Es una pagina que busca publicar contenido cristiano y temas de actualidad que ayuden a la comprension del mundo en que vivimos, que sirvan para edificar la vida de los creyentes y edificar a la comunidad cristiana, ya con aportes del autor de la pagina, o con aportes encontrados en otros sitios.
domingo, 26 de enero de 2025
Cómo los medios estadounidenses ocultan la verdad sobre la guerra de Gaza
Recomiendo:
Cómo los medios estadounidenses ocultan la verdad sobre la guerra de Gaza
Por Norman Solomon | 25/01/2025 | Mentiras y medios
Fuentes: Rebelión. Foto: Un lector sostiene una copia de un periódico satírico, "Los crímenes de guerra de Nueva York", que se burla de la cobertura sesgada de The New York Times sobre el genocidio de Gaza, el 14 de marzo de 2024 en la ciudad de Nueva York. (Foto: Nicki Kattoura/X)
Traducido del inglés por Marwan Pérez para Rebelión
A pesar de la cobertura excepcional a la guerra de Gaza, lo más importante –lo que se siente al ser aterrorizado, masacrado, mutilado y traumatizado– ha permanecido casi totalmente invisible.
Unos días antes de que terminara 2024, la revista independiente +972 informó de que
“las fuerzas del ejército israelí irrumpieron en el recinto del Hospital Kamal Adwan en Beit Lahiya, culminando un asedio de casi una semana al último hospital en funcionamiento en el norte de Gaza”.
Mientras el fuego se propagaba por el hospital, su personal emitió un comunicado en el que decía que
“los departamentos quirúrgicos, el laboratorio, el mantenimiento y las unidades de urgencias han quedado completamente quemados” y que los pacientes “corrían el riesgo de morir en cualquier momento”.
La revista explicó que “el asalto a las instalaciones médicas en Beit Lahiya es la última escalada en la brutal campaña de limpieza étnica de Israel en el norte de Gaza, que durante los últimos tres meses desplazó por la fuerza a la gran mayoría de los palestinos que viven en el área”. El periodismo de +972, en marcado contraste con la cobertura dominante de la guerra de Gaza por parte de los medios estadounidenses, ha brindado claridad sobre los eventos en tiempo real, situándolos en un contexto general en lugar de fragmentos episódicos.
+972 Magazine es el trabajo de periodistas palestinos e israelíes que describen sus valores fundamentales como “un compromiso con la equidad, la justicia y la libertad de información”, lo que necesariamente significa “un periodismo preciso y justo que destaque a las personas y comunidades que trabajan para oponerse a la ocupación y el apartheid”. Pero los valores operativos de los principales medios de comunicación estadounidenses han sido muy diferentes.
Algunos aspectos clave de cómo el establishment estadounidense ha narrado la “guerra contra el terrorismo” durante más de dos décadas fueron habituales en los medios y la política estadounidenses desde el comienzo de la guerra de Gaza en octubre de 2023. Por ejemplo:
El discurso rutinario evitó las voces que condenaban al gobierno de Estados Unidos por su papel en la masacre de civiles.
El aliado de Estados Unidos generalmente elude la responsabilidad por sus atrocidades de alta tecnología cometidas desde el aire.
Las muertes de civiles en Gaza fueron presentadas habitualmente como no intencionadas.
Las afirmaciones de que Israel pretendía minimizar las bajas civiles normalmente se tomaron al pie de la letra.
La cobertura mediática y la retórica política se abstuvieron de reconocer que las acciones de Israel podrían encajar en categorías como “asesinato en masa” o “terrorismo”.
En general, los medios de comunicación y los funcionarios del gobierno de Estados Unidos transmitieron la idea de que las vidas israelíes realmente importaban mucho más que las vidas palestinas.
Los medios estadounidenses han prestado una enorme atención a la guerra de Gaza, pero si han comunicado la realidad humana de manera apropiada es otra cuestión. La creencia o la noción inconsciente de que los medios de comunicación transmitían las realidades de la guerra terminó oscureciendo aún más esas realidades. Y las limitaciones inherentes del periodismo se agravaron por los sesgos de los medios.
Durante los primeros cinco meses de la guerra, el New York Times , el Wall Street Journal y el Washington Post aplicaron la palabra “brutal” o sus variantes con mucha más frecuencia a los palestinos (77 %) que a los israelíes (23 %). Los resultados de un estudio de Fairness and Accuracy In Reporting (FAIR) señalaron este desequilibrio “a pesar de que la violencia israelí fue responsable de más de 20 veces de las pérdidas de vidas”. Los artículos de prensa y de opinión seguían la misma línea; “la palabra ‘brutal’ fue más utilizada para caracterizar a los palestinos que a los israelíes».
