lunes, 21 de noviembre de 2016

Usurpación, pero sagrada


La atroz pretensión moral del sionismo
Usurpación, pero sagrada



Distinguimos la sociedad humana respecto de la naturaleza por una serie de rasgos que nos hace únicos respecto del resto de las especies vegetales y animales. Por cierto que eso no niega nuestra raíz biológica común que nos emparenta tan entrañablemente con todos los seres vivos.
Así, la naturaleza nos otorga ejemplos y referencias mucho más materiales, y nos corresponde a nosotros reconocerlos y evaluarlos desde nuestra propia condición, humana. Como la forma de reproducirse de los cucos (también llamados cuclillos, aunque en el ejemplo que queremos abordar, esta última resulta una denominación totalmente inapropiada).
La hembra del cuco deposita un solo huevo en el nido de otras aves, normalmente de pequeñas aves insectívoras […]. La hembra del cuco se lleva un huevo de la otra especie de ave y lo sustituye con uno de los suyos. […] los huevos cercanos a los posaderos de los cucos [sitios de descanso y de reconocimiento del paraje] son más vulnerables. Los nidos parasitados múltiples veces eran los que están más cerca de los puntos de observación, y que los no parasitados eran los que estaban más lejos […]. El cuco adulto se parece a un gavilán, lo que da más tiempo a las hembras para parasitar nidos [porque su población originaria teme retornar al visualizar gavilanes, un predador natural de tantos pájaros]. [1]
“Cuando los futuros huéspedes [anfitriones, aunque involuntarios] ponen sus hue-vos, ella espera a que el adulto que los está incubando se ausente. Entonces, asalta el nido ajeno, se come o tira fuera algunos huevos y pone uno suyo. Cuando el adulto de la otra especie regresa, no nota nada y sigue empollando esperando que nazcan sus polluelos.”
”El polluelo de cuco nace un par de días antes que los demás porque su tiempo de incubación es menor que el de las especies que parasita. Unas horas después de salir del cascarón, el polluelo, con sus escasos 3 gramos de peso y sin plumón, empuja fuera del nido a los otros huevos con su espalda de hombros anchos y fuertes […]. Así, se convierte en el rey y señor del nido, y la madre adoptiva se afana en cebar a ese pollo que en pocos días le dobla el tamaño. [2].
A fines de siglo XIX, en pleno colonialismo mundializado −recordemos que el reparto europeo de carnicería de África es de 1885− judíos askenazíes, étnicamente mucho más caucásicos que sirio-cananeos, deciden, apoyándose en mandatos sagrados (de la Torah) afincarse en Palestina, identificada como la tierra donde vivieran los judíos hace miles de años y donde permaneciera una muy limitada población judía, sin conflicto con las mayorías que a partir del s. VII se hicieron musulmanas.
Las primeras aliah llegaban a “La Tierra prometida” y compraban tierras a efendi ausentistas que vivían de las rentas que les daba la propiedad y el trabajo campesino de la población local. Cada compraventa realizada con el apoyo de la policía entonces turca traía consigo el desalojo a veces violento, y con el tiempo cada vez más, de los campesinos así despojados de su fuente laboral… y alimentaria. En esas tierras vaciadas de palestinos, los sionistas fueron erigiendo establecimientos colectivistas, los renombrados kibutzim.
Estaban sacando pichones del nido para aposentarse jóvenes judíos, bien nutridos y mejor provistos.
Palestina estaba poblada desde tiempo inmemorial. Con superpuestas migraciones, como es la historia en general de la humanidad. El mismo David Ben Gurion, el que motorizó la expulsión violenta y mediante métodos terroristas de población árabe de Palestina, reconocía −al menos hasta fines de la década del ‘20− que los “palestinos” eran los más seguros, étnicamente hablando, descendientes del pueblo judío. Pero que desde el s.VI habían sido indudablemente musulmanizados y tal vez antes aún, cristianizados.
La pretensión de “redimir la tierra”, la consigna mediante la cual los judíos sionistas se hacen de la tierra palestina mediante compra (inicialmente), conquista, ocupación o expulsión violenta de otros titulares de esa tierra, procura así cumplir mandatos religiosos de la ortodoxia judía. Pero tal mandato, precisamente por provenir de una religión monolátrica [3] establece un absolutismo mental y un ombliguismo psíquico que ciega a sus portadores y es lo que explica (ya que de ningún modo justifica) la serie impresionante de acciones crueles, abusivas, que los sionistas han ido perpetrando a lo largo de las décadas contra los moradores de esa tierra que consideran suya por una cesión que les habría otorgado su dios en exclusividad y en permanencia. Que semejante abuso haya sido y sea tolerado e incluso apoyado por grandes potencias no legitima en absoluto tales procederes.
