácitamente, los ideólogos del nacionalpopulismo trumpiano de inflexión neofascista, el subsecretario adjunto de Defensa, Elbridge Colby, y Michael Anton, del Instituto Claremont, sindicado como el cerebro detrás de la idea del retorno de la nación a la «normalidad homogénea de la etnia», admitieron el declive del imperio y recomendaron erigir a Estados Unidos como una «fortaleza» hemisférica, en lugar de una potencia hegemónica global. Un hecho signado por la transición del «orden internacional basado en reglas» de la administración Biden al hipernacionalismo blanco que rige los principios de America First (Estados Unidos primero) del republicano y los fanáticos patrioteros del movimiento MAGA (Make America Great Again o Hacer a Estados Unidos grande de nuevo), azuzados ahora con el corolario Trump a la doctrina Monroe, plasmado en la Estrategia de Seguridad Nacional (ESN). Se trata de uno de los documentos más doctrinarios y transparentes sobre la concepción fundacional del imperialismo estadounidense, que define de manera directa y sin ambages la visión de Trump, del deep state (Estado profundo), del bipartidismo republicano/demócrata y sus grandes donantes (con algunas excepciones), sobre seguridad, una política exterior racista, soberanía y liderazgo en su tradicional esfera de influencia, considerada despectivamente por sucesivas administraciones en la Casa Blanca como su «patio trasero», cuyo objetivo principal es expulsar del subcontinente a sus adversarios geopolíticos, y consolidar y reforzar su hegemonía allí ante el avance del mundo multipolar. En ese sentido, la ESN mantiene la lógica de secuenciación estratégica recomendada por la Fundación Heritage: en un mundo peligroso, priorizar la defensa del territorio nacional y los intereses de Estados Unidos; asegurar el control del hemisferio occidental y reorganizar las economías y los recursos de los países del área, y, finalmente, proyectar poder hacia los rivales estratégicos, en especial China. Es decir, América Latina y el Caribe como espacio vital del imperio, anclado en la misma matriz que combina el excepcionalismo, el universalismo y el hegemonismo estadounidenses, con una lógica que refuerza el derecho intrínseco de Washington a intervenir, sancionar, presionar, castigar o premiar a los países del continente al mejor estilo monroísta. [Por más detalles sobre el «corolario Trump», véase nota de Rafael Noboa en página 20.] La difusión de la nueva versión de la ESN fue precedida de un alud de eslóganes, enunciados provocadores y medidas ilegales y extraterritoriales concretas desde los primeros días de la nueva administración trumpiana, tales como la retórica de «paz mediante la fuerza»; la imposición de aranceles a diestra y siniestra; los migrantes indocumentados (no blancos y de clase socioeconómica baja) como una amenaza capital; intentar apropiarse de Groenlandia; convertir a Canadá y México en sendos estados de la Unión Americana; recuperar el control del geoestratégico canal de Panamá; rebautizar oficialmente al golfo de México como golfo de America (ergo, de Estados Unidos); etiquetar a algunos grupos de la economía criminal como «organizaciones terroristas transnacionales» (similares al llamado Estado Islámico); clasificar al fentanilo como arma de destrucción masiva como coartada para intervenir militarmente y asesinar con impunidad en naciones como México, Colombia o Venezuela, a través de una narrativa de corte orwelliano. Bajo estos enunciados, Trump fue utilizando dispositivos híbridos para allanar el aterrizaje de un repliegue táctico regional, necesario para modernizar y rearmar al ahora renombrado Departamento de Guerra, de cara al enfrentamiento principal con China. El proceso llevó a la relocalización de la hegemonía estadounidense en el hemisferio occidental, como laboratorio de una operación de disciplinamiento dirigida a garantizar que la región funcione sin chistar como corredor de recursos geoestratégicos, con el control directo de la infraestructura y las cadenas de suministro de materiales críticos al servicio de la reindustrialización y revigorización de la base industrial militar del país, con eje en los sectores energético y financiero. Una recalibración para ganar tiempo y espacio