miércoles, 30 de diciembre de 2020

Aborto e Iglesia: una doctrina contradictoria y cambiante

Interrupción Voluntaria del Embarazo Aborto e Iglesia: una doctrina contradictoria y cambiante Tweet about this on TwitterShare on FacebookEmail this to someone Por Alberto Nadra | 29/12/2020 | Argentina Fuentes: Rebelión Hoy 29 de diciembre, el Senado tiene la responsabilidad de aprobar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, ya con media sanción en Diputados, y comenzar a solucionar el grave problema de salud pública que supone la criminalización y el encarcelamiento de quienes abortan. La aprobación de la ley también contribuiría a garantizar la gratuidad de los procedimientos de interrupción del embarazo y, de ese modo, una mayor seguridad para los miles que hoy mueren o sufren severos daños en los procedimientos clandestinos. El proyecto de ley ha dado lugar a un debate que está presente en numerosas instancias (pública, privada, parlamentaria) y desde diferentes enfoques, que en algunos casos reflejan posiciones claramente medievales, incluidas las de algunos miembros de la cúpula eclesiástica. En este sentido, se destaca el pensamiento del arzobispo “emérito” de La Plata, Héctor Aguer, al condenar tanto la Educación Sexual Integral (ESI) como la “cultura fornicaria” que impera en nuestra sociedad, rigor que no ejerció ni ejerce sobre los casos de los sacerdotes que abusan de niños. Lo extremo de la posición de Aguer queda resaltado con los datos de la Segunda Encuesta Nacional de Creencias y Actitudes Religiosas de la Argentina, del Conicet, de acuerdo con la cual la mayoría de quienes se consideran católicos está de acuerdo con la interrupción del embarazo en algunas circunstancias (57,7%) o en todas (23,3%). Aguer se arroga la suma del saber filosófico en su crítica al presidente Alberto Fernández por una referencia a los cambios que, a lo largo del tiempo, tuvo la iglesia en relación al aborto (El Dia de La Plata, 21/12/2020). Pese a que afirma que Fernández muestra “su hilacha neoperonoide”, él apenas nos ofrece la fe y el dogma de la escolástica medioeval. Entre la Biblia y la Ciencia Pese a que monseñor lo niega –como niega “el mito de los 30.0000 desaparecidos” por la dictadura genocida– las posiciones de la Iglesia distan mucho de ser pacíficas y, de hecho, las actuales difieren en mucho de las que existían en los inicios de la cristiandad. En el caso del aborto, la posición ha involucionado. En otras cuestiones, hubo una adaptación a los tiempos y al avance de la ciencia. Si mencionamos la creación de la tierra en siete días, su ubicación como centro del universo, a Eva y la manzana, a Noé y el Arca, o la inexistencia del alma en los esclavos o los pueblos originarios, nos encontramos ante temas en los que la Iglesia lentamente viró de la tortura y la hoguera para los herejes a dejar de requerir la Inquisición y explicar que, en realidad, la Biblia describe con “poéticas metáforas” lo mismo que la ciencia aborda con otros términos. Tampoco es pacifica la dimensión política del cristianismo, que nace como religión de los oprimidos, de los esclavos y los libertos de Roma, pasa a ser fundamento teológico del esclavismo, el feudalismo y el capitalismo y más tarde encara valientes, pero todavía limitados, intentos de regreso a sus orígenes de la mano de la Opción Preferencial por los Pobres, las Comunidades de Base o los sacerdotes que impulsaron la Teología de la Liberación. La tradición eclesiástica, así como las Escrituras, es reinterpretada por cada generación para imponer sus propias opiniones morales, pero también para defender sus intereses políticos y económicos, como la prohibición del sacerdocio a las mujeres, hijas de María, “Madre de Dios y de la Iglesia” (aunque, en sus comienzos, las tuvo como las primeras en ejercerlo) o el celibato, un mandato que jamás ejerció San Pedro –felizmente casado– y que poco tiene que ver con la pureza y la consagración exclusiva al Reino de los Cielos. El celibato recién se instauró en el siglo XI, pero no para favorecer una dedicación plena “a las cosas del Señor”, sino para 1) evitar el riesgo de fragmentación permanente que sufrían los incipientes estados nacionales de Europa; 2) garantizar la permanencia de las propiedades en manos de la iglesia, que ya no debía disputarlas con las viudas o los hijos de los sacerdotes. San Agustín y el alma del embrión Aguer clama por ejemplos y citas que avalen la afirmación de Fernández, quien sostuvo que, para Aristóteles y Aquino, el feto solo se convertía en persona con la animación, ya avanzada la gestación. “No cita ningún texto en apoyo de su tesis” desafía, para preguntarse con irónica soberbia: “¿Qué texto habrá consultado?”. Para ayudarlo a disipar su interrogante, y de paso responder a su temeraria afirmación de que “La enseñanza de la Iglesia ha sido invariable desde el siglo I”, comenzamos por recordar que las menciones al tema en el Antiguo y el Nuevo Testamento distan de ser claras. Luego, precisamente durante el aludido primer siglo de la cristiandad, la iglesia católica comenzó a debatir acerca de si el fetotenía alma desde el momento de la concepción o llegaba a convertirse en un ser humano en el transcurso de su desarrollo. En este debate, no duda en condenar el aborto, pero no por considerarlo un homicidio, sino porque solía usarse para ocultar “pecados sexuales”, como eladulterio y la fornicación. Ya en el siglo III, hace más de 1.700 años, el Concilio de Elvira sancionaba al aborto si era realizado con motivo de un adulterio, pero dejaba sin castigo al aborto realizado dentro del matrimonio. Claro, la herencia estaba garantizada y el goce y el placer del hombre no merecían condena alguna. Por esos mismos años, San Agustín (354-430 de nuestra era), el máximo pensador del primer milenio del cristianismo, consideraba que el embrión no tenía alma hasta el día 45 después de la concepción. Por eso, distinguía entre el aborto realizado sobre un feto animado (que equiparaba al homicidio) y el aborto practicado sobre un «informe» sin alma humana, al que también repudiaba, pero consideraba merecedor de una pena menor. En palabras del propio San Agustín: “La pregunta sobre el alma no se decide apresuradamente con juicios no discutidos ni opiniones temerarias; según la ley, el acto del aborto no se considera homicidio porque aún no se puede decir que haya un alma viva en un cuerpo que carece de sensación ya que todavía no se ha formado la carne y no está dotada de sentidos”. Tomas de Aquino y el Juicio Final Casi un milenio más tarde, Santo Tomás De Aquino(1225-1274), otro de los teólogos más importantes del cristianismo – y a quien, Aguer nos informa, “estudio desde mi adolescencia”–, consideraba al aborto como un pecado, pero contra el matrimonio. A la vez, en Suma teológica, era enfático sobre la cuestión de que «el alma no es infundida antes de la formación del cuerpo». Para él, el alma humana llegaba junto con la forma humana, por lo que un embrión no tenía alma hasta después de varias semanas de embarazo, cuando el feto comenzaba a adquirir la forma humana, y se percibía su movimiento. Para esclarecer a los nuevos cruzados por el alma de los embriones, cabe rescatar un comentario de Umberto Eco (El comienzo de la vida, para La Nación, 30/03/2005), acerca de que Tomás de Aquino ofrecía una visión muy biológica de la formación del feto, según la cual Dios introducía el alma al cuerpo gradualmente. Así, el feto primero adquiría, primero, el alma vegetativa y, a continuación, el alma sensitiva y solo entonces, en un cuerpo ya formado, se creaba el alma racional (Suma teológica, I, 90). El embrión solo tenía alma sensitiva (Suma teológica, I, 72, 3 y I, 118, 2). En la Suma contra los gentiles (II, 89) Aquino describe a la generación como un proceso gradual, “a causa de las formas intermedias de las que el feto está dotado desde el principio hasta su forma final”. Por eso, en el Suplemento a la Suma teológica (80, 4), se lee esta afirmación que hoy suena revolucionaria, a juicio del filósofo y semiólogo italiano: “Tras el Juicio Universal, cuando los cuerpos de los muertos resuciten para que nuestra carne participe de la gloria celestial (momento en que ya, también según San Agustín, volverán a vivir en la plenitud de una belleza y una integridad adulta no solo los que nacieron muertos sino también, en forma humanamente perfecta, los engendros de la naturaleza, los mutilados, los concebidos sin brazos o sin ojos), pues bien, en esa ‘resurrección de la carne’ no participarán los embriones, al no habérseles infundido todavía el alma racional y, por lo tanto, no ser ‘seres humanos’”. La posición actual de la iglesia en torno al aborto comenzó a surgir en 1588, cuando el 228vo Papa, Sixto V, preocupado por la prostitución en Roma, consideró que, si se aplicaban penas severas y rígidas para el aborto disminuiría la incidencia de este pecado sexual y publicó la bula Effraenatum, según la cual el aborto y la anticoncepción eran homicidios en cualquier período del embarazo – independientemente de la animación– y, por lo tanto, también eran tanto pecados mortales como crímenes civiles. Como en general no se lograron los objetivos esperados, a fines del siglo XVII, el Pontífice Gregorio XIV adoptó nuevamente el criterio de la animación y el alma. Sin embargo, en 1869, el Papa Pío IX, volvió a suprimir la distinción entre el aborto en la primera fase del desarrollo del embrión y el realizado después y promulgó la excomunión automática para toda mujer que abortara voluntariamente, que es el criterio que se extiende hasta nuestros días. La moral es histórico-concreta y las políticas públicas no se definen desde la metafísica La arrogancia en la crítica de Aguer llega al punto de pretender conocer cuál sería hoy la posición de Aquino: con los conocimientos científicos actuales, dice con seguridad, “Tomas hubiera renunciado a la teoría de una animación retardada”. Lo cierto es que Aquino sí sostenía la teoría de la animación retardada y nunca renunció a ella, pero, aparentemente, para el arzobispo, la filosofía es sierva de la teología y la salud pública, de la metafísica. Aguer considera que el origen de la moral se sitúa fuera de la historia, que deriva de Dios y es inmutable, lo cual es absolutamente respetable como creencia, pero tambièn refutable. Si consideramos que los principios y las normas morales surgen de una potencia suprahumana, los estamos situando por fuera del hombre real, que es un ser histórico. De esta manera, es fácil caer en el contrabando ideológico que disfraza de verdades morales universales lo que son intereses particulares de clase. La moral es un aspecto de la realidad humana y, como tal, un fenómeno histórico que muta con el paso del tiempo. Por lo tanto, no es lógico concebir a la ética, como ciencia de la moral, como algo dado de una vez y para siempre. El filósofo estadounidense James Rachels, autor de Introducción a la filosofía moral, expresa un argumento similar en los siguientes términos: “lo correcto y lo incorrecto no deben definirse en términos de la voluntad de Dios; la moral es cuestión de razón y de conciencia, no de fe religiosa y, en todo caso, las consideraciones religiosas no dan soluciones definitivas a los problemas morales específicos que confrontamos». La pretensión de Aguer de imponer su noción de moral como un sistema normativo único, valido para todos los tiempos y todos los hombres, ni siquiera pudo concretarla la iglesia a través de los tiempos, y es especialmente grave en la actualidad pretender que las políticas públicas impongan dogmas religiosos. Los sectores más reaccionarios de la Iglesia, a los que representa Aguer, han buscado imponer estas consideraciones frente a la sanción de leyes como las de divorcio y matrimonio igualitario y ahora también en relación con el aborto legal, seguro, y gratuito, incluso pese a que estas leyes reconocen derechos, pero no obligan a adoptar conductas concretas (ni a divorciarse, ni a casarse con alguien del mismo sexo ni a abortar). En este sentido, para evitar que el Senado transforme en ley el texto aprobado por Diputados, estos sectores despliegan un virulento lobby que incluye visitas a los despachos de los senadores que tienen que votar, mientras grupos ultraconservadores difunden sus números de teléfonos y promueven cadenas de Twitter para intimidar a sus familias. No se defiende la vida meramente proclamando esta defensa mientras, a la vez, se afectan el presupuesto y la calidad de la salud pública e hipócritamente se avalan la muerte y las lesiones permanentes producidas por los abortos clandestinos.