La ignorancia, el (falso) pensamiento basado en clisés, los medios de incomunicación de masas, nos han inducido a pensar en el sionismo y sus excesos como respuesta a la peripecia vivida por los judíos bajo el nazismo. Pero en esas sendas de pensamiento que con inocencia e ignorancia reconoce Mazin Qumsiyeh haber compartido “se escapa por completo que los sionistas han ejercido atrocidades sobre los palestinos antes de que, no ya el nazismo victimara a tantos judíos, sino antes que ni siquiera hubiera surgido el nazismo.”
Las acciones sionistas ejercieron su dominio con mano de hierro. A diferencia de los judíos que habían vivido desde tiempo inmemorial en Palestina (o que tal vez nunca habían emigrado) los sionistas encararon la ocupación de la tierra palestina como empresa absoluta y exclusiva, no admitiendo trato alguno con la población musulmana o cristiana allí establecida. Esa diferencia, radical, entre los judíos del antiguo yishuv y los del nuevo o moderno yishuv dio lugar al primer asesinato político del s XX en Palestina. Del cual fue víctima no un árabe sino un judío, dialoguista. Que se negaba a la política de apartheid de los sionistas; Jakob de Haan, poeta y referente de la comunidad judía “antigua” se preguntaba por qué tenía que romper vínculos sociales que había tenido siempre, él y los suyos, con quienes no eran judíos, como él. La organización sionista que era el embrión de la Haganá, que devino en 1948, el Ejército de Defensa [sic] de Israel, lo asesinó a sangre fría en 1924. [4]
Es que de Haan no era un cuco. Aunque pequeño, no era un cuclillo.
En 1920 el sionismo funda la Histadrut, una suerte de central sindical exclusivamente para judíos. Como los patrones, generalmente judíos, optaban por los asalariados palestinos a los que se les podía y solía pagar un tercio de los sueldos que se les pagaba a obreros judíos, la tendencia “espontánea” de los patrones era a contratar obreros palestinos. La Histadrut obligó como política de estado a pagar el mismo sueldo a palestinos y judíos. Pero nadie sueñe igualdades. Lo que hizo la Histadrut fue obligar a desembolsar el mismo sueldo para todos, pero mientras los obreros judíos recibían dicho salario, los palestinos siguieron recibiendo el sueldo miserable de siempre y los dos tercios diferenciales se lo embolsaba la central sindical para así mejorar los servicios (de todo tipo, sanitario, educacional, recreativo) de los obreros judíos… “Infamia sacralizada por lo excelso del fin propuesto” califica Mazin Qumsiyeh esta política.
Porque la política fue siempre, desde 1897 en adelante y acentuada desde 1948, no ceder nada a la población palestina. Por eso los palestinos no pueden edificar ni una pieza, no pueden construir ni una alberca. Todo eso pertenece “por derecho divino” a los judíos.
Para acentuar la discriminación, cuando palestinos desesperados por la falta de agua, han intentado proveerse de tanques, suelen pasar “espontáneos” que se los perforan a balazos…
Este es el cuco –sindical en este caso− en acción, como cuando tira del nido a los habitantes originarios…
Las acciones de los mistarvim que analizara (y denunciara) Ilan Pappe [5] que diezmaban a la población palestina penetrada con agentes camuflados que se hacían pasar por ejemplo, por un paisano mudancero que dejaban a un mecánico palestino una camioneta para reparar. Al rato explotaba matando a todos los presentes, dejando en ruinas el taller y viviendas vecinas y, sobre todo desquiciando los lazos sociales.
Qumsiyeh da una serie de ejemplos, históricos, concretos, [6] que no son discutibles acerca de si “es ultrajante” invocarlos o si resultan “viciosos” los términos que usa, [7] donde la violencia fue desencadenada inicialmente por los sionistas, además de los ya señalados:
- Primer atentado a barcos (1940): en el conflicto entre tendencias sionistas, el atentado al vapor Patria significó la muerte de 268 humanos a bordo del barco, judíos, y el hundimiento de un enorme cargamento de armas que Ben Gurión no quería que fortaleciera a sus adversarios en la puja por el establecimiento del Estado de Israel;
- Primer auto-bomba, contra el Hotel King David, con decenas de asesinados británicos, árabes palestinos, judíos y extranjeros (1946);
- Primera carta-bomba (1947); contra políticos británicos;
- Primer ataque a buses (con civiles cualesquiera)(1947);
- Primer ataque a cafés (con civiles cualesquiera) (1947);
- Primer atentado a trenes (de pasajeros, casi cien víctimas mortales) (1947);
- Primer secuestro de aviones (1954).
El cuco en acción. Desalojo y/o manducación del habitante originario del nido.
