miércoles, 31 de mayo de 2017

Monseñor Óscar Romero: su muerte y su resurrección


El Salvador
Monseñor Óscar Romero: su muerte y su resurrección

Alainet


El proceso de beatificación y canonización de Óscar Arnulfo Romero no ha sido fácil. Como tampoco lo ha sido para quienes han abogado por justicia tras su asesinato. El pueblo salvadoreño y todo el pueblo de América Latina lo han proclamado tempranamente como San Romero de América. Pero ha habido resistencias y dilaciones de parte de quienes han aducido que no sería prudente su beatificación y su canonización, porque es un personaje incómodo y ajeno a la predicación tradicional. Estas dificultades las ha superado el Papa Francisco al proceder a su beatificación el 23 de mayo de 2015. Ese día será recordado como un día en que se ha hecho justicia, al menos en el ámbito eclesial, porque hasta hoy no se ha aclarado ante los tribunales salvadoreños el asesinato de Romero, no obstante estar precisada la información sobre los instigadores y autores materiales del crimen.
El 24 de marzo de 1980, mientras celebraba la eucaristía, Romero fue asesinado de un balazo disparado por un sicario de la oligarquía. La policía inspeccionó el lugar de los hechos sólo nueve días más tarde. No tomó ninguna prueba ni interrogó a los testigos. En la autopsia se hallaron fragmentos de una bala calibre 22, algo que no se incluyó en el acta. El director de la Policía Nacional declaró, tres semanas más tarde, que era “imposible saber el calibre de la bala”. Se designó como juez instructor a Atilio Ramírez. Tres días después de su nombramiento, desconocidos penetraron en su casa, dispararon e hirieron a una empleada del hogar. Ramírez abandonó El Salvador para no regresar. Napoleón González, quien había presenciado cómo los asesinos habían escapado en un automóvil, fue secuestrado y continúa desaparecido. Roberto D”Aubuisson, quien ordenó el asesinato con el apoyo del ejército, lanzó una campaña para culpar a la izquierda de la muerte de Romero.
En septiembre de 1981, D´Abuisson fundó la ultraderechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), con la que llegó al gobierno en 1988. Años antes, en marzo de 1984, D´Abuisson había presentado, en una videograbación, la declaración de un supuesto comandante de la guerrilla, de nombre Pedro Lobo, quien asumió la responsabilidad del asesinato de Romero. Lobo era un delincuente común a quien habían sobornado con cincuenta mil dólares. Aunque todas las pruebas apuntaban hacia D´Abuisson, éste nunca llegó a los tribunales, pues gozaba de inmunidad parlamentaria como diputado y presidente de la Asamblea Legislativa. Falleció en 1992 a causa de un cáncer a la laringe y hoy sus seguidores continúan considerándolo héroe por “haber preservado del comunismo a El Salvador”.
Parte de los acuerdos de paz de 1992 entre el gobierno y las fuerzas populares fue la creación de una Comisión de Verdad para investigar los crímenes y las violaciones de derechos humanos del período del conflicto armado de El Salvador. La Comisión publicó su informe el 15 de marzo de 1993. De éste se desprende que el ejército fue responsable de más del noventa por ciento de las atrocidades cometidas durante la guerra civil. Uno de los casos investigados fue el asesinato del Arzobispo Romero: se constató que el mayor Roberto D´Abuisson Arrieta dio la orden de asesinar al Arzobispo y dio instrucciones precisas a miembros de uno de los “escuadrones de la muerte”, de organizar y supervisar la ejecución.
La creación de la Comisión de la Verdad exigía llevar ante los tribunales a los responsables de los crímenes documentados e indemnizar a las víctimas. No obstante, cinco días después de la publicación del Informe, la Asamblea Legislativa aprobó una amplia ley de amnistía con el nombre de “Ley de Reconciliación Nacional” y que abarcaba todos los delitos y violaciones de derechos humanos cometidos desde el 1º de enero de 1980. Esta amnistía condujo a perder la oportunidad de una auténtica reconciliación, además de atentar contra los tratados internacionales sobre derechos humanos y que El Salvador había ratificado.
En septiembre de 1993, María Julia Hernández, directora de la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador y Tiberio Romero, hermano del Arzobispo, llevaron el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en Washington. La acusación decía que “agentes de la República de El Salvador, que integraban escuadrones de la muerte, ejecutaron extrajudicialmente a monseñor Oscar Arnulfo Romero”. Hasta agosto de 1997, la Comisión requirió hasta cuatro veces información y datos al gobierno de El Salvador. Sólo en febrero de 1998 el gobierno entregó una respuesta en la que pidió archivar el caso invocando la ley de amnistía de 1993. En 2014, Tutela Legal, creación de Romero, pidió que el juicio penal fuera reabierto por la justicia salvadoreña, lo que sólo ha ocurrido recientemente en 2017. Tutela Legal fue cerrada en 2014 por disposición del actual Arzobispo de San Salvador.
En 1996, Juan Pablo II visitó El Salvador y preguntó a los obispos salvadoreños acerca de una posible beatificación de Romero. La respuesta la dio el obispo René Revelo: “Romero es el responsable de los setenta mil muertos que hubo en este país”.
En la capilla donde Romero fue asesinado, las monjas a cargo del recinto habían colocado una lápida conmemorativa calificándolo de “buen pastor y mártir”. El responsable del proceso de beatificación ordenó cubrir la palabra “mártir” con una cinta adhesiva negra hasta que el título fuera concedido con autorización oficial de la Iglesia.
No obstante, frente a las torpezas y mezquindades, hay otras visiones de mentes lúcidas y espíritus generosos: Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino se han referido siempre en sus escritos teológicos a Romero y sus homilías. Karl Rahner, en “Dimensiones del martirio”, artículo publicado en la revista “Concilium” en1983, se preguntó: “¿Por qué no habría de ser mártir un monseñor Romero, caído en la lucha por la justicia en la sociedad, en una lucha que él hizo desde sus más profundas convicciones cristianas?”. Jürgen Moltmann, en “El camino de Jesucristo”, colocó a Romero junto a Dietrich Bonhoeffer como ejemplo extraordinario de mártir moderno. El Centro de Reflexión Teológica de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, lleva el nombre de Romero y es uno de los centros más importantes de la teología de la liberación.
A pesar de que no se ha hecho justicia con Romero ni con los centenares de miles de mártires de América Latina, monseñor Romero se ha convertido en modelo de defensor de la dignidad humana y de un orden mundial justo. Es así como en julio de 1998 se desveló una estatua de Romero en la entrada principal de la abadía de Westminster, en Londres, junto a otros mártires del siglo XX, entre ellos Dietrich Bonhoeffer, Martin Luther King, Mahatma Gandhi y Maximilian Kolbe. Así se ha hecho realidad la afirmación de Romero: “Si me matan, resucitaré en el pueblo”.
Hervi Lara. Comité Oscar Romero-SICSAL-Chile.
Fuente: http://www.alainet.org/es/articulo/185785

PELIGRO: ISLAMOFOBIA

Peligro: islamofobia

contextospnd.blogspot.com.es


El ministerio del Interior alemán contabilizó en 2016 más de 3.500 ataques contra refugiados y centros de acogida, diez diarios, agresiones violentas de carácter racista en su mayor parte a manos de personas de extrema derecha.

El dato refleja un problema de seguridad claramente superior a su presencia en los medios de comunicación. Se podría relacionar lo anterior con la investigación en marcha en las Fuerzas Armadas alemanas a raíz de al menos dos militares que preparaban atentados haciéndose pasar por refugiados. Racismo.

¿Sucede algo similar en España? Vayamos al ministerio del Interior, que dedica un apartado específico a estos asuntos en su web y ofrece estadísticas.

Define el Ministerio como delitos de odio todas aquellas infracciones penales y administrativas cometidas contra las personas o la propiedad por cuestiones de raza, etnia, religión, edad, discapacidad, orientación sexual, por razones de género, situación de pobreza y exclusión social o cualquier otro factor similar, como las diferencias ideológicas.

Precisamente el Gobierno Rajoy modificó en 2015 el Código Penal en este sentido, amplió y endureció este apartado -artículo 510-, de relativa actualidad por titiriteros, tuiteros y Carrero Blanco, que aquí se han encajado, compartiendo sanción penal con conductas racistas que parecen más peligrosas que aquéllas. La reforma se hizo con cierta obsesión sobre lo que circule por internet, y se acompañó en el tiempo con una modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que ha creado la figura del agente encubierto informático, un policía discreto en las redes.

Contempla la normativa con mayores penas las acciones de incitación al odio o la violencia contra grupos o individuos por motivos racistas, así como actos de humillación y menosprecio.

El ministerio del Interior contabiliza en el último año del que ofrece datos (2015) un total de 1.328 incidentes en España relacionados con delitos de odio (cuatro diarios), de los que se esclarecen la mitad, se entiende que encuentran culpable o se abren diligencias en la mitad de los casos.