Cuando los derrotados en la Guerra de Secesión crearon el Ku Klux Klan

Cuando los derrotados en la Guerra de Secesión crearon el Ku Klux Klan Por Fernando del Corro | 30/12/2020 | EE.UU. Fuentes: Radio Mitre Fundado el 24 de diciembre de 1865, 155 años atrás, por veteranos confederados del Sur tras su derrota en la Guerra de Secesión por la que pretendieron separarse de los Estados Unidos de América, el Ku Klux Klan fue una organización anticatólica, anticomunista, antifeminista, antisemita, homofóbica, islamofóbica, racista, xenófoba y terrorista, en la que, en sus diversas etapas predominaron algunas de esas visiones. kkk_eeuu.jpg Desfile del Ku Klux Klan en Washington (1925) Fue su fundador Nathan Bedford Forrest y Benjamín Franklin Butler el redactor del acta de principios. Si bien tuvo una corta vida formal ya que fue disuelto por el presidente republicano Hiram Ulysses S. Grant mediante el “Acta de Derechos Civiles” de 1871 esta propuesta supremacista blanca renació en otras oportunidades y en las más recientes hasta mostró sus simpatías por nazismo. Durante su segunda etapa, creada por William Joseph Simmons, que duró entre 1915 y 1944, llegó a contar hasta con unos seis millones de seguidores en todo el país. La tercera se inició en 1946 poco después de concluida la Segunda Guerra Mundial. Tras su fundación en 1865 desarrolló prácticas terroristas que generaron el rechazo de las élites sureñas que aunque tuviesen coincidencias raciales veían en el Ku Klux Klan una justificación para la permanencia de las tropas norteñas en la región. En su segunda versión, la de 1915, se trató de una organización ya con registros formales de sus miembros y con una estructura legalizada. En 1929 sufrió los efectos económicos de la Gran Depresión y al producirse la SGM las manifestaciones pronazis le generaron desprestigio. En 1940 una investigación de Stetson Kennedy hizo que las autoridades le quitaran su reconocimiento oficial. Actualmente, en esta tercera etapa, está conformado por pequeñas agrupaciones independientes entre sí que agrupan algunos miles de adherentes. Entre éstos algunos han sufrido condenas judiciales por los crímenes perpetrados. En la actualidad el KKK, muy desprestigiado, cuenta con el rechazo de los medios de comunicación masivos y de las conducciones gremiales, políticas y religiosas. Tuvo el KKK una activa participación de mujeres particularmente durante la década de 1920 en temas educativos y morales pero sin abandonar lo relacionado con las cuestiones de clase, de etnia, género y religión aunque sin las formas violentas de los hombres. Funcionaban en todo el país pero su mayor presencia se observaba en los estados de Arkansas, Indiana, Ohio y Pennsylvania. Los veteranos que dieron origen al KKK en 1865 fueron seis descendientes de escoceses de Pulaski, Tennessee. De allí viene el término Klan, por los grupos ancestrales de sus familias, cambiando la C de clan por la K. Disfrazados de fantasmas realizaban apariciones nocturnas por Pulaski que tanto asustaban como divertían. Después comenzaron a hostigar a los hace poco liberados esclavos. Contrario al Partido Republicano impulsor del fin de la esclavitud el KKK recibió el apoyo de muchos demócratas que se le sumaron. Rápidamente se expandió por los restantes estados sureños y pasó a la extrema violencia como el asesinato del congresista James M. Hids, de Arkansas, el 22 de octubre de 1868. También fueron asesinados tres miembros de la Legislatura de Carolina del Sur, entre otras víctimas. Por esos tiempos eran frecuentes los asaltos a los hogares de los afrodescendientes y las interrupciones de los actos religiosos de esa comunidad. En 1867 uno de sus líderes, el general George Gordon redactó una propuesta tendiente a organizar todos los grupos afines en la que se incluían preguntas a los interesados entre las que se encontraba la relacionada con su rechazo a la igualdad racial. De acuerdo con sus propias confesiones solamente en una zona de Florida los afro asesinados por el KKK fueron más de 150 y algunos otros centenares en otros lugares de ese estado. Dado que muchos de ellos habían sido soldados de la Unión uno de los propósitos había sido el de robarles las armas. Según Gordon “si los negros nos quieren hacer la guerra, deben atenerse a las consecuencia”. La justicia federal dictaminó en 1868 que el KKK era una “organización terrorista” y varios de sus integrantes fueron procesados mientras muchos huyeron de sus residenciales habituales, en particular de Carolina de Sur. No faltaban los que se asumían como miembros de la organización, sin serlo, a la hora de cometer delitos. Por otra parte el KKK se había convertido en una suerte de instrumento paramilitar del Partido Demócrata. Todo ello hizo que pronto comenzase a desacreditarse. La historiadora Elaine Frantz Parnsos, señaló: “ Al desenmascarar al Klan, se reveló a una caótica multitud de grupos antinegros, granjeros pobres y resentidos, bandas guerrilleras, políticos demócratas desplazados, destiladores ilegales de whisky, jóvenes aburridos, sádicos, violadores, trabajadores blancos con miedo de la competencia negra, patrones tratando de aplicar una política laboral rígida, ladrones comunes, vecinos con antiguos conflictos e inclusive algunos esclavos liberados y algunos republicanos blancos que tenían intenciones criminales particulares. Al final, todo lo que tenían en común, además de ser abrumadoramente blancos en su mayoría, sureños y demócratas; era que todos se llamaban a sí mismos miembros del Klan”. Forrest, quién ya carecía de todo control, en 1869 ordenó la disolución del KKK en razón de que “había sido desviado de sus originales y patrióticos propósitos, convirtiéndose en un grupo injurioso y dañino para la paz pública”. Para el historiador Stanley Horn, “hablando de forma general, el final del Klan fue más una desintegración localizada paulatina que un desbando formal y decisivo” y un medio de Georgia publicó en enero de 1870 que “la realidad del asunto no es que el Ku Klux Klan sea una banda de criminales organizados, sino que todos los criminales se autodenominan miembros del KKK”. Así se llegó a su disolución legal ante la decisión del presidente Grant en 1871 para reaparecer algunas décadas más tarde, como se señalara con similares criterios, aunque agravados, como su apoyo al nazismo en tiempos en que su país enfrentaba al mismo durante la SGM. Una postura que aún hoy sostienen quienes forman parte de los diversos grupos que se dicen representar a esa organización creada, originariamente, como partidaria del esclavismo. -Fernando Del Corro es periodista, historiador, docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Fuente: https://marcelobonelli.cienradios.com/cuando-los-derrotados-en-la-guerra-de-secesion-crearon-el-ku-klux-klan/

Caída y auge del pueblo ruso

Caída y auge del pueblo ruso Por Rodolfo Bueno | 30/12/2020 | Mundo Fuentes: Rebelión El 8 de diciembre de 1991, Gorbachov anunció la disolución de la URSS, que en poco tiempo generó la desintegración del sistema socialista en el este de Europa, una de las mayores calamidades del siglo XX, pues causó la eliminación física de muchos de sus habitantes, debilitó la organización obrera del mundo, rompió el equilibrio geopolítico del planeta mantenido desde la derrota del nazi-fascismo y posibilitó la actuación de los países imperialistas con la absoluta desfachatez actual. Este colapso fue organizado por las potencias de Occidente en contubernio con testaferros internos camuflados de libertadores. La oligarquía que actualmente gobierna en casi todos los países ex socialistas devino en una nueva clase, según la definición de Mijail Djilas, y tuvo por meta apoderarse de la totalidad de los bienes de la sociedad. El grueso de la suma, con la que iniciaron sus incursiones en el naciente sistema financiero, provenía de europeos, israelíes y norteamericanos, que invirtieron una pizca de sus capitales, para sacar buena tajada de las fraudulentas oportunidades que durante el derrumbe del socialismo ofrecían las privatizaciones; es obvio que a Occidente no le apesta el dinero robado en estos países. Para sacarle más jugo a la troncha realizaron miles de actos truculentos, habían adquirido bienes públicos a precios de huevos y los hacían fructificar sin que les preocupara el aspecto económico y social de estos países, lo que fue la causa principal de la espantosa caída del nivel de vida y de la prematura muerte de decenas de millones de ciudadanos del este de Europa. Los nuevos patrones insistían en que la redistribución de las riquezas y la economía moderna eran incompatibles, y a los obreros, que se quejaban por las malas condiciones de trabajo y los bajos sueldos, les amenazaban con que si protestaban, serían despedidos y se irían a casa a rascarse la barriga con las manos vacías. Les pagaban en especies porque dizque no tenían liquidez y les bajaron tanto los salarios que muchos trabajadores se comían a los perros callejeros. Como era de esperar, el capitalismo sólo trajo miserias y angustias a la población de esos países. Los más engatusados fueron los jóvenes, porque se embarcaron sin recapacitar en la nueva ola. Creyeron haber nacido en un mundo que los mataba de aburrimiento, donde vivían por vivir, y que ahora todo iba a ser muy hermoso, pero luego las cosas cambiaron para peor, lo que sucedió abruptamente, sin darles tiempo para calibrar la complejidad de la nueva vida, y sólo pudieron soñar en el brillo sórdido de las discotecas, en la hermosura de los carros de lujo, en los desfiles de moda ostentosos y en los placeres de una existencia vacua, a la que tenían acceso en sus mórbidas ilusiones. En la Unión Soviética, la expansión del mercado negro se dio en correspondencia con la escasez de productos básicos, consecuencia de los gigantescos destrozos causados por la Segunda Guerra Mundial. Este mercado posibilitó la formación paulatina de la nueva clase, compuesta por seres humanos carentes de principios morales, éticos y religiosos que, luego de instituir sus propias reglas de propiedad, tomaron el control del aparato productivo y de los bienes de la sociedad. Se trataba de los cerditos de La rebelión en la granja, de George Orwell, convertidos en hipopótamos. La nueva clase fue fruto de la decadencia moral de los herederos de la vieja guardia bolchevique; sus intereses de rapiña coincidían con los de los corruptos funcionarios de las más altas esferas del Estado, de la delincuencia común y del crimen organizado. Con el pretexto de las privatizaciones, la nueva clase obtuvo por una bagatela las riquezas de la sociedad, en esa época dorada para los intereses de esos buitres hambrientos. El ciudadano común y corriente fue engatusado por sus “libertadores”, que se adueñaron del producto del sacrificio de una gran parte del mundo, que alguna vez soñó con tomar el cielo entre sus manos. ¡Para qué realizar una revolución sangrienta! ¡Para qué ganar la más cruenta guerra de la historia! ¿Para que unos cuantos vivos se levanten con el santo y la limosna? Es inconcebible que entre los nuevos dueños del poder se repartieran alegremente el resultado del esfuerzo de muchas generaciones, fruto del sudor de millones de trabajadores, que se sacrificaron al extremo de lo imaginable durante una buena parte del siglo XX. Todo lo pasado explica porque en la actualidad Rusia es lo que es. Se trata de que el sector oligárquico de Occidente le declaró una guerra de nuevo cuño, que debía concluir con la muerte de ese país y el reparto de sus despojos entre las hordas vencedoras. Casi logran esa finalidad con la desintegración de la URSS, pues Rusia pasó a ser gobernada por títeres que respondían a intereses foráneos. Parece que en un momento de sobriedad, Yeltsin, molesto ante tanto engaño consecutivo, recuperó la cordura y le delegó el poder a Putin. Pocos cayeron en cuenta del significativo cambio que ese paso representaba, aunque sus primeros movimientos, decisivos y firmes, indicaban que todo era para el bien de su país. En su discurso del 10 de febrero de 2007, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, señaló que las cosas iban en serio. No le hicieron caso y continuaron actuando como si nada hubiera ocurrido: Rodearon a Rusia con casi cuatrocientas bases militares; apoyaron a los movimientos terroristas y separatistas; en contra de lo que habían prometido, durante la reunificación de Alemania, no mover a la OTAN ni una sola pulgada, la acercaron hasta las mismas puertas de Moscú; en Ucrania dieron un golpe de Estado de tinte fascista, pese a los acuerdos firmados el día anterior, seguros de que desde ese país podrían extender aún más sus dominios. Pasó lo contrario, Crimea retornó al seno de su madre patria. Con motivo del Día del Armero, el Presidente Putin declaró que su país “contaba con las armas más avanzadas, un tipo de armamento que nadie más posee; lo debimos crear en respuesta al despliegue del Sistema Estratégico de Defensa Antimisiles estadounidense, que en el futuro sería capaz de neutralizar y anular todo nuestro potencial nuclear”. Recalcó que, en lo referente a la tecnología de los misiles intercontinentales, a las armas nucleares y a la aviación estratégica de largo alcance, Rusia debió asumir durante décadas el papel de los rezagados, lo que puso a su país en una situación muy difícil e incluso peligrosa. “De hecho, hubo momentos en que nos amenazaron, pero no teníamos con que responder, ahora, por primera vez en la historia moderna, Rusia posee los tipos de armas más poderosos, que superan en mucho por fuerza, potencia, velocidad y precisión a todo lo que ha existido y existe hoy. Al menos por ahora, nadie en el mundo tiene estas armas”. El asunto tiene preámbulo. Putin les advirtió que no instalaran el Sistema Estratégico de Defensa Antimisiles y que si lo hacían, Rusia iba a desarrollar armas de alta tecnología que volverían inoperantes sus sistemas. No le prestaron oídos y le aseguraron que ese sistema no iba contra Rusia sino contra Irán y Corea del Norte. A otro perro con ese hueso, al romper el Tratado Antimisiles, amenazaban directamente a Rusia. “Por lo menos, dennos garantías de que no nos van a agredir”, reclamó Moscú. “Garantías no damos, hagan lo que les dé la gana”, contestaron los norteamericanos. Creyeron que no lograría responder de manera alguna, seguros de que Rusia jamás podría instalar algo semejante en Canadá o México. En respuesta a la instalación de cerca de 400 bases militares de EEUU a su alrededor, al unilateral abandono estadounidense del Tratado sobre Misiles Antibalísticos y a la proclamación de una doctrina atómica que les faculta emplear armas nucleares cuando quieran y contra el que quieran, Rusia desarrolló innovadoras armas estratégicas, de la más avanzada tecnología; estas armas son un increíble avance científico, jamás esperado por nadie. Al contrario de lo que se afirmaba, Rusia, heredera de la Unión Soviética, tiene cultura, ciencia y tecnología no inferiores a las de cualquier país sino, posiblemente, superiores; basta señalar que sus micro centrales atómicas las comenzó a diseñar Kurchátov en 1955. Este increíble salto tecnológico, que envía a la edad de piedra a todo el arsenal creado hasta el día de hoy, que convierte en polvo y ceniza todos los billones gastados por el Pentágono, que vuelve obsoletas a todas las flotas que patrullan los siete mares, que minimizan la efectividad de las casi mil bases que se encuentran en más de cien países y que convierte en espantapájaros al paraguas antimisiles, instalado alrededor de Rusia y China, no lo esperaba nadie en el mundo. Moscú recalcó que su poderío militar no amenaza a nadie, que existe únicamente para garantizar el resguardo de su soberanía, antes amenazada, y que sólo sería empleado en el caso de que fueran agredidos su país o cualquiera de sus aliados. Ahora que es tan poderosa, Rusia expresó la esperanza de ser escuchada. Ojalá así sea, porque sus adversarios son más persuadidos que piojo sobre caspa.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Liberalismo y fascismo? Socios criminales

