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miércoles, 17 de febrero de 2016
Camilo y un pasaje inédito
Camilo y un pasaje inédito
Roberto Romero Ospina
Rebelión
No habían pasado cuatro años del Frente Nacional y ya para 1962 irrumpía con fuerza la protesta ciudadana contra el estado de cosas: los movimientos políticos de oposición y las fuerzas sociales, en especial los sindicatos, habían tomado confianza en sus fuerzas.
Fue el año en que el padre Camilo Torres, -profesor de la facultad de sociología que fundara con Orlando Fals Borda- recibió la orden del cardenal Concha de abandonar todas sus actividades en el claustro, incluida la capellanía. El fervor que había empezado a sumar entre los estudiantes por sus posiciones progresistas llenaba de preocupaciones a la conservadora jerarquía eclesiástica.
Un cuadro de lucha social
El Movimiento Revolucionario Liberal, encabezado por Alfonso López Michelsen, con una plataforma antialternación presidencial como mandataba el Frente Nacional y propulsor de la renovación política, obtuvo en las elecciones presidenciales de ese año cerca de 700 mil votos, el 23% de los votantes. La abstención pasó del 52%.
Cinco meses después de la victoria de León Valencia, tenían lugar grandes manifestaciones y hasta paros de trabajadores contra la carestía de la vida, como la jornada histórica del 18 de enero de 1963 http://centromemoria.gov.co/memoria/injusticia/ que en Bogotá escenificó una masiva acción en la Plaza de Bolívar con un saldo de varios muertos.
La espiral de la protesta social en vez de amainar seguía un curso confrontacional con el régimen excluyente del bipartidismo con huelgas sindicales y la irrupción de la Anapo.
Para 1964 m surgen las guerrillas de las Farc tras la Operación Marquetalia el 28 de marzo y que venía preparando meticulosamente por meses León Valencia con el argumento de la presencia de “repúblicas independientes” como calificó las zonas campesinas de autodefensa el político conservador Álvaro Gómez Hurtado.
No deja de llamar la atención, cuando se sabía que era casi inevitable el asalto militar a Marquetalia, que Camilo Torres impulsara una comisión de estudios de carácter socioeconómico tratando de impedir las maniobras militares y buscar una salida pacífica. La comisión no fue autorizada a visitar aquella región del Tolima con los resultados históricos que todo el país conoce.
El ELN nacería tres meses después y tuvo su primera acción armada el 7 de enero de 1965 con la toma de Simacota, Santander.
Terciando por el movimiento popular
En semejante panorama de convulsión, el padre Camilo tercia en favor del movimiento social y el 17 de marzo de 1965 sale a luz pública su “Plataforma para un Movimiento de Unidad Popular” que poco después de convertiría en el programa del Frente Unido.
Punto crucial de su compromiso político fue renunciar al destierro al que fue conminado por la jerarquía católica al que estuvo a punto de aceptar con un mensaje de que “en seis meses vuelvo”. No fue así y a cambio aceptó el homenaje que le rendía la Federación Universitaria Nacional FUN que agrupaba a todo el movimiento universitario el 22 de mayo de 1965 en la Universidad Nacional y en tributo a Jorge Enrique Useche, el alumno de la universidad Tadeo Lozano, asesinado por el ejército el día anterior cuando participaba en una marcha por la autonomía universitaria.
“Cuando ha caído, víctima de la violencia, uno de nuestros compañeros, no podemos detenernos en las personas sino que debemos pensar en la necesidad, para Colombia, de la realización de una auténtica revolución”, proclamó en un sentido discurso aquella tarde en el campus universitario de la Nacional.
Las multitudes con el Frente Unido
Entonces comienza un proceso de movilización nacional a través del nuevo movimiento al que se adhieren sectores de izquierda como el partido comunista, Vanguardia del MRL, el Partido Demócrata Cristiano, y agrupaciones obreras y sindicales.
Las giras del padre Camilo estuvieron marcadas por el éxito. Llenó plazas en todos los sitios a los que acudió, las principales capitales del país y municipios intermedios y aparece el semanario Frente Unido que llega a vender 100.00 ejemplares por edición. Reverdece la esperanza popular por los cambios.
El MRL y la Anapo no participan del Frente Unido pues Camilo auspicia la abstención electoral creyendo, con cierta ingenuidad política, que las masas que no acudían a las urnas eran revolucionarias y la tarea era organizarlas.
De gira por la Costa
Como dirigente de la Federación de Estudiantes de Secundaria del Atlántico FESA, tuve la oportunidad de participar en la organización de la bienvenida al padre Camilo con acto masivo que tuvo lugar en agosto de 1965 en el colegio de bachillerato de la Universidad Libre de Barranquilla y copó las calles aledañas con la presencia de más de 10.000 personas.
Nunca olvidaré tampoco, la reunión que mantuvo por una hora el padre Camilo con el comité regional del partido comunista del Atlántico, una veintena de dirigentes y a la que fui invitado como secretario de organización de la Juco de aquella épocas. El jefe del Frente Unido en ese encuentro cálido, después de hacer un balance del movimiento, agradeció el concurso de los camaradas y repitió que él jamás haría anticomunismo.
Me lo presentaron como su colaborador para los asuntos del sonido en la gira que emprendería por Ciénaga y Santa Marta pues en esos sitios no se contaba con equipos de amplificación por lo que me hice cargo del traslado desde Barranquilla de todos los aparatos. Para mí, un mozalbete de 18 años, era un honor estar a su lado en la tribuna. En la gira por la Costa Atlántica, siempre lo acompañó el dirigente comunista de Bogotá, Álvaro Marroquín.