Los ámbitos que mayor número de incidentes registran son los de racismo y xenofobia (505), ideología (308), discapacidad (226), orientación o identidad sexual (169, éste es de los pocos que muestra tendencia a la baja), y con cifras ya más bajas creencias o prácticas religiosas (70) y cierra el catálogo el antisemitismo (nueve casos en un año).

Los casos anteriores tuvieron 1.166 víctimas, en un 73% españolas; los responsables fueron 464, en un 80% de los casos
españoles.

Sorprende que el Ministerio no contemple la islamofobia como categoría delictiva o estadística, diluida entonces en otras figuras como racismo y aporofobia (odio al pobre), también sexismo.

Podemos acudir a otra fuente, aunque sus datos no sean comparables con los de Interior.

La Plataforma Ciudadana contra la Islamofobia ha presentado recientemente, por tercera ocasión, su informe anual en el que registra 573 incidentes de islamofobia en España en 2016, cifra que duplica la del año anterior.

"La islamofobia es la praxis más extendida de intolerancia en España", destaca el informe, que detalla por tipo de incidente como los más frecuentes los ataques contra los musulmanes en general (284), contra las mujeres (81) y 72 ataques a mezquitas (léase lugares de culto, mezquitas con alminar y almuédano hay muy pocas).

La Plataforma rastrea redes sociales y medios de comunicación en busca de abundantes ejemplos de islamofobia, que relaciona.

Dos curiosidades. En este informe sobre islamofobia aparece una encuesta internacional que refleja la percepción generalizada en países occidentales que el porcentaje de musulmanes es muy superior al real, en España se cree que son el 14% de la población y la realidad ronda el 4%.

De los datos del ministerio del Interior llama la atención que el mayor número de casos de racismo se registran en el País Vasco y Cataluña (luego van Madrid y Andalucía).

Lo anterior da pie para traer a esta columna a un personaje de actualidad como Marta Ferrusola, que ya en 2001, en pleno reinado de la dinastía Pujol en Cataluña, alertaba del riesgo de desaparición de las iglesias románicas sustituidas por mezquitas. En muchos aspectos, los Pujol-Ferrusola han sido unos adelantados a su tiempo.

Los nacionalismos -todos- nunca se han llevado bien con la inmigración, la diversidad y la tolerancia, y en muchas ocasiones presentan tendencia a saltarse la ley.

Volviendo a la seguridad, la realidad de la calle parece que va por caminos distintos al discurso generalizado en política y medios de comunicación sobre amenazas y riesgos, con el terrorismo radical islámico como justificación macro de todo lo que ocurre y de todo lo que se hace, ya sea policial, industrial o militar.

En términos de convivencia, de cohesión social e incluso de número de delincuentes y víctimas, destaca el racismo y más específicamente la islamofobia como el fenómeno más preocupante, junto con un mercado ilegal de armas descontrolado, en Bengasi o en Bilbao, este mismo año la policía se incautó en nuestro país de 9.000 fusiles de asalto militares (no sé si existen fusiles de asalto civiles).

Aparentemente los responsables políticos y los organismos que se dedican a la seguridad conocen todo esto, aunque su discurso público se oriente en otra dirección.

El crecimiento de la islamofobia, como variante mas frecuente de los delitos de odio, sería una conquista del terrorismo yihadista, sería su mayor logro, junto con excesos de la lucha antiterrorista que limiten las libertades de los ciudadanos.

Sin establecer comparaciones, ahí quedan amenazas tan serias al menos como las que se utilizan a diario para asustarnos.

Fuente original: http://contextospnd.blogspot.com.es/2017/05/peligro-islamofobia.html

martes, 30 de mayo de 2017

Laicismo y República en España


Laicismo y República en España



Quiero retomar un artículo publicado hace unos años sobre «el laicismo»; y lo hago ahora que Hacienda está en campaña para cobrarnos la renta y como el Estado no cumple con el artículo 16.3 de la Constitución, cuando dice que: «Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la iglesia católica y las demás confesiones…». Nada es lo que parece ni es lo que debería ser.
Hemos visto como el Estado se entromete en la conciencia personal y colectiva, sin garantizar, como mandata la Constitución, los derechos vinculados al libre desarrollo de la personalidad, como son la libertad ideológica, religiosa y de culto. Conocemos como el Estado se entromete en la conciencia personal y colectiva, al dotar de oficialidad la asignatura de religión católica en la escuela. Conocemos como el Estado se entromete, desde un punto de vista religioso, en el derecho a decidir de las mujeres, reformando la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Conocemos como el Estado se entromete en las conciencias, al establecer protocolos religiosos católicos en los actos de Estado. Conocemos como el Estado incumple la Constitución contra la igualdad de los ciudadanos ante la ley y el respeto a su libertad de conciencia.
Los responsables de las instituciones del Estado, no representan a unos u otros, según conveniencia; representan siempre a la totalidad y a los intereses generales, no a grupos, por mayoritarios que estos pretendan decir ser, ni a capillitas ideológicas alejadas de procedimientos democráticos y de las libertades. La libertad ideológica tiene una vertiente íntima, relacionada con el derecho de cada uno a tener su propia visión de la realidad, así como mantener todo tipo de ideas u opiniones, con la posibilidad de compartir y transmitir, en definitiva exteriorizar esas ideas. Pero de esto a apoderarse del patrimonio común, en detrimento de otras alternativas ideológicas o no, como la de ateos y agnósticos, que han visto limitado su derecho a manifestación por las calles de Madrid, en perjuicio del derecho de manifestar ideas y convicciones en libertad.
«España ha dejado de ser católica», decía en las Cortes el Presidente del Consejo de Ministros Manuel Azaña: «el problema político consiguiente es organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e histórica el pueblo español». En 1978, el espíritu nacional-catolicismo y del «Movimiento» estaban vivos y costó incorporar la frase «Ninguna confesión tendrá carácter estatal», lo que era como proclamar la aconfesionalidad y neutralidad del Estado en materia religiosa, acorde con los principios de libertad y pluralismo político. Nos decían que en el desarrollo de la ley orgánica quedaría todo claro, pero no se produjo la real ruptura entre el Estado y la iglesia, que hubiera sido la solución para la necesaria regeneración democrática. Demasiados polvos históricos acumulamos, nos han traído a la situación actual, donde la iglesia, alejándose cada vez más de ser un poder fáctico, se convierte de nuevo en un poder real.
La redacción del artículo 16, durante el debate, fue sinuoso, pero no conflictivo. Hubo más acuerdo de lo que tendría que haber habido. Al derecho a no declarar sobre las creencias religiosas, se le sumó el de no hacerlo tampoco sobre la ideología. El apartado 3 no figuraba en el primer borrador, aunque en el Anteproyecto ya estaba incorporado. La mención a la iglesia católica, se introdujo en el Dictamen de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas, por la enmienda presentada por UCD y Alianza Popular (antecesores del actual Partido Popular). Ninguna confesión tendrá carácter estatal, pero la cooperación con la iglesia católica será especial; algo así como todos somos iguales ante la ley, salvo para algunos y algunas cosas.
El valor fundamental de un Estado aconfesional y laico, es el respeto a las creencias de toda la ciudadanía, al derecho de cada persona a pensar según sus propios criterios, a que todo posicionamiento religioso o espiritual no vulnere los derechos ajenos. No es imponer ideas a nadie, es aspirar a que la religiosidad no vulnere la neutralidad ideológica a la que están obligadas las instituciones, y a que todos, profesemos la religión que profesemos o no profesemos ninguna, tengamos cabida, en igualdad de condiciones, en la sociedad plural y tolerante y por tanto democrática.
El laicismo defiende la separación entre el Estado y las iglesias u organizaciones religiosas; el laicismo garantiza la libertad de conciencia, contemplada en la Constitución, y avala el cumplimiento del respeto a la libertad de pensamiento y a la libre elección de la moral privada. Por lo tanto, el laicismo no impone, defiende los derechos ciudadanos ante la imposición, dice Coral Bravo, miembro de Europa Laica: «laicismo es tolerancia, el laicismo garantiza la hermandad y la concordia. El laicismo nada tuvo que ver con el nazismo, sino todo lo contrario, y el laicismo no sólo no conduce al fin de ninguna democracia, sino que, justamente, ninguna democracia es tal si no es laica, si no respeta la libertad de creencias de la ciudadanía»
Hay que terminar con la influencia de la iglesia en la escuela, así como con la simbología religiosa en las instituciones del Estado, prohibiendo que los cargos públicos, como tales acudan, representando al Estado, a los actos religiosos. Hay que desvincular los actos de Estado a las ceremonias de la iglesia y poner fin a la financiación pública de de la iglesia católica. Para establecer un Estado auténticamente laico, tenemos la obligación de romper con la iglesia católica por decencia y dignidad. Es una institución que participó activamente en la represión franquista, sin que haya dado muestra alguna de perdón o reconocimiento hacia las víctimas. No es una institución ejemplar, es opaca y antidemocrática, alejada del principio de igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. Sin romper con esta institución, que oprime conciencias y controla gobiernos, jamás entraremos en la era de modernidad que necesitamos para el mayor bienestar.
Siendo respetuoso con las personas que profesan alguna religión, como ciudadano libre, que paga sus impuestos, me siento perjudicado en mis derechos e insultado en mi inteligencia.
@caval100
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

lunes, 29 de mayo de 2017

MONSENOR ROSA CHAVEZ ES NOMBRADO CARDENAL POR EL PAPA FRANCISCO.