Liberalismo y fascismo Socios criminales Tweet about this on TwitterShare on FacebookEmail this to someone Por Gabriel Rockhill | 23/12/2020 | Opinión Fuentes: Counterpunch [Ilustración: Nick Roney] Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo Los intelectuales tienden un velo sobre el carácter dictatorial de la democracia burguesa al presentarla como el absoluto opuesto del fascismo y no como otra fase natural del mismo en el que la dictadura burguesa se revela de modo más abierto” (Bertolt Brecht). Una y otra vez oímos que el liberalismo es el último bastión contra el fascismo, pues representa una defensa del Estado de derecho y de la democracia frente al intento aberrante y malévolo de los demagogos que pretenden destruir un sistema totalmente perfecto en beneficio propio. Esta aparente oposición ha arraigado profundamente en las llamadas democracias liberales occidentales gracias al mito de su origen compartido. Por ejemplo, todo escolar de Estados Unidos ha aprendido que el liberalismo derrotó al fascismo en la Segunda Guerra Mundial y que hizo retroceder a la bestia nazi para establecer un nuevo orden internacional construido sobre sólidos principios democráticos que –a pesar de sus potenciales fallos y errores– son antitéticos al fascismo. Este marco de relaciones entre liberalismo y fascismo no solo les presenta como completamente opuestos sino que además define la propia esencia de la lucha contra el fascismo como la batalla por el liberalismo. De este modo forja un antagonismo ideológico falso. Porque fascismo y liberalismo comparten su innegable devoción al orden mundial capitalista. Aunque sea preferible el guante de terciopelo del gobierno hegemónico y consensual y el fascismo sea más proclive a aplicar sin reparos el puño de hierro de la violencia represiva, ambos pretenden mantener y desarrollar las relaciones sociales capitalistas, y han cooperado a lo largo de la historia moderna para lograrlo. Lo que este aparente conflicto enmascara –y ese es su auténtico poder ideológico– es que la línea divisoria fundamental no es la que separa dos modos diferentes de gobernanza capitalista, sino capitalismo y anticapitalismo. La prolongada campaña de guerra psicológica librada bajo la engañosa bandera del “totalitarismo” ha contribuido en gran medida a disimular esta línea de demarcación al presentar falsamente al comunismo como una forma de fascismo. Tal y como Domenico Losurdo y otros pensadores han explicado con gran precisión histórica y todo lujo de detalles, esto es pura paparrucha ideológica. Dado que el actual debate público sobre el fascismo tiende a enmarcarse en relación con la supuesta resistencia liberal al mismo, no hay tarea más urgente que la de reexaminar escrupulosamente el historial del liberalismo y el fascismo existentes en la actualidad. Como podrá comprobarse incluso en este breve resumen, lejos de ser enemigos, ambos han sido –a veces sutilmente, a veces de forma clara– compañeros de los crímenes capitalistas. En aras de la claridad y de la concisión, en primer lugar me centraré en el relato coyuntural de los casos no controvertidos de Italia y Alemania. No obstante, es preciso señalar desde el principio que el Estado policial racial y el vandalismo colonial de los nazis –que superaron con creces las capacidades de Italia– siguieron el modelo de Estados Unidos. La colaboración liberal en el ascenso del fascismo europeo Es fundamental señalar que el fascismo surgió dentro de las democracias parlamentarias y que no conquistó el poder desde el exterior. Los fascistas alcanzaron llegaron al gobierno en Italia en el momento de grave crisis política y económica que siguió a la Primera Guerra Mundial y luego a la Gran Depresión. Esta fue también la época en la que el mundo fue testigo de la primera revolución anticapitalista que logró triunfar en la URSS. Mussolini, que se había afilado los dientes cuando trabajaba para el [servicio de seguridad británico] MI5 con el objetivo de desactivar el movimiento pacifista italiano durante la Gran Guerra, fue posteriormente respaldado por los grandes capitalistas industriales y los banqueros complacidos por su orientación política antiobrera y procapitalista. Su táctica fue trabajar dentro del sistema parlamentario, movilizando apoyos económicos poderosos para financiar su amplia campaña de propaganda, mientras sus camisas negras pisoteaban los piquetes obreros y a las organizaciones de trabajadores. En octubre de 1922, los magnates de la Confederación de la Industria y los principales directivos de banca le proporcionaron los millones que necesitaba para organizar la espectacular demostración de fuerza que fue la Marcha sobre Roma. No obstante, no llegó a tomar el poder sino que, como explica Daniel Guérin en su magistral estudio Fascismo y gran capital, acudió a la llamada del rey el 29 de octubre quien, siguiendo la normativa parlamentaria, le encargó la formación de un gobierno. El Estado capitalista se rindió sin pelear, pero Mussolini estaba decidido a conseguir una mayoría absoluta en el parlamento con el apoyo de los liberales. Estos respaldaron su nueva ley electoral en julio de 1923 y aceptaron presentarse en una lista conjunta con los fascistas a las elecciones del 6 de abril de 1924. Así fue como los fascistas, que hasta entonces ocupaban 35 escaños en el parlamento, consiguieron 286 con el apoyo de los liberales. Los nazis alcanzaron el poder de un modo bastante parecido, trabajando dentro del sistema parlamentario y buscando el favor de los grandes magnates de la industria y de los banqueros. Estos últimos proporcionaron el apoyo que les permitió crecer como partido y, en último término, asegurar su victoria electoral en septiembre de 1930. Posteriormente Hitler rememoraría (en un discurso pronunciado el 19 de octubre de 1935) lo que supuso contar con los recursos materiales necesarios para financiar a 1.000 oradores nazis con sus propios vehículos, para que pudieran celebrar unos 100.000 mítines en el trascurso de un año. En la elección de diciembre de 1932, los dirigentes de la socialdemocracia, mucho más a la izquierda que los liberales de la época pero con quienes compartían una agenda reformista, se negaron en el último momento a formar una coalición contra el nazismo con los comunistas. “En Alemania ocurrió lo mismo que en muchos otros países, en el pasado y en el presente”, escribió Michael Parenti, “los socialdemócratas prefirieron aliarse con la derecha reaccionaria antes que hacer causa común con los rojos”. Previamente a la elección, el candidato del partido comunista Ernst Thaelmann había declarado que votar al mariscal de campo von Hindenburg equivalía votar por Hitler y por la guerra. Apenas unas semanas después de su victoria electoral, Hindenburg propuso a Hitler para canciller. En ambos casos, el fascismo accedió al poder a través de la democracia parlamentaria burguesa, en la que el gran capital financia a los candidatos suscriben sus objetivos al tiempo que crean un espectáculo populista –una falsa revolución– que dirija o sugiera las preferencias de las masas. Su conquista del poder tuvo lugar dentro de este marco constitucional y legal, que aseguraba su aparente legitimidad tanto en el frente interno como en la comunidad internacional de las democracias burguesas. Leon Trotsky lo entendió a la perfección y diagnosticó lo que iba a acontecer con una notable intuición: “Los resultados están a la vista: la democracia burguesa se transforma legal y pacíficamente, en una dictadura fascista. El secreto es bien sencillo: la democracia burguesa y la dictadura fascista son instrumentos de una única clase, la de los explotadores. Es absolutamente imposible prevenir la sustitución de un instrumento por el otro apelando a la Constitución, al Tribunal Supremo de Leipzig, a nuevas elecciones, etc. Lo que hace falta es movilizar las fuerzas revolucionarias del proletariado. El fetichismo constitucional brinda la mejor ayuda al fascismo”. Una vez asegurado el poder, el fascismo mostró su rostro autoritario y se transformó en lo que Trotsky describía como una dictadura burocrático-militar de estilo bonapartista. Con resolución –a un ritmo diferente en Italia que en Alemania– se lanzó a completar la tarea para la que había sido contratado: aplastó a los sindicatos, erradicó a los partidos de la oposición, cerró las publicaciones independientes, suspendió las elecciones, utilizó a las clases más bajas y racializadas como chivo expiatorio, privatizó los bienes públicos, inició proyectos de expansión colonial y dedicó enormes cantidades de dinero a una economía de guerra que beneficiaba a los industriales que le habían apoyado. Para establecer la dictadura directa del gran capital, llegó a prescindir de algunos de los elementos más plebeyos y populistas de sus propias filas al tiempo que aplastaba a muchos desconcertados liberales con la maquinaria represiva de la lucha de clases. La burocracia burguesa permitió el ascenso del fascismo no solo en Italia y Alemania; lo mismo ocurrió a escala internacional. Los estados capitalistas rehusaron formar una coalición antifascista con la Unión Soviética, un país que 14 de ellos habían invadido y ocupado desde 1918 a 1920 en un fallido intento de destruir la primera república de los trabajadores del mundo. Durante la Guerra Civil española (que para historiadores como Eric Hobsbawm fue una versión en miniatura de la gran guerra de mediados de siglo entre fascismo y comunismo), las democracias liberales burguesas no respaldaron oficialmente al gobierno izquierdista democráticamente elegido. Prefirieron cruzarse de brazos mientras las potencias del Eje suministraban un apoyo masivo al general Franco, cabecilla de un golpe de Estado. Resulta tremendamente revelador que Franco, un autodeclarado fascista que suele ignorarse cuando se debate el fascismo europeo, entendió con meridiana claridad las razones por las cuales las características accesorias del fascismo podían diferenciarse considerablemente en función de la coyuntura precisa: “El fascismo, ya que esa es la palabra que se utiliza, el fascismo presenta cada vez que se manifiesta características que varían en la medida en que varían los países y los temperamentos nacionales”. Fue la URSS la única nación que acudió en ayuda de los republicanos que combatían el fascismo en España, enviando tanto soldados como materiales. Franco devolvería posteriormente el favor, por decirlo de alguna manera, cuando envió una división de voluntarios a combatir el comunismo ateo al lado de los nazis. Por supuesto, Franco también se convertiría en la posguerra en uno de los grandes aliados de Estados Unidos en su lucha contra la Amenaza Roja. En 1934 Reino Unido, Francia e Italia firmaron el Acuerdo de Múnich, por el que aceptaban que Hitler invadiera Polonia y colonizara los Sudetes de Checoslovaquia. “La reticencia de los gobiernos occidentales a iniciar negociaciones efectivas con el Estado Rojo”, escribió Eric Hobsbawm, “incluso en 1938-1939, cuando ya nadie negaba la urgencia por fraguar una alianza contra Hitler, es demasiado evidente. De hecho, fue el miedo a quedarse solo para enfrentarse a Hitler lo que al final motivó a Stalin –que desde 1934 había sido el campeón inquebrantable de una alianza de Occidente contra el Führer– a firmar el Pacto Stalin-Ribbentrop de agosto de 1939, con el que esperaba mantener a la URSS fuera de la guerra”. Este pacto de no agresión fue presentado de forma hipócrita en la prensa occidental como la innegable indicación de que nazis y comunistas estaban aliados de alguna manera. El capitalismo internacional y el fascismo Los empresarios industriales y los banqueros, así como los terratenientes, no fueron los únicos que apoyaron en Italia y Alemania el ascenso del fascismo al poder y se beneficiaron de él. Lo mismo puede decirse de muchas de las grandes corporaciones y bancos con sede en las democracias occidentales burguesas. Henry Ford quizá sea el ejemplo más notorio desde que en 1938 fue galardonado con la Gran Cruz del Supremo Orden del Águila Alemana, el máximo honor que podía otorgarse a cualquier persona no alemana (Mussolini la había recibido ese mismo año). Ford no solo había canalizado muchos fondos hacia el partido nazi, también le había proporcionado buena parte de su ideología antisemítica y antibolchevique. Ford estaba convencido de que “el comunismo era una creación totalmente judía”, por citar a James y Suzenne Pool, una idea que compartía Hitler, y algunos autores han sugerido que este último se sentía ideológicamente tan cercano a Ford que algunos pasajes del Mein Kampf fueron copiados directamente de la publicación antisemita de Ford, The International Jew. Ford no fue la única compañía estadounidense que invirtió en Alemania. Muchos otros bancos, empresas e inversores se aprovecharon espléndidamente del proceso de “arianización” (la expulsión de los judíos de los negocios y la transferencia forzosa de sus propiedades a manos “arias”) y del programa de rearme alemán. Según el estudio magistral de Christopher Simpson, “media docena de compañías estadounidenses clave (International Harvester, Ford, General Motors, Standard Oil of New Jersey y Du Pont) estaban muy involucradas en la producción de armas alemanas”. De hecho, la inversión estadounidense en Alemania aumentó bruscamente cuando Hitler subió al poder. Simpson escribe que “los informes del Departamento de Comercio muestran que la inversión estadounidense en Alemania aumentó un 48,5 por ciento entre 1929 y 1940, al tiempo que decrecía en la misma medida en el resto de Europa continental”. Las filiales alemanas de compañías como Ford y General Motors, así como varias compañías petroleras, hicieron un gran uso del trabajo esclavo en los campos de concentración. El de Buchenwald, por ejemplo, contribuía con mano de obra forzada a la producción de la enorme planta de General Motors en Russelsheim, así como de la fábrica de camiones Ford situada en Colonia, y los directivos alemanes de Ford aprovecharon al máximo los prisioneros de guerra rusos para su producción bélica (lo que supone un crimen de guerra según las Convenciones de Ginebra). John Foster Dulles y Allen Dulles, que posteriormente se convertirían en secretario de Estado y director de la CIA respectivamente, dirigían Sullivan & Cromwell, según algunos el mayor bufete de abogados de Wall Street en la época. Estas personas desempeñaron un importante papel en la supervisión, asesoramiento y gestión de las inversiones globales en Alemania, a la sazón uno de los principales mercados internacionales –especialmente para los inversores de EE.UU.– durante la segunda mitad de la década de 1920. Sullivan & Cromwell trabajaban con casi todos los principales bancos de Estados Unidos y supervisaban inversiones en Alemania superiores a los 1.000 millones de dólares. Trabajaban también con docenas de compañías y gobiernos de todo el mundo pero, según Simpson, John Foster Dulles “claramente favorecía los proyectos para Alemania, para la junta militar en Polonia y para el Estado fascista de Mussolini”. En la posguerra, Allen Dulles trabajó incansablemente para proteger a sus socios de negocios y tuvo un notable éxito salvaguardando sus activos y ayudándoles a evitar la persecución. Así como la mayor parte de los relatos liberales sobre el fascismo se centran en su teatro político y en las excentricidades que no forman parte de su esencia, eludiendo así un análisis sistémico y radical, es importante reconocer que si el liberalismo permitió el ascenso del fascismo, el capitalismo dirigió su crecimiento. ¿Quién derrotó al fascismo? No es sorprendente que las democracias burguesas de Occidente retrasaran enormemente la apertura del frente occidental y permitieran que su antiguo enemigo, la URSS, se desangrara por la maquinaria de guerra procapitalista nazi (que contaba con amplia financiación de los rusos blancos). De hecho, el día después de que la Alemania nazi invadiera la Unión Soviética, Harry Truman declaró rotundamente: “Si vemos que Alemania está ganando, deberemos ayudar a Rusia, y si Rusia va ganando, deberemos ayudar a los alemanes para así permitir que maten a todos los comunistas que puedan, aunque no quiero ver a Hitler victorioso bajo ninguna circunstancia”. Una vez que Estados Unidos entró en guerra, importantes funcionarios como Allen Dulles trabajaron entre bastidores para intentar negociar un acuerdo de paz con Alemania que permitiría a los nazis centrar toda su atención en borrar a la URSS del mapa. La idea generalizada (al menos en Estados Unidos) de que al final el fascismo fue derrotado por el liberalismo en la Segunda Guerra Mundial, principalmente gracias a la intervención estadounidense en la contienda, es un bulo sin fundamento. Tal y como Peter Kuznick, Max Blumenthal y Ben Norton recordaron a sus oyentes en un debate reciente, el 80 por ciento de los nazis muertos en guerra cayeron en el Frente Oriental ante la URSS, donde Alemania había desplegado 200 divisiones (frente a solo 10 en el Frente Occidental). 27 millones de soviéticos dieron su vida luchando contra el fascismo, frente a 400.000 soldados estadounidenses (lo que equivale aproximadamente al 1,5 por ciento del número de víctimas soviéticas). Fue principalmente el Ejército Rojo quien derrotó al fascismo en la Segunda Guerra Mundial, y es el comunismo –no el liberalismo– el que constituye el último baluarte contra el fascismo. La lección histórica debería ser obvia: no se puede ser auténticamente antifascista sin ser anticapitalista. La ideología del falso antagonismo La construcción ideológica de falsos antagonismos, en el caso del liberalismo y el fascismo, sirve para diversos propósitos: Establece el principal frente de lucha entre posiciones rivales dentro del campo capitalista. Canaliza la energía de la gente hacia la lucha por lograr los mejores métodos para gestionar el control capitalista en lugar de para abolirlo. Elimina las verdaderas líneas de demarcación de la lucha de clases global. Intenta descartar de un plumazo la opción comunista (eliminándola por completo del campo de lucha o presentándola hipócritamente como una forma de “totalitarismo”). Al igual que sucede en las competiciones deportivas, que son importantes rituales del mundo contemporáneo, la lógica del falso antagonismo amplía y exagera todas las diferencias idiosincráticas y las rivalidades personales entre dos equipos opuestos, hasta el punto de que los enloquecidos seguidores llegan a olvidar que básicamente participan en el mismo juego En la cultura política reaccionaria de Estados Unidos, que ha intentado redefinir a la Izquierda como liberal, es de la mayor importancia reconocer que el antagonismo principal que ha estructurado y continúa organizando el mundo moderno es el existente entre el capitalismo –impuesto y mantenido a través de la ideología y las instituciones liberales, así como por la represión fascista, según el momento, el lugar y la población en cuestión– y el socialismo. Al reemplazar esta oposición por la existente entre liberalismo y fascismo, la ideología de los falsos antagonismos pretende convertir la lucha del siglo en un espectáculo capitalista en lugar de en una revolución comunista. Gabriel Rockhill es un filósofo, crítico cultural y activista franco-estadounidense. Dirige el Taller de Teoría Crítica y es profesor de filosofía en la Universidad de Villanova (EE.UU.). Es autor de varios libros y participa en actividades extraacadémicas del mundo del arte y el activismo. Se le puede seguir en @GabrielRockhill. Fuente: https://www.counterpunch.org/2020/10/14/liberalism-and-fascism-partners-in-crime/ El presente artículo se puede reproducir libremente siempre que se respete su integridad y se nombre a su autor, a su traductor y a Rebelión como fuente del mismo

