lunes, 3 de junio de 2024

Afganistán, Ucrania, Israel: ¿prueban los sucesivos fracasos de EEUU el declive de la Pax Americana?

- Sputnik Mundo, 1920 Afganistán, Ucrania, Israel: ¿prueban los sucesivos fracasos de EEUU el declive de la Pax Americana? La élite política de EEUU aún no se ha dado cuenta de que el país ya no es la potencia que era, declararon a Sputnik varios expertos. No obstante, Washington podría intensificar el uso de la fuerza para intentar frenar dicha erosión de su hegemonía, advirtieron los analistas. Acabada la Segunda Guerra Mundial, EEUU consolidó su liderazgo como primera potencia militar y económica del mundo. Sin embargo, esta posición está siendo cuestionada por el auge de la multipolaridad y las tres recientes derrotas consecutivas que ha sufrido Washington en enfrentamientos bélicos y trabas diplomáticas. La primera derrota fue en Afganistán. Tras 20 años de ocupación, EEUU se retiró del país en 2021, sin mostrar resultados tangibles en la consolidación de la democracia y cediendo el control a los talibanes y a Al Qaeda, los dos grupos que motivaron la invasión estadounidense de Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre. Un año después, Washington intervino en el conflicto entre Rusia y Ucrania liderando el apoyo a Kiev a través de la OTAN e instando a sus aliados a imponer sanciones al petróleo y el gas rusos, una estrategia que resultó contraproducente, ya que el embargo desencadenó una crisis energética en Europa y EEUU. En los últimos meses, la Administración del presidente estadounidense Joe Biden se ha visto aislada en su apoyo incondicional a Israel, en un momento en que la comunidad internacional condena y denuncia como genocidio la ofensiva israelí en la Franja de Gaza. Ante estos hechos, surge una pregunta: ¿está en declive la era de la llamada Pax Americana? Sputnik preguntó al historiador y profesor del programa de postgrado en Historia de la Universidad Estatal de Maringá (UEM), del programa de postgrado en Historia de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC) y autor de Guerra Fría: Historia e Historiografía (2020), Sidnei J. Munhoz. Además, conversó con el profesor de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), Francisco Carlos Teixeira. El declive de la hegemonía estadounidense empezó en Vietnam Abordando la actual situación ucraniana, Munhoz subrayó que el final de la Guerra Fría no condujo al establecimiento de un nuevo orden global, sino "la expansión del orden victorioso en aquel conflicto de dimensiones globales a expensas de la potencia que se desmoronaba", que era la Unión Soviética (URSS). Durante este período se prometió a Mijaíl Gorbachov, entonces dirigente soviético, "que si no intervenía en el proceso en curso, la OTAN no se expandiría ni un centímetro hacia las regiones soviéticas", señala el experto. "La promesa no fue cumplida y su incumplimiento está en el origen de la crisis que llevó a la intervención del sucesor de la URSS, Rusia, en Ucrania", indicó. En este sentido, hace referencia a un análisis realizado por el exembajador de EEUU en la URSS durante los Gobiernos de los exmandatarios estadounidenses, Ronald Reagan y George Bush, así como del jefe de Estado soviético Gorbachov, Jack Matlock. El último subrayó que el conflicto entre Rusia y Ucrania "era perfectamente evitable y lo que pedía [el presidente ruso] Vladímir Putin era bastante razonable". "Bastaba con que Ucrania se comprometiera a la neutralidad y a no entrar en la OTAN. Sin embargo, la petición no fue atendida y Rusia inició una acción armada contra Ucrania. En gran medida, Ucrania está siendo destruida por la implicación irresponsable de su Gobierno en un conflicto entre dos potencias. Ponerse del lado del adversario, al tiempo que bordeaba a la potencia de la que una vez fue parte constituyente, fue poner a toda la población ucraniana en un riesgo inconmensurable", enfatizó. En cuanto al declive de la Pax Americana, Munhoz cree que se ha ido produciendo gradualmente desde la guerra de Vietnam. Añade que el país sigue teniendo peso económico, poder militar y el mando de las organizaciones internacionales, pero se enfrenta a "una crisis continua de hegemonía desde hace casi medio siglo". "EEUU tiene muchos recursos económicos, políticos, militares y culturales y los ha utilizado para sostener un posible segundo siglo de hegemonía mundial. El gran problema de este escenario es que, históricamente, cada vez que se erosiona la capacidad de seducción y atracción de un hegemón, este recurre cada vez más a la fuerza para obtener lo que antes le proporcionaba una adhesión razonablemente voluntaria. En resumen, el escenario global apunta a un proceso de conflictos crecientes que, si se descontrolan, podrían adquirir una dimensión mundial", explica. "Si tenemos en cuenta el poderío militar y especialmente la capacidad nuclear instalada de las principales potencias del planeta, un nuevo conflicto global podría significar el fin de la civilización humana tal y como la conocemos y, lo que es más, amenazar