Audio en MONCADA

Una destacada noticia ha causado gran impacto en El Salvador este domingo, luego que desde el Vaticano se conociera el nombramiento del primer cardenal salvadoreño en la historia, algo que ya habían experimentado la mayoría de países centroamericanos, pero negado para este país llamado el Pulgarcito de América.

Muchas emociones y opiniones se han expresado por la población en general desde entonces, al conocerse que monseñor Gregorio Rosa Chávez será nombrado cardenal el próximo 28 de junio, junto a Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, España; Jean Zerbo, arzobispo de Bamako en Mali; Anders Arborelius, obispo de Estocolmo, Suecia y Louis-Marie Ling, vicario apostólico de Paksé, en Laos.

Por su lado, el gobierno de El Salvador, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, ha expresado su congratulación por el anuncio del papa Francisco al nominar con el título de cardenal al obispo auxiliar de San Salvador; mientras a ese respecto, se califican como invaluables las contribuciones del recordado monseñor Arturo Rivera y Damas, y del mismo Rosa Chávez como su obispo auxiliar , y que fueron fundamentales en el proceso de diálogo y negociación que permitió llegar a la firma de los Acuerdos de Paz en 1992, y que pusieran fin al conflicto armado en el país.

El mismo presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, ha manifestado su alegría por tal anuncio al escribir en su cuenta de twitter, y además mostrar sus felicitaciones y reconocimiento a Monseñor Rosa Chávez por tan importante nominación.

En general se ha palpado la satisfacción de la gran mayoría de ciudadanos que se han expresado al respecto, principalmente por las diferentes redes sociales, donde se ha saludado que se hubiera hecho justicia con una personalidad que ha acompañado a su pueblo durante muchos años de la historia contemporánea, llena de tantas vicisitudes que han impactado a diferentes generaciones de salvadoreños.

Son pocos los que se han atrevido a expresar rechazo o malestar públicamente, que en todo caso y con seguridad representan los sectores más conservadores del país, que igual celebraron con champán el día terrible en el que fue vilmente asesinado Oscar Arnulfo Romero, hoy beato de la iglesia y cerca de su canonización.

Este corresponsal recuerda desde hace muchos años a monseñor Rosa Chávez, cuando él era seminarista mayor del capitalino Seminario San José de la Montaña, en tiempos en los que el padre Rutilio Grande fue su superior hasta que concluyera sus estudios a fines de los años sesenta, para luego ser ordenado sacerdote. 

Al igual que con el asesinato del padre Rutilio en 1977, Rosa Chávez también fue conmovido, como el resto de la población, por los crímenes contra algunos de sus coetáneos y condiscípulos del seminario ya ejerciendo el sacerdocio; como Alfonso Navarro y Ernesto Barrera, entre otros; por lo que luego se ser nombrado obispo auxiliar de San Salvador en julio de 1982, ya cargaba con todas esas fuertes vivencias que le marcaron su episcopado, y que tuvieron la mayor expresión con el martirio del beato Romero.

Por esa trayectoria de acompañante de los momentos difíciles del pueblo, y la defensa de sus derechos, ha sido muy apreciado por la feligresía; principalmente por mantenerse en consecuencia de los ejemplos de sus predecesores inmediatos. De tal manera que, en su momento, muchos salvadoreños consideraron que Rosa Chávez fuera escogido por el papa de ese tiempo al fallecer Arturo Rivera y Damas, como arzobispo de San Salvador; pero no fue así, ya que se prefirió a otras opciones.

A pesar de ello, Rosa Chávez mantuvo con humildad y compromiso su figura como obispo auxiliar, aunque muchos consideraran injusta tal situación; por lo que en mayor medida su nominación como cardenal llena con creces las expectativas de la mayoría de salvadoreños, quienes esperan el 28 de junio, cuando será parte del cuerpo cardenalicio de la iglesia católica como el primer salvadoreño en alcanzarlo.

Para los amigos oyentes de Radio Habana Cuba, reportó desde El Salvador, Centro América, Mario Zavaleta.

El Papa joven Sorrentino retrata a un pontifice que remueve los cimientos del cielo y la tierra


El Papa joven
Sorrentino retrata a un pontifice que remueve los cimientos del cielo y la tierra





Acabo de ver los diez capítulos de la serie “El joven Papa” (The Young Pope, 2016) del cineasta italiano Paolo Sorrentino y he tenido una experiencia iniciática. Es como si hubiese bebido un vino, exprimido por el propio Dionisio, en el Santo Grial.El actor inglés Jude Law (Lenny Belardo) encarna a Pio XIII, el primer Papa estadounidense de la historia. Su presencia cautiva al espectador desde el primer momento en el que aparece en escena. Este insolente Pontífice es un rebelde con causa; la reencarnación de Jesucristo; el niño abandonado; la máscara diabólica que arrastra la especie desde la era cavernaria.
“Lo que ha conseguido el británico bajo las órdenes de Sorrentino es de otro mundo. El mejor papel de Jude hasta la fecha”, escribió el crítico de cine Juan Sanguino en un excelente artículo publicado en Vanity Fair el 29 de diciembre de 2016, día en el que el actor cumplía 44 años.
La serie de Sorrentino para la HBO (Juego de Tronos) marca un punto de inflexión en el debate sobre lo pagano y lo sagrado. Es una obra renacentista jalonada con pinceladas de Miguel Ángel y Leonardo da Vinci. Algunas escenas nos recuerdan a Federico Fellini (hilaridad estrambótica), a Pasolini (sexo sin fronteras), a Visconti (elegancia y decadencia), a Buñuel, (simbolismo animalista) por citar varios ejemplos del mapa mundi.
Los personajes encarnan la incertidumbre, la imperfección, el pecado. Algunos son perversos, otros están tocados por la divinidad y buscan el equilibrio en el límite, en ese terreno místico que lo mismo te lleva a la locura que a la silla colocada a la diestra del Señor. Los clérigos y las monjas, enclaustrados en las magníficas dependencias del Vaticano, y en la majestuosa Capilla Sixtina, son poliédricos, hijos de esta época, supervivientes de la crisis de valores que asola al planeta.
El núcleo central de la obra es la duda, manifestada de forma implícita o explícita, acerca de la existencia de Dios: El Principio Fontanal, la Unidad Fontanal, como diría el filósofo Eugenio Trías.
Pio XIII arremete contra la tendencia de la Iglesia a abrirse al mundo, a darse baños de masas, a evangelizar, lo que considera puro marketing y exhibicionismo. Lenny, que aprovecha su magnetismo y sensualidad para seducir hasta al propio diablo, prefiere la distancia, lo oculto, el misterio. Afirma que la Iglesia perderá a todos sus fieles si sigue abriendo los brazos cual pulpo sacrosanto. Predica, por lo tanto, recuperar el poder de lo invisible y lo esotérico para volver a fascinar a la humanidad. Dice también que es más fácil amar a Dios que a los hombres, ya que lo segundo le resulta penoso.
The Young Pope cuenta con la interpretación colosal de Javier Cámara (Monsignor Gutierrez), Silvio Orlando (Cardenal Vioello) y Diane Keaton en el papel de la hermana Mary. Ella se encargó de la educación de Lenny cuando fue abandonado en un orfanato por sus padres hippies. El relato está lleno de sorpresas y aciertos. Es una obra culta que no deja a nadie indiferente. Puede convertir en ateos a los creyentes y viceversa.
Paulo Sorrentino pone en los ojos de cada espectador cristales de diferentes colores. El ritmo de la serie es lento, venenoso, sedante, afrodisíaco. Lo sacro y lo pagano danzan enroscados, cual siamés Dios-Diablo. Jesucristo (Pio XIII) ve ensimismado cómo un canguro salta en los jardines del Vaticano, (cuando él le pide que lo haga). En ese momento el marsupial se asemeja a Lucifer. El Papa sonríe.
La serie aborda el tema de la homosexualidad, la pedofilia y el aborto con imágenes inquietantes. El guiño pícaro del Papa al comienzo de cada capítulo es tan provocativo y enigmático como la sonrisa de la Mona lisa. Los perfiles y los diálogos son sólo una pátina. Para ir al fondo es necesario ver con el tercer ojo y escuchar con los oídos de ángeles, súcubos e íncubos.
La galería de cuadros de la serie forma una secuencia armónica que no tiene desperdicio. Al inicio de cada capítulo la cámara se posa un instante en la Mujer Barbuda de Ribera y sigue acariciando otras obras de arte. Ya casi en el desenlace, el autor se recrea en ese ser andrógino que da de mamar a un niño, y, va dejando todas las puertas abiertas. Habrá una segunda parte de la serie, “The New Pope”, que sin duda volverá a remover el suelo del que nos erguimos hace millones de años para coger con las manos la fruta de los árboles. Ese recuerdo está impreso en la red cervical.
Y vuelve a cantar Quiquiriquí el Noble Gallo Benevantano para recordar lo importante que es la cultura como motor de cambio del mundo. Un pueblo culto es la mayor amenaza imaginable al poder establecido. La quema y prohibición de libros ha salvado muchos tronos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Los 28 objetivos de Trump en su visita al triángulo de las religiones semíticas