martes, 22 de diciembre de 2020

l reino de Cristo en la tierra (y en España): las conexiones de Vox con una secta

El reino de Cristo en la tierra (y en España): las conexiones de Vox con una secta Tweet Por Sato Díaz | 22/12/2020 | España Fuentes: Cuarto Poder [Foto: La Asociación Española de Abogados Cristianos participa en una concentración convocada este jueves ante el Congreso en rechazo a la ley de la eutanasia. /Luca Piergiovanni (Efe)] “Defender la religión católica y luchar contra las fuerzas de Satanás” para “instaurar el reino de Cristo en la tierra”. La secta mexicana El Yunque empezaba su andadura en los años 50 con estos objetivos, desde una ideología fundamentalista católica y formas paramilitares y fascistas. En su país original tienen gran capacidad de influir a través de organizaciones pantalla. “Tuvieron influencia en la llegada al Gobierno mexicano de Vicente Fox”, recuerda el investigador Román Cuesta, que advierte: “Tras México, el segundo país donde más fuerza tienen es España”. A través de un informe al que ha tenido acceso cuartopoder, elaborado por la Fundación Rosa Luxemburg Stiftung sobre la extrema derecha en España que se publicará a principios de 2021 y que ha coordinado el periodista Miquel Ramos, navegamos por los tentáculos ultracatólicos en el Estado español, la influencia de esta secta mexicana. Cuesta, que ha escrito este capítulo del informe, advierte: “Encontramos muchos contactos entre El Yunque y las campañas que se organizan contra el Gobierno”. El Gobierno de coalición, tal y como hizo el de José Luis Rodríguez Zapatero en su momento, ha levantado la furia de los sectores más conservadores del Estado, lo estamos viendo, y algunas de las medidas sobre ampliación de derechos y libertades civiles ya cuentan con una oposición social reaccionaria organizada. Esto lo hemos visto con respecto a la llamada ley Celaá educativa, la consideran un ataque a la educación concertada y privada. También ha quedado claro esta semana, cuando se ha aprobado en el Congreso la ley que regula la eutanasia. Una plataforma, bajo el nombre de ‘Vividores’, apoyada por HazteOír y la Asociación Católica de Propagandistas relacionada con el CEU, popularizaba los carteles negros con calaveras blancas para denunciar, desde su perspectiva ultra, una “pena de muerte encubierta”. Se les espera con fuerza en otros debates legislativos previstos para esta legislatura, como la ley trans, para la que cuentan, quizás de forma inesperada, con la inestimable confluencia de algunos sectores del feminismo. El Yunque español “La labor de infiltración que han hecho en partidos y otras organizaciones les da bastante capacidad de influencia en la vida pública española”, advierte Cuesta, que prosigue: “El caso más evidente es Hazte Oír, ahora Citizen Go, pero hay decenas de organizaciones que colaboran, no solo con contenidos y campañas, sino también económicamente”. Y es que la evolución de la secta mexicana le ha llevado a pasearse por la derecha y ultraderecha política, social y mediática española. En lo político, primero se infiltraron en grupos minoritarios, como Falange o partidos del ámbito carlista, después lograron hacerse algún hueco en el PP, la irrupción de Vox les ha hecho obtener unas mayores cuotas de presencia entre cargos públicos y orgánicos. Y es que, allá por los 70, el fundador de la secta mexicana encargaba, según lo que recoge el informe de la Rosa Luxemburgo, a Miguel Ángel López Zabaleta la implantación en el Estado español, para lo que contaría con el apoyo económico del entorno de la familia Ruiz Mateos, Rumasa. López Zabaleta, relacionado con la labor de captación de socios para Hazte Oír, nos lleva a otro personaje clave para El Yunque español, según este análisis: Álvaro Zulueta, quien sería responsable de financiación de la plataforma, quien contrajo matrimonio con Olga Cuquerella, una de las empleadas de Aizoon, aquella inmobiliaria propiedad Iñaki Urdangarín y la infanta Cristina de Borbón para defraudar a Hacienda. A través de otro estudio, El Transparente de la Catedral de Toledo, que se recoge en las páginas de la Rosa Luxemburgo, se observa cómo en las décadas de los 80 y 90 El Yunque se iba consolidando en España a través de organizaciones como las Comunidades Neocatecumenales, Acción Católica o Asociación Católica de Propagandistas. También se estrechan vínculos con medios de comunicación ultraconservadores, Intereconomía o La Gaceta, y cierta penetración en el PP, donde el estudio de El Transparente creó cierta discordia: el Opus Dei rivalizaba en el seno del partido conservador con El Yunque. Este estudio de El Transparente fue declarado “esencialmente veraz” por el Juzgado de Primera Instancia 45 de Madrid, en 2014. A través de este juicio se acreditaba la relación entre El Yunque y Hazte Oír y se revelaba la identidad de algunas personas, como Ignacio Arsuaga, presidente de Hazte Oír; el propio Zulueta, director de la fundación Citizen Go y tesorero de Hazte Oír; Cuquerella; Luis Losada, subdirector del diario La Gaceta y actual colaborador de 13 TV, la cadena de los obispos; Liberto Senderos, presidente de la Organización del Bien Común; Jaime Urcelay, presidente de Profesionales por la Ética… “Arsuaga ya era amigo de hace años Santiago Abascal”, relaciona Cuesta. En aquel juicio, Victoria Uroz, que estuvo casada con el periodista Losada, desvela cómo se financiaba Hazte Oír: “He conocido que de México les venía dinero”. Sería en 2013 cuando se fundaba Vox, el mismo año echaba a andar Citizen Go, la relación de El Yunque y HazteOir animaba a buscar nuevas marcas. Citicen Go está bien relacionada con grupos de presión internacional, lo que genera vínculos con las instituciones comunitarias en Bruselas. Según una investigación de Open Democracy, foro de debate internacional progresista, los vínculos de Citizen Go con organizaciones ultraconservadoras internacionales, autodenominadas “pro-vida”, llevan hasta estrechos vínculos con el entorno de las élites rusas y, por otro lado, de sectores del Partido Republicano norteamericano. Pero centrándonos en la implantación del poderoso “reino de Cristo” en España, esta investigación desvela cómo Arsuaga reconocía ante un reportero infiltrado de Open Democracy que Citizen Go está alineado con Vox, que harían campañas dirigidas hacia políticos de partidos que no hayan tenido una actitud beligerante en temas como los derechos LGTBI o el aborto, lo que incluía al PP y excluía a Vox, y que estudiaban cómo, a través de fundaciones, podrían participar en la financiación del partido de Abascal de cara a procesos electorales. En el programa de la televisión pública vasca 360 grados, titulado ¿Qué relación hay entre Vox, HazteOír y El Yunque?, se relaciona con El Yunque a Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio, diputado en el Congreso y vicesecretario de Relaciones Internacionales del partido ultra y presidenta de Vox en la Comunidad de Madrid y portavoz en la Asamblea. Del mismo modo, el autor del libro El Yunque en España, Santiago Matas, incluye en esta lista de los relacionados con la secta mexicana a Alicia Verónica Rubio, vicesecretaria de Movilización en la ejecutiva de Vox y desde 2019 diputada de la Asamblea de Madrid, Francisco Serrano, cabeza de lista al Parlamento de Andalucía en 2018, o Ignacio Garriga, candidato a la Presidencia de la Generalitat de Catalunya para los comicios del año que viene, entre otros. Contra los avances progresistas La plataforma HazteOír, que combina un ideario ultraconservador y novedosas técnicas comunicativas y en redes sociales, consiguió relevancia, sobre todo, durante la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. En aquel periodo, se posiciona inmediatamente contra el aborto, la eutanasia, las leyes de violencia de género, las leyes LGTBI o de memoria histórica, mientras defiende la libertad de educación y la libertad religiosa y realiza campañas por la unidad de la nación española o de apoyo a las víctimas de ETA. Como hemos visto, preparan su estrategia contra el Gobierno de coalición. “Una clara relación entre estos grupos a nivel internacional la hemos visto estos días, la misma campaña de aquí contra la ley de eutanasia, la han usado en contra de la del aborto en Argentina, ambas campañas se entrelazaban”, comenta Cuesta. Y es que, para el investigador, la vinculación de Vox con los tentáculos de El Yunque es evidente. “Vox es el partido ideal donde infiltrarse, hay cargos que vienen directamente de esas plataformas para después integrarse en Vox”, añade. Las organizaciones ultracatólicas en el Estado español van más allá de Hazte Oír o Citizen Go. Algunas de ellas, con activa presencia mediática por participar en casos polémicos, como la Asociación Española de Abogados Cristianos, centrada en la actividad jurídica. Así, sus querellas han motivado juicios que se han hecho mediáticos. Por ejemplo, contra la ministra Celaá, el colectivo Femen, José Carrillo como rector de la Universidad Complutense, el actor Willy Toledo, el clown Leo Bassi o la alcaldesa de Barcelona Ada Colau. El informe de la Rosa Luxemburg también relaciona a esta asociación con El Yunque, sobre lo que informará cuartopoder en los próximos días. “Suelen buscar a gente que económicamente esté fuerte, pues les exigen aportaciones”, explica Cuesta sobre estas organizaciones ultraconservadoras. Sin embargo, advierte de que sus acciones no van únicamente dirigidas a personas de clase alta, “no tienen miramientos a la hora de intentar captar a todo tipo de gente”. Y señala: “Ahora vemos a un grupo de curas negacionistas con la covid-19 en distintos municipios”. Desde algunos púlpitos, en plena pandemia y ante una crisis de incertezas e inseguridades en la población, se lanzan mensajes que ponen en cuestión los avances científicos para parar la enfermedad, según cuenta Cuesta. Unos discursos que pueden prender en diferentes sectores sociales. Unos discursos que nos llevan al origen de El Yunque. Volvamos a los 50. A pesar del secretismo de sus integrantes, que juran no desvelar la existencia de la organización y la pertenencia a la misma, su origen se puede situar en la ciudad mexicana de Puebla de Zaragoza en el año 1953. En aquel momento, según contó Álvaro Delgado, periodista que obtuvo por sus investigaciones sobre El Yunque el Premio Nacional de Periodismo de México, la aparición de esta secta estuvo vinculada al Frente Universitario Anticomunista, en dicha ciudad mexicana. Estos estudiantes católicos eran censurados por otros estudiantes por sus posturas en contra de la ciencia. Décadas después la ciencia se vuelve a poner en duda por posiciones ultraconservadoras. Fuente: https://www.cuartopoder.es/espana/2020/12/19/el-reino-de-cristo-en-la-tierra-y-en-espana-las-conexiones-de-vox-con-una-secta/

lunes, 21 de diciembre de 2020

Las acusaciones de antisemitismo enmascaran un reinado del terror cultural y político por toda Europa