A pesar de la cobertura excepcional que se ha dado en ocasiones, lo más importante de la guerra en Gaza –lo que se siente al ser aterrorizado, masacrado, mutilado y traumatizado– permaneció casi totalmente invisible. Poco a poco, los relatos superficiales que llegaban al público estadounidense empezaron a parecer repetitivos y normales. A medida que las cifras de muertos seguían aumentando y pasaban los meses, la guerra de Gaza fue perdiendo protagonismo como tema de las noticias, mientras que la mayoría de los programas de entrevistas rara vez la abordaban.
Al igual que en el caso de la matanza mediante bombardeos, la alianza entre Israel y Estados Unidos trató la hambruna, deshidratación y enfermedades letales como un problema de relaciones públicas. En el camino, los pronunciamientos oficiales –y las políticas que intentaron justificar– se basaron profundamente en la premisa tácita de que algunas vidas realmente importan y otras no.
El enfoque propagandístico se prefiguró para el 8 de octubre de 2023, cuando Israel estaba en estado de shock por las atrocidades que Hamas cometidas el día anterior. “Este es el 11 de septiembre de Israel”, dijo el embajador israelí ante las Naciones Unidas a los periodistas en Nueva York, y repitió: “Este es el 11 de septiembre de Israel”. Mientras tanto, en una entrevista con PBS News Weekend, el embajador de Israel en Estados Unidos declaró: “Este es, como alguien dijo, nuestro 11 de septiembre”.
Lo siniestro de proclamar el “11 de septiembre de Israel” fue lo que ocurrió después. Bajo un manto de victimización, Estados Unidos utilizó la horrible tragedia como excusa para matar, para la autoprotección y, por supuesto, la “guerra contra el terrorismo”.
Mientras Israel continuaba su guerra contra Gaza, las explicaciones a menudo eran una repetición de las razones que dio el gobierno estadounidense para la “guerra contra el terrorismo” después del 11 de septiembre: autorizar futuros crímenes contra la humanidad cuando fuera necesario a la luz de ciertos acontecimientos anteriores. El eco se sintió en el aire a finales de 2001, cuando el líder del Pentágono, Donald Rumsfeld, afirmó que “la responsabilidad de cada una de las víctimas de esta guerra, ya sean afganos inocentes o estadounidenses inocentes, recae sobre Al Qaeda y los talibanes”. Después de cinco semanas de masacrar al pueblo palestino, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que “cualquier pérdida de civiles es una tragedia” y rápidamente agregó que “la culpa debe recaer directamente sobre Hamás”.
Las licencias para matar se justificaban por sí solas y sin fecha de caducidad.
Fuente: https://original.antiwar.com/solomon/2025/01/21/how-us-media-hide-truths-about-the-gaza-war/
Este artículo es una adaptación del epílogo de la edición de bolsillo del último libro de Norman Solomon, War Made Invisible: How America Hides the Human Toll of Its Military Machine (The New Press).
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
sábado, 25 de enero de 2025
Auschwitz, 80 años
Recomiendo:
Auschwitz, 80 años
Por Miguel Ángel Moya | 25/01/2025 | Opinión
Fuentes: Rebelión
«El fascismo es un cáncer que prolifera rápidamente, y su regreso nos amenaza: ¿es mucho pedir que nos opongamos a él desde el principio?», Primo Levi (1919-1987):
Entre los griegos existía la creencia de que los dioses les provocaban ceguera a aquellos cuya perdición buscaban. Así por ejemplo, la introducción del caballo de madera en la ciudad de Troya cuando esta fue asediada por los aqueos: el que cuatro veces el caballo se detuviera en seco durante el traslado escuchándose ruidos metálicos en su interior y las advertencias de la adivina Casandra no fueron suficientes para disuadir a los troyanos de la acción que causaría la ruina de la ciudad, tan obcecados estaban.
Fue el propósito que la experiencia de la deportación aportó a la vida de Primo Levi: dar testimonio, para que el horror que a él le tocó vivir por causa del nazismo no vuelva a suceder. Los ochenta años transcurridos desde la liberación del campo de concentración de Auschwitz (27-01-45), sin embargo, no nos condujeron a inmunizarnos contra el cáncer del fascismo. Porque el de Primo Levi no fue el único testimonio y tampoco faltó documentación y evidencia física de todo tipo que respalden lo manifestado por víctimas sobrevivientes. También en este caso, las advertencias fueron en vano. Pero esto no podemos achacárselo a los dioses.