Los 28 objetivos de Trump en su visita al triángulo de las religiones semíticas



Da igual que Arabia Saudí, Israel y el Vaticano no representen ni a los fieles del Islam, el judaísmo y el cristianismo ni a dichos credos, pero han sido los primeros destinos de Trump como presidente para:
  1. Utilizar la caduca farsa de la “alianza de religiones” contra la otra farsa, el terrorismo islámico, pretende justificar la pseudo doctrina de Choque de Civilizaciones, una cortina de humo para ocultar el principal problema de la humanidad, que es el terrorismo del hambre, fruto del capitalismo, que asesina cada día a decenas de miles de personas sin importarle su credo.
Los otros objetivos del equipo de Trump en realizar dichos viajes han sido:
  1. Otorgar relevancia a un Trump rechazado a nivel mundial. Los últimos presidentes realizaron su primer viaje a los países vecinos.
  2. Reducir la presión sobre Trump, que está acusado de poner en peligro la seguridad nacional, con logros comerciales y militares en Oriente Próximo, y así sobornar a las compañías petrolíferas y militares que controlan las dos cámaras.
EEUU vuelve a abrazar a Arabia Saudi
No es ninguna casualidad que la visita de Trump y su séquito a Riad se programase para el 19 de mayo, el día de las elecciones presidenciales de Irán, con el fin de influir en sus resultados. Entre otros objetivos, la administración Trump buscaba:
  1. Imitar a Obama, quien acudió a la sede de los Hermanos Musulmanes en Egipto, para pronunciar un discurso con varias letras pequeñas.
  2. Mostrar que no es islamófobo, algo que ya sabíamos: él es aporófobo. Expulsa a los pobres, sean mexicanos, árabes o indios, que no a sus élites mafiosas.
  3. Revitalizar las alianzas tradicionales en la región, debilitadas en la era de Obama, y prometer a las élites sunitas del Golfo Pérsico que su estabilidad estaba asegurada.
  4. Recuperar la estrategia tradicional de EEUU de apoyar la estabilidad de las monarquías árabes (que también mantienen, a golpe de sus dólares, el orden en Jordania, Egipto y Pakistán) para mantener el actual mapa global de las rutas comerciales de la región. Apoyar el Islam político (siempre de derecha y fundamentalista) forma parte de esta política.
  5. Hacer negocios: mil millones de dólares, saqueados de las arcas públicas de Arabia, para crear miles de puestos de trabajo en las empresas de armas de EEUU. Manchados de sangre de los yemeníes, sirios o iraquíes, entre otros pueblos. Los misiles que fabriquen apuntarán a Irán. Así acabará también con las voces críticas con Arabia Saudi en las filas del Partido Demócrata.
  6. Conseguir cien millones de dólares para el negocio de mujeres emprendedoras de Ivanka Trump en el Fondo Monetario Internacional, así como consolidar los negocios propios de Trump, como un complejo hotelero. La prensa revela que desde el anuncio de su candidatura, Trump ha creado al menos 46 nuevas empresas.
  7. Expulsar a Rusia del negocio de armas con Arabia, que mostraba interés por los misiles tácticos Iskandar rusos.
  8. Exhibir la fuerte presencia militar de EEUU en el Golfo Pérsico, algo reducido en la era de Obama por su prioridad de contener a China.
  9. Aumentar el peso de Arabia Saudi en la región en perjuicio de Irán y Turquía, países difíciles de domar.
  10. Conseguir que los wahabíes saudíes, algo menospreciados por Obama, suavicen sus ataques verbales a EEUU.
  11. Acercar a los líderes árabes a Israel, a partir de una alianza tácita contra Irán, nombre del país más repetido en la cumbre. ¡Ni una mención a Palestina! Trump ha puesto los cimientos materiales de una gran guerra chiita-sunita de los 55 países sunitas presentes en el encuentro contra Irán, construyendo la OTAN árabe. Así, serán los jeques quienes financien las guerras de EEUU en la región.
  12. Consolar a la Casa Saud por haber sido objeto de los ataques del Trump candidato por varias razones: no acoger a los refugiados sirios, donar millones de dólares a la Fundación Clinton, pretender que EEUU le hiciera el trabajo sucio en Siria, volar las Torres Gemelas (como afirmaba la CIA), tener a mujeres esclavizadas y matar a los gays.
  13. Pasar un rato divertido, riéndose de la audiencia que escuchaba las patrañas de ser aliados en la lucha antiterrorista, siendo ambos patrocinadores del yihadismo desde 1978. La misma CIA condecoró con la medalla George Tenet al príncipe heredero Saudi Mohammed por su lucha contra el terror. Otra cosa es pretender neutralizar al sector antioccidental (que no antiimperialista) de la Casa.
  14. Ignorar y desactivar la Ley de Justicia contra los Patrocinadores del Terrorismo que denuncia a Arabia Saudi por el 11-S, que el propio Trump defendía cuando era candidato, o sea que el terrorismo islámico no es fruto de la exclusión de los musulmanes.
  15. Mostrar el poder de convocatoria del rey Salman, que reunió a unos 50 jefes de Estado musulmanes en Riad para recibir a Trump, y así justificar esta infame alianza con un peso pesado.
  16. Sabotear los intentos de Irán de reconciliarse con Arabia Saudí, empujándoles a una terrible guerra.
  17. Construir una nueva alianza entre EEUU, los Estados sunitas (árabes, turcos, paquistaníes, etc) e Israel contra Irán, gran rival geopolítico, al que declararon “el mayor patrocinador del terrorismo mundial”.
  18. Regalar una carta verde a los saudíes para entrar en una guerra con Irán, a pesar de que puede terminar con la propia existencia de Arabia Saudí.
Luna de Miel con Israel
En el 50 aniversario de la ocupación de Palestina, y en medio de una huelga de hambre de cientos de presos políticos palestinos en cárceles israelíes, el presidente de EEUU pisaba Israel para:
  1. Reparar los daños asestados por Obama a la extemaderecha judía al no destruir Irán y encima firmar el acuerdo nuclear con el gran rival en la zona. Y eso a pesar de que Obama concedió a Israel la ayuda más grande de la historia de EEUU (38.000 millones de dólares), apoyó todas sus agresiones a Gaza y no reconoció el Estado palestino por la ONU. Pero, si unos 130 países ya han reconocido el Estado palestino, ¿a qué esperan para fundarlo? ¡Si Lenin estuviera ahora en Palestina!
  2. Fingir que busca el acuerdo final de paz entre palestinos e israelíes, cuando no tienen ningún plan propio. EEUU no puede mediar en este conflicto ya que no es imparcial: nunca ha presionado a Israel para que respete los acuerdos internacionales al respecto. Es posible que eche mano de la propuesta de la Liga Árabe de 2002 de reconocer un Estado palestino con Jerusalén oriental como capital a cambio de que los países árabes reconozcan a Israel. Aunque por la naturaleza imperialista de este país, también este plan de paz será archivado.. Por lo que EEUU continuará con la pantomima de negociaciones de paz para que Israel siga ampliando los asentamientos (3.000 más desde la toma del poder de Trump) y se dedicará a gestionar el conflicto.
  3. Introducir, en realidad, el factor incertidumbre en las relaciones de EEUU con Israel y Palestina: ha retrocedido de la promesa de reconocer Jerusalén como la capital indivisible de Israel, petición aprobada por el Congreso en 1995, pero a la que los presidentes de EEUU, cada seis meses, han tendido que firmar la renuncia, retrasando el traslado por “razones de seguridad nacional”. La visita de Trump ha tenido lugar antes del 1 de junio, fecha en que toca volver a firmarla. No quería mayor tensión en las relaciones.
  4. Echar una mano a Netanyahu, ahora que está acusado de fraude y soborno. Los gazatíes deben prepararse para un nuevo ataque de Israel, que suele utilizar la cortina de humo de las bombas para desviar las miradas de los trapos sucios internos.
  5. Trump presionó a Abás para hacer más concesiones por la paz, como abandonar la violencia, eliminar la imagen negativa de Israel en los libros de texto y cortar la ayuda a los familiares de los presos palestinos en cárceles israelíes. Mientras, no pide lo mismo a Israel: que deje de matar a los palestinos, de derruir sus casas o de arrancar sus olivos.
  6. Seguir cooperando en el desmantelamiento y la balcanización de los países grandes de la zona, como lo han hecho en Sudán, Irak, Yemen o Siria, y están decididos en convertir a Irán en el próximo.
El Vaticano como el poder blando de Occidente
Obviamente, un Papa goza de más prestigio internacional que un presidente de EEUU. No en vano, George Bush visitó el Vaticano en seis ocasiones para conseguir su apoyo y Obama, en dos. En su encuentro con Francisco, dijo que iba a hablar de “la pobreza y la desigualdad”. Vale, hablar no hace daño a los ricos. El nuevo presidente de EEUU se ha apresurado hacerse una foto con Francisco, por:
  1. Conseguir la legitimidad de un Papa carismático que le tachó de “no cristiano” por querer levantar muros contra los inmigrantes, que no puentes. Pero Bergoglio muestra una profunda incoherencia estrechando la mano de un magnate que ha comprado el poder político y presume de ser belicista, aporófobo, misógino y va a robar las pocas conquistas sociales de los trabajadores de EEUU, queriendo privatizar hasta los servicios sociales. Su asalto es de tal magnitud que algunos clérigos católicos estadounidense están dando prioridad a la justicia económica y los derechos de los inmigrantes antes que ir contra el aborto.
“Si usted es el Papa del pueblo en EEUU, entonces tiene un problema cuando la misma gente vota a Trump”, advierte el analista Iacopo Scaramuzzi. Ronald Reagan y Juan Pablo II se unieron para luchar contra el “comunismo ateo”, ¿cuál es el papel de Francisco en el diseño estadounidense del mundo?
Fuente: http://blogs.publico.es/puntoyseguido/3920/los-28-objetivos-de-trump-en-su-visita-al-triangulo-de-las-religiones-semiticas/