Las acusaciones de antisemitismo enmascaran un reinado del terror cultural y político por toda Europa Por Jonathan Cook | 21/12/2020 | Palestina y Oriente Próximo Fuentes: Jonathan Cook-net/blog [Viñeta de Carlos Latuff] Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández El periódico israelí Haaretz publicó el 10 de diciembre un informe extenso y fascinante que ofrece una inquietante instantánea del clima político que está aflorando rápidamente en Europa respecto al tema del antisemitismo. El artículo documenta una especie de reinado del terror cultural, político e intelectual en Alemania desde que el Parlamento aprobó el año pasado una resolución que equipara el apoyo a los boicots no violentos a Israel, en solidaridad con los palestinos oprimidos por ese Estado, con el antisemitismo. El artículo se refiere a Alemania, pero cualquiera que lo lea verá un fuerte paralelismo con lo que está sucediendo en otros países europeos, especialmente en el Reino Unido y Francia. Los mismos líderes europeos que hace unos años marchaban en París al grito de “Je suis Charlie” -en defensa de los derechos inalienables de libertad de expresión de los europeos blancos para ofender a los musulmanes insultando y ridiculizando a su Profeta- hacen cola ahora para prohibir la libertad de expresión cuando se dirige contra Israel, un Estado que se niega a poner fin a su beligerante ocupación de las tierras palestinas. Los líderes europeos han demostrado en repetidas ocasiones que están demasiado dispuestos a aplastar la libertad de expresión de los palestinos y de quienes se solidarizan con ellos para evitar ofender a sectores de la comunidad judía. La situación se reduce a esto: los musulmanes europeos no tienen derecho a ofenderse por los insultos a una religión con la que se identifican, pero los judíos europeos tienen todo el derecho a ofenderse por las críticas a un Estado agresivo de Oriente Medio con el que se identifican. Visto de otra manera, las prioridades seculares perversas de la cultura dominante europea colocan ahora la sacralidad de un Estado militarizado, Israel, por encima de la sacralidad de una religión con mil millones de seguidores. Culpabilidad por asociación Ni siquiera se trata de un doble rasero. No puedo encontrar una palabra en el diccionario que transmita la escala y el grado de hipocresía y mala fe involucradas. Si el académico judío estadounidense Norman Finkelstein escribiera una continuación de su apasionado libro The Holocaust Industry -sobre el cínico uso del Holocausto para enriquecer y empoderar a un establishment organizativo judío a expensas de los supervivientes reales del Holocausto-, podría sentirse tentado a titularlo “La industria del antisemitismo”. En el actual clima europeo, que rechaza cualquier pensamiento crítico en relación a amplias áreas de la vida pública, esa sola observación bastaría para que a uno le denunciaran como antisemita. Es por eso que el artículo de Haaretz -mucho más valiente que todo lo que puedan leer en un periódico del Reino Unido o de EE. UU.- no se burla de lo que está sucediendo en Alemania. Lo llama “caza de brujas”. Esa es la forma de Haaretz de decir que el antisemitismo se ha politizado y armado, una conclusión evidente que en estos momentos hará que te expulsen del Partido Laborista británico, aunque seas judío. La historia de Haaretz destaca dos desarrollos importantes en la forma en que el antisemitismo ha sido, en palabras de intelectuales y líderes culturales citados por el periódico, “instrumentalizado” en Alemania. Las organizaciones judías y sus aliados en Alemania, como informa Haaretz, están convirtiendo abiertamente en arma el antisemitismo no solo para dañar la reputación de los críticos más duros de Israel, sino también para forzar a salir del dominio público y cultural -a través de una especie de “culpa de antisemitismo por asociación”- a cualquiera que se atreva a criticar a Israel. Las asociaciones culturales, festivales, universidades, centros de investigación judíos, think-tanks políticos, museos y bibliotecas están siendo obligados a escudriñar el pasado de aquellos a los que desean invitar no sea que las organizaciones judías locales puedan explotar alguna transgresión menor contra Israel. Eso ha creado una atmósfera tóxica y políticamente paranoica que inevitablemente mata la confianza y la creatividad. Pero la psicosis es aún más profunda. Israel, y todo lo relacionado con él, se ha convertido en un tema tan explosivo -hasta el punto de que puede arruinar carreras en un instante- que la mayoría de las personalidades políticas, académicas y culturales en Alemania tratan ahora de evitarlo por completo. Israel, como pretendían sus partidarios, se está convirtiendo rápidamente en intocable. Un caso de estudio señalado por Haaretz es el de Peter Schäfer, respetado profesor de estudios del judaísmo antiguo y el cristianismo, que se vio obligado a dimitir como director del Museo Judío de Berlín el año pasado. El crimen de Schäfer, a los ojos del establisment judío en Alemania, fue el haber realizado una exposición sobre Jerusalén que reconocía las tres tradiciones religiosas de la ciudad, incluida la musulmana. Fue acusado de inmediato de promover “distorsiones históricas” y denunciado por “antiisraelí”. Un reportero del derechista Jerusalem Post de Israel, que ha estado en connivencia activa con el gobierno israelí para difamar a los críticos de Israel, se puso en contacto con Schäfer mediante una serie de correos electrónicos provocadores. Las preguntas incluían esto: “¿Aprendió una lección equivocada sobre el Holocausto?” y “Expertos israelíes me dijeron que usted difunde el antisemitismo, ¿es eso cierto?”. Schäfer observa: La acusación de antisemitismo es una especie de garrote que permite asestar un golpe mortal, y los elementos políticos que tienen interés en esta cuestión lo están utilizando sin duda alguna… El personal del museo ha entrado poco a poco en estado de pánico. Luego, por supuesto, también comenzamos a hacer verificaciones de antecedentes. Esto fue envenenando cada vez más la atmósfera y nuestro trabajo. Otra víctima destacada de estas organizaciones judías le comenta a Haaretz: A veces uno piensa: “¿Voy a esa conferencia?” “¿Invito a este colega?”. Significa que después tendré que lidiar durante unas tres semanas con una tormenta de mierda cuando necesito tiempo para preparar otras cosas por las que me pagan como profesor. Existe un tipo de “obediencia anticipada” o “autocensura previa”. El teléfono no para de sonar No hay nada inusual en lo que está sucediendo en Alemania. Las organizaciones judías están provocando estas “tormentas de mierda” -diseñadas para paralizar la vida política y cultural de cualquiera que se involucre en la más leve crítica de Israel- a los niveles más altos del gobierno. ¿No me creen? Ahí tenemos a Barack Obama explicando en su reciente autobiografía sus esfuerzos como presidente de Estados Unidos para frenar la expansión de Israel de sus ilegales asentamientos. Bien pronto se le advirtió que retrocediera o tendría que enfrentarse a la ira del lobby de Israel: Los miembros de ambos partidos estaban preocupados de que el Comité de Asuntos Públicos de Israel-Estados Unidos (AIPAC, por sus siglas en inglés) pudiera enfadarse. Aquellos que criticaban la política israelí demasiado fuerte se arriesgaban a ser etiquetados como “antiisraelíes” (y posiblemente antisemitas) y a tener que enfrentarse a un oponente bien financiado en las próximas elecciones. Parece que Corbyn ha encontrado un aliado inverosímil en el expresidente Obama. En su nueva autobiografía escribe sobre el poder del lobby israelí: “Quienes criticaron la política israelí demasiado fuerte se arriesgaron a que les etiqueten de ‘antiisraelíes’ (y posiblemente de antisemitas)». Cuando Obama siguió adelante de todos modos en 2009 y propuso una modesta congelación de los asentamientos ilegales de Israel: Los teléfonos de la Casa Blanca empezaron a sonar sin parar, mientras los miembros de mi equipo de seguridad nacional respondían a llamadas de reporteros, líderes de organizaciones judías estadounidenses, simpatizantes prominentes y miembros del Congreso, todos ellos preguntando por qué nos metíamos en Israel… Este tipo de presión continuó durante gran parte de 2009. Observaba asimismo: El ruido orquestado por Netanyahu tenía el deseado efecto de devorar nuestro tiempo, ponernos a la defensiva y recordarme que las diferencias políticas normales con un primer ministro israelí -incluso con uno que presidía un frágil gobierno de coalición- exigían un coste político que no existía cuando trataba con el Reino Unido, Alemania, Francia, Japón, Canadá o cualquiera del resto de nuestros aliados más cercanos. Sin duda, Obama no se atreve a dejar por escrito todos sus pensamientos sobre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, o los cabilderos estadounidenses que trabajaron en su nombre. Pero sus comentarios sí muestran que incluso un presidente de Estados Unidos, supuestamente la persona más poderosa del planeta, terminó escaldado ante este tipo de asalto implacable. Para los mortales de menor graduación, es probable que el precio sea mucho mayor. No hay libertad de expresión respecto a Israel Fue esta misma movilización de la presión organizativa judía -orquestada, como señala Obama, por Israel y sus partidarios en EE. UU. y Europa- la que terminó por arrollar los cinco años de Jeremy Corbyn como líder del izquierdista Partido Laborista británico, reformulando como antisemita a un famoso activista antirracismo casi de la noche a la mañana. Es la razón por la que su sucesor, Sir Keir Starmer, ha subcontratado parte de la supervisión organizativa laborista sobre asuntos judíos e israelíes a la muy conservadora Junta de Diputados de los Judíos Británicos, según se pone de manifiesto cuando Starmer firmó los “10 Compromisos” de la Junta. Diez compromisos para poner fin a la crisis del antisemitismo (Junta de Diputados de los Judíos Británicos) 1. Resolver los casos pendientes. 2. Hacer que el proceso disciplinario del Partido sea independiente. 3. Garantizar la transparencia. 4. Impedir la readmisión de infractores destacados. 5. No ofrecer una plataforma para la intolerancia. 6. Adoptar la definición internacional de antisemitismo sin reservas. 7. Implementar un programa de educación antirracista que cuente con el apoyo de la comunidad judía. 8. Comprometerse con la comunidad judía a través de sus principales grupos representativos. 9. Comunicarse con determinación. 10. Demostrar liderazgo y asumir responsabilidad. Es parte de la razón por la que Starmer suspendió recientemente a Corbyn del partido y después desafió las demandas de sus miembros para que se le readmitiera adecuadamente una vez que Corbyn expresó su preocupación por la forma en que las acusaciones de antisemitismo habían sido “exageradas por razones políticas” para perjudicarle a él y al Partido Laborista. (Cabe señalar que el derechista Starmer también se sintió feliz de usar el antisemitismo como pretexto para erradicar la agenda socialista que Corbyn había tratado de recuperar en el Partido Laborista). Es por eso que Starmer ha impuesto una prohibición total sobre los sectores del electorado que discuten la suspensión de Corbyn. Y es por eso también que el secretario de educación en la sombra del Partido Laborista se ha unido al Partido Conservador gobernante al amenazar con privar a las universidades de sus fondos si permiten la libertad de expresión respecto a Israel en el campus. Es inquietante saber por este artículo que los laboristas respaldan la amenaza de retirar la financiación a las universidades para intimidarlas a que adopten la redefinición de antisemitismo de la IHRA (International Holocaust Remembrance Alliance), una definición que protege a Israel de las críticas y prohibiría la mayoría de las formas de solidaridad con los palestinos en el campus (Jonathan Cook, Twitter 8 diciembre 2020) Dos tipos de judíos Pero el artículo de Haaretz plantea otra cuestión fundamental para comprender cómo Israel y el establishment judío en Europa están politizando el antisemitismo para proteger a Israel de las críticas. El potencial talón de Aquiles de su campaña son los disidentes judíos, aquellos que rompen con la supuesta línea de la “comunidad judía” y crean un espacio para que otros -ya sean palestinos o no judíos- critiquen a Israel. Estos disidentes judíos corren el riesgo de servir como recordatorio de que las críticas incisivas a Israel no deberían acabar en que uno sea calificado de antisemita. Los líderes palestinos advierten: “La lucha contra el antisemitismo ha sido cada vez más instrumentalizada por el gobierno israelí y sus partidarios en un esfuerzo por deslegitimar la causa palestina y silenciar a los defensores de los derechos palestinos” (Jonathan Cook, Twitter: 1 diciembre 2020) Sin embargo, Israel y las organizaciones judías se han propuesto erosionar esa idea promoviendo una distinción -que además es antisemita- entre dos tipos de judíos: buenos judíos (leales a Israel) y malos judíos (desleales a Israel). Haaretz informa que a determinados funcionarios en Alemania, como Felix Klein, el comisionado contra el antisemitismo del país, y Josef Schuster, presidente del Consejo Central de Judíos en Alemania, se les permite definir no solo quién es antisemita, por lo general usando el apoyo a Israel como criterio, sino que también están determinando quiénes son buenos judíos -aquellos que son políticamente como ellos- y quiénes son malos judíos, quienes no están de acuerdo con ellos. A pesar de la horrible historia reciente de odio a los judíos en Alemania, figuras como Klein y Schuster han alentado al Gobierno alemán, a las autoridades locales, a los medios de comunicación, a las universidades y las instituciones culturales para que persigan a judíos alemanes, incluso a judíos israelíes que viven y trabajan en Alemania, desde el espacio público y cultural del país. Cuando, por ejemplo, un grupo de académicos judíos israelíes en Berlín sostuvo el año pasado una serie de discusiones online sobre el sionismo en el sitio web de su escuela de arte, un periodista israelí reveló pronto la historia de un “escándalo” que involucraba a partidarios del boicot (BDS) que recibían fondos del gobierno alemán. Horas más tarde, la escuela de arte había cerrado la página, mientras que el Ministerio de Educación alemán emitía un comunicado aclarando