El capitalismo, y también el fascismo, que es el rostro sin máscara del capitalismo (y «potencia negativa siempre actual», escribe Rocco Carbone) son ambos enemigos de la vida, y de lo que se trata es de navegar en sentido opuesto: pulsión de vida (Eros) contra pulsión de muerte (Tánatos). La pulsión de muerte y destrucción que anida en el fascismo es evidente en su radical negación -tendiendo a la eliminación- de la otredad (socialistas, judíos, homosexuales, etc.) mientras que la pulsión de vida impulsa a los individuos hacia la unidad por la senda del amor, la amistad, la creación. La barbarie del siglo XX tiene su expresión extrema en los campos de concentración y exterminio nazis. El fascismo se constituye a partir de la figura del enemigo, sin «enemigo» no hay fascismo: con meridiana claridad lo expresa Primo Levi cuando escribe que compartiendo la suerte de todos los judíos de la Europa invadida por los nazis, él se «convirtió» en «el otro», esto es, extraño, o sea enemigo. Pero no menos revelador es ese otro párrafo en el que señala que en Italia fue donde tuvo lugar «el primer experimento europeo de asfixia del movimiento obrero y de sabotaje de la democracia»: el fascismo. Y, claro, es aquí es donde radica la posibilidad de una correcta comprensión del fenómeno.
Como forma particular de la reacción, ¿cuál es la particularidad del fascismo? Para Primo Levi, la negación, en la teoría o en la práctica, de la fundamental igualdad de derechos entre todos los seres humanos. En línea con lo expresado por Kant en su imperativo categórico, que propone actuar siempre de tal forma que uno pueda desear que nuestra acción se convierta en ley universal, de manera de usar siempre la humanidad como un fin y nunca como un medio porque si el hombre existiera solo como un medio, ello significaría actuar bajo el imperio del egoísmo o la esclavitud: a través de esta fórmula, se lograba el respeto a los demás y a uno mismo. La plena realización del fascismo del que fue víctima Primo Levi dio lugar al nacimiento del más brutal de los sistemas esclavistas, la consagración del privilegio, la desigualdad y la ausencia de libertad. Y la negación, por los regímenes fascistas, de esta fundamental igualdad de derechos, solo puede apoyarse en la violencia (eliminación de opositores, del «enemigo») o el fraude, para convencer de que el atropello es legítimo y que bien lo vale para forjar un destino de grandeza y prosperidad. Coacción y persuasión, las dos fuerzas operativas sobre las que trabaja Gramsci el concepto de hegemonía. Primo Levi dio testimonio y lo hizo de manera ejemplar. Su intenso humanismo se resentía de toda injusticia cometida en cualquier lugar y lo llevó a expresarse en estos términos: «Todo aquel que regrese para contar masacres de mujeres y niños, a manos de quien sea, en cualquier tierra, en el nombre de toda clase de ideologías, es nuestro hermano, y nuestra solidaridad está con él.»
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
resiliencia palestina derrotó a la arrogancia israelí
Recomiendo:
La resiliencia palestina derrotó a la arrogancia israelí
Por Suhail Hani Daher Akel | 24/01/2025 | Palestina y Oriente Próximo
Fuentes: Rebelión
Una vez más Israel, la potencia ocupante, fue derrotada en Gaza y se vieron obligados a llegar a un acuerdo con Hamas. Desde el dolor, los palestinos alborozados agradecieron a Allah el paralizar la guerra genocida sionista. La resiliencia palestina quebró al chacal Netanyahu y su régimen terrorista.
Fue una destrucción de envergadura inédita. En 15 meses de invasión sionista a Gaza ante las miradas cómplice de la comunidad internacional, incluyendo los regímenes árabes, la potencia ocupante israelí utilizó todo su poderío militar. Armas destructivas, bombas prohibidas, poderosos aviones de guerra F15 y F16, helicópteros Apache y tanques pesados Merkava lanzados contra la población civil palestina desarmada. Se vivió lo más horrendo de la historia contemporánea.
Era necesario llevar la última gota de sangre palestina. Al menos 179 mártires fueron asesinados por las criminales fuerzas sionistas desde que se anunció el acuerdo de alto el fuego el pasado miércoles 15, entrando en vigor el domingo 19/1/2025. Entre los mártires, 30 niños y 32 mujeres. Otros 265 palestinos resultaron heridos.
Las cifras del horror
Desde el 7 de octubre de 2023 la invasión israelí mató a 46.788 mártires palestinos e hirió a 110.453, de ellos, el 40% está en estado grave. Según el Ministerio de Salud de Hamas estimó que “al menos 10,000 cuerpos de palestinos quedaron bajo los escombros”.
La fuerza invasora bombardeó ex profeso a más de 200 establecimientos gubernamentales, 136 escuelas, 823 mezquitas y 3 iglesias. Por su lado, el informe de la Oficina Humanitaria de la ONU, aseguró que: “sólo 17 hospitales de los 36 están funcionando parcialmente y con grandes escasez de medicamentos”. Según la Organización Mundial de la Salud: “reconstruir el sistema de salud en Gaza requerirá U$S 10.000 millones”.