Moshe Sharett, primer ministro en los primeros o casi primeros tiempos del Estado de Israel (1954-1956) y antes figura de primer nivel en la dirección sionista desde 1933, en su diario −que se mantuvo secreto por más de 30 años− revela la verdadera política israelí, no la oficial, y va mostrando cómo fue un montaje lo de la agresividad árabe y el defensismo israelí y cómo en los hechos la violencia partió prácticamente siempre o casi siempre del lado sionista, provocando, arteramente, a las empobrecidas naciones recientemente pasadas al nivel de independientes, sujetas por múltiples lazos a los centros mundiales de poder. Sharett escribió un diario luego de su paso por el gobierno israelí en el que desnuda lo que acabamos de citar. Ese diario demoró unos 30 años en ver la luz pública tras la decisión de su hijo. Y hubo una periodista, hija de un funcionario de los más cercanos a Sharett, que abordó el diario e hizo una lectura crítica que publicó en inglés. [8]
Sharett sostiene que la dirección sionista creó “un estado de sitio mental en la sociedad israelí [para] complementar el mito prefabricado de la amenaza árabe […y] lograr una cohesión defensiva de la sociedad israelí judía. Estaba calculado principalmente para la ‘eliminación de los frenos morales’.”
Esto es lo que vemos con transeúntes que escupen un palestino herido yacente, soldados conscriptos que rompen con cascotes los bracitos de niños que les arrojan piedras, “vecinos” que dirigen las aguas servidas hacia la Franja de Gaza para emponzoñar un poco más ese territorio; detenciones/secuestros arbitrarios, niños palestinos presos en jaulas al aire libre en pleno invierno… [9]
Apenas un par de ejemplos de las múltiples atrocidades reconocidas por Sharett: a principios de la década de los ’50 se producen violentísimos atentados sobre buses israelíes en el norte del recién adquirido país. Con muertos en cada abordaje. Los atacantes visten ropas talares, de estilo árabe… y se retiran prestamente hacia la frontera… todo lleva a pensar en árabes armados. Pero en el sitio estaba el coronel estadounidense Hutchenson, miembro de la Comisión Mixta del Armisticio jordano-israelí que no se tragó las apariencias y que anunció oficialmente: “de los testimonios de los sobrevivientes no existían pruebas suficientes de que los asesinos fueran realmente árabes.” ¡Caramba!, ¿qué podrían ser, indios sioux, coreanos, vascos? En un informe confidencial dejó a un lado la diplomacia y refiriéndose a uno de dichos atentados atribuyó explícitamente el ataque al ómnibus a “terroristas que intentaban agudizar las tensiones en el área así como crear problemas para el actual gobierno.” Los “halcones” estaban furiosos con “los palomas” como Sharett… se trataba, entonces, de terroristas judíos que atentaban hasta contra buses que llevaban judíos… leyó bien: judíos matando judíos.
De más está decir que la superioridad israelí logró remover al enviado norteamericano casi de inmediato.
Otra de las tantas atrocidades que menciona Sharett: los “halcones” arrasan una aldea palestina, Lydda [10] (en 1947/1948 los sionistas arrasaron entre 400 y 500 aldeas palestinas matando innumerables pobladores). Luego de la operación de arrasamiento que arroja 69 cadáveres, hombres, mujeres, niños, se le pregunta a Sharon, el comandante del operativo por la mortandad, que contesta: ‘el número de víctimas había sido 10 o 12.’ “Sólo contamos las muertes militares, los soldados de la guarnición de la Legión Jordana.” (ibíd.). Expresión de desprecio a humanos (civiles) muy significativa. Voz de amos. Los niños, los ancianos, las mujeres no cuentan; son como “los daños colaterales” madeinUSA.
Volviendo a la tipificación del carácter infame de las políticas discriminatorias y sobre todo a la sagaz observación de Sharett de que la sacralización se basa en “lo excelso del fin propuesto”, no podemos dejar de recordar uno de los Pensamientos de Blaise Pascal: “El hombre no es ni ángel ni bestia, y la desgracia quiere que quien haga el ángel haga la bestia". [11]
Y amarga frutilla de este malhadado postre: la autora del “limpio trabajo de Rokach” al decir de Uri Avneri [12] que estudia el Diario de Sharett, de donde extrajimos los últimos ejemplos; un palestina judía perteneciente al Antiguo Yishuv que se hizo periodista en Italia, de Israel Radio, de Roma y del periódico palestino Al Fajr, en 1984 la encontraron muerta. Antes había sido muy presionada desde la cancillería israelí para que no publicara su trabajo. Apareció muerta a la edad −50 años− en que los pueblos nórdicos, por ejemplo, consideran el momento cumbre de la vida humana, la óptima relación de pujanza y veteranía, de vigor intelectual. Sabiendo del disgusto de la dirección sionista y de sus redes “de seguridad” por el “destape” de sus atrocidades, que han alcanzado tan a menudo a ser asesinatos y “confección de pruebas” para desviar el conoci-miento de las verdaderas causas de muerte, conociendo la impunidad con que operan, uno no puede menos que asociar esa “mano” con la aparición de Livia Rokach sin vida.