En octubre de 1965, Camilo cerraría su campaña de concentraciones masivas que llenaban de entusiasmo al pueblo, con una masiva manifestación en la Plaza de Bolívar de Bogotá que terminó siendo salvajemente reprimida por la policía.
Un consejo de Vieira
El clima de hostilidad a su movimiento, las divergencias internas en el Frente Unido, las dificultades para seguir sosteniendo el semanario, pero sobre todo su firme convicción de que en Colombia estaban cerrados los caminos legales, lo impulsaron a decidirse por la lucha armada.
Fatal equivocación cuando apenas comenzaba a gestarse un formidable movimiento de masas que dejó huérfano al incorporarse a las filas del ELN. Fueron seis meses de gigantescas movilizaciones populares que merecían la presencia permanente del nuevo líder en el que todos creían y sentían suyo.
Con razón, como me lo confesó en 1998, dos años antes de su muerte Gilberto Vieira, ex secretario general del partido comunista para una investigación sobre su vida, Camilo, en una conversación con él le tocó el tema sobre alguna posibilidad de que se incorporara a las nacientes guerrillas, el jefe comunista no tuvo otra opción que desalentarlo de un camino semejante recordándole que estaba probado su papel como líder sin discusión del movimiento popular y su ascenso continuo era la mayor ganancia hacia una salida hacia los cambios que reclamaba el país.
Camilo mantuvo una relación de respeto por los comunistas y aceptó una vez lanzó su iniciativa, una entrevista para el semanario Voz que realizó Teodosio Varela, asistió a un concurrido evento en la sede comunista y publicó su célebre Mensaje a los comunistas, por lo que no es extraño la consulta que le hizo a Vieira.
Han pasado 50 años de la muerte en combate de Camilo Torres, el 15 de febrero de 1966 y como dice el padre Javier Giraldo en Semana de este 14 de febrero, él fue “más que un guerrillero… su búsqueda fue la de la unidad popular alrededor de una plataforma que él redactó”. Plataforma que en aun tiene plena vigencia en una país marcado por una de las desigualdades más ominosas del mundo.
Roberto Romero Ospina, Centro de Memoria, Paz y Reconciliación.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Camilo, Caamaño, memoria y rebeldía
Camilo, Caamaño, memoria y rebeldía
Lilliam Oviedo
Rebelión
Camilo Torres y Francisco Alberto Caamaño Deñó son símbolos de firmeza y valentía. Hoy, cuando el poder hegemónico utiliza los más sucios recursos contra los procesos revolucionarios en marcha, es preciso rendir homenaje a quienes no claudicaron.
Camilo Torres sin sotana
“¿Por qué le parece indispensable la revolución?” En junio de 1965, el periodista Jean-Pierre Sergent, hace la pregunta, y Camilo responde: “La revolución es indispensable porque ahora el poder se encuentra en manos de una minoría de más o menos cincuenta familias incapaces de afectar sus intereses por los de la mayoría, lo que significa que esta minoría posee también el control político, el de las elecciones, el de todos los medios y de todos los factores del poder y que al derribarse, se ejecuta lo que considero una revolución: el cambio de la estructura del poder de manos de la oligarquía a manos de la clase popular”.
Por negarse a disociar palabra y acción, Camilo fue despojado de la sotana y le fue retirada la facultad de oficiar misa. Expresó ante sus superiores la negativa a aceptar, como cristiano, que muchos niños mueran de hambre cada día mientras la riqueza de Colombia es concentrada en pocas manos.
Hoy, cuando conmemoramos el 50 aniversario de la muerte de Camilo, tenemos ante nuestro ojos una escalofriante estadística: Se estima que alrededor de 15 mil niños de la Guajira colombiana se encuentran en situación de desnutrición severa, por falta de recursos básicos”.
El cura sociólogo se integró al Ejército de Liberación Nacional, ELN, y murió en combate el 15 de febrero de 1966 en un lugar denominado Patio Cemento, en el departamento de Santander. Había nacido en Bogotá el 3 de febrero de 1929.
El mes pasado, con la “intención” de agilizar el inicio del diálogo con la guerrilla, el ultraderechista presidente de Colombia Juan Manuel Santos “ordenó” al Ejército buscar los restos del guerrillero. Por la trayectoria de Santos, sustantivo y verbo deben ser escritos entre comillas.
El coronel Caamaño
Francisco Alberto Caamaño Deñó, siendo coronel del Ejército de República Dominicana, se convirtió en leyenda en 1965 cuando asumió la dirección militar de una acción armada dirigida a restablecer la constitucionalidad derrocando al gobierno instalado tras el golpe de Estado contra Juan Bosch.
Esta guerra civil se tornó guerra patria con la grosera ocupación de Estados Unidos.
Durante el gobierno provisional encabezado por Héctor García Godoy, Caamaño fue objeto de persecución (la agresión al Hotel Matum en diciembre de 1965 iba dirigida en contra suya y de otros dirigentes), y en 1966, por orden de las autoridades nacionales, abandonó el país con destino a Londres.
En 1967, los organismos nacionales e internacionales de seguridad le perdieron el rastro. Se comentó que estaría en Suramérica. El Gobierno dominicano, en 1968 dijo no tener noticias suyas.