Por su parte, la Oficina de Socorro de Emergencia de las Naciones Unidas afirmó: “casi 1,8 millones de personas en la Franja de Gaza necesitan actualmente un refugio de emergencia”. Más de 185.000 edificios fueron destruidos o arrasados. Estas estadísticas incluyen a 245.123 apartamentos. Según la misma, la reconstrucción de los hogares bombardeados podría extenderse hasta el año 2040. La ONU debe obligar a Israel pagar la reconstrucción y las vidas palestinas.
Cerca de la 1:00 am del lunes 20 llegaron a Ramallah los autobuses de la Cruz Roja Internacional transportando a los 90 secuestrados palestinos, siendo recibidos por miles de ciudadanos rompiendo las amenazas del enemigo israelí que no aceptarían celebraciones. Entre los liberados, 69 son mujeres, de ellas, la líder del FPLP, Khalida Jarrar (62) y 21 niños, 10 de ellos menores de 12 años.
*Suhail Hani Daher Akel, fue el primer Representante Diplomático de la OLP y el primer Embajador del Estado de Palestina en la República Argentina.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
viernes, 24 de enero de 2025
Trump acusa a Zelenski de socavar los acuerdos de paz
- Sputnik Mundo
Trump acusa a Zelenski de socavar los acuerdos de paz
No se ha alcanzado un acuerdo sobre la solución del conflicto en Ucrania porque Volodímir Zelenski "quería luchar", declaró el presidente estadounidense, Donald Trump, en una entrevista con 'Fox News'.
"Podíamos llegar a un acuerdo (...) y Zelenski decidió que quería luchar", declaró Donald Trump, comentando la posibilidad de poner fin a las hostilidades.
El presidente señaló también que Zelenski "no debería haber permitido el inicio de una operación especial en Ucrania" y ha pedido que se ponga fin al conflicto lo antes posible. De acuerdo con él, Zelenski ahora se muestra dispuesto a negociar la paz.
"Zelenski, les diré, quiere arreglar todo ahora. Ya ha tenido suficiente", enfatizó Trump.
Durante su campaña electoral, Trump afirmó que el conflicto en Ucrania nunca habría comenzado si él hubiera sido presidente en lugar del expresidente, Joe Biden, y agregó que, de ser reelegido, lo resolvería en 24 horas.
Trump habría instruido acabar con el conflicto en Ucrania en 100 días
Al respecto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó esas declaraciones del mandatario estadounidense como una simplificación excesiva, argumentando que el conflicto es demasiado complejo para solucionarse en un solo día.
Posteriormente, el plazo de solución prometido por Trump se había extendido a 100 días.
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, declaró el 21 de enero que el presidente no había puesto en práctica sus planes porque requería "un duro esfuerzo de diplomacia".
Más aún, desde Rusia han manifestado en repetidas ocasiones que Moscú está abierta al diálogo con la nueva Administración estadounidense sobre el conflicto ucraniano, pero el objetivo del acuerdo debe ser la paz a largo plazo y no una breve tregua.
Para el presidente ruso, Vladímir Putin, es preciso eliminar las causas profundas de la crisis, y un eventual acuerdo de paz debe tener en cuenta las realidades en la línea del frente y la voluntad de los residentes de los antiguos territorios ucranianos que desearon unirse a Rusia en los respectivos referendos.
jueves, 23 de enero de 2025
Rusia afirma ante la ONU que dará seguimiento al acuerdo de alto al fuego entre Israel y Hamás
- Sputnik Mundo
Rusia afirma ante la ONU que dará seguimiento al acuerdo de alto al fuego entre Israel y Hamás
ONU (Sputnik) - El representante de Rusia ante la Organización de las Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, aseguró que su país dará seguimiento al cumplimiento del acuerdo del alto al fuego entre Israel y el movimiento palestino Hamás, que entró en vigor el pasado 19 de enero.
"Vamos a seguir la implementación del pacto entre Israel y Hamás y apoyaremos cualquier iniciativa para el cese del fuego incondicional y general en toda la zona del conflicto palestino-israelí", dijo el representante ruso en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la cooperación con la Liga Árabe.
El alto al fuego aún "no es algo definitivo": ¿Qué futuro le espera a Hamás y Franja de Gaza?
Nebenzia subrayó también el respaldo de su país a las gestiones para garantizar el acceso humanitario seguro y sin obstáculos, así como el relanzamiento de las conversaciones dentro del marco de las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de la ONU.
El diplomático destacó la posición consolidada de la Liga Árabe, que favoreció al clima internacional necesario para el logro de los acuerdos entre Israel y Hamás.