miércoles, 24 de mayo de 2017

Hubo un profeta enviado por Dios: Gentileza

Hubo un profeta enviado por Dios: Gentileza

23/05/2017
Seguramente en Río de Janeiro muchos habrán conocido aquella figura singular de cabellos largos, barba blanca, vistiendo una bata albísima con apliques llenos de mensajes. Cargaba un estandarte en la mano con muchos dichos en rojo. Desde comienzos de 1970 hasta su muerte en 1996 recorría toda la ciudad, viajaba en las barcas Rio-Niterói, se subía a los trenes y autobuses para hacer su predicación.
A partir de 1980 llenó las pilastras del viaducto de Cajú, cerca de la estación de autobuses de Río, con inscripciones verdeamarillas haciendo su crítica del mundo actual y proponiendo su alternativa al malestar de nuestra civilización. No era un loco como parecía, sino un profeta del temple de los profetas bíblicos como Amós u Oseas.
Como todo profeta sintió también un llamamiento divino que vino a través de un acontecimiento de gran densidad trágica: el incendio del circo norteamericano en Niterói el 17 de diciembre de 1961 en el que murieron calcinadas unas 400 personas.
Era un pequeño empresario de transporte de carga en Guadalupe, barrio de la periferia del gran Río. Sabedor de aquella tragedia, se sintió llamado a ser el consolador de las familias de estas víctimas.
Dejó todo atrás, tomó uno de sus camiones, puso sobre él dos pipas de cien litros de vino y se fue junto a las barcas allí en Niterói. Distribuía el vino en pequeños vasos de plástico diciendo: “Quien quiera tomar vino no tiene que pagar nada, sólo pedirlo por gentileza, sólo decir agradecido”.
José de Trino, ese era su nombre, comenzó a llamarse José Agradecido o Profeta Gentileza. Interpretó la quema del circo como una metáfora de la quema del mundo tal como está organizado: es un circo montado por el diablo-capital… que vende todo, destruye todo, destruyendo la propia humanidad.
Hizo una pequeña miniatura del mundo-Gentileza transformando el lugar del incendio en un hermoso jardín, llamado Paraíso Gentileza.
El cuarto aplique de su bata decía: La Gentileza es el remedio de todos los males, amor y libertad. Y lo fundamentaba así: Dios-Padre es Gentileza que genera al Hijo por Gentileza… Por eso, Gentileza genera Gentileza.
Enseñaba con insistencia: “en lugar de muchas gracias deberíamos decir agradecido y en vez de por favor usar por gentileza, porque nadie está obligado a nada y debemos ser gentiles unos con otros y relacionarnos por amor y no por favor”.
Junto con el principio de geometría (Pascal), típico del pensamiento científico- técnico dominante, la Gentileza (espíritu de finura de Pascal) funda un principio alternativo de convivencia civilizada, principio descuidado por la modernidad y hoy de extrema importancia para humanizar las relaciones demasiado funcionales y frías y marcadas por la truculencia.
La crítica de la modernidad no es monopolio de los maestros de la Escuela de Fráncfort. El Profeta Gentileza, representante del pensamiento popular y sapiencial, llegó a la misma conclusión que aquellos maestros. Pero estuvo más acertado que ellos al proponer la alternativa: la Gentileza como irradiación del cuidado y de la ternura esencial hacia los demás y principalmente hacia la naturaleza.
Este paradigma tiene más posibilidades de humanizarnos y de garantizar la preservación de la vida amenazada del planeta que el que ardió en el circo de Niterói.
La cultura del capital es la principal, no la única, responsable del calentamiento global y de la insostenibilidad del sistema-Tierra y del sistema-vida.
O damos razón al Profeta Gentileza y asumimos su propuesta del paradigma de la Gentileza que supone una relación respetuosa y cuidadosa con la naturaleza, o podremos ir al encuentro de lo peor. El futuro de la vida y de nuestra civilización dependen de la Gentileza.
Podemos decir: hubo un hombre simple y pobre, ignorante de los saberes científicos de nuestro tiempo, pero portador de una sabiduría cordial y amiga de la vida, que nos fue enviado por Dios. Nos ofreció la clave para salir de nuestros impasses actuales: por el paradigma de la Gentileza.
¿Quién escuchó y siguió al Profeta Gentileza? Fue una voz proclamada en el desierto de la gran ciudad.
El Profeta Gentileza nos remite al relato triste del libro del Eclesiastés en el que se lee: “Había una pequeña ciudad de pocos habitantes: un rey poderoso marchó sobre ella, la rodeó y levantó contra ella grandes obras de asedio. En la ciudad había un hombre pobre, pero sabio, que podría haber salvado la ciudad con su sabiduría. Pero nadie se acordó de aquel hombre, porque era pobre. Y la ciudad fue tomada y destruida” (Ecl 9, 14-16).
Y comenta, apesadumbrado, el Eclesiastés: “Más vale la sabiduría que el poder, pero la sabiduría del pobre es menospreciada y sus palabras no se escuchan” (Ecl 9, 16).
Ojalá esta actitud de desvalorización de la sabiduría del pobre no se perpetúe. Ella posee una verdad escondida que, descubierta y acogida, nos puede proteger de catástrofes altamente destructivas.
Pero si cultivamos la Gentileza que genera Gentileza, como una relación alternativa hacia la naturaleza, con seguridad habremos escogido el comportamiento adecuado que nos podrá salvar.
*Leonardo Boff es filósofo, teólogo y columnista del JB online.
Traducción de Mª José Gavito Milano