político. En ese sentido, y con base en la visión de Elbridge Colby de reducir la sobreextensión militar del imperio como vía para el reimpulso, la Estrategia de Seguridad Nacional 2025 es un texto transicional y provisorio para que, una vez «recuperado», Washington vuelva por sus fueros. En consecuencia, privilegia un orden transaccional y coercitivo, aplicado con una mezcla de pragmatismo y desdén por los formalismos jurídicos que el propio texto admite sin pudor. LA SOBERANÍA ASIMÉTRICA Y VENEZUELA En la ESN de Trump, la soberanía ya no se concibe como un derecho inalienable, fundado en la autodeterminación de cada Estado nación, sino como una capacidad operativa: es una atribución jerárquica y extensiva del propio poder estadounidense sobre la región. En esta lógica, el continente americano es presentado como un espacio de jurisdicción estratégica ampliada, una zona de control expansivo, cuyas estabilidad, orientación política y arquitectura normativa deben estar alineadas con los intereses de Estados Unidos, que no es un Estado más dentro del sistema, sino un supra-Estado, investido con la facultad de ordenar, supervisar y corregir el comportamiento del resto de las unidades políticas regionales. En este marco, la soberanía deviene asimétrica y condicionada: Estados Unidos se adjudica para sí la condición de único sujeto soberano pleno, mientras que las demás naciones del hemisferio son tratadas como soberanías subordinadas y dependientes, cuya validez práctica está medida en términos de su alineamiento con las prioridades estratégicas de la Casa Blanca. Una reinterpretación que convierte a Canadá, México y los países de América Latina y el Caribe en una extensión funcional del territorio político estadounidense, estructurando un orden vertical en el que la legitimidad de cada Estado está mediada por su grado de lealtad y obediencia al hegemón. Toda tentativa de autonomía, ya sea por proyectos nacionales de desarrollo, diversificación geopolítica o cooperación con potencias o países extrahemisféricos (como China, Rusia o Irán, que pueden ofrecer opciones de financiamiento, infraestructura o inversión más atractivas), es recodificada como una amenaza que habilita mecanismos de presión, disciplinamiento punitivo o intervención directa o indirecta. La lógica de intervención se manifiesta en dos mecanismos: reclutar y expandir. Reclutar implica seleccionar gobiernos que actúen como nodos de contención migratoria, antidrogas o de vigilancia marítima (por ejemplo, los casos de Canadá y México). Expandir significa ampliar esa red de socios funcionales al proyecto de supremacía hemisférica: hoy, Javier Milei en Argentina; Nayib Bukele en El Salvador; Daniel Noboa en Ecuador; Santiago Peña en Paraguay; José Jerí en Perú; Luis Abinader en República Dominicana; Kamla Persad-Bissessar en Trinidad y Tobago, así como Puerto Rico, Islas Vírgenes y tendencialmente Granada, el Chile del pinochetista José Antonio Kast, cuando asuma, y Honduras, si Trump logra imponer a su candidato en los comicios. En ambas variables (reclutar y expandir), las relaciones se organizan bajo un modelo de corte feudal, debido a que Estados Unidos ocupa la posición del señor territorial que dicta obligaciones y otorga recompensas o impone castigos a sus vasallos. En suma, la lealtad hemisférica deberá demostrarse aislando a China y Rusia, lo que pone en un serio predicamento a Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, miembro regional del BRICS. En ese contexto, la militarización del Gran Caribe y del Pacífico oriental con proyección sobre las costas venezolanas y colombianas, así como el acto de guerra ejecutado por fuerzas especiales, infantes de marina y personal de la Guardia Costera al incautar el buque tanquero M/T Skipper con casi 2 millones de barriles de crudo venezolano la semana pasada (operación que encaja en una tendencia creciente de interdicciones marítimas ejecutadas por Washington), seguidos, el martes 16, de la etiquetación del gobierno de Maduro como una «organización terrorista extranjera» y del decreto que oficializa el bloqueo aeronaval «total y completo» de Venezuela, parecen marcar un peligroso punto de inflexión. Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