En agosto de 1969, en un cartel con su foto para fines de captura, las autoridades policiales de Mendoza, Argentina, asesoradas por la Interpol, difundían su fecha de nacimiento, 11 de junio de 1932, y además especificaban: "Altura: 1.80 metros. Peso: 87 kilos (pesaba 99, pero tenemos información de que perdió doce kilos durante su permanencia en Cuba en 1967), estado físico robusto y fuerte; ojos pardos, pelo negro ondulado, bastante calvo, cejas medianas, dentadura completa, dientes blancos bien ordenados; color de piel moreno, cara con fuerte influencia hispánica con leve indicación de ascendencia negroide, usa bigote angosto, tiene una cicatriz en la frente del lado izquierdo".
En cuanto a su personalidad, el cartel decía que "es muy extrovertido, con fuerte sentido del amor propio, obstinado y en ocasiones bastante bravucón, muy moderado en el uso de cigarrillos y bebidas alcohólicas".
Es este el pasaje más llamativo en la trayectoria de Caamaño entre 1967 y 1973. Del entrenamiento en Cuba y la articulación del movimiento guerrillero, mucho se ha escrito.
Poco menos de cuatro meses antes de cumplir los 41 años, el 16 de febrero de 1973, fue fusilado en las montañas de San José de Ocoa. Con el propósito de derrocar a Joaquín Balaguer, había retornado a la cabeza de una guerrilla que fue militarmente derrotada.
Las pertenencias que portaba quedaron en manos de oficiales como Juan René Beauchamps Javier, quien se quedó con el fusil, Castillo Pimentel se quedó con las botas y Raúl Almonte Lluberes con el reloj. La responsabilidad directa del fusilamiento recae, entre otros, sobre el entonces secretario de las Fuerzas Armadas Ramón Emilio Jiménez Reyes y el jefe de Estado Mayor del Ejército Enrique Pérez y Pérez.
Maquinaria de muerte
El grupo gobernante (en Colombia o en República Dominicana) orienta su accionar en una política diseñada en el centro del poder imperialista.
Esto hay que detallarlo como acusación y no como excusa.
En República Dominicana, balagueristas y neobalagueristas hablan de la intervención foránea para limpiar el nombre de Joaquín Balaguer; pero es preciso hacerlo para describir un gobierno surgido del colonialismo, corrupto, asesino y, por supuesto, entreguista. Un gobierno encabezado por quien, desde la década de 1950 fue identificado por los estrategas imperialistas como continuador del autoritarismo en ausencia de Rafael Leonidas Trujillo.
Se puede documentar o no la anécdota de que Balaguer dijo a los oficiales a su servicio que “en este país no hay cárcel para un hombre como Caamaño”, pero de cualquier modo el fusilamiento fue el resultado de una decisión política.
En cuanto a la muerte de Camilo Torres, la manipulación política del hecho es muy reveladora. La noticia fue difundida dos días después.
Para el gobierno de Guillermo León Valencia, constituyó un golpe a las guerrillas y había que sacarle provecho politiquero.
En Colombia, como en República Dominicana, los ejecutores fueron instruidos por la jefatura política para esconder el cadáver.
Con esta práctica, se trata de llevar a los pueblos el mensaje de que la esperanza está muerta y desaparecida, y al seno de los movimientos insurgentes la idea de que vale más desertar a tiempo.
Camilo desafió a la Iglesia y denunció a los terratenientes, Caamaño combatió con las armas y con la acción política al invasor y a la canalla criolla. Estaban en algún lugar en la lista de objetivos del poder. Ocurrió lo mismo con Raúl Reyes, Jorge Briceño y Alfonso Cano en la misma Colombia.
El poder local actúa pautado desde los centros imperialistas y esa pauta incluye la acción ante las amenazas.
Han cambiado los recursos, pero no la pauta política. Hoy, los drones han sustituido en alguna medida la intervención de los asesinos de carne y hueso, pero eso solo dice que en la época de Obama y Santos la maquinaria de matar es más eficiente que en la de León Valencia y Lyndon Johnson.
El poder imperialista actúa directamente en los escenarios de guerra, donde asesina a militares, militantes y civiles. Hay que ver la escandalosa lista de asesinatos con drones en Pakistán, en Afganistán y en otras zonas.
En la propia Colombia, decenas de guerrilleros han sido asesinados con armas, tecnología y logística suministradas por Estados Unidos o gestionada en Israel a través de vínculos tejidos en Washington.
Y para hacer más evidente la vinculación entre el elemento político y el elemento militar, ha sido descubierta recientemente la llamada Operación Desertor, dirigida por la Agencia Central de Inteligencia CIA para dividir y debilitar a las Fuerzas Armadas de Venezuela. ¡Otra vertiente del proyecto de destruir la herencia de Hugo Chávez!
En homenaje a Camilo y a Caamaño, hay que exaltar la firmeza y la coherencia, subir el tono, difundir en todas partes y elevar la calidad en cada exhortación a mantener los principios.
La mención de los nombres de Camilo y Caamaño constituye un toque a la subjetividad y un llamado a persistir… La consigna es no claudicar…
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Kiril y Francisco, encuentro de hermanos
Kiril y Francisco, encuentro de hermanos
© AFP 2016/ Louisa Gouliamaki / Alberto Pizzoli
Firmas
17:49 11.02.2016(actualizada a las 19:19 11.02.2016) URL corto
Natasha Vázquez
Tema:
Reunión entre el Patriarca ruso Kiril y el Papa Francisco en La Habana (37)
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Este jueves llega a La Habana el Patriarca Kiril, pero sin dudas será el viernes el día más esperado. Volverá entonces la capital cubana a atraer las miradas del mundo, aunque esta vez por un suceso un poco ajeno al acontecer nacional.