que no había proporcionado dichos fondos. La embajada israelí declaró oficialmente que las discusiones sostenidas por esos israelíes eran “antisemitas”, y una fundación alemana que documenta el antisemitismo agregó el grupo a la lista de incidentes antisemitas que registra. Descritos como “capos” Tan represiva se ha vuelto la atmósfera cultural y política en Alemania que ha habido una pequeña reacción de firmeza entre los líderes culturales. Algunos se han atrevido a publicar una carta protestando contra el papel de Klein, el comisionado para el antisemitismo. Haaretz informa: El zar del antisemitismo, acusaba la carta, está trabajando “en sinergia con el Gobierno israelí” en un esfuerzo “que trata de desacreditar y silenciar a los oponentes de las políticas de Israel” y está incitando una “instrumentalización” que socava la verdadera lucha contra el antisemitismo. Figuras como Klein se han centrado tanto en abordar las críticas a Israel desde la izquierda, incluida la izquierda judía, que apenas han percibido el “grave peligro a que se enfrentan los judíos en Alemania debido al aumento del antisemitismo de extrema derecha”, argumenta la carta. Una vez más, puede verse la misma imagen en toda Europa. En el Reino Unido, el opositor Partido Laborista, que debería ser un espacio seguro para quienes lideran la lucha contra el racismo, está depurando a los judíos que critican a Israel y utilizando difamaciones de antisemitismo contra prominentes antirracistas, especialmente de otras minorías oprimidas. Resulta muy sorprendente que Naomi Wimborne-Idrissi, una de las fundadoras de Jewish Voice for Labor, que apoya a Corbyn, fuera recientemente suspendida por el laborismo de Starmer. Acababa de aparecer en un video emocionante en el que explicaba las formas en que las organizaciones judías estaban utilizando el antisemitismo para difamar a izquierdistas judíos como ella por “traidores” y “capos”; un insulto incendiario que, como señala Wimborne-Idrissi, hace referencia a “un judío preso de un campo de concentración que colaboró con las autoridades [nazis], a gente que colaboró en la aniquilación de su propio pueblo”. Al suspenderla, Starmer apoyó eficazmente esta campaña del establishment judío del Reino Unido para provocar y vilipendiar a los judíos de izquierda. La purga agresiva de judíos del Partido Laborista bajo el gobierno represivo de @Keir_Starmer sigue su curso. No he visto una campaña sostenida de antisemitismo manifiesto como el esfuerzo de los centristas laboristas en crear listas de judíos buenos y judíos malos y purgar a estos últimos. https://t.co/wVwnu47QJP (Glenn Greenwald, Twitter: 3 diciembre 2020) Con anterioridad, Marc Wadsworth, un distinguido activista negro contra el racismo, se vio igualmente suspendido por los laboristas cuando expuso los esfuerzos de Ruth Smeeth, entonces parlamentaria laborista y exfuncionaria judía del grupo de presión israelí BICOM, para reclutar a los medios de comunicación para su campaña, una campaña que califica a los opositores políticos de la izquierda de antisemitas. En consonancia con la rápida erosión del pensamiento crítico en las organizaciones de la sociedad civil diseñadas para defender las libertades básicas, Smeeth fue nombrada recientemente directora de la prestigiosa organización por la libertad de expresión Index on Censorship. Ahora puede trabajar allí en la represión de las críticas a Israel -y atacar a los “malos judíos”- con el pretexto de combatir la censura. En la nueva realidad invertida, la censura no tiene que ver con difamar y silenciar a un “mal judío” como Wimborne-Idrissi, sino con criticar a Israel por sus abusos de los derechos humanos, que supuestamente “censura” la identificación de los “buenos judíos” con Israel, considerada a menudo ahora como el delito de “ofender”. Bien, ahora nos hemos mudado oficialmente de Alicia al otro lado del espejo a la dimensión desconocida. Ruth Smeeth, excabildera israelí de BICOM y actriz clave en la ilegalización de la solidaridad hacia los palestinos en el Partido Laborista, es la nueva directora ejecutiva del grupo de libertad de expresión Index on Censorship. https://t.co/UmHXbTQETS – Jonathan Cook (@Jonathan_K_Cook) 15 de junio de 2020 El niño que gritó que viene el lobo El artículo de Haaretz ayuda a contextualizar la actual “caza de brujas” antisemitista de Europa, que ataca a cualquiera que critique a Israel, se solidarice con los palestinos oprimidos o se asocie con ellos. Es una expansión de la campaña anterior del establishment judío contra “el tipo de judío equivocado”, como lo identifica Finkelstein en The Holocaust Industry. Pero esta vez las organizaciones judías están jugando un juego político mucho más arriesgado y peligroso. Haaretz teme, con razón, que el liderazgo judío en Europa no solo esté silenciando a los judíos comunes, sino que esté degradando el significado -el valor de choque- del antisemitismo a través del acto mismo de politizarlo. Las organizaciones judías corren el riesgo de alienarse a la izquierda europea, que históricamente las ha apoyado contra los judíos odiados por la derecha. De repente, los antirracistas europeos se encuentran identificados y difamados como neonazis en ciernes. Si quienes apoyan los derechos humanos y exigen el fin de la opresión a los palestinos se ven etiquetados como antisemitas, cada vez será más difícil distinguir entre el falso “antisemitismo” (convertido en arma) de la izquierda y el verdadero odio a los judíos de la derecha. Es probable que los difamadores del antisemitismo, y compañeros de viaje como Keir Starmer, terminen sufriendo su propio síndrome del “niño que gritó que viene el lobo”. O como señala Haaretz: La cuestión que está molestando a los críticos de la resolución del Bundestag [Parlamento alemán] es si la extensión del concepto de antisemitismo que abarca la crítica a Israel no está afectando adversamente la batalla contra el antisemitismo. El argumento es que la facilidad con la que se formula la acusación podría tener el efecto de erosionar el concepto mismo. La industria del antisemitismo Merece la pena señalar las características compartidas de la nueva industria del antisemitismo y los debates anteriores de Finkelstein sobre la industria del Holocausto. En su libro Finkelstein identifica a los “judíos equivocados” con personas como su madre, que sobrevivió a un campo de exterminio nazi mientras el resto de su familia perecía. Estos judíos supervivientes, argumenta Finkelstein, tuvieron valor para la industria del Holocausto solo en la medida en que sirvieron de herramienta de promoción para que el establishment judío acumulara más riqueza y estatus cultural y político. Pero las víctimas fueron ignoradas porque el mensaje del Holocausto real -en contraste con la representación del liderazgo judío- era universal: que debemos oponernos y luchar contra todas las formas de racismo porque conducen a la persecución y al genocidio. En cambio, la industria del Holocausto promovió una lección particularista e interesada de que el Holocausto prueba que los judíos están oprimidos de forma única y que, por lo tanto, merecen una solución única: un Estado, Israel, al que los Estados occidentales deben dar un margen de maniobra único para cometer crímenes en violación del derecho internacional. La industria del Holocausto -que se distingue sobremanera de los eventos reales del Holocausto- está profundamente entrelazada y racionalizada por la perpetuación del proyecto colonial racista de Israel. En el caso de la industria del antisemitismo, vuelve a aparecer el “judío equivocado”. Esta vez, la caza de brujas tiene como objetivo a los judíos izquierdistas, a los judíos críticos con Israel, a los judíos que se oponen a la ocupación y a los judíos que apoyan un boicot de los asentamientos ilegales o del propio Israel. Una vez más, el problema con estos “malos judíos” es que aluden a una lección universal que dice que los palestinos tienen al menos tanto derecho a la autodeterminación, a la dignidad y la seguridad en su patria histórica como los inmigrantes judíos que huyeron de la persecución europea. Keir Starmer tiene que escuchar a los estadounidenses «orgullosamente proisraelíes» de Peace Now. Rechazan la definición de la IHRA de “convertir en arma” el antisemitismo y permitir “cazas de brujas macartistas” con los críticos de Israel. Solo aquellos que viven en un “agujero negro” podrían soportarlo. https://t.co/mNCj0LqCky – Jonathan Cook (@Jonathan_K_Cook) 6 de diciembre de 2020 A diferencia de los “malos judíos”, la industria del antisemitismo exige que se extraiga una conclusión particularista sobre Israel, al igual que la industria del Holocausto llegó también anteriormente a una conclusión particularista. Dice que negar a los judíos un Estado es dejarlos indefensos contra el eterno virus del antisemitismo. Según esta concepción, el Holocausto puede ser singularmente aborrecible, pero está lejos de ser único. Los no judíos, dadas las circunstancias adecuadas, son muy capaces de llevar a cabo otro Holocausto. Por lo tanto, los judíos deben estar siempre protegidos, siempre en guardia, siempre con sus armas (o en el caso de Israel, sus bombas nucleares) a mano. Un «comodín» Por supuesto, esta visión trata de ignorar o marginar a otras víctimas del Holocausto -romaníes, comunistas, homosexuales- y otros tipos de racismo. Necesita crear una jerarquía de racismos, una competencia entre ellos, en la que el odio a los judíos esté en la cima. Así es como hemos llegamos a un absurdo: que el antisionismo -tergiversado como el rechazo a un refugio para los judíos, en lugar de la realidad de que rechaza un Estado étnico colonial que oprime a los palestinos- es lo mismo que el antisemitismo. Extrañamente, como aclara el artículo de Haaretz, las autoridades alemanas están oprimiendo a los “malos judíos” a instancias de organizaciones judías, para evitar, según ellos consideran, el resurgimiento de la extrema derecha y los neonazis. Por lo tanto, las críticas a Israel hechas por el “mal judío” no solo se descartan como ideológicamente erróneas o engañosas, sino que se convierten en una prueba de que estos judíos están en connivencia, o al menos alientan, a los que odian a los judíos. De esta manera, Alemania, el Reino Unido y gran parte de Europa han llegado a justificar la exclusión del “judío equivocado” (aquel que defiende principios universales en beneficio de todos) del espacio público. Lo cual, por supuesto, es exactamente lo que Israel quiere, porque, arraigado como está en una ideología de exclusividad étnica como “Estado judío”, necesariamente rechaza la ética universal. Lo que vemos aquí es una ilustración de un principio en el corazón de la ideología estatal del sionismo de Israel: Israel necesita el antisemitismo. Si no existiera, Israel tendría que inventar literalmente el antisemitismo. Esto no es una hipérbole. La idea de que el “virus del antisemitismo” yace semidormido en cada no judío esperando una oportunidad para invadir a su portador es la razón fundamental de Israel. Si el Holocausto fue un hecho histórico excepcional, si el antisemitismo fue un racismo antiguo que en su encarnación moderna siguió los patrones de prejuicio y odio familiares a todos los racismos, desde el fanatismo contra los negros hasta la islamofobia, Israel no solo sería redundante sino una abominación, porque se ha creado para desposeer y abusar de otro grupo, los palestinos. El antisemitismo es el «comodín» (1) de Israel. El antisemitismo sirve para absolver a Israel del racismo que encarna estructuralmente y que sería imposible pasar por alto si Israel se viera privado de la desorientación que proporciona el antisemitismo al ser utilizado como arma. Un espacio vacío El artículo de Haaretz ofrece un servicio genuino al recordarnos no solo que existen los “malos judíos”, sino al salir en su defensa, algo que los medios europeos ya no están dispuestos a hacer. Defender a “malos judíos” como Naomi Wimborne-Idrissi es contaminarse con la misma mancha de antisemitismo que justificó la expulsión de estos judíos del espacio público. Haaretz registra el esfuerzo de unas cuantas instituciones culturales valientes en Alemania para protestar, para no ceder, contra este nuevo mccartismo. Su posición puede fracasar. Si así sucede, es posible que nunca se den cuenta de ello. La fraudulenta controversia del “antisemitismo laborista” ha empoderado a los elementos más matones de la comunidad judía británica organizada. Un buen ejemplo: la campaña contra el antisemitismo exige efectivamente que el profesor David Feldman se mantenga callado o que se le despida. https://t.co/QWvNg84c2E – JamieSW (@jsternweiner) 4 de diciembre de 2020 Una vez silenciados los “malos judíos”, como ya se ha hecho con los palestinos y con quienes se solidarizan con ellos; cuando las redes sociales hayan eliminado a los críticos de Israel como odiadores de judíos; cuando los medios de comunicación y los partidos políticos impongan este silencio de manera tan absoluta que ya no necesiten tachar a nadie de antisemita porque se ha hecho desaparecer a estos “antisemitas”; cuando la “comunidad” judía hable con una sola voz porque sus otras voces han sido eliminadas; cuando la censura esté completa, no se darán cuenta de ello. No quedará constancia alguna de todo lo que se perdió. Simplemente habrá un espacio vacío, una pizarra en blanco, donde alguna vez existieron debates sobre los crímenes de Israel contra los palestinos. En cambio, lo que van a escuchar es solo lo que Israel y sus partidarios quieren que escuchen. Su ignorancia será dichosamente completa. (1) En el original de usa la expresión «‘Get out of jail’ card», que forma parte del juego del Monopoly y se ha convertido en una metáfora de algo que sirve para salir de una situación no deseada (N. de la T.) N. de la T.: Véase aquí el manifiesto emitido sobre el antisemitismo por la Asociación Internacional por la Memoria del Holocausto. Jonathan Cook ganó el Premio Especial de Periodismo Martha Gellhorn. Entre sus libros destacan “Israel and the Clash of Civilisations: Iraq, Iran and the Plan to Remake the Middle East” (Pluto Press) y “Disappearing Palestine: Israel’s Experiments in Human Despair” (Zed Books). Su página web es: www.jonathan-cook.net Fuente: https://www.jonathan-cook.net/blog/2020-12-11/israel-antisemitism-claims-terror/ Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión.org como fuente de la traducción.