Rusia, enfatizó, está dispuesta a "contribuir de todas las formas posibles a la normalización en la región", en particular mediante la colaboración entre la Liga Árabe y la ONU.
El pasado 15 de enero, Israel y Hamás acordaron un alto el fuego por 42 días con la mediación de Catar, Egipto y Estados Unidos, que entró en vigor el 19 de enero.
La primera fase del acuerdo prevé el canje de 33 israelíes retenidos por Hamás por unos 1.000 prisioneros palestinos. Las fuerzas israelíes deberán replegarse hasta las fronteras de la Franja de Gaza, aunque permanecerán dentro de sus límites por ahora.
Se trata del segundo alto al fuego desde que una operación sorpresa coordinada por Hamás en más de 20 comunidades israelíes, el 7 de octubre de 2023, desató las hostilidades en Gaza.
Suman más de 47.000 los muertos en Gaza por la ofensiva israelí
La primera tregua humanitaria se prolongó del 24 de noviembre al 1 de diciembre de 2023 y permitió canjear a 80 israelíes por 240 palestinos. Además, las milicias palestinas liberaron a casi 30 cautivos más, en su mayoría tailandeses residentes en Israel.
Rusia y otros países abogan por una solución de dos Estados, aprobada por la ONU en 1947, como la única vía posible para lograr una paz duradera entre Israel y Palestina.
La derrota de Ucrania redefinió la bélica agenda verde y la salida de Trump del Acuerdo de París
La derrota de Ucrania redefinió la bélica agenda verde y la salida de Trump del Acuerdo de París
Sputnik Mundo, 23.01.2025
La dupla Obama-Biden en 2014 nunca sopesó las consecuencias de la humillante derrota de EEUU-OTAN en Ucrania que permitió la asunción del petrolero Trump, quien mediante sus órdenes ejecutivas sepulta la bélica agenda verde y provoca su salida del Acuerdo climático de París, que era una trampa geopolítica diseñada contra los hidrocarburos de Rusia.
Desde la disolución de la URSS en 1991, el plan eterno del partido demócrata en todas sus variantes cupulares ha sido desmembrar, balcanizar y cambiar el Gobierno de Rusia, como admitió en su momento el subsecretario de Estado, Strobe Talbott, exdirector de la revista Time con el expresidente Clinton.
El golpe de Estado propiciado por la CIA en Ucrania, bajo la batuta de la entonces subsecretaria de Estado, Vicky Nuland —al unísono de toda la pléyade de neoconservadores straussianos que han controlado el Departamento de Estado y el Pentágono desde Paul Wolfowitz con Baby Bush— tuvieron como objetivo arrinconar con la "máxima presión" a Rusia en su frontera inmediata provocando una "guerra civil demográfica" entre dos poblaciones: la de Ucrania y Rusia, originarias del "Kiev Rus" del siglo IX.
La Casa Blanca anuncia que Trump abandonará el Acuerdo de París sobre cambio climático
20 de enero
Es relevante colocar en perspectiva el Acuerdo climático de París, sucesor del Protocolo de Kyoto, avalado por el Senado estadunidense desde la etapa del demócrata Bill Clinton, pero quien nunca lo firmó farisaicamente porque le hubiera costado a EEUU el desembolso de un mínimo de $3 billones de dólares (trillones en anglosajón).
Idílicamente, el acuerdo climático —diseñado para ingenuos / oligofrénicos / desinformados— propone la descarbonización mediante la reducción del muy publicitado "efecto invernadero" para limitar el calentamiento global debajo de los dos grados Celsius a expensas del petróleo "sucio".
Ya sepultado conveniente y financieramente el Protocolo de Kyoto de EEUU y cambiado por el Acuerdo climático de París, a conveniencia de los zelotes verdes, hoy derrotados, de la Unión Europea —primordialmente los pugnaces verdes en Alemania con su gobierno desfondado por motivos energéticos— se produjo un debate inagotable que politizó e ideologizó el "cambio climático" que supuestamente debería ser un tema científico.
El debate se generó entre la visión del cambio climático antropogénico —es decir, provocado por los seres humanos y las vacas excretadoras de dióxido de carbono— y la minoría replegada de los científicos que propugnan que se trata de una consecuencia cíclica de la Vía Láctea y del cambio del campo magnético.
Hay que reconocer que, a nivel publicitario-mercadotécnico, la batalla propagandística fue ganada por los palafreneros que determinaron que el cambio climático se debía a la culpabilidad de la producción de los gases de efecto invernadero de humanos y vacas, en detrimento del teorema científico de la Vía Láctea sobre su ciclicidad —independiente de humanos y vacas.
Recomiendo la lectura científica del artículo Campo Magnético Terrestre, Supernovas Cercanas y cambios en la biota.