Patriarca Kirill de Moscú y toda Rusia
© Sputnik/ Alexei Nikolski
Cumbre del Papa y Patriarca ruso es un paso hacia acercamiento mutuo
Y no es para menos. Por primera vez en casi un milenio, se encontrarán aquí el sumo pontífice de la iglesia católica, el Papa Francisco, y el de la iglesia ortodoxa rusa, Patriarca de Moscú y de Toda Rusia, Kiril.
Para muchos, como para el Embajador de la Federación Rusa en La Habana, Mijail Kaminin, este esperado encuentro "marcará un antes y un después en el mundo". Más allá de lo que significa espiritualmente que ambas iglesias, separadas desde 1054, sean capaces de superar siglos de diferencias, la cita sin dudas tendrá un impacto positivo en otros aspectos terrenales.
Uno de los principales motivos que les han llevado a ponerse de acuerdo es la preocupación común por la expansión del terrorismo islámico y el genocidio de los cristianos de Oriente Próximo y el norte de África.
Más aquí: Reunión entre el Papa y el Patriarca Ruso es buena noticia para cristianos
Kiril también ha agradecido al Vaticano su posición en el conflicto entre Rusia y Ucrania y la labor de Francisco a favor de la unión entre los cristianos y el diálogo con otras religiones.
"Mi querido hermano", le ha llamado por su parte Jorge Mario Bergoglio al patriarca ruso, por lo que se espera resultados muy positivos de esta cita, que deberá servir además para que políticos y gobernantes tomen ejemplo.
El Patriarca de Rusia Kirill
© Sputnik/ Vladimir Astapkovitch
La reunión del Papa Francisco y el Patriarca ruso Kirill se centrará en persecuciones de cristianos
En el comunicado conjunto previo al encuentro, la Santa Sede y el Patriarcado de Moscú muestran sus expectativas de que también sea "un signo de esperanza para todos los hombres de buena voluntad".
Esta reunión se viene fraguando ya desde hace algún tiempo, esperando el momento y lugar oportuno para ambas partes. La iglesia ortodoxa prefería que no fuera en Europa, pero no es casual que se haya seleccionado La Habana para el histórico momento del abrazo.
"El hecho de que se haya escogido Cuba tiene un simbolismo", aseguró a Sputnik el analista y diplomático Santiago Pérez, "pues es un país que tiene excelentes relaciones con el Vaticano y con la iglesia ortodoxa rusa, es un país donde la espiritualidad es importante y donde no se aplican estrictamente las leyes del capitalismo neoliberal salvaje y en ese aspecto para la proyección de valores y espirituales es importante para ambas iglesias, por lo que más allá de la significación geopolítica tiene una significación ideológica y espiritual", asegura el investigador.
Papa Francisco
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Concuerdan la declaración conjunta del papa Francisco y el patriarca Kiril
Para la parte cubana, las relaciones con ambos líderes religiosos son fuertes y de larga data. Kiril ha estado ya dos veces en la isla, antes de asumir el patriarcado, en 2004, en la ceremonia de colocación de la primera piedra del templo ortodoxo ruso en La Habana y en octubre de 2008, para consagrar la catedral ya terminada a Nuestra Señora de Kazán.
Francisco causó impacto entre los cubanos por su sencillez y afabilidad en su visita a Cuba el pasado año, y tuvo un importante papel en el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos. De alguna manera, ahora el gobierno cubano le devuelve el favor.
"Cuba se siente honrada de acoger la reunión de los primados de la Iglesia Católica y de la Iglesia Ortodoxa Rusa y brindará todas las facilidades para la realización de este histórico encuentro", aseguraba la nota oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Lea más: Reunión del Papa y el Patriarca demostrará el compromiso de ambos con la paz
Que este hito tenga lugar precisamente aquí, es más que un honor, es un reconocimiento al prestigio y la capacidad de Cuba para tender puentes hacia la paz.
Lea más en http://mundo.sputniknews.com/firmas/20160211/1056662281/kiril-francisco.html#ixzz40RvUqdqi
martes, 9 de febrero de 2016
'Solo a raíz de los videos de decapitaciones se empezó a hablar de la tragedia de los cristianos'
'Solo a raíz de los videos de decapitaciones se empezó a hablar de la tragedia de los cristianos': 'Ahora el cristianismo en esta región, de hecho, está bajo la amenaza de destrucción total', advierte el metropolita Ilarión, número dos de la Iglesia ortodoxa rusa.
Evento del milenio: preguntas y respuestas en vísperas de la reunión del patriarca Kiril y el papa
Evento del milenio: preguntas y respuestas en vísperas de la reunión del patriarca Kiril y el papa: ¿Por qué es tan importante este encuentro? ¿Por qué ha tardado tanto en concretarse? ¿Por qué se celebra en Cuba? Respondemos a estas y otras preguntas a continuación.
La esperanza como problema político: creer en nosotros
La esperanza como problema político: creer en nosotros
Manolo Monereo
Cuarto
Para Irene
Sí, sí y sí. La emancipación está en nosotros; también lo está la cobardía, el miedo y la ignorancia. Todo está dentro de nosotros: lo mejor, lo peor y lo del medio, es decir, conformismo puro y duro.
Nunca ha sido fácil la rebelión. Siempre intenté comprender por qué la gente se rebela. Por qué se la juegan por los demás. Me refiero a las y los humildes, a las y los trabajadores, a las y los intelectuales comprometidos y que quieren superar la división fija, petrificada, del trabajo haciendo lo que tienen que hacer: política desde el punto de vista de las mayorías sociales y de clase. Me impresiona e intento comprender cómo las nuestras y los nuestros luchan por cambiar el mundo.