Contra la cruz a la Iglesia y fines sociales en el IRPF Víctor Arrogante

Contra la cruz a la Iglesia y fines sociales en el IRPF



La financiación de la Iglesia Católica a través de la declaración de la renta es injusta. Quienes marcan la casilla no pagan un 0,7% más, sino que se detrae del conjunto de lo recaudado anualmente, es decir que «todos pagamos» aun sin tener voluntad para ello. El culto y el clero de cualquier organización religiosa y de las organizaciones a su servicio, debe estar financiado por sus fieles. Las necesidades sociales, no deben ser voluntad del contribuyente o establecidas por las organizaciones sociales, sino que han de formar parte de las políticas del Estado, en función del interés general.En su día, cuanto se implantó el sistema, fui defensor de incluir la casilla de «otros fines sociales». Pasados cerca de treinta años se dan otras circunstancias que me llevan a ser contrario a ello. Las creencias se las han de pagar quien las tenga y la Iglesia buscar los fondos entre sus fieles. Es necesario que se elimine la asignación tributaria a través del IRPF, privilegio que se mantiene por el Concordato y los Acuerdos de 1979. Izquierda Unida reclama al Gobierno que derogue los acuerdos con el Vaticano, por «vulneran el principio de independencia entre la Iglesia y el Estado» que viene a amparar «la financiación de la Iglesia Católica con fondos públicos y el adoctrinamiento religioso en todos los niveles del sistema educativo».
La Iglesia disfruta de un verdadero paraíso fiscal, según afirma Europa Laica en su informe Opacidad y Financiación de la Iglesia Católica. Mientras aumenta la pobreza y se privatizan los servicios públicos, el Estado aporta a la Iglesia Católica, a través de subvenciones directas y exención de tributos, una cifra que supera los once mil millones de euros anuales, lo que supone más del 1% del Producto Interior Bruto, para el sustento del culto y el clero, mantener diócesis, seminarios, realizar manifestaciones políticas partidarias, lanzar campañas de discriminación y segregación en razón del género, en contra de la libertad de la mujer para decidir sobre su maternidad, o sobre la libre elección de la orientación sexual, los avances científicos, la eutanasia o la muerte digna; incluso para financiar cadenas de televisión privadas, como 13TV.
Sólo por la vía del IRPF, la Conferencia Episcopal recibió en el último ejercicio 251 millones de euros, pero no es todo el dinero que recibe anualmente de los fondos públicos. Como se ha señalado esa cantidad se eleva hasta los 11.000 millones de euros en distintos conceptos, que van desde los conciertos a los colegios católicos, financiación de centros sanitarios, sociales o militares gestionados por la Iglesia. Exenciones fiscales en el IBI, valoradas en 3.000 millones al año, 4.600 millones para pagar a los 16.000 profesores de religión y los conciertos con los centros religiosos, 3.200 millones para dispensarios, hospitales y centros de salud dirigidos por órdenes religiosas, y otros 500 millones para la conservación del patrimonio artístico propiedad de la Iglesia. El Congreso exigirá al Tribunal de Cuentas la fiscalización del dinero que la Iglesia, después de que el tribunal haya rechazado hacerlo con los votos del PP.
En 1988 se articuló una asignación tributaria, consistente en el 0,5239% del IRPF. Esta asignación nunca cubrió las necesidades de la Iglesia, por lo que se tuvo que instrumentar un complemento. A partir de la declaración de la renta de 2007, este porcentaje se incrementó has el 0,7% y desapareció el complemento estatal, más allá del resto de ingresos que hemos mencionado
El «Instrumento de ratificación del Acuerdo entre el Estado Español y la Santa Sede sobre asuntos económicos» se firmó en Ciudad del Vaticano el 3 de enero de 1979, unos días después de la entrada en vigor de la actual Constitución. Los acuerdos venían a reformar el Concordato de 1953, firmado entre Pío XII y Franco, bajo los principios del nacional-catolicismo imperante. Desde entonces seguimos pagando a la Iglesia y ellos siguen adoctrinando. En 1979 no es que se firmara a contracorriente, sino a traición, con el silencio de muchos, el desconcierto de algunos y el desconocimiento de la mayoría. Desde entonces y siempre, siguen perpetuando sus privilegios.
Algunas de las razones que Europa Laica argumenta para no marcar las casillas del IRPF, ni para la Iglesia ni fines sociales, se relacionan con la discriminación que supone para los contribuyentes; porque quienes marcan estas casillas reducen su aportación a los gastos públicos en un 0,7%, conculcando el artículo 31 de la Constitución: «Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo…».
La propia existencia de esta casilla refleja el apoyo del Estado a la religión Católica, discriminando otras creencias distintas, por lo que se conculca así el principio de no discriminación por razón de creencias regulado en el artículo 14 CE, que reconoce que «Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión… ». El Estado no se debe convertirse en recaudador de organizaciones privadas, además de que la asignación que se lleva la Iglesia, se detrae de las políticas públicas para escuelas, hospitales, servicios sociales, infraestructuras, medio ambiente o promoción del empleo.
Por otro lado la casilla para «otros fines de interés social», también debe desaparecer. Los motivos podrían ser más difíciles de explicar y entender, pero es necesaria su eliminación, porque el origen de su existencia está basado en un engaño; una gran coartada para introducir y perpetuar la casilla de la Iglesia Católica en el IRPF; además una parte considerable de la asignación a fines de interés social va a entidades de la propia Iglesia, por lo que recibe fondos por las dos vías. El espíritu solidario que se presupone a quien marca esta casilla, no puede llevarse a cabo con el dinero de todos. El que quiera ser solidario que lo haga de su propio bolsillo pero no a costa de la hucha común. En todo caso, los «fines de interés social», no deben depender de la voluntad de los contribuyentes, ni establecido por las organizaciones sociales, sino que deben formar parte de las políticas sociales del Estado, de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos en función del interés general.
El artículo 16.3 de la Constitución establece que «Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones». De otra parte, el Acuerdo sobre Asuntos Económicos entre la Santa Sede y el Estado Español, de enero de 1979, en su Artículo II.1, establece que «el Estado se compromete a colaborar con la Iglesia Católica en la consecución de su adecuado sostenimiento económico, con respeto absoluto del principio de libertad religiosa». Pero cooperación y colaboración no es financiación directa ni subvención permanente.
Quién quiera Iglesias que se las pague, como cuando uno quiere peces se tiene que mojar. Para establecer un Estado auténticamente laico, la Constitución tendría que estar redactada de otra forma, pero se hizo como se hizo y como en otras tantas materias, dice lo uno, lo otro y lo contrario. El Estado ha de romper con la Iglesia que oprime conciencias, controla gobiernos y vive a costa del erario público.
El debate de la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2017, brinda una oportunidad idónea para suprimir las casillas del Impuesto de la Renta. La existencia de la casilla «otros fines sociales», es la cortada para mantener la de la Iglesia Católica, pareciendo que es una opción voluntaria, cuando no lo es y no debemos consentirlo.
@caval100
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

martes, 16 de mayo de 2017

Fátima, una violación infantil


Estos días acaban de cumplirse cien años de las llamadas apariciones de María en Fátima (Portugal)
Fátima, una violación infantil