Notas
[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Cuculus_canorus.
[2] coctel-de-ciencias.blogs.quo.es/2011/05/15/el-engano-de-los-cucos/.
[3] Religión basada en la idolatría a un único dios (Jean Soler).
[4] Noam Chomsky, entre otros, sin velos ideológicos o religiosos, rememora esa atrocidad.
[5] La limpieza étnica de Palestina de 1948, Editorial Crítica, Barcelona, 2008.
[6] Compartir la tierra de Çanaán, Editorial Canaán, Buenos Aires, 2007.
[7] Aspectos que invoca, por ejemplo, Steven Stotsky para recusar a Qumsiyeh (“Exposing Mazin Qumsiyeh's Falsehoods”, http://www.camera.org/index.asp?x_context=6&x_article=1383.
[8] Livia Rokach, Israel’s Sacred Terrorism. A Study based on Moshe Sharett’s Personal Diary and other Documents, AAAUG, Inc. Graduates, Mass., 1980.
[9] Los primeros ejemplos son de público conocimiento; el último: file:///E:/palestino-israeli/brutalizacion%20y%20constricc.%20progr/I.%20tiene%20ni%C3%B1os%20pal.%20en%20jaulas%20en%20invierno%20%E2%80%93%2016%2001%2016.htm.
[10] Se trataba, según estimaciones arqueológicas, de una aldea de unos cinco milenios de existencia…
[11] Pensamientos, 678.
[12] en Hoalam Hazeh, 23/9/1980.
Blog del autor: http://revistafuturos.noblogs.org