El elitismo fue la muerte de todo y el final de todo comienzo. El desprecio a las gentes comunes y corrientes, a sus sueños e ilusiones, a su cansina cotidianidad y a ese esfuerzo heroico de sacar, día a día, la familia adelante; además, se debe ser heroico y puro, sin procesiones de Semana Santa, sin partidos de fútbol, sin la alienante televisión. A ellas se les exige todavía más. Nadie entiende demasiado que ellas son la condición de la revolución que tiene nombre de mujer y que hasta que ellas la protagonicen no será posible. No será posible. La revolución es una mujer que nos libera de nosotros mismos.
Pegarse a la gente e ir más allá. Esa es la política de siempre. La buena, la grande, la que cambia el mundo y nos cambia. La ‘buena’ revolución no es solo la que cambia el mundo, es la que consigue cambiar el mundo porque nos cambia de mundo, porque nos hace mejores, más inteligentes, más humanos, más solidarios, más nosotras, más nosotros. La libertad es siempre el camino para liberarse.
Ernst Bloch, profeta de una religión socialista, atea, tradicional del mundo, nos lo enseño con firmeza y lucidez: sin movilizar las energías teológicas, griegas y judeocristianas de nuestras patrias por construir y hacer, nada, nada será posible. El marxismo frío se parece demasiado a los que mandan, necesitamos ir más allá: la calidez del Sur que hay en todos nosotros, la nostalgia de comunidad, los sueños de un mundo reconciliado con la vida, eso de encontrar sentido a una vida finita que nos hace fuertes frente a una muerte inevitable.
Todas y todos somos lo mejor y lo peor. La esperanza está en nosotros como posibilidad, como eso que existe a medias y contradictoriamente; existir y hacer exige voluntad. Las gentes nos organizamos para transformar y para construir mundos. Los que mandan, mandaron siempre y siempre nos recuerdan nuestros fracasos. Iros a la mierda: quisimos hacerlo bien, pero para cambiar tuvimos que parecernos demasiado a vosotros y nos quedamos en un mundo donde se agotó la esperanza y el frío mató el calor que llevamos dentro.
Nos caemos y nos levantamos. Estamos de pie y seguimos en la lucha. Quién lo iba a decir. Aquí en España se pusieron en pie nuevas gentes, nuevas personas, sujetos reales y concretos que hacían política por primera vez, sin saberlo. Nacieron sin mapas, sin líneas correctas y no pidieron permiso a Comité Central alguno. Se sorprendieron, se indignaron, se rebelaron, se organizaron y crearon un lío, una locura y un sinsentido: Podemos.
Donde todo era derrota, resignación y distancia, pusieron (las caras fueron muchas y los procesos diversos, desiguales en el espacio y hasta en el tiempo) ilusión, capacidad y provocación. No saben lo que nosotros; no son tan firmes como nosotros y no tienen la densidad y la profundidad de nuestros conocimientos. Son además arrogantes, quieren ir al gobierno y disputar el poder sin estar lo suficientemente preparados. La propuesta no es clara y, además, tienen errores muy serios.
Nada, nada de lo que se juega hoy —que es mucho, muchísimo— se explica y se entiende sin Podemos. Bastaría escuchar lo que dicen de ellos los que mandan (calumnias, insultos, descalificaciones sin limite) para saber que son el enemigo, el enemigo a batir. Si se mira con atención, hay datos más claros: las cloacas del Estado trabajando a tope; los varios servicios secretos (conectados con los medios, a la vieja usanza) y, sobre todo, El País y su partido, el PSOE de Felipe y de una ‘vieja guardia’ que ya es simplemente reaccionaria. El régimen se siente cuestionado, combatido, y hará todo lo posible, todo, para anular a Podemos. No es personal, es lucha de clases y lucha por el poder.
La política de la esperanza es muy difícil y —es lo peor— reversible. Se puede perder en poco tiempo, en muy poco tiempo, pero dura en el imaginario, como lo posible que no pudo ser y fue derrotado, como experiencia que forja una organización y una consciencia. La esperanza es una línea delgada entre lo que existe como posibilidad y un futuro a construir. La tensión es permanente: lo posible y lo imposible se entrecruzan. La esperanza no es nunca arbitraria, tiene una base real que se expresa como condición de viabilidad: El “Sí se puede” lo expresa bien: parece que no es posible pero lo es si queremos que lo sea, si luchamos, si nos organizamos y si —lo siento— tenemos disciplina. El “querer para hacer” es el fruto mejor de una política de la esperanza asentada en la razón, en la voluntad y en el compromiso con nuestras gentes, con nuestros pueblos.
Fuente: http://www.cuartopoder.es/cartaalamauta/2016/02/08/la-esperanza-como-problema-politico-creer-en-nosotros
miércoles, 3 de febrero de 2016
Seis controversias sobre Camilo
Seis controversias sobre Camilo
Pablo Beltrán
www.eln-voces.com
El pasado lunes 25 de enero, en un cementerio de Bucaramanga, expertos forenses exhumaron los que parecen ser los restos de Camilo Torres Restrepo, el cura guerrillero; muerto en combate hace 50 años, el martes 15 de febrero de 1966.
Hasta ahora, la minoría gobernante accedió a decir dónde lo mantenía, tras tenerlo desaparecido por medio siglo. Ahora falta que las pruebas de ADN verifiquen si son estos sus restos, o si estamos ante otra “operación de engaño”; una más, de todas las que hizo el general Valencia Tovar (1920-2014), para mantener escondidos los restos de su víctima.
Este general, veterano de la Guerra de Corea (1950-1953), era el comandante de las tropas, que abatieron a Camilo y a 5 guerrilleros más, del naciente Ejército de Liberación Nacional, en Patio Cemento, municipio de El Carmen, en Santander del sur.