Estados Unidos sufre el segundo peor día desde el inicio de la pandemia

Estados Unidos sufre el segundo peor día desde el inicio de la pandemia Tweet about this on TwitterShare on FacebookEmail this to someone Por | 19/12/2020 | EE.UU. Fuentes: Democracy Now! La ciudad de Los Ángeles registra dos muertes de COVID-19 por hora Estados Unidos ha registrado su segundo peor día desde el inicio de la pandemia después de batir récords de casos y muertes por coronavirus el día anterior. El jueves, Estados Unidos registró más de 233.000 nuevos contagios y casi 3.300 muertes. Las unidades de cuidados intensivos en el sur de California y en otras partes del estado informan que se han quedado sin camas de cuidados intensivos. En promedio, dos personas mueren de COVID-19 cada hora en la ciudad de Los Ángeles. Mientras tanto, los abogados que representan a pacientes del Patton State Hospital, el hospital psiquiátrico estatal más grande del sur del estado de California, exigen el alta o el traslado a otros hospitales de cientos de personas, debido a un brote masivo de coronavirus en ese centro que ha contagiado a casi 700 pacientes y ha provocado la muerte de diez de ellos. Los abogados describen al hospital estatal Patton como un “polvorín” para el COVID-19. Fuente: https://www.democracynow.org/es/2020/12/18/titulare/us_has_second_worst_day_of_pandemic_as_la_logs_two_covid_19_deaths_per_hour Los desalojos son una forma de violencia: Millones de personas podrían perder sus hogares en medio de la pandemia de COVID si la prórroga federal vence Millones de personas de todo Estados Unidos podrían verse obligadas a abandonar sus hogares en medio de la pandemia si el Congreso no extiende la prórroga federal sobre los desalojos que vence a fines de diciembre. El Congreso estaría evaluando extender la prórroga un mes más, hasta el 31 de enero, como parte del proyecto de ley de estímulo por 900 mil millones de dólares, que se debate actualmente en Washington. Sin embargo, dicha ampliación de la prórroga solo sería una solución temporaria a un problema mucho mayor. Según la Oficina del Censo de EE.UU., un tercio de los hogares del país están atrasados en el pago del alquiler o hipoteca y tienen probabilidades de ser desalojados o que se proceda con la ejecución hipotecaria en los próximos dos meses. Hablamos con la investigadora de UCLA Kathryn Leifheit, para quien el levantamiento de las prórrogas estatales sobre los desalojos después de mitad de año provocó 430 mil nuevas infecciones y diez mil muertes por COVID. “Creemos que estas muertes se pueden prevenir y que podrían haberse evitado si se hubieran mantenido esas prórrogas”, dice Leifheit. También hablamos con la activista por los derechos de las y los inquilinos Tara Raghuveer, para quien la prórroga federal de desalojos “de ninguna manera fue suficiente”, pero si dejan que venza, “millones de familias vulnerables serían desalojadas en los primeros veinte días del año que viene”. Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Kathryn Leifheit y Tara Raghuveer.

