jueves, 7 de octubre de 2021

Política y conservadurismo en la campaña de desprestigio contra el Papa Francisco

Política y conservadurismo en la campaña de desprestigio contra el Papa Francisco hace 2 días Papa Francisco I - Sputnik Mundo, 1920, 05.10.2021 © REUTERS / David Cerny Todo empezó por un mensaje escrito por el Papa Francisco I y dirigido al presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, el cardenal Rogelio Cabrera López, con motivo del segundo centenario de la independencia de México. Me van a permitir que mencione un buen fragmento de la controvertida carta del jefe del Estado Vaticano, para que no haya problemas de contexto. Los párrafos de la discordia dicen lo siguiente: "Me uno a la alegría de esta celebración [el bicentenario de la independencia] y, al mismo tiempo, deseo que este aniversario tan especial sea una ocasión propicia para fortalecer las raíces y reafirmar los valores que los construyen como nación [la cursiva está incluida en el documento original firmado por Jorge Mario Bergoglio desde su sede en San Juan de Letrán, Roma]. "Para fortalecer las raíces –continúa escribiendo el Papa– es preciso hacer una relectura del pasado, teniendo en cuenta tanto las luces como las sombras que han forjado la historia del país. Esa mirada retrospectiva incluye necesariamente un proceso de purificación de la memoria, es decir, reconocer los errores cometidos en el pasado, que han sido muy dolorosos. Por eso, en diversas ocasiones, tanto mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización. En esa misma perspectiva, tampoco se pueden ignorar las acciones que, en tiempos más recientes, se cometieron contra el sentimiento religioso cristiano de gran parte del Pueblo mexicano, provocando con ello un profundo sufrimiento". Efectivamente, Juan Pablo II pidió perdón en 1992, desde República Dominicana, por "los abusos cometidos debido a la falta de amor de aquellas personas que no supieron ver en los indígenas hermanos e hijos del mismo Padre Dios". Y su sucesor Benedicto XVI hizo lo mismo en 2007 en un viaje a Brasil, al señalar que "el recuerdo de un pasado glorioso no puede ignorar las sombras que acompañaron la obra de evangelización del continente latinoamericano: no es posible olvidar los sufrimientos y las injusticias que infligieron los colonizadores a las poblaciones indígenas, a menudo pisoteadas en sus derechos humanos fundamentales". que quiere decir todo esto? Pues que no es nada nuevo que la máxima autoridad católica del globo se disculpe por las exacciones cometidas en nombre de Dios durante la conquista del continente americano hace ya más de cinco siglos. No debería sorprender esa actitud porque el arrepentimiento y el perdón forman parte del ADN de los cristianos católicos. Mario Delgado critica a Aznar: "No pidió perdón a España por su mal gobierno" Sin embargo, el mensaje papal despertó una fuerte ola de protestas en España entre los políticos más conservadores, especialmente entre los del Partido Popular (PP), actualmente en la oposición. Su máximo dirigente, Pablo Casado, rechazó "pedir perdón" por los pecados del pasado y lanzó una frase que sonó chovinista, es decir, patriotera: "Desde España no tenemos que pedir perdón, pero tenemos que dar las gracias a una historia común que ha sido, en mi opinión, el mayor hito de la Humanidad después de Roma, la Hispanidad", enfatizó Casado. El debate, además, se produce precisamente cuando está a la vuelta de la esquina la celebración del 12 de octubre, fiesta nacional en España como Día de la Hispanidad en recuerdo del descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492. Casado se unió al coro de voces que dentro de su formación, como la de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, también criticaron a Bergoglio: "A mí me sorprende que un católico que habla español hable así, a su vez, de un legado como el nuestro, que fue llevar precisamente el español, y a través de las misiones, el catolicismo, y por tanto, la civilización, la libertad, al continente americano". En esa misma línea, pero incluso llegando al sarcasmo, se posicionó otro popular de pro, José María Aznar, presidente del Gobierno español entre los años 1996 y 2004. Aznar se burló abiertamente del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, más conocido como AMLO, quien ha insistido en varias ocasiones en que las autoridades españolas deben pedir disculpas por los excesos cometidos por los conquistadores. AMLO no cayó en la provocación de Aznar. La contundente reacción del PP, en cuyas filas abundan los católicos practicantes, dejó perplejos a los propios obispos españoles. El portavoz de la Conferencia Episcopal Española y obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, mostró su contrariedad durante una rueda de prensa porque, a su juicio, los comentarios realizados estos días se hicieron "desde un titular elaborado sin la lectura del documento". Entonces, ¿cómo se explica todo este gran revuelo? Buena parte de ello se debe a la situación política tan polarizada que atraviesa España en estos momentos. Casado, cuyo partido acaba de celebrar su convención anual, vive en una campaña electoral continua e intenta recuperar terreno para desbancar al Ejecutivo de Pedro Sánchez, de mayoría socialista, pero no lo hace recabando votos por la izquierda del PP sino por los caladeros de su derecha, atrayendo simpatizantes de la formación ultraconservadora Vox, muy propensa a los discursos españolistas y racistas. Ciertos medios de comunicación de derechas de Madrid interpretaron la misiva de Francisco como un signo de que la Iglesia católica se alinea con el "revisionismo histórico" defendido por AMLO, aunque no sea así. Felipe Calderón dice que perdón de España es una "cortina de humo" de AMLO Y la prensa de extrema derecha aprovechó la ocasión para atacar, de nuevo y sin contemplaciones, al Sumo Pontífice argentino. Pedro de Tena, que trabaja habitualmente para el portal libertaddigital.com, escribía hace unos días que "este Papa se está convirtiendo en un extraño icono al que aplauden los ateos, los comunistas y los antiespañoles y al que cada vez más desoyen o desprecian muchos liberales y conservadores católicos españoles". No cabe duda de que arrecia la campaña de desprestigio contra Francisco I, al que muchos le tienen ganas, quizás porque es demasiado moderno y reformista, quizás porque no es genuinamente español. LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK

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