Escuchan al hermano, no a la madre
Valencia Tovar amigo de la familia de Camilo, supo hacerse del lado de Fernando, el hermano mayor, para justificar la desaparición del cadáver; al tiempo que desconoció a doña Isabel, la madre de Camilo, quién siempre le imploró saber de su paradero, para poder darle sepultura digna a su hijo.
Esta preferencia del general no fue al azar, sino que la hizo porque Fernando compartía con Valencia Tovar, que era necesario esconder los restos Camilo, para que el pueblo colombiano “no creara desorden”; según carta del hermano mayor, al diario El Espectador, del 22 de febrero de 1966.
En cambio, Isabelita, la madre de Camilo, sigue silenciada por la elite dominante en Colombia, porque para ella, la opción de su hijo fue la correcta acorde a sus principios cristianos.
Fernando vivió y murió en Minnesota, Estados Unidos. La sepultura de doña Isabel Restrepo se encuentra en el cementerio principal de La Habana, Cuba.
Un mentiroso que tiene mala memoria
En su último libro, Mis adversarios guerrilleros, Valencia Tovar dice que en 2002 entregó los restos de Camilo a Fernando [1]; mientras que en la entrevista concedida a María Isabel Rueda en 2007, afirmó que se los entregó en 2001 y agregó, que “me pareció entenderle que los iba a cremar” [2].
Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Porque a otros que le indagaron por Camilo, les reveló que se hallaba enterrado en el osario de la Quinta Brigada del Ejército, localizado en el cementerio del Parque Romero en Bucaramanga, con el nombre de un militar que se había suicidado.
Estas contradicciones son en parte olvidos propios de la senilidad del general, mezclados con las “maniobras de engaño” que acostumbró a usar toda su vida. Y como en los muertos no se deben descargar las culpas, el que debe responder es el Presidentes Santos, porque Valencia Tovar siempre dijo que este secreto de los restos de Camilo, había sido guardado por la Quinta Brigada del Ejército, en persona de su general comandante.
Camilo no era un menor de edad
Es cierto que Valencia Tovar era 9 años mayor que Camilo, pero esto no le da atribuciones para considerar, que Camilo estuvo “sumiso” a las consignas revolucionarias, a causa del “abuso” que cometieron con él los mandos del Ejército de Liberación Nacional, como lo sostiene en el libro antes referido.
Camilo tenía claro que el poder debe estar en manos de la mayoría, para que obre a su favor y resuelva los graves problemas del pueblo y de la patria; pero el entorno nacional, continental y mundial le demostró cada día, que esta toma del poder, las clases dominantes no la permiten por vías no violentas.
Consciente de esta realidad se alzó en armas y cuando llegó al ELN, Camilo se dedicó con entusiasmo a entrenarse como combatiente guerrillero; a la vez que insistía a los mandos, en la necesidad de adquirir experiencia en el combate armado.
Con pasión defendió su opción personal, hasta un punto tal, que presentó al Estado Mayor, la posibilidad de él partir para Casanare, en los Llanos Orientales, para foguearse como guerrillero por allá.
No juzgar los años 60, con el contexto de hoy
Volviendo al libro del general, dice que Camilo en las filas guerrilleras no tuvo privilegios, cosa que es cierta, no porque se le negaran, sino porque él no los aceptaba. Y más que privilegios, el Estado Mayor actuó con responsabilidad, al colocarlo en un puesto de combate, al lado de Fabio Vásquez, el primer mando.
Se dice que no se le dio entrenamiento militar, lo que es falso; como falso es decir que se le dotó un arma no apropiada, como es un revólver... se le dotó con las armas que había y de acuerdo a la función que tenía en la emboscada, que era actuar después de iniciado el ataque, para ir a recuperar el armamento de los soldados que cayeran abatidos.
En ese momento, el ELN estaba aprendiendo el arte guerrillero, contaba con pocas armas y la norma era hacer ataques, para ir dotando de armamento a los combatientes. El mayor honor de un guerrillero era tener un arma recuperada por él mismo en combate.
Sus discrepancias con el Cardenal
Refiere Valencia Tovar en su libro, que la actividades políticas de Camilo en 1965, el Cardenal Concha “las juzgó inconvenientes con el ejercicio sacerdotal, por lo que lo llamó al orden”. En respuesta, Camilo le pidió que lo dispensara de ser sacerdote, para seguir siendo fiel a la esencia del ser cristiano.
La controversia entre Camilo y Cardenal estuvo en que aquel, se sentía actuando dentro de la Doctrina social de la iglesia católica, mientras su superior consideraba, que su práctica política se situaba por fuera de esta Doctrina.
Medio siglo después, esta controversia tiene un marco de referencia más desarrollado, pues dentro de la iglesia católica, otra vez soplan vientos de renovación; al tiempo que el capitalismo neoliberal ya ha demostrado hasta la saciedad, lo pernicioso que es para el Planeta y para la humanidad.
Un general contradictorio
En la citada entrevista de 2007, el general expresa que Camilo “era mi amigo, un intelectual compatible con mi forma de ver al país”. Partiendo que esto fuera verdad, lo que es obvio es que Camilo veía a la revolución, como una salida a los profundos problemas de Colombia; mientras Valencia Tovar creía que la minoría dominante sería capaz de liderar los cambios, que requiere el país.
También hay que creerle al general, que “como combatiente, siempre profesó un profundo respeto por el enemigo. Se negó a odiarlo, a irrespetarlo o a denigrarlo”. Nobles tradiciones que se dejaron de practicar, una vez la ideología contrainsurgente penetró a las Fuerzas Armadas y las comprometió de cuerpo entero en la llamada guerra sucia.