martes, 15 de noviembre de 2016

"Tenemos un Papa que cree en el Evangelio"

Reflexiones ante el discurso de Francisco a los movimientos populares

José María Castillo: "Tenemos un Papa que cree en el Evangelio"

"Es un hecho que en la Iglesia hay mucha gente religiosa que no está de acuerdo con el Papa"

Jesús Bastante, 13 de noviembre de 2016 a las 08:35
Lo que Francisco hizo, en su discurso, fue irse derechamente a lo mismo que hizo Jesús. En cuanto se puso a anunciar el Reino de Dios, ¿qué hizo? Ponerse a curar enfermos, aliviar penas, acoger a gentes desamparadas, comer con los hambrientos...
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Frabcisco escucha a los movimientos populares

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(José María Castillo).- Es un hecho que, en la Iglesia, hay gente muy religiosa, sobre todo entre el clero, que no está de acuerdo con el papa que tenemos. No pienso analizar aquí este complicado asunto. Lo que pretendo, en este breve escrito, es simplemente indicar por qué cada día veo más claro que, ¡por fin!, tenemos en la Iglesia un papa que cree en el Evangelio de Jesús.
No digo, en modo alguno, que los papas anteriores no hayan creído en el Evangelio. Por supuesto, que han creído. Lo que pasa es que, cuando hablamos del Evangelio, no es lo mismo creer en él, que vivir como el Evangelio nos dice que tenemos que vivir. Aquí tocamos el nudo del problema. Y en esto está la clave de todo este asunto.
He leído - y releído - el discurso que el papa pronunció, en Roma, ante más de 3.000 participantes de 60 países, que representaban a los movimientos populares de todo el mundo. Pues bien, lo que más me ha llamado la atención, al leer este discurso papal, es que en él no se habla de Teología, ni de Exégesis Bíblica, ni de Doctrina Social de la Iglesia, ni de Ciencias Políticas o Sociales, ni de las enseñanzas del Magisterio Eclesiástico, ni de la Soteriología, ni de la Escatología, ni de la Cristología o la Eclesiología, ni de la Modernidad o la Posmodernidad, ni de ninguna de esas cosas con las que se calientan la cabeza, a diario, los más sesudos pensadores del saber cristiano. Nada de eso, por lo visto, le interesa al papa Francisco.
Entonces, ¿qué es lo que le interesa a este papa cuando se ve delante de quienes representan a las gentes más necesitadas de este mundo? Pues, o yo estoy ciego (o me ciega no sé qué extraña pasión), o lo que al papa le preocupa y le angustia es exactamente, ni más ni menos, que lo mismo que le preocupó y le apasionó a Jesús de Nazaret. ¿De qué se trata? ¿Qué es esto?
Si algo hay claro, en los evangelios, es que el centro de las preocupaciones de Jesús fue Dios. Pero el problema, que plantean los evangelios, no está en eso. El problema está en cómo tenemos que buscar y encontrar a Dios. Ahora bien, si algo hay claro en el Evangelio, es que a Dios no lo encontramos primordialmente en la "observancia de la Religión", sino en la "lucha contra el sufrimiento humano".


Por eso el papa habló, con tanta fuerza, no de los grandes temas teológicos y morales de los que venían hablando los papas, desde León XIII hasta Benedicto XVI. Nada de eso. Lo que Francisco hizo, en su discurso, fue irse derechamente a lo mismo que hizo Jesús. En cuanto se puso a anunciar el Reino de Dios, ¿qué hizo? Ponerse a curar enfermos, aliviar penas, acoger a gentes desamparadas, comer con los hambrientos..., sin tener en cuenta para nada si aquellas curaciones y aquellas comidas, con gentes de mala vida y mala fama, estaban permitidas o prohibidas por la religión.
Sin duda alguna, la Iglesia tiene que cambiar. Pero, ¿tenemos claro en qué tiene que cambiar? El problema no está en cambiar los cargos y dicasterios (oficinas) de la Curia Vaticana. Ni siquiera el problema está en que el Vaticano afirme la importancia capital del Evangelio, cosa que ya ha hecho tantas veces. Todo eso puede quedarse en mera palabrería. El problema central y decisivo de la Iglesia está en que ponga el motor de su vida y su presencia en la sociedad en vivir como vivió Jesús.
La fórmula determinante quedó formulada por Francisco con brevedad y precisión: "hablamos de la necesidad de un cambio para que la vida sea digna". La "dignidad de la vida". En esto está el centro de la religiosidad por la que tiene que afanarse y luchar la Iglesia. Y sobre este proyecto se tiene que re-hacer la Teología. Una Teología menos interesada por problemas tales como el pecado o la salvación eterna. Y centrada, sobre todo, en:
1. Poner la economía al servicio de los pueblos.
2. Construir la paz y la justicia.
3. Defender la Madre Tierra.
Sólo así podremos tener obispos menos preocupados por los problemas relacionados con la sexualidad y la homosexualidad. Obispos que, ante tantos escándalos de abusos de clérigos a seres inocentes, se ponen a mirar para otro sitio. Y tendremos obispos más interesados y afanados por enfrentarse, si es preciso, a gobernantes que favorecen a los ricos, al tiempo que esos gobernantes tan "piadosos" dictan leyes que aumentan la distancia entre los potentados y los débiles. Y, sobre todo, si esto se toma en serio y con todas sus consecuencias, tendremos una Iglesia, no para el pueblo, sino del pueblo. No para los pobres, sino de los pobres. Y a la que se apuntarán los ricos, si es que tienen coraje para compartir su vida con la de los pobres.
No olvidando jamás una cuestión que es decisiva. Sólo una Iglesia así, estará capacitada para conocer la Cristología y, por tanto, para enterarse de quién es Jesús, cómo se vive cristianamente y cómo se anuncia el Evangelio. ¿Por qué? Esta pregunta se responde afrontando otra cuestión, que es la que más miedo nos da: ¿Cómo conocieron los primeros discípulos a Jesús? No lo conocieron estudiando Cristología, sino viviendo con ÉL y como ËL. De este asunto tan decisivo, la Iglesia, los seminarios, los teólogos, los obispos y los papas, no nos hemos enterado.
El día que esto se afronte de veras, ese día la Iglesia empezará a ter sentido y a dar sentido a la vida de la gente. Y esto, justamente esto, es lo que ha puesto en marcha, con sus "llamadas" ocurrencias y originalidades, el actual papa Francisco. Por eso podemos decir que tenemos un papa que cree en el Evangelio".