China condena la incautación de un petrolero con crudo venezolano por parte de EEUU -

China condena la incautación de un petrolero con crudo venezolano por parte de EEUU - Sputnik Mundo, 1920, 22.12.2025 La detención arbitraria por parte de EEUU de buques de otros países constituye una grave violación del derecho internacional, declaró el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Lin Jian. "China se opone sistemáticamente a las sanciones unilaterales ilegales que no tienen fundamento en el derecho internacional y no están autorizadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas", señaló. Lin Jian subrayó que Venezuela tiene derecho a desarrollar de forma independiente una cooperación mutuamente beneficiosa con otros países. "Estamos seguros de que la comunidad internacional comprende y apoya la posición de Venezuela en la defensa de sus derechos e intereses legítimos", añadió. El 15 de diciembre, Donald Trump ordenó un "bloqueo total y completo" de todos los "buques petroleros sancionados" que entren y salgan de Venezuela y reiteró que ha designado al Gobierno de Nicolás Maduro como "organización terrorista extranjera".

domingo, 21 de diciembre de 2025

Venezuela y después China

Recomiendo: Política imperial de Estados Unidos Venezuela y después China Por Atilio A. Boron | 20/12/2025 | EE.UU. Fuentes: Página/12 - Imagen: Marco Rubio, Secretario de Estado del gobierno de EE.UU., principal funcionario de la política exterior estadounidense. La escalada de la agresión estadounidense a Venezuela parece incontenible, mientras se acumulan las ejecuciones extrajudiciales en el Caribe y en el Pacífico. Las amenazas suben cada vez más de tono y los bloqueos naval y aéreo se intensifican con el correr de las horas. Se trata de medidas que violan la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, pero Trump y sus secuaces parecen decididos a todo. Habrá que ver, no obstante, si con una invasión quieren crear su propio Vietnam o su Afganistán; en otras palabras, si son tan estúpidos como para ocasionar otro incendio pero esta vez no en tierras lejanas sino en el antejardín de los Estados Unidos. Los gobernantes europeos, autoproclamados defensores de los Derechos Humanos, la Democracia y la Justicia, consienten con su silencio los crímenes de guerra que ya ha cometido la Casa Blanca en relación a Venezuela. Otros gobiernos, como el de la Federación Rusa y la República Popular China, han expresado cada vez con más fuerza su desaprobación de la conducta de Washington y reiterado que ambos países mantienen una “asociación estratégica integral” con el gobierno bolivariano. Pero en el caótico círculo áulico de Trump el Secretario de Estado Marco Rubio (foto), hombre de turbios antecedentes, receptor privilegiado de fondos del lobby sionista y de la industria armamentista, enemigo jurado de la Revolución Cubana y de cualquier líder o gobierno progresista en la región y furibundamente antichino, presiona sin pausa por lograr “la paz a través de la fuerza”. Para Rubio el ataque no debe restringirse a Venezuela sino que ha llegado la hora de someter a todos los países de la región. Colombia y México están en la lista, Honduras también así como todo otro gobierno que no esté dispuesto a reducir al mínimo indispensable su contacto con cualquier potencia “extra hemisférica”, como lo manda la nueva Estrategia de Seguridad Nacional en un eufemismo para referirse a China, Rusia e Irán. Lo que se juega hoy en Venezuela es mucho más que el robo de su inmensa riqueza petrolera. Es la desesperada tentativa de reconstruir el unipolarismo estadounidense y en el cual Washington se arroga el derecho de ser el gendarme planetario y el único capaz de imponer un orden mundial, ante cuyas exigencias el resto de los países no tienen más opción que obedecer. Esta es una lectura anacrónica, absurda y profundamente equivocada de la realidad internacional, pero es la que hoy por hoy predomina en Washington. Ahora bien: si estos planes no son neutralizados por otros actores en el sistema internacional nada impedirá que Estados Unidos ensaye la misma metodología que hoy utiliza en el Caribe en otros rincones del planeta. Por ejemplo, fomentando abiertamente el independentismo de Taiwán y apoyando su eventual independencia con la presencia de la Séptima Flota para disuadir toda tentativa de Beijing de recuperar a la provincia rebelde. O bloquear o, inclusive apoderarse del Estrecho de Malaca, absolutamente crucial para el comercio exterior de China. Dicho curso de agua es el de mayor tráfico marítimo del mundo por ser la ruta de salida de las exportaciones comerciales de China así como de las importaciones de gas y petróleo procedentes del Golfo Pérsico y los minerales y metales procedentes de África. Un informe relativamente reciente de la UNCTAD aseguraba que aproximadamente la mitad del comercio marítimo internacional pasa anualmente por el estrecho de Malaca. Ambas iniciativas, auspiciar y apoyar la independencia de Taiwán o bloquear el Estrecho de Malaca serían golpes durísimos a la República Popular China. Por eso es que en este convulsionado tablero de la política internacional Beijing tiene que enviar una señal clara y rotunda exigiendo el fin de la agresión militar a Venezuela. Y para ello se requiere mucho más que palabras. La única opción, o tal vez la mejor sin ser la única, es emular lo hecho por Estados Unidos e imponer un bloqueo integral marítimo y aéreo sobre Taiwán, pero sin abrir fuego o disparar sobre pequeñas embarcaciones como hizo Estados Unidos. Porque lo que está en juego en estos días en Venezuela es mucho más que su petróleo: es la nueva arquitectura del sistema internacional y sus reglas, una de las cuáles es que ningún país, por poderoso que sea, podrá atacar a otro y someterlo por la fuerza. Quien calla otorga, dice un viejo refrán español. Si China limita su protesta al plano declarativo más pronto que tarde Estados Unidos volcará todo su enorme poderío militar para someter al único actor del sistema internacional que, como rezan varios documentos oficiales de Washington, “quiere y puede” fundar un nuevo orden mundial. En consecuencia, China tiene que actuar sin más pérdida de tiempo para evitar que la pesadilla hobessiana de la ley del más fuerte impere en el sistema internacional. El bloqueo de Taiwán es su única carta. No sólo para defender a Venezuela sino para prevenir una futura agresión por parte de Estados Unidos. La historia enseña que los imperios se vuelven más violentos y sanguinarios en su fase de declinación. Por eso se impone actuar con la mayor rapidez y poner límites a la prepotencia imperial de Washington. Fuente: https://www.pagina12.com.ar/2025/12/19/venezuela-y-despues-china/ Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.