La paz que buscamos está en que el trato entre colombianos sea digno y que las diferencias políticas logremos tratarlas sin acudir a la violencia. Este es el reto que enunció Camilo, que llegue el día en que sea posible, que el pueblo acceda al poder de forma no violenta.
Notas.
[1] La historia de cómo el general Valencia Tovar escondió durante 41 años el cadáver de Camilo Torres. Gonzalo Guillén. El Nuevo Herald, 8-07-14.
[2] La leyenda que hay detrás de los restos de Camilo Torres. El Tiempo revive entrevista al general Valencia. 17-01-16.
Comandante Pablo Beltrán. Comando Central – COCE – ELN
Fuente original: http://www.eln-voces.com/index.php/voces-del-eln/comando-central/articulos/538-seis-controversias-sobre-camilo
lunes, 1 de febrero de 2016
La evolución de Martin Luther King Al final de su vida, era un socialista declarado
La evolución de Martin Luther King
Al final de su vida, era un socialista declarado
Lee Sustar
Jacobin Magazine / Viento Sur
Practicamente todos los políticos del Partido Demócrata, negros o blancos, reclaman el legado de Martin Luther King Jr. Olvidan, intencionalmente, el hecho de que en los últimos años de su vida, antes de su asesinato en 1968, King rompió con el presidente demócrata Lyndon Johnson por la Guerra de Vietnam y el fracaso de su administración para hacer cumplir los derechos civiles en el sur. Esto es algo que ningún demócrata de hoy estaría en condiciones de hacer.
A pesar de que las reformas que exigió King durante la mayor parte de su vida eran tibias en relación a las demandas de los negros nacionalistas más radicales, fueron condenadas por los mismos demócratas que, desde su muerte, han intentado que King se convierta en un icono y un símbolo de la acomodación negra al sistema.
Para entender el giro a la izquierda de King es necesario tener en cuenta las luchas de clase que se encontraban bajo el movimiento por los derechos civiles, así como el carácter de la organización de King, la Southern Christian Leadership Conference (SCLC).
Cuando King apareció como líder del boicot al bus Montgomery (ndr: ver en wikipedia protesta a los autobuses públicos de Montgomery)en los años 50, ya estaba al frente de un movimiento local cuyo ejemplo fue seguido en decenas de otras ciudades del sur en los años siguientes. La organización que ayudó a fundar, la SCLC, abrió varias sedes territoriales, pero básicamente era un grupo de organizadores profesionales que se trasladaba de una ciudad a otra involucrándose en las luchas ya iniciadas por estudiantes, trabajadores o campesinos negros locales.
El objetivo de la SCLC no era ayudar a estos activistas a desarrollarse independientemente, sino liderarlos hacia la lucha no violenta contra los segregacionistas y los policías violentos que apoyaban las leyes Jim Crow. Según líderes de la SCLC como Hosea Williams y Wyatt T. Walker, el gobierno federal se vería obligado a intervenir para apoyar a los activistas por los derechos civiles y, así, detener el caos.
Al principio la estrategia parecía funcionar. Una decisión del Tribunal Supremo apoyó el boicot al bus de Montgomery. El presidente Kennedy introdujo en 1963 la legislación sobre derechos civiles después de las marchas de las manifestaciones en Birmingham y de que policías de Los Ángeles atacaran reiteradamente las manifestaciones organizadas por la SCLC en 1962. Sangrientos enfrentamientos en St. Augustine (Florida) y Selma (Alabama) empujaron al sucesor de Kennedy, Lyndon Johnson a someter a la aprobación del Congreso la Ley de Derecho al voto en 1965.
Kennedy y Johnson apoyaron los derechos civiles sólo cuando pensaron que era necesario para mantener a raya la rebelión militante negra. De hecho, querían evitar enemistarse con la parte más derechista de su partido, la Southern Dixiecrat. King y las protestas de la SCLC serían permitidas mientras se mantuvieran no violentas, y se limitaran a luchar contra la segregación en el sur, sin cuestionar la discriminación económica racista de amplias con amplias raíces en el capitalismo de los Estados Unidos.
Sin embargo, hacia 1965 la credibilidad de King había disminuido entre los activistas del sur. La cultura de la SCLC de llegar a una ciudad en medio de una revuelta, darle visibilidad en los medios y negociar un acuerdo, molestaba tanto a los activistas negros locales como a la creciente rama radical del Comité de Coordinación Estudiantil no violento, que estaba intentando apoyar a los negros del sur en el desarrollo de un liderazgo propio.
Entretanto, el negro nacionalista Malcom X empezó a defender, no sin razón, que la no violencia propugnada por King y el SCLC exponía a los negros a agresiones policiales y ataques racistas.
Las críticas a King tuvieron un nuevo hito en Selma en 1965, donde la policía golpeó y lanzó gases contra los activistas que intentaban marchar hasta la capital del estado de Alabama, Montgomery. Cuando una segunda marcha fue organizada, la policía no la impidió. Sin embargo, King llevó a los manifestantes de vuelta a Selma para no desafiar una orden judicial. Esta retirada, junto con la aceptación por parte de King de ciertas concesiones simbólicas de las autoridades de Selma, fue calificada como traición por muchos radicales.
Las diferencias se hicieron patentes un año más tarde, después de que James Meredith, el primer estudiante negro en ir a la Universidad de Mississippi, fueron tiroteado durante su protesta solitaria a través del Estado (ndr: ver en wikipedia James Meredith). King y el líder de la SNCC Stokely Carmichael, (más tarde conocido como Kwame Ture) estuvieron entre los líderes por los derechos civiles que se unieron a los cientos de activistas que completaron la marcha de Meredith en el verano de 1966.