Una premonitoria señal relevante la aportó nada menos que John Kerry, el 'zar' climático de Biden, quien abandonó su puesto cuando se empezó a venir abajo la polémica y bélica "agenda verde" que dañaba más de lo que beneficiaba a "Occidente (whatever that means)".
Breitbart, el único medio favorable a Trump en medio del océano globalista neoliberal favorable a la propaganda bélica de los verdes y el origen antropogénico del cambio climático, comenta que detrás del retiro del Acuerdo de París por Trump subyace la expansión de la extracción del petróleo que quizá tenga que ver con el cambio de nombre ya implementado por el estado de Florida de Golfo de México a "Golfo de América", donde están pletóricas reservas de petróleo.
Moscú advierte que los límites de precios de petróleo ruso afectarán estabilidad del mercado global
Breitbart comenta la salida de Trump del Acuerdo de París sin especificar la fecha que, "de acuerdo con sus reglas intrínsecas, tomaría un año después de haber notificado formalmente a la ONU".
Algo sucedió en el intermezzo del régimen de Biden ya que el mismo Trump, durante su primer mandato, se había retirado del Acuerdo de París en junio del 2017 (sic).
Una de las razones por las que Trump se retira del Acuerdo de París se debe a la incoercible inflación que atribuye al alza de los combustibles, por lo que el petrolero presidente 47 expande la extracción de crudo por doquier con el fin de reducir el alza de los precios que han fastidiado a los usuarios: "Finiquitamos la agenda verde y revocamos el mandato de los vehículos eléctricos con el fin de rescatar la industria automotriz", espetó Trump.
Como era de esperarse, los líderes industriales de los hidrocarburos en EEUU festejaron las medidas de Trump como el "retorno a la era del dominio energético" del país.
Sin contar el cambio del "campo magnético" del planeta Tierra, mucho más deletéreo que la emisión de carbono por los humanos y las vacas, una cosa es segura desde el punto de vista político, doméstico y geopolítico global: la bélica agenda verde se desplomó y regresa el petróleo y la energía de las plantas nucleares en la fase del petrolero Trump, lo cual beneficia a los productores de hidrocarburos.
Las opiniones expresadas en este artículo pueden no coincidir con las de la redacción.
Cómo la CIA y la OTAN llevaron a cabo ataques terroristas en Italia
Operación Gladio
Cómo la CIA y la OTAN llevaron a cabo ataques terroristas en Italia
Por Massimo Innamorati | 23/01/2025 | Europa
Fuentes: Periodismo Alternativo
A pesar de que estos hechos impactantes fueron expuestos hace 30 años y afectaron a todos los gobiernos europeos de la OTAN, siguen siendo en gran medida desconocidos fuera de Italia.
En 1990, el primer ministro italiano Giulio Andreotti se vio obligado a revelar la existencia de una vasta red paramilitar clandestina que operaba en Italia desde hacía décadas bajo el mando de la OTAN . Esta red, llamada Gladio, había sido responsable de varios atentados terroristas que habían causado cientos de víctimas civiles, así como de dos intentos de golpe de Estado (1964 y 1970).
Estas revelaciones, que implicaban a muchos países europeos, entre ellos Gran Bretaña y Estados Unidos, dieron lugar a una serie de investigaciones nacionales y durante meses provocaron una tormenta política internacional que compitió con la Guerra del Golfo por conseguir atención en la prensa. Sin embargo, hoy esas revelaciones parecen haber sido borradas de la memoria histórica.
Sin duda, las lecciones políticas que se deben extraer de estos acontecimientos son la razón de su eliminación. Los acontecimientos de la Operación Gladio demostraron cómo responde la burguesía imperialista cuando siente que su dominio está amenazado, incluso si la oposición juega según las reglas de las propias instituciones de la burguesía.
Raíces de la operación
Durante la mayor parte del siglo XX, los comunistas en Italia gozaron de un apoyo masivo, siendo reconocidos como la primera línea de la resistencia partidista contra el fascismo , y el Partido Comunista Italiano (PCI) creció hasta tener más de dos millones de miembros (más que cualquier otro partido en Europa durante la mayor parte del período de posguerra), obteniendo más del 34 por ciento del voto electoral en su apogeo y desempeñando un papel clave en la vida social y cultural de la clase trabajadora.
Tras la caída del fascismo, el PCI contó también con el apoyo de miles de hombres y mujeres armados, antiguos miembros de la resistencia partisana y también de las fuerzas policiales de la nueva república. Si bien esa base podría haberse movilizado para hacer avanzar la posición de la clase obrera, el líder del PCI, Palmiro Togliatti, optó por mantener la línea de guerra de un frente único con las fuerzas democrático-burguesas, que se había establecido como parte de la lucha contra el fascismo.