toda la vida en el planeta", añade. De acuerdo con Munhoz, este escenario se ve agravado por los cambios que se han observado en Europa Occidental, que durante mucho tiempo "se acostumbró a estar bajo el paraguas protector de EEUU, aunque esto implicara, grosso modo, servilismo". "Esto fue ventajoso durante mucho tiempo, ya que EEUU financió la reconstrucción de Europa Occidental tras la Segunda Guerra Mundial a través del Plan Marshall. El plan tenía al menos dos objetivos distintos. En primer lugar, contener la posibilidad de influencia soviética en Europa, por lo que formaba parte de la estrategia de contención de la URSS. En segundo lugar, el plan pretendía satisfacer las demandas del capitalismo estadounidense, ya que pretendía reorientar el modelo capitalista europeo y amoldarlo a las necesidades de EEUU". Añade que la URSS fue invitada a participar en el plan, pero se negó porque una de las condiciones de Washington era "el acceso a la información económica y a las cuentas públicas de los países que se adhirieran". "Veo que hoy, por poner solo un ejemplo, Europa, como resultado de la postura de la Comunidad Europea en asociación con la OTAN, está comprando a Rusia gas mucho más caro que antes. Esto está teniendo un gran impacto en la economía del continente e incluso la economía alemana, la más robusta y sólida del continente, mostró un rendimiento adverso en 2023. Además, las economías europeas están perdiendo competitividad, lo que podría ser desastroso para el continente", subraya. Munhoz indica que, paralelamente, existe un movimiento en Europa para garantizar "una mayor autonomía militar respecto a EEUU". "Como señala [el politólogo] José Luís Fiori, Alemania está cambiando las bases de su industria y está asumiendo un proyecto para convertirse en la columna vertebral de la disuasión y la defensa colectiva de Europa. En otras palabras, se está embarcando en un proyecto de fuerte inversión en la producción de armas para convertirse en una gran potencia bélica", afirma. "¿Cuáles serán las implicaciones de este cambio de rumbo para la economía alemana y europea y cuáles serán las implicaciones globales de este nuevo camino? El tiempo nos dará las respuestas muy pronto. El escenario actual me parece extremadamente preocupante, porque se están erosionando las posibilidades de negociación. En este contexto, la posibilidad de una expansión incontrolada de los conflictos emergentes es inmensa", añade. También insiste en que la reciente decisión de Biden de autorizar a Ucrania a utilizar armas estadounidenses en ataques contra objetivos militares en territorio ruso agrava la situación y deja al mundo "acechado por la posibilidad real de que el conflicto se recrudezca". "Esta decisión tendrá consecuencias y sin duda acelerará la escalada del conflicto", opina el historiador. El apoyo a Israel demuestra la incapacidad de EEUU para ser un líder político y moral "EEUU vive una de las fases más complejas y difíciles de la historia de su política exterior", indicó, a su vez, Francisco Carlos Teixeira. En su opinión, el ascenso de nuevos actores, como China, la India y Brasil, "significa que el poder estadounidense ya no es una fuerza indiscutible en el mundo". Teixeira agrega que la retirada de Afganistán, repitiendo la tragedia de Vietnam, es una prueba evidente de que tras dos décadas "de guerra, muerte y sufrimiento, EEUU es incapaz de imponer su política, ni a los países ni a los movimientos sociales del Tercer Mundo, extremadamente precarios en sus condiciones de lucha". "La inmensa panoplia militar estadounidense no garantiza en modo alguno resultados políticos. En este sentido, EEUU acaba optando por formas oscuras de guerra híbrida, guerra interna, fomentando la desestabilización de países enteros, como ocurrió, por ejemplo, en Siria y Libia, con resultados catastróficos para la población", postula. El historiador prosigue que la élite política estadounidense, en particular la élite burocrática del Partido Demócrata, no se da cuenta de que el país "ya no es la potencia que era en 1950 o incluso en 1980" ni de "los cambios que se han producido en el mundo desde 2001". Cita como ejemplo el hecho de que EEUU mantenga "su alianza umbilical con Israel, a pesar de que hoy el mundo entero y las organizaciones internacionales, desde la ONU hasta el Tribunal de La Haya, consideran que el Gobierno israelí es un Gobierno criminal que comete reiterados crímenes de guerra y contra la humanidad". "EEUU ha perdido la capacidad de ser un guía, no solo político, sino también moral y de hablar en nombre de los derechos humanos y la democracia. Cada vez que el Gobierno estadounidense habla de democracia y derechos humanos, comete un fraude político. De hecho, hoy el Gobierno estadounidense se identifica con las fuerzas más tradicionalmente conservadoras, reaccionarias e incluso fascistas en la violación de los derechos humanos y de las condiciones mínimas para una coexistencia armoniosa en un orden mundial", concluye.

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