Acosados por matones racistas y por la brutalidad policial a lo largo de todo el camino, los manifestantes se unieron con entusiasmo al cántico de Black Power de Carmichael y empezaron a prestar atención a sus ideas nacionalistas. Aunque King se negó a unirse a otros líderes negros más conservadores en su ataque al eslogan de Black Power por racista, tampoco le prestó su apoyo, justificando que implicaba violencia y por tanto alejaría un potencial apoyo blanco.
“Tenemos que transformar nuestro movimiento en algo positivo y creativo”, dijo cuando se le pidió su opinión sobre Carmichael. Para los militantes negros, King era visto como un traidor. Pero para los demócratas liberales, preocupados por la influencia de las ideas del nacionalismo negro y por las revueltas generalizadas en ciudades del norte, la posición de King parecía un apoyo velado al Black Power.
King reconoció que intentaba construir un puente lo más amplio posible. “Si el gobierno quiere que mantenga a la gente en la no violencia, tendrá que concederme algunas victorias”. De hecho, King no tardaría en enfrentarse con los demócratas del norte de manera abierta. Tras la abolición de la última ley segregacionista Jim Crow, con la Ley de Derecho al Voto de 1965, King fijó su atención en el creciente movimiento de militantes negros en el norte.
La ruptura final del con el president Johnson llegó en abril de 1967, cuando Kin instó a los Estados Unidos a retirarse de su guerra “colonial” en Vietnam.
Cuando ya un número importante de senadores demócratas estaba contra la guerra, la mayor parte de los activistas por los derechos sociales mantenía su apoyo a la administración Johnson. Periódicos liberales como el New York Times o el Washington Post, que se habían mostrado cercanos a King durante las luchas por los derechos sociales en el sur, ahora le atacaban por su posición anti guerra.
Un vengativo Johnson permitió al FBI intensificar su acoso a King y a otros líderes de la SCLC. El presidente se indignó cuando supo de la intención de King de liderar una Marcha de los pobres frente al Capitolio en Washington.
Johnson y los demócratas habían confiado durante mucho tiempo en la táctica de la no violencia y en el apoyo de King a su partido como contrapeso al creciente número de radicales del Black Power. Cuando King denunció la guerra en 1967, los demócratas empezaron a considerarlo un traidor.
Sin embargo, la ruptura de King con los demócratas, no le granjeó el apoyo de los negros en el norte, donde las revueltas callejeras aparecían en decenas de grandes ciudades. La política de los nacionalistas negros más radicales –en especial su preferencia por la autodefensa contra la violencia racista- parecía ser más cercana a las revueltas en estas circunstancias.
Atacado desde la derecha y desde la izquierda, King se vio forzado a repensar su carrera y la organización que lideraba, la SCLC. “Debemos admitir que nuestros logros se han visto limitados en el sur”, dijo en un encuentro de la dirección de la SCLC en 1967 y que la SCLC tenía que llamar a una “radical redistribución de la riqueza y el poder”. En diferentes ocasiones, King manifestó a sus colaboradores que los Estados Unidos necesitaban un socialismo democrático que garantizara trabajo en ingresos para todos.
Otros líderes de la SCLC, como Andrew Young, Jesse Jackson y Ralph Abernathy, era contraries a los planes de la Marcha de los Pobres. Las sedes locales de la SCLC en el sur habían sido descuidadas en un intento de organizarse contra la segregación en Chicago, y los grupos del norte también eran muy débiles.
Por otra parte, a los planes de King se enfrentó a la rama de orientación capitalista de la SCLC, la Operation Breadbasket, dirigida por Jesse Jackson. “Si estás tan interesado en seguir tus planes que no puedes seguir las líneas de la organización, adelante”, dijo King en respuesta a las críticas de Jackson a su marcha. “Si quieres cavar tu propio nicho a nivel social, adelante, pero por Dios, déjame en paz”.
En cualquier caso, los demócratas consideraron como traición la campaña de King por la gente pobre y la derecha decía que probaba que King era un comunista. Todos estos factores, sumados a la campaña presidencial del gobernador segregacionista de Alabama, George Wallace, hicieron que la vida de King se empezara a ver amenazada.
Frente a la hostilidad de la administración Johnson, las críticas, tanto por parte de los negros nacionalistas como del stablishment negro, y con su organización dividida, King se encontraba más aislado políticamente que nunca cuando fue asesinado en Memphis el 4 de abril de 1968, menos de tres semanas antes de que la campaña de la gente pobre comenzara. King había viajado a Memphis para apoyar una huelga de trabajadores negros de la sanidad (de hecho, fue el único activista de impacto estatal por los derechos civiles que lo hizo).
No pasó mucho tiempo después de su muerte para que los medios de las clases dominantes empezaran a transformar la imagen de King en la de un santo inofensivo.
Para conseguirlo, tuvieron que enterrar en el legado real de Martin Luther King, tanto al líder de las primeras luchas del movimiento por los derechos civiles, que rechazó aceptar las peticiones de paciencia y moderación de sus aliados demócratas, como el más radical líder negro de final de los sesenta, cuya visión de la que debía cambiarse en la sociedad, se había ampliado sustancialmente.
Lee Sustar es editor de Socialist Worker
Fuente del artículo en inglés: http://www.jacobinmag.com/2016/01/martin-luther-king-socialist
Traducción: Santiago Morán
Fuente del artículo en español: http://vientosur.info/spip.php?article10920
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