Según su línea, que convertía de manera oportunista el frente único de una táctica antifascista en un principio general, el partido debía obtener el poder por medios parlamentarios burgueses y sólo entonces sus fuerzas armadas serían movilizadas defensivamente. Pero para la burguesía incluso estas condiciones eran inaceptables.
Esta fue la situación en la que el imperialismo intentó montar una ofensiva aprovechando las fuerzas más reaccionarias de la sociedad italiana: el fascismo, la mafia y la Iglesia.
Tras el desembarco aliado en Sicilia en 1943 durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos había reclutado los servicios de la mafia a través de la Operación Underworld. En 1945, el comandante fascista Príncipe Junio Valerio Borghese, que había sido capturado por los partisanos y estaba a la espera de ser ejecutado, fue rescatado por la predecesora de la CIA (la OSS) y absuelto de sus crímenes de guerra.
Muchos de estos casos de colaboración permitieron a Estados Unidos establecer una red de agentes fascistas en el país que podrían emplear como fuerzas anticomunistas. Licio Gelli fue otro de los camisas negras fascistas que escapó de la justicia partidaria gracias a la protección de Estados Unidos. Más tarde, la CIA le encargó que dirigiera el ala política secreta de Gladio, una sociedad secreta conocida como Propaganda Due o P2, que fue descubierta en 1981 y que contaba con más de 900 miembros, entre los que se encontraban altos oficiales del ejército, la policía y los servicios secretos, así como industriales, políticos y jueces (uno de los miembros más conocidos fue el ex primer ministro Silvio Berlusconi).
En las elecciones de 1948, las primeras desde la caída del fascismo, compitió el Frente Democrático Popular (FDP) del PCI contra los Demócratas Cristianos (DCI), respaldados por Estados Unidos. Aunque aparentemente se le dio al pueblo la opción de elegir entre dos coaliciones, en la práctica quedó claro que la elección era entre la continuación del gobierno burgués bajo el DCI o la guerra civil, ya que la dirección del DCI dejó en claro que no concedería la victoria al PCI ni siquiera si obtenía la proporción necesaria de votos.
Tras las revelaciones de los años 90, el presidente Francesco Cossiga admitió que la DCI había creado su propia organización paramilitar, lista para entrar en acción en caso de una victoria comunista, y que él mismo estaba “armado hasta los dientes”.
La victoria del DCI en estas elecciones dudosas, caracterizadas por una tremenda injerencia norteamericana , fue seguida por una larga serie de protestas, durante las cuales más de 60 trabajadores, la mayoría de ellos comunistas, fueron asesinados por el Estado. El líder del PCI, Togliatti, sobrevivió a un intento de asesinato durante este período, pero mientras los militantes comunistas se rebelaban, Togliatti llamó a la calma.
Ya en los años 50, los “Gladiadores” (como se denominaba internamente a los agentes de Gladio) empezaron a recibir entrenamiento en Gran Bretaña y armas de los Estados Unidos. Se hicieron planes para iniciar un conflicto e incluso invadir el país si los comunistas ganaban las elecciones o se les permitía participar en algún gobierno. Se instaló una base de Gladio en Cerdeña donde los gladiadores podían recibir entrenamiento británico y estadounidense.
A medida que la organización de la clase trabajadora aumentaba y el PCI continuaba ganando mayor apoyo en las elecciones siguientes, amenazando finalmente el monopolio del DCI en los puestos del gabinete en 1963, la clase dominante dependió de sus activos de Gladio para responder con una violencia cada vez mayor, tanto de manera dirigida como indiscriminada.
Golpes de Estado, atentados y asesinato de Aldo Moro
En 1963, por primera vez en la historia de la República, la DCI tuvo que ceder puestos en el gabinete al Partido Socialista Reformista (PSI) y al PCI. Preocupada por que el líder de la DCI, Aldo Moro, estuviera haciendo demasiadas concesiones al PSI reformista, un sector de la burguesía organizó un golpe de Estado conocido como «Piano Solo», con la colaboración de la CIA, el jefe de la policía paramilitar De Lorenzo y los servicios secretos italianos, encargados de dirigir las operaciones de Gladio bajo el mando del coronel Renzo Rocca.
La primera fase del golpe consistió en atentados con bandera falsa contra las oficinas de la DCI, de los que se atribuyó la culpa a grupos comunistas. La segunda fase, en junio de 1964, comenzó bajo la apariencia de un desfile militar. Después del desfile, las tropas permanecieron en Roma con el falso pretexto de «cuestiones logísticas», preparándose para llevar a cabo el golpe. Tras una reunión entre Aldo Moro y el general De Lorenzo, el golpista, el gobierno anunció la intención del PSI de renegar de muchas de sus demandas reformistas. Esta genuflexión ante la clase dominante por parte del PSI socialdemócrata fue suficiente para calmar la situación y abortar el golpe.