lunes, 14 de noviembre de 2016

Trump y Hillary entre lo malo y lo peor

Trump y Hillary entre lo malo y lo peor

14/11/2016
Leonardo Boff
En todo el mundo se están haciendo los análisis más dispares sobre el significado de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, con los más diversos titulares.
El más significativo para mí ha sido el del senador chileno Alejandro Navarro: «El triunfo de Donald Trump es un castigo a los gobiernos del establishment».
El senador hace una crítica más general, válida también para nosotros: que los gobiernos progresistas que llegan al poder acaban, por presión de la macroeconomía globalizada, haciendo políticas claramente neoliberales en perjuicio de las clases más vulnerables.
Encuentro justa la interpretación de Navarro: «el castigo a los gobiernos del establishment reside en que la gente se cansó de entregarle el poder a quien solo ofrece más de lo mismo. Los electores optaron por Donald Trump, que si bien representa lo peor de la cultura yankee, también supo representar el hastío de los sectores precarizados por el neoliberalismo, la globalización y los empleos precarios» (www.navarro.cl/sename). Fueron estos los que votaron mayoritariamente por él y le ayudaron a conseguir la victoria.
Afirma también el senador algo que pocos creen: «no debemos olvidar que en Estados Unidos, supuestamente el país más rico, poderoso e influyente del planeta, viven 45 millones de personas en situación de pobreza o cerca de ella, que comen diariamente gracias al ticket de alimentación que el gobierno entrega a los trabajadores blancos y a los hijos de inmigrantes que tienden a rechazar la llegada de nuevos inmigrantes por considerar que su posición privilegiada está en riesgo».
Si Trump representa lo peor, lo malo lo revela Hillary. No son pocos los analistas dentro de Estados Unidos que llamaban la atención para el riesgo que suponía la elección de Hillary Clinton como presidenta. Cito entre otros a uno, Jeffrey Sachs, considerado uno de los mayores especialistas mundiales en la relación entre economía, pobreza y desigualdad social. Es profesor de la Universidad de Columbia y publicó un artículo que reproduje en mi blog del 8/02/2016. En él enumera los muchos desastres de la política de Hillary cuando era Secretaria de Estado.
Se titula: “Hillary is the Candidate of the War Machine”: “Hillary es la candidata de la máquina de guerra”. La primera frase resume un largo razonamiento: «No hay duda de que Hillary es la candidata Wall Street. Más peligroso aún es que ella es la candidata del complejo militar-industrial; apoyó todas las guerras solicitadas por el estado de seguridad estadounidense, dirigido por los militares y la CIA».
Aunque demócrata, ella es, según Sachs, una ferviente neocon. Incentivó las guerras contra Irak, todas las del norte de África y contra Siria. Encontró hilarante declarar sobre Kadafi: “We came, we saw, he died” (vinimos, vimos y él murió). Siendo todavía Secretaria de Estado intentó reiniciar la Guerra Fría con Rusia, a propósito de la conquista de Crimea y de la guerra en Ucrania. El balance final que hace Sachs de las acciones torpes de Hillary como Secretaria de Estado es devastador: «desde cualquier punto de vista que consideremos, ella batió el record de los desastres» (www.JeffDSachs.com).
Todo esto no nos sorprende, como demuestra con un análisis detallado Moniz Bandeira en su reciente libro de denuncia: El desorden mundial: el espectro de la dominación total (Leya 2016), donde estudia la violencia del imperio estadounidense. Obama, a excepción de las relaciones con Cuba, continuó con la misma lógica bélicista de Bush. Fue aún peor, diría por ejemplo, un verdadero criminal de guerra, pues por estricta orden personal suya mandó atacar con drones y aviones no tripulados a los líderes árabes, acabando con la mayoría de ellos (p.476-477).
Con la victoria de Trump, cuyo enigma todavía hay que descifrar, nos liberamos de un liderazgo belicoso, el de Hillary, que como política de estado había elegido la violencia militar como forma de resolver los problemas sociales mundiales.
No sabemos qué mundo tendremos de aquí en adelante con la presidencia de Trump. Ojalá sea menos belicoso y desdiga en la práctica las medidas duras prometidas contra inmigrantes, mejicanos y musulmanes.
*Leonardo Boff es articulista del JB online y escritor.
Traducción de Mª José Gavito Milano