Una presencia de María extraña, doliente, llorando por la maldad del mundo. Y pide sacrificios para lograr aplacar la ira de dios, de lo contrario anuncia castigos cósmicos. Las visiones tienen como protagonistas a unos niños analfabetos, campesinos, fácilmente manipulables por estar anclados en un ambiente crédulo. Y reciben mensajes con tinte político, advierten en 1917 del peligro que genera Rusia para la paz del mundo, en plena Primera Guerra Mundial con millones de muertos, de la que nada se dice, y en medio de la gran revolución moscovita dirigida por Lenin, de la que sí se habla. Se habla del comunismo y la conversión de Rusia. El tratado de Versalles, del que se guarda silencio, se manifestaría como un preludio y provocación de guerra para los analistas políticos, y no se atisba en sus predicciones divinas la Segunda Guerra Mundial ni el nazismo, con la grave y aniquiladora amenaza sobre el pueblo judío de la propia virgen María. Diríamos que en sus predicciones les dejó en la estacada.
El papa Francisco ha canonizado este mayo a Francisco y Jacinta, dos de los niños videntes de Fátima, que ya en el 2000 fueron beatificados por Juan Pablo II. Una curación de un niño brasileño justificaría esta canonización.
En el libro “Roma veduta” Celso Alcaina, quien durante varios años trabajó en la Curia Romana -“fui el encargado de estudiar presuntas apariciones y presuntos fenómenos misteriosos. En mi libro dedico un capítulo a apariciones y revelaciones. En otros capítulos me pronuncio sobre milagros y canonizaciones”- explica que el papa polaco, Juan Pablo II, beatificó y canonizó a más personas durante sus años al frente del Vaticano que todos sus antecesores juntos. “De siempre la canonización me ha parecido una injusticia, cuando no una puerilidad”, dice Alcaina en su libro. El que la Iglesia Católica ensalce o proponga como modelos a algunos de sus miembros después de su muerte no extraña, lo hacen los pueblos con sus próceres, el ejército con sus héroes y guerreros, las mafias con sus capos matones, el mundo del cine con sus directores, actores y películas. Cada uno a su modo. Históricamente todas las sociedades e instituciones honraron la memoria de sus héroes.
La normativa eclesiástica de beatificaciones y canonizaciones está plagada de puntos negros, incomprensibles, escandalosos. En el 2014 Francisco canonizó conjuntamente a Juan XXIII y a Juan Pablo II. Un acto de clara endogamia; por ejemplo, dispensó a Juan XXIII del segundo milagro, requerido por su Ley y norma para todos los candidatos a la canonización, fue una canonización exprés. Tampoco se tuvo en cuenta la repulsa de muchos fieles hacia Juan Pablo II por la involución operada respecto al Concilio Vaticano II y por su conocida desidia o complacencia en el tratamiento de eclesiásticos pederastas.
Y al teólogo y funcionario vaticano Alcaina la canonización siempre le ha parecido una injusticia, cuando no una puerilidad porque se le antoja “una intolerable discriminación de parte de Roma y también de Dios. Casi siempre está de por medio el dinero y a veces el oportunismo. Un dios que discrimina a sus criaturas, aunque sea positivamente, no es un dios que merezca la pena. Un dios que encumbra a los ricos y famosos, a los poderosos y fundadores de algo, a los amigos de los jerarcas, postergando a los humildes y anónimos, ése no es un dios que merezca la pena. ¿Por qué dios va a favorecer con un milagro a una determinada persona entre miles que piden lo mismo y que están en similares condiciones? ¿Por qué siempre se trata de curaciones corporales, por qué un candidato a santo no atiende al devoto que implora la interrupción repentina del avance devastador del Estado Islámico o la guerra de Siria? ¿Por qué no paraliza tsunamis como el del Pacífico Sur, de Japón o de Indonesia? ¿Por qué no multiplica panes y peces para millones de hambrientos, aunque sólo fuera para la India? ¿Por qué no cura repentinamente a todos los afectados por el cáncer, por la sordera o por la ceguera y no solamente a un individuo, por qué no provoca la súbita fertilidad del desierto en favor de millones de hambrientos o el repentino cese de todas guerras en aras de la concordia? El sistema eclesiástico actual de responsabilizar a dios de la santidad de una persona es inmoral. Es un descrédito del Creador”.
El origen de las canonizaciones se remonta a la apoteosis pagana. La deificación, a su muerte, de emperadores y otras destacadas personalidades. La canonización de los niños Francisco y Jacinta se enmarca en ese proselitismo. No son modelo de nada, no hay en ellos evidencia de virtudes heroicas, son niños, fueron víctimas de un episodio paranormal, en un contexto histórico especial, en el que la Iglesia estaba perseguida por parte de la Primera República en Portugal, el mundo estaba en guerra (los pastorcitos seguramente habrían oído hablar de la I Guerra mundial y de cómo los soldados partían a la guerra) y se vivía en un contexto religioso, que implicaba las llamadas misiones populares, con predicadores 'misioneros' que venían de fuera y que, desde lo alto de los púlpitos, aterrorizaban a los fieles con sermones sobre el temor de dios y el terror del infierno. Los niños oían todas estas cosas en la iglesia y en casa. Se trató posiblemente de una experiencia religiosa infantil bestial, violadora de sentimientos, aterradora. ¿Qué madre mostraría, como la virgen y aquellos predicadores energúmenos, el infierno a unos críos de 10, 9 y 7 años? Los pastorcitos quedaron marcados negativamente y, de alguna manera, con la vida quebrada en aquel combate contra el comunismo entre lágrimas marianas, el dolor divino, el rezo del rosario y la mortificación del cuerpo: “Santa María, madre de dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”. En cambio, nada se habló de la condena del nazismo aunque, como he dicho, afectara gravemente a los del pueblo de María, a los judíos. Sencillamente a su gente María dejó en la estacada.
El origen de las canonizaciones se remonta a la apoteosis pagana. La deificación, a su muerte, de emperadores y otras destacadas personalidades. Durante los tres primeros siglos fueron los obispos locales los responsables de dictaminar si un mártir había muerto por su fe. El obispo, de acuerdo con los obispos vecinos, declaraba “vindicatum” ese mártir y permitía su culto.
Sólo a partir del siglo IV los “confesores” fueron admitidos a la veneración pública de manera similar a los mártires. Los “confesores” eran cristianos ejemplares que, sin embargo, no habían muerto en defensa o por causa de su fe. A medida que el Cristianismo iba expandiéndose e institucionalizándose también fueron organizándose las canonizaciones. Los teólogos del siglo XVII discutieron sobre la eventual infalibilidad papal de las canonizaciones. Fue una de tantas discusiones bizantinas, que se colaron en nuestras Facultades teológicas hasta finales del pasado siglo. Mientras unos teólogos ponen el objeto de la infalibilidad en que el santo está en el cielo, otros lo ponen en el hecho de haber practicado virtudes heroicas.
Tras las fases informativa, jurídica y de ortodoxia, viene la eventual constatación del “milagro”. Será la señal divina de que Roma no se equivoca. Los expertos, normalmente médicos predeterminados, dictaminarán que el hecho extraordinario no tiene explicación en su campo de conocimiento. En la actualidad basta un milagro para ser beatificado y un ulterior milagro para ser canonizado santo. Hasta hace pocos años eran necesarios dos y dos. Los mártires no necesitan milagro alguno para su beatificación.
El Cristianismo, desde sus orígenes, ensalzó a los mártires llamándoles santos, sin necesidad de milagros. Pasaron algunos siglos y al elenco de los santos mártires se añadieron los confesores. Eran cristianos/as ejemplares no mártires. También sin milagros.
En el caso de Francisco y Jacinta el milagro fue que un niño brasileño se curó por intercesión de ellos, pero ¿de quién? ¿De Francisco o de Jacinta? ¿Fueron los dos quienes conjuntamente intercedieron ante Dios? Seguro que en Brasil hay miles, quizá millones, de niños aquejados de la misma enfermedad.
Una pena. ¡No tuvieron la suerte de que alguien invocara los nombres de los dos niños videntes de Fátima, y a dios y a la virgen se les pasó por alto!

lunes, 15 de mayo de 2017

¿Es atea la ciencia?

¿Es atea la ciencia?