El ímpetu del padre Pedro Pantoja Arreola

Obituario El ímpetu del padre Pedro Pantoja Arreola Tweet about this on TwitterShare on FacebookEmail this to someone Por Ilka Oliva Corado | 21/12/2020 | Opinión Fuentes: Rebelión - Imagen: El padre Pedro, a la derecha, en una marcha por la defensa de los migrantes. La voz de Pedro Pantoja siempre llevaba fuego cuando de denunciar la violación a los derechos humanos de las personas migrantes se trataba: “El migrante es un muerto en vida que camina sin nombre y sin entierro». Oriundo de Durango, el padre Pedro Pantoja Arreola nació en El Ejido San Pedro del Gallo. Sacerdote que formó parte de la corriente católica de la Teología de la Liberación. Fundador de la Casa del Migrante de Saltillo, el padre Pedro como era conocido por la comunidad migrante, por obreros y campesinos fue más allá del ritual de la sotana y la investidura sacerdotal y se entregó a la lucha por la defensa de los derechos humanos de los más explotados del sistema sin detenerse a pensar en nacionalidades, colores de piel o credos; acción que muchas veces puso su vida en riesgo. Un mil usos en los asuntos de la defensa de derechos humanos, así como oficiaba misa, iba a visitar enfermos a los hospitales, visitaba las cárceles, participaba en conferencias sobre derechos humanos, denunciaba injusticias ante la ley y brindaba refugio físico y espiritual en la Casa del Migrante a los miles de indocumentados que cruzan México en su búsqueda de sustento en Estados Unidos. De la misma forma buscaba apoyo económico con empresarios, comerciantes y con cualquiera que quisiera brindar ayuda a personas en necesidad. Colaborador puntual en la Caravana de Madres Centroamericanas, que llegan anualmente a México en búsqueda de sus hijos migrantes desaparecidos. Marta Sánchez Soler, de Movimiento Migrante Mesoamericano: “Será muy extrañada – entre sus muchas otras cualidades- su clara inteligencia que no se dejaba nublar por la religión. Siempre se podía confiar en sus análisis aunque no se compartieran sus creencias religiosas. La sátira y el buen humor eran su sello personal. Me atrapaba su ingenio y sobre todo su absoluta congruencia.Extrañaré mucho a mi amigo don Pedro Pantoja.” Se enfrentó al sistema de justicia en su país al denunciar a policías que abusaban de los migrantes. En medio de la sonada guerra contra el narcotráfico, (gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto) fue el primero en hablar sobre la forma en que el crimen organizado utiliza a los migrantes como carne de cañón, pero también de cómo desde las instituciones de gobierno (Instituto Nacional de Migración, policía y ejército) existen nexos con bandas criminales que secuestran, violan, asesinan y desaparecen a migrantes. El narcotráfico le ofreció dinero, pero él lo rechazó cosa que puso su vida en peligro en más de una ocasión. En su hoja de vida se puede mencionar que estudió Ciencias Sociales y un postgrado, estudió en las universidades de México, Estados Unidos, en la universidad de Nanterre en París, entre otras. Cuenta con varios reconocimientos en los que se pueden mencionar, Premio por la Igualdad y la No discriminación 2014, del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), el Premio Internacional de Derechos Humanos Letelier-Moffitt del Institute for Policy Studies en Washington, la Presea Alfonso García Robles, de la Universidad Autónoma de México. Pero así premiado y todo cargaba costales de frijol, verduras, huevos, fruta lo que fuera para poder darles de comer a los migrantes indocumentados que llegaban a la Casa del Migrante. El padre Pedro de 76 años, en el 62 fue a la pisca de uvas a California al campamento de César Chávez, estuvo ahí 6 meses peleando en el proyecto Chicano Bracero. Por esos años también apoyó las luchas de las familias de mineros en Barroterán. Su trabajo en pro de los más golpeados del sistema se forja a lo largo de su vida. Fray Tomás González respecto al padre Pantoja dice lo siguiente: La voz de Pedro Pantoja siempre llevaba fuego cuando de denunciar la violación a los derechos humanos de las personas migrantes se refería. “El migrante es un muerto en vida que camina sin nombre y sin entierro», sentenció lapidariamante en una ocasión. Fue una de sus muchas sentencias para reclamar a todos, sobre todo a los gobiernos que voltearan, que miraran y que revertirán sus criminales políticas migratorias que lo único que ocasionaban era muerte. No temía incluso maldecir como cuando le dijo a un grupo de gente de poder: “Maldito el que pervierta el derecho del extranjero, del huérfano y la viuda… Señores y señoras ustedes están malditos porque no han generado una política migratoria que de vida, y no lo digo yo, lo dice la Biblia, porque el texto que les acabo de decir esta tomado de la Sagrada Escritura». Paradójicamente a su voz de denuncia innegociable en favor de la vida y los derechos de las personas migrantes, el actuar de Pedro estuvo marcado siempre por dar la vida. Por eso generó el sitio «Belén, posada del migrante» en Saltillo, que el mismo decía, nació de la muerte. Los cristianos no creemos en la muerte sin resurrección. Se ha ido Pedro, pero está vivo. Vive en cada rincón de aquella casa del migrante que fundó, vive en su equipo de trabajo que no dejará que su obra termine, vive en los que le conocimos y a quienes nos contagió amor por los nadies, “por los que valen menos que la bala que los mata» o menos que el precio de su rescate de un secuestro. Pero sobre todo vive en ellos y ellas, las personas migrantes. Ese pueblo, que seguramente hoy llora su partida, pero él seguirá siendo impulso y motor de su interminable camino. Y como misteriosa coincidencia, partió el Día Internacional del Migrante, como para contestarle y cuestionarle a la más alta autoridad de este país que un día antes desde el púlpito presidenical había dicho: “nosotros hemos protegido a los migrantes, no ha habido violación a sus derechos humanos”. Ya me imagino tu respuesta. Gracias Pedro, porque no solo fundaste una casa para personas migrantes , sino hiciste otro mundo posible para ellos y ellas y ofreciste otra manera de ser iglesia con ellos y ellas. Soy testigo de ambas cosas. En ti se puedan aplicar las palabras del obispo mártir, “Aún cuando se nos llame locos, aún cuando se nos llame subversivos, comunistas y todos los calificativos que se nos dicen, sabemos que no hacemos más que predicar el testimonio subversivo de las bienaventuranzas, que le han dado vuelta a todo para proclamar bienaventurados a los pobres, bienaventurados a los sedientos de justicia, bienaventurados a los que sufren.” El padre Pedro falleció de COVID-19 el 18 de diciembre, el Día Internacional del Migrante, por cuestiones de protocolo sanitario, no tuvo velación, fue cremado inmediatamente. Su trabajo a conciencia deja un semillero grande en los defensores de derechos humanos de migrantes en México, en cada uno de los refugios de Casa del Migrante en todo el país, en las almas de quienes recibieron refugio físico y espiritual, en la honra de los campesinos y obreros que siguen defendiendo y peleando por sus derechos. Y nosotros los migrantes indocumentados le agradecemos la decencia, el ímpetu, la resistencia y la osadía de enfrentarse al sistema para defender nuestros derechos. Trataremos de honrarlo en nuestras acciones diarias, como se debe. Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.comIlka Oliva Corado. @ilkaolivacorado

Las teorías que aseguran que Quetzalcóatl era el apóstol Santo Tomas o, incluso, Jesuscristo

Las teorías que aseguran que Quetzalcóatl era el apóstol Santo Tomas o, incluso, Jesuscristo© Foto : Pixabay/austinstar AMÉRICA LATINA 14:43 GMT 21.12.2020(actualizada a las 15:17 GMT 21.12.2020)URL corto 0 110 Síguenos en La figura de Quetzalcóatl, uno de los dioses más importantes de Mesoamérica, ha dado mucho de qué hablar a lo largo del tiempo. Algunas versiones dicen que fue un hombre blanco y de ojos azules, mientras otras aseguran que su historia tiene grandes similitudes con la de Jesucristo. ¿Pudo haber sido un personaje cristino? La palabra Quetzalcóatl es de origen nahua y se compone de los vocablos quetzal que hace referencia al ave que vive en la selva del sur mexicano y en algunos lugares de Centroamérica y cóatl que quiere significa serpiente, por eso esta deidad también es conocida como la Serpiente Emplumada. Una de las creencias más descabelladas sobre Quetzalcóatl es que fue un individuo blanco y de ojos azules —lo que en ninguno de los relatos antiguos se menciona—. Se decía que era Santo Tomás, uno de los 12 apóstoles, que había emigrado a estas tierras. Pero, ¿cómo surgió esta idea? Sucede que los frailes del siglo XVI trataron de encontrar una explicación a la presencia de los indígenas en América, y al buscar una respuesta en la Biblia concluyeron que eran parte de las tribus dispersas de Israel. El modelo de Tenochtitlan en la Ciudad de México © CC BY-SA 2.0 / RANDAL SHEPPARD / TENOCHTITLAN/MEXICO CITY Cuatro causas que llevaron a la caída de México-Tenochtitlan ante el ejército de Hernán Cortés Si bien, esta versión es poco creíble en la actualidad, en aquel momento los frailes encontraron otra coincidencia que le daba sustento: la presencia de cruces. Para ellos se trataba de cruces cristianas, y consideraron que entonces Dios había deparado que algún apóstol viniera a evangelizar antes de la llegada de los españoles. De acuerdo con un recuento de la revista Arqueología Mexicana, los cronistas de aquella época creían que Quetzalcóatl, al ser una de las pocas deidades indígenas que no aceptaba sacrificios humanos y que era casto, entonces era un apóstol que había llegado antes de ellos para evangelizar a los pueblos mesoamericanos. Para Fray Diego Durán, la Serpiente Emplumada "fue según las tradiciones indígenas un casto y penitente sacerdote, del que se recuerdan episodios al parecer milagrosos (…) este santo varón fue algún apóstol que Dios aportó a esta tierra". Además, en las crónicas de fray Bartolomé de las Casas se describe a Quetzalcóatl como un hombre blanco, alto y con gran barba; en tanto que fray Juan de Torquemada coincide en que era blanco, rubio y barbado. De hecho, en algunos de los relatos se le atribuye el hecho de haber traído el conocimiento de la agricultura y otros aportes. Los esfuerzos por encontrar explicación a la figura de Quetzalcóatl fueron tales, que Don Carlos de Sigüenza y Góngora escribió en la segunda mitad del siglo XVII que se trataba del apóstol Santo Tomas, quien había venido a predicar el Evangelio a las tierras recién descubiertas —lo que más tarde sería conocido como el continente americano—. Las asociaciones con el cristianismo La llegada de los españoles a América significó un descubrimiento para ellos mismos, quienes no concebían no solo que hubieran otros pueblos sino que además tuvieran sus propios dioses —y no uno, sino varios—. Por lo que, trataron de encontrar todo tipo de asociaciones entre su mundo con el que recién habían descubierto. La representación de Jesús en un vitral de una iglesia © CC0 / UNSPLASH Encuentran en Nazaret la casa en la que posiblemente vivió Jesús en la niñez Estos esfuerzos se vieron reflejados en los relatos de los cronistas del siglo XVI como Bernal Díaz del Castillo, quien escribió que en Yucatán se encontraron "señales de cruces", las cuales creyeron que eran cruces cristianas. Es decir, todo lo trataron de asociar con el cristianismo. Sin embargo, para el antropólogo Eduardo Matos Moctezuma estas historias en realidad pretendían sentar las "bases para ir idealizando la imagen de un ser que partía de algunos relatos indígenas, aderezado significativamente con la necesidad de los frailes de justificar, conforme a la Biblia, la presencia de miles y miles de indígenas". A pesar de ello, hay quienes encuentran coincidencias entre la vida de Quetzalcóatl con la de Jesucristo, entre ellas: las circunstancias de su nacimiento —ambos nacieron por un milagro concebidos por una madre vírgen—, son consideradas deidades universales, la presencia de la cruz en los espacios donde se les rendía tributo, regresaron de la muerte, prometieron que volverían, fueron expulsados de esta tierra por sus enemigos