martes, 8 de noviembre de 2016

FARC y organizaciones sociales, sectores cristianos y fuerzas políticas realizaron vigilia en Tierralta


FARC y organizaciones sociales, sectores cristianos y fuerzas políticas realizaron vigilia en Tierralta



El lunes 31 de octubre con asistencia de alrededor de 1.500 personas de la región del Nudo del Paramillo, en el municipio de Tierralta, sur del departamento de Córdoba, se desarrolló la gran vigilia por la paz en la vereda Bocas de Río verde, evento en el cual se reflejó el gran interés y reclamo del pueblo cordobés para la implementación de los Acuerdos de Paz alcanzados en La Habana-Cuba y después firmados en la ciudad de Cartagena, el día 26 de septiembre del 2016.
“Esta vigilia fue tomada como un paso a la nueva Colombia con justicia social, que muchos colombianos anhelan ver. En ella hubo participación de cantos por parte de guerrilleros y guerrilleras del frente 58 de las FARC, indígenas de las tribus Emberas-Katíos del alto sinú y una delegación del chocó”, indica el reporte de la Asociación Campesina para el desarrollo del Alto Sinú ASODECAS, organización organizadora de la jornada, junto a las iglesias cristianas y demás organizaciones, fundaciones y colectivos de trabajadores de la región.
Los asistentes aplaudieron las palabras del comandante del frente 58 de la guerrilla, Ruben Manteco, al iniciar la gran vigilia por la paz.
“Manifestamos nuestro anhelo porque este encuentro se convierte en muestra evidente que la paz y la reconciliación está por encima de intereses personalistas por lo cual no tiene marcha atrás”, dijo el líder insurgente ante la concurrencia que se protegía de la humedad de la noche en una carpa gigantesca de plástico, instalada por los integrantes de la organización alzada en armas, próxima a hacer tránsito a un partido político abierto.
“La Farc Ep somos los más interesados en que no se apague el optimismo y la esperanza de millones de colombianos con relación a la paz. Firmamos la paz para la terminación del conflicto entre hermanos y la construcción de una paz estable y duradera para la cual todos nuestros esfuerzos y voluntades están dispuestos”, indicó el comandante Ruben Manteco a leer su discurso con un computador portátil en la mano.
La asistencia fue buena, participaron sectores sociales y organizaciones como la Asociación de Campesinos del Sur de Córdoba Acsucor, Fundación Cordoberxia, las comunidades vecinas, las iglesia evangélicas y presbiterianas de la región, también se contó con la participación de organizaciones de base de Marcha Patriótica, Partido Comunista Colombiano PCC y Unión Patriótica UP, todos querían expresar su respaldo al proceso de paz y en especial a la continuidad de los diálogos, e implementación de los acuerdos entre Farc y Gobierno nacional, indica otra fuente desde la ciudad de Tierralta.
“La vigilia se convirtió en una plegaria con líderes religiosos quienes en sus oraciones alzaron la voz para defender la unión de los territorios más golpeados por el conflicto armado y respaldar lo acordado ya que estas comunidades están convencidos de que no existe mejor acuerdo o por lo menos que les recoja las problemáticas de sus territorios”, agrega.
Imágenes de Osneider Córdoba