La pregunta fue planteada por el bioquímico y divulgador científico Juan Antonio Aguilera Mochón en el desarrollo de su conferencia titulada «La ciencia frente a las creencias religiosas» celebrada hace unos días como parte del ciclo «Conocimiento, racionalidad y laicismo» organizado por el seminario Galileo Galilei de la Universidad de Granada y Granada Laica. El mismo conferenciante era consciente de que preguntar si la ciencia es atea implica, a primera vista, incurrir en un error categorial, aunque no lo identificara explícitamente como tal. Porque, en efecto, uno de los modos de incurrir en tal error consiste en usar un concepto fuera de su campo de aplicación, traspasando así las fronteras del sentido. En el caso del adjetivo «ateo», si miramos su definición en el DRAE, quiere decir -en su primera acepción- «que niega la existencia de cualquier dios», y se nos indica que es sólo de aplicación a personas. Seguramente por ello el profesor Aguilera mostró datos estadísticos sobre el porcentaje de creyentes existentes dentro del gremio de los científicos, según los cuales la mayoría de los científicos «eminentes» no son creyentes, mientras que sí lo son la mayoría de los demás. Dato que puede ser interesante desde el punto de vista sociológico, un sugerente hecho desde el punto de vista de la psicología, pero irrelevante en términos epistemológicos, siendo en este último aspecto donde radica el interés de la cuestión de si la ciencia es atea, según entiendo yo. Que las señoras y señores científicos puedan ver -pongamos por caso- a Dios en aquello que contemplan a través del microscopio o del telescopio carece de importancia. Lo que importa es si es compatible con la forma de conocimiento instituida culturalmente a lo largo de la historia y que hemos dado en llamar ciencia. A este respecto hay que considerar la segunda acepción del adjetivo «atea» recogida en el DRAE, a saber: «que implica o conlleva ateísmo. Un racionalismo ateo». Por todo lo cual propongo que la pregunta «¿es atea la ciencia?» quede enunciada de forma más precisa tal que así: ¿implica el ejercicio de la ciencia, esa forma de conocimiento institucionalizada, un racionalismo ateo?
Y ahora pensemos una respuesta.
La ciencia que actualmente reconocemos como tal es un producto cultural que comienza a adoptar entidad institucional en los albores de la edad moderna con el acontecimiento histórico de la revolución científica. Es un hecho irrefutable que grandes protagonistas de la misma fueron sinceros creyentes del cristianismo en las diversas versiones que ya se daban en Europa tras el cisma luterano. Destacan los nombres de Galileo Galilei, católico, quien miró al universo como un libro que Dios había escrito usando el lenguaje de las matemáticas; Johannes Kepler, luterano, que aspiraba a conocer la mente de Dios mediante el conocimiento de las leyes que rigen el cosmos; Isaac Newton, arriano, quien tomó el espacio y el tiempo -absolutos para él- por el «sensorium Dei» (es decir, los sentidos de Dios). Pero no se olvide que estos sabios dieron lo mejor de sí en el transcurso del siglo XVII, cuando todavía Europa se hallaba presa de la inercia oscurantista de la edad media, y la separación de la filosofía -en cuyo seno crecía el germen de la ciencia moderna- del dominio de la teología aún no era un logro consumado. Dios era un postulado que nadie se atrevía a poner en duda; o más bien era una creencia inserta en el estrato más profundo de la vida de los hombres. Tanto era así que el ateísmo era sinónimo de insensatez. Tampoco hay que despreciar la cuestión, de gran relevancia teológica, de cuál era la noción de Dios que manejaban los padres de la ciencia moderna. Me atrevo a afirmar que poco tenía que ver con la idea de Guillermo de Ockham, el filósofo del siglo XIII, en la que primaba el atributo de la pura voluntad sin la cortapisa de un orden racional al que quedara sujeta la omnipotencia divina, y que tan bien plasmaba las matemáticas. O con la idea de los místicos de la época, o con la de los millones de creyentes católicos y protestantes del común de los mortales sumidos en la ignorancia y en la superstición. Sobre este particular la escritora británica Karen Armstrong publicó un libro hace años titulado Historia de Dios, donde nos muestra la diversidad de ideas sobre el Altísimo que en el mundo han sido desde la aparición de los tres monoteísmos. Eso sí, en cualquier caso Dios es siempre un ente autoconsciente, con voluntad, intenciones y un criterio moral en función del cual manda a los seres humanos proceder según su dictado con la ominosa amenaza de un terrible castigo. Dios es alguien, no algo. Esto es importante, porque según se ponga el debate en torno a la cuestión los defensores del «teísmo científico» cambian la noción de Dios a conveniencia, lo que es muestra de una descarada deshonestidad intelectual.
Llegados a este punto hay que reparar, aunque sea someramente, en la filosofía del herético judío Baruch Spinoza, filósofo de ese mismo prodigioso siglo XVII para la institucionalización definitiva de lo que hoy todos reconocemos como ciencia. «Deus sive substantia sive natura» es la frase que resume su tesis ontológica; es decir, la realidad es una, la naturaleza, cuya existencia no requiere de justificación al ser necesaria, por lo que ciertamente merece la consideración de Dios. Monumental herejía que le costó la expulsión de su comunidad religiosa de Ámsterdam, porque, ya fuese según el criterio judío, cristiano o musulmán, Dios es trascendente al mundo, que es creación suya; vale decir: Dios es la causa y la naturaleza su efecto. Ahora bien, para la ciencia sólo hay naturaleza, sólo causas inmanentes. Esto lo supo ver Spinoza en el momento de máxima efervescencia de la revolución científica. Recordemos estas sus palabras extraídas de su Ética demostrada según el orden geométrico: «Mas para mostrar ahora que la naturaleza no tiene fin alguno prefijado, y que todas las causas finales son, sencillamente, ficciones humanas, no harán falta muchas palabras (...) Sin embargo, añadiré aún que esta doctrina acerca del fin trastorna por completo la naturaleza, pues considera como efecto lo que en realidad es causa, y viceversa.» No es de extrañar que Spinoza fuese el filósofo preferido de Albert Einstein, y que la famosa sentencia de éste asegurando que Dios no juega a los dados en su célebre polémica con Niels Bohr a cuenta de las implicaciones filosóficas de la mecánica cuántica no quebrante en absoluto el principio del racionalismo ateo.
Así se enfrentan los científicos, en tanto que científicos, es decir, en tanto que miembros de una institución, de una estructura construida históricamente y conformada según unas pautas ideales (entre las cuales se halla el archimentado método científico), a su tarea de construcción de un conocimiento objetivo, indagando las causas naturales. Es una exigencia de la institución a quienes quieren formar parte de ella que su forma de afrontar el conocimiento de la realidad no debe contar con entes sobrenaturales que no pueden ser objeto de falsación (recordemos: criterio de demarcación definido por Karl Popper para diferenciar taxativamente entre ciencia y pseudociencia). A este respecto conviene evocar el episodio de Pierre-Simon Laplace, el científico francés de principios del siglo XIX, al que se puede considerar representante de una ciencia ya consolidada como institución histórica, cuando Napoleón, refiriéndose a su obra Exposition du système du monde, le dijo: «Me cuentan que ha escrito usted este gran libro sobre el sistema del universo sin haber mencionado una sola vez a su creador»; a lo que replicó el genial sabio: «Sieur, nunca he necesitado esa hipótesis». Lo que no impide que haya científicos creyentes, los cuales, sin embargo, cuando trabajan como tales, no tienen en consideración la susodicha «hipótesis» (salvo que les de igual incurrir en craso ridículo ante la comunidad científica). Ocurrencias tales como el principio antrópico, la partícula de Dios en alusión al bosón de Higgs o el creacionismo científico (oxímoron donde los haya) son eso, ocurrencias que fascinan a las mentes ayunas de pensamiento científico -por desgracia la mayoría-. De igual modo, la honestidad intelectual, que implica aceptar los resultados de la investigación aunque no resulten agradables para los intereses personales de quien la realiza, es una exigencia de la institución a quienes trabajan para ella si es que quieren llamarse científicos. Ahora bien, científicos deshonestos haberlos haylos, como los hay creyentes. Pero -como reza en la liturgia de la misa católica- «Señor, no mires nuestros pecados, sino la fe de tu iglesia».
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

miércoles, 10 de mayo de 2017

La visita del Papa a Fátima y la piadosa izquierda portuguesa

La visita del Papa a Fátima y la piadosa izquierda portuguesa



Portugal se está preparando para el viaje del Papa que realizará el 13 y 14 de mayo para visitar los principales monasterios de Fátima y Braganza. Particularmente promocionada es la visita a Fátima. El gobierno socialdemócrata de Portugal presidido por Antón Costa y apoyado desde el parlamento con un acuerdo de gobierno por el Bloque de Izquierdas y por el Partido Comunista Portugués ha decretado la libertad de un día, el 12, para los funcionarios públicos con el fin de acudir a los eventos y peregrinaciones con ocasión de la visita del Papa. Lo que representa Fátima para Europa y para Portugal es ya muy conocido: el santuario más reaccionario que hay en Europa. Cuando se inventó el milagro-en 1917- lo fue para ahuyentar el peligro del comunismo y del progreso social en Portugal y también en el mundo. De hecho los rezos que se producían colectivamente eran para la “conversión del comunismo”. Fátima entró a formar parte de una especie de tópicos nacional católicos portugueses por décadas y es un lugar siempre azuzado en defensa del orden y del reaccionarismo más rancio en Portugal. El decreto del gobierno justifica estos días libres para todos los funcionarios públicos (incluido personal sanitario y docente) por razones de la tradición católica y para facilitar la adhesión a las peregrinaciones.
A parte del decreto del gobierno se han tomado medidas excepcionales que rayan con el estado de sitio. A partir del día 11 se procederá a cerrar las fronteras y suspender la libertad de circulación. Las medidas de control policial y de seguridad son de emergencia; entre otros medidas se obligará a la policía al uso del pañal(¡¡¡). Los costos de inversiones, que ya se han producido, como consecuencia de la llegada del Papa a Fátima, se estiman en cien millones de euros (increíble costo para un gobierno que lleva años implementado medidas de austeridad y recortes en gastos sociales).
Ante este sin sentido y que, además, viola principios constitucionales de la Republica -pese a que en Portugal también existe un concordato con la Santa Sede similar al español- muchos ciudadanos y colectivos sociales han manifestados sus protesta ya que se considera no solamente un atentado los principios laicos que debería tener cualquier democracia sino que fomenta la adhesión a la ignorancia y la superstición popular. Desde esta perspectiva, el reputado cantautor Pedro Barroso y muchas personalidades, entre ellas algunos religiosos como el cura Mario Olivera, autor del libro “Fatima SA” han lanzado una petición publica contra la visita del Papa Francisco a Fátima ; en este petición se denuncia que el supuesto milagro de los tres pastorcitos fue siempre una estafa y que la visita del Papa para conmemorar los 100 años del milagro “dará credibilidad a una mentira; será la ratificación oficial de la mentira con objetivos meramente políticos de amansebramiento de multitudes y destinada a engañar a incautos creyentes católicos ya que, también, alrededor de Fátima ,se ha erigido una “industria” religiosa de la peor calaña”.
Lo extraño del caso es que desde el lado político parlamentario ha habido un cierre de filas alrededor del Gobierno. Ha triunfado la razón de Estado. El Partido Comunista portugués que en la vista que realizó el Papa en 2010 encabezó incluso manifestaciones de protesta ha preferido, en esta ocasión, utilizar la forma diplomática de “no comment”; peor es aun el caso del piadoso Bloque de Izquierdas cuyos portavoces, desobedeciendo a multitud de colectivos ciudadanos, han declarado un “No nos oponemos al decreto de día libre para los funcionarios”. Solo alguna personalidad suelta del Parlamento se ha atrevido a decir la verdad sobre esta visita y nos referimos al diputado socialista Tiago Barbosa Ribeiro quien ha declarado “Me causa enorme extrañeza y estupefacción que el gobierno de la República portuguesa se prepare para conceder un día libre a todos los funcionarios con motivo de la visita del Papa a Fátima. Este decreto no tiene justificación. Ya que no se puede justificar dar día libre a los funcionarios por el viaje de un jefe de Estado extranjero y menos aún de un líder religioso. Si así fuera seria legitimo invocar este mismo derecho de día libre ante la venida de cualquier otro líder religioso o de cualquier jefe de Estado. Necesitamos otra madurez democrática y esto va en contra de la democracia (…). Es una medida disparatada”.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.