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miércoles, 3 de febrero de 2016
Seis controversias sobre Camilo
Seis controversias sobre Camilo
Pablo Beltrán
www.eln-voces.com
El pasado lunes 25 de enero, en un cementerio de Bucaramanga, expertos forenses exhumaron los que parecen ser los restos de Camilo Torres Restrepo, el cura guerrillero; muerto en combate hace 50 años, el martes 15 de febrero de 1966.
Hasta ahora, la minoría gobernante accedió a decir dónde lo mantenía, tras tenerlo desaparecido por medio siglo. Ahora falta que las pruebas de ADN verifiquen si son estos sus restos, o si estamos ante otra “operación de engaño”; una más, de todas las que hizo el general Valencia Tovar (1920-2014), para mantener escondidos los restos de su víctima.
Este general, veterano de la Guerra de Corea (1950-1953), era el comandante de las tropas, que abatieron a Camilo y a 5 guerrilleros más, del naciente Ejército de Liberación Nacional, en Patio Cemento, municipio de El Carmen, en Santander del sur.
Escuchan al hermano, no a la madre
Valencia Tovar amigo de la familia de Camilo, supo hacerse del lado de Fernando, el hermano mayor, para justificar la desaparición del cadáver; al tiempo que desconoció a doña Isabel, la madre de Camilo, quién siempre le imploró saber de su paradero, para poder darle sepultura digna a su hijo.
Esta preferencia del general no fue al azar, sino que la hizo porque Fernando compartía con Valencia Tovar, que era necesario esconder los restos Camilo, para que el pueblo colombiano “no creara desorden”; según carta del hermano mayor, al diario El Espectador, del 22 de febrero de 1966.
En cambio, Isabelita, la madre de Camilo, sigue silenciada por la elite dominante en Colombia, porque para ella, la opción de su hijo fue la correcta acorde a sus principios cristianos.
Fernando vivió y murió en Minnesota, Estados Unidos. La sepultura de doña Isabel Restrepo se encuentra en el cementerio principal de La Habana, Cuba.
Un mentiroso que tiene mala memoria
En su último libro, Mis adversarios guerrilleros, Valencia Tovar dice que en 2002 entregó los restos de Camilo a Fernando [1]; mientras que en la entrevista concedida a María Isabel Rueda en 2007, afirmó que se los entregó en 2001 y agregó, que “me pareció entenderle que los iba a cremar” [2].
Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Porque a otros que le indagaron por Camilo, les reveló que se hallaba enterrado en el osario de la Quinta Brigada del Ejército, localizado en el cementerio del Parque Romero en Bucaramanga, con el nombre de un militar que se había suicidado.
Estas contradicciones son en parte olvidos propios de la senilidad del general, mezclados con las “maniobras de engaño” que acostumbró a usar toda su vida. Y como en los muertos no se deben descargar las culpas, el que debe responder es el Presidentes Santos, porque Valencia Tovar siempre dijo que este secreto de los restos de Camilo, había sido guardado por la Quinta Brigada del Ejército, en persona de su general comandante.
Camilo no era un menor de edad
Es cierto que Valencia Tovar era 9 años mayor que Camilo, pero esto no le da atribuciones para considerar, que Camilo estuvo “sumiso” a las consignas revolucionarias, a causa del “abuso” que cometieron con él los mandos del Ejército de Liberación Nacional, como lo sostiene en el libro antes referido.
Camilo tenía claro que el poder debe estar en manos de la mayoría, para que obre a su favor y resuelva los graves problemas del pueblo y de la patria; pero el entorno nacional, continental y mundial le demostró cada día, que esta toma del poder, las clases dominantes no la permiten por vías no violentas.
Consciente de esta realidad se alzó en armas y cuando llegó al ELN, Camilo se dedicó con entusiasmo a entrenarse como combatiente guerrillero; a la vez que insistía a los mandos, en la necesidad de adquirir experiencia en el combate armado.
Con pasión defendió su opción personal, hasta un punto tal, que presentó al Estado Mayor, la posibilidad de él partir para Casanare, en los Llanos Orientales, para foguearse como guerrillero por allá.
No juzgar los años 60, con el contexto de hoy
Volviendo al libro del general, dice que Camilo en las filas guerrilleras no tuvo privilegios, cosa que es cierta, no porque se le negaran, sino porque él no los aceptaba. Y más que privilegios, el Estado Mayor actuó con responsabilidad, al colocarlo en un puesto de combate, al lado de Fabio Vásquez, el primer mando.
Se dice que no se le dio entrenamiento militar, lo que es falso; como falso es decir que se le dotó un arma no apropiada, como es un revólver... se le dotó con las armas que había y de acuerdo a la función que tenía en la emboscada, que era actuar después de iniciado el ataque, para ir a recuperar el armamento de los soldados que cayeran abatidos.
En ese momento, el ELN estaba aprendiendo el arte guerrillero, contaba con pocas armas y la norma era hacer ataques, para ir dotando de armamento a los combatientes. El mayor honor de un guerrillero era tener un arma recuperada por él mismo en combate.
Sus discrepancias con el Cardenal
Refiere Valencia Tovar en su libro, que la actividades políticas de Camilo en 1965, el Cardenal Concha “las juzgó inconvenientes con el ejercicio sacerdotal, por lo que lo llamó al orden”. En respuesta, Camilo le pidió que lo dispensara de ser sacerdote, para seguir siendo fiel a la esencia del ser cristiano.
La controversia entre Camilo y Cardenal estuvo en que aquel, se sentía actuando dentro de la Doctrina social de la iglesia católica, mientras su superior consideraba, que su práctica política se situaba por fuera de esta Doctrina.
Medio siglo después, esta controversia tiene un marco de referencia más desarrollado, pues dentro de la iglesia católica, otra vez soplan vientos de renovación; al tiempo que el capitalismo neoliberal ya ha demostrado hasta la saciedad, lo pernicioso que es para el Planeta y para la humanidad.
Un general contradictorio
En la citada entrevista de 2007, el general expresa que Camilo “era mi amigo, un intelectual compatible con mi forma de ver al país”. Partiendo que esto fuera verdad, lo que es obvio es que Camilo veía a la revolución, como una salida a los profundos problemas de Colombia; mientras Valencia Tovar creía que la minoría dominante sería capaz de liderar los cambios, que requiere el país.
También hay que creerle al general, que “como combatiente, siempre profesó un profundo respeto por el enemigo. Se negó a odiarlo, a irrespetarlo o a denigrarlo”. Nobles tradiciones que se dejaron de practicar, una vez la ideología contrainsurgente penetró a las Fuerzas Armadas y las comprometió de cuerpo entero en la llamada guerra sucia.
La paz que buscamos está en que el trato entre colombianos sea digno y que las diferencias políticas logremos tratarlas sin acudir a la violencia. Este es el reto que enunció Camilo, que llegue el día en que sea posible, que el pueblo acceda al poder de forma no violenta.
Notas.
[1] La historia de cómo el general Valencia Tovar escondió durante 41 años el cadáver de Camilo Torres. Gonzalo Guillén. El Nuevo Herald, 8-07-14.
[2] La leyenda que hay detrás de los restos de Camilo Torres. El Tiempo revive entrevista al general Valencia. 17-01-16.
Comandante Pablo Beltrán. Comando Central – COCE – ELN
Fuente original: http://www.eln-voces.com/index.php/voces-del-eln/comando-central/articulos/538-seis-controversias-sobre-camilo
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