lunes, 7 de noviembre de 2016

Estancamiento secular: el paradigma perdido

Estancamiento secular: el paradigma perdido



En la cosmogonía de los economistas no hay nada más aterrador que la perspectiva de la crisis y el estancamiento secular. Ambos se acompañan de la pérdida del paradigma sobre estabilización y crecimiento que desde hace décadas orientó el trabajo de los economistas.
En la actualidad, como huérfanos desorientados, los economistas cercanos a la corriente dominante en teoría macroeconómica siguen buscando señales de que su paradigma no ha muerto. Recuerdan los pasajes del Paraíso perdido de John Milton en los que un Adán desamparado implora perdón pero su expulsión del paraíso es decretada. Así los economistas convencionales vagan sin rumbo, tratando de rescatar el paradigma perdido.
En el poema de Milton, el arcángel Miguel lleva a Adán a una colina desde donde contempla el porvenir que aguarda a la humanidad. Hoy desde una colina similar, los economistas observan consternados el desolador panorama del estancamiento secular. Ante su vista se suceden desempleo, pobreza, desigualdad, finanzas públicas desequilibradas y una política monetaria sumida en el desconcierto.
El viejo paradigma de estos economistas de la corriente neoclásica está basado en la creencia de que la política macroeconómica puede controlar los vaivenes de los ciclos económicos y la volatilidad de los mercados financieros. Sin duda la crisis de 2008 hizo añicos ese sueño y la fantasía de la estabilidad macroeconómica. Pero muy pocos economistas fueron capaces de leer las señales anteriores a la crisis sobre el gran diluvio del estancamiento secular.
Y sin embargo, esas señales eran bastante claras. En los últimos 30 años la tasa de crecimiento de la economía mundial disminuyó de manera constante. Entre 1973 y 2015 la tasa de crecimiento del PIB mundial pasó de 6.4 a 2.4 por ciento. Es decir, antes del frenazo que sufre la tasa de crecimiento del PIB mundial por la crisis de 2008 ya se observaba una tendencia decreciente durante más de tres décadas.
Otro indicador es el comportamiento de la tasa de interés real. Durante el periodo 1975-2015 la tasa de interés real para activos libres de riesgo fue disminuyendo brutalmente y pasó de un nivel cercano a 4 por ciento a niveles negativos cercanos a –1.2 por ciento. Los cálculos pueden variar ligeramente, pero cuando se observa una tendencia de esta magnitud a lo largo de un periodo de 30 o 40 años no se puede evitar pensar que aquí están en juego algunas fuerzas económicas seculares muy poderosas.
El problema es que frente a estas fuerzas del tiempo largo los economistas convencionales no pueden ofrecer un remedio en materia de política macroeconómica. Por ejemplo, los modelos macroeconómicos que utilizan los bancos centrales en la mayoría de los países son incapaces de sugerir medidas para afrontar un problema secular como el del estancamiento de largo aliento. Esos modelos dinámicos estocásticos de equilibro general (DSGE por sus siglas en inglés) sólo permiten en el mejor de los casos pensar en problemas acotados en el tiempo corto, como en algún episodio cíclico o un incidente de volatilidad en los mercados. Pero el marco analítico de esos modelos y sus metas sobre inflación no hace posible el concebir problemas como un desplome constante de la oferta o una deficiencia crónica de la demanda agregada. Es decir, además de tener todas las deficiencias para el tratamiento de problemas de corto plazo (agentes representativos y condiciones artificiales de estabilidad) los modelos DSGE son incapaces de dar cabida al tratamiento de problemas estructurales de largo plazo.
Frente a un escenario de estancamiento de largo plazo la política macroeconómica convencional permanece muda. Es que desde hace décadas su objeto no ha sido el control del nivel general del producto agregado. Y además, hoy los economistas convencionales no saben cómo articular una política fiscal expansiva con una política monetaria no convencional de tasas de interés muy bajas o incluso en terreno negativo. Tampoco tienen algo que ofrecer frente al problema de la desigualdad en la distribución del ingreso que tantos problemas macroeconómicos conlleva.
La teoría y política macroeconómica convencional tienen graves deficiencias, incluyendo sus anacrónicas hipótesis sobre el papel del sector bancario (como simple intermediario) y la presencia de agentes representativos (desacreditados teóricamente desde 1974). Así que ¿cómo pedirles que den el salto conceptual que les permita incorporar cosas como la evolución de la tasa de ganancia, el nivel general de salarios y la evolución del endeudamiento? Éstas son las preguntas centrales en una discusión sobre las tendencias futuras del capitalismo, pero tienen que ver con el espinoso tema de la distribución del ingreso y eso es algo que la teoría convencional prefiere ignorar.
La hipótesis del estancamiento secular invita a pensar en formas novedosas de política macroeconómica. También impone la necesidad de reflexionar sobre la necesidad de transformaciones económicas radicales porque el paradigma perdido de los neoclásicos jamás será recuperado.
Alejandro Nadal es economista.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/11/02/opinion/022a1eco