A finales de los años 60, cuando la lucha de clases se intensificó, las huelgas masivas exitosas permitieron a la clase obrera italiana obligar al Estado a hacer varias concesiones, entre ellas, protección legal contra el despido por razones políticas (como la actividad sindical) y protección contra la vigilancia en el lugar de trabajo. Al mismo tiempo, los operadores de Gladio llevaron a cabo varias acciones terroristas.
Una de ellas fue la masacre de la Piazza Fontana (1969), un atentado indiscriminado contra los trabajadores agrícolas del Banco Nacional de Agricultura. En un principio se atribuyó la acción a grupos anarquistas, pero, aunque más tarde se descubrió a los autores fascistas, ninguno fue castigado. Como testificó más tarde Vincenzo Vinciguerra, miembro de la organización fascista responsable, Ordine Nuovo (Orden Nuevo):
“Había que atacar a los civiles, a la población, a las mujeres, a los niños, a gente inocente, a gente desconocida, alejada de cualquier juego político. El motivo era muy sencillo: se pretendía obligar a esa gente, a la opinión pública italiana, a dirigirse al Estado para pedir más seguridad.
“Éste fue precisamente el papel de la derecha en Italia: ponerse al servicio del Estado, que creó una estrategia llamada acertadamente “Estrategia de la tensión”, en la medida en que tuvo que hacer aceptar a la gente común que en cualquier momento durante un período de 30 años, desde 1960 hasta mediados de los años ochenta, podía declararse el estado de excepción.
“Así, la gente estaría dispuesta a cambiar parte de su libertad por la seguridad de poder caminar por la calle, viajar en tren o entrar en un banco. Ésta es la lógica política que se esconde detrás de todos los atentados. Quedan impunes porque el Estado no puede condenarse a sí mismo.” [1]
En documentos desclasificados de la P2, Renzo Rocca también afirmó: “Una acción anticomunista eficaz y global… requiere la creación de grupos activistas, grupos de jóvenes, pandillas que puedan utilizar todos los métodos, incluidos los no ortodoxos como la intimidación, las amenazas, el chantaje, las peleas callejeras, los asaltos, el sabotaje y el terrorismo”. [2]
En el frente político, la clase dominante también encargó al ex fascista y agente de la CIA Junio Valerio Borghese que liderara otra operación golpista en diciembre de 1970. Bajo el nombre clave Tora Tora, varios grupos armados se reunieron en Roma y Milán con el plan de ocupar edificios gubernamentales, arrestar a figuras políticas y reprimir la resistencia en zonas obreras.
Pero el golpe fue abortado en el último momento en circunstancias misteriosas. El agente de la CIA y mafioso Tommaso Buscetta especuló más tarde que el golpe había sido detenido debido a la presencia de barcos soviéticos en el Mediterráneo. De hecho, durante las investigaciones sobre la masacre de Gladio en Piazza Fontana, se supo que el golpe había sido abortado por órdenes de los EE.UU.
Durante las investigaciones también se descubrió la complicidad de la sociedad secreta P2 y de los grandes grupos mafiosos. De los más de 100 conspiradores, todos fueron finalmente absueltos, mientras que el líder del golpe Borghese pudo huir a España, demostrando una vez más la complicidad de todas las instituciones del Estado burgués.
Tras las elecciones de 1976, el PCI y el DCI estaban empatados, obteniendo alrededor del 34% y el 38% de los votos respectivamente. Incapaz de marginar legítimamente al PCI en ese momento, el líder del DCI, Aldo Moro, se abrió a la teoría revisionista del PCI de lo que llamó el «Compromiso Histórico» (Compromesso Storico).
Esta teoría, creada por el líder del PCI Enrico Berlinguer, sostenía que la experiencia chilena del líder marxista Salvador Allende, que había sido asesinado en un golpe de estado tras su victoria electoral, demostraba la necesidad de que los comunistas impidieran una alianza entre el “centro” y la “derecha” burguesa “colaborando con fuerzas de orientación católica u otra orientación democrática”. [3]
En otras palabras, el PCI pretendía cortejar al ala “moderada” de la burguesía para impedir que se aliara con los golpistas fascistas (lo que no sabía era que todos los jefes de gobierno habían sido informados secretamente de Gladio, y más tarde incluso Bettino Craxi del supuestamente “izquierdista” PSI).
Para este propósito, el partido rompió oficialmente sus vínculos con el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), dando paso a la tendencia corrupta y traidora del eurocomunismo.
A pesar de la debilidad de esa posición antimarxista, el gobierno estadounidense seguía insistiendo ante Moro en que no se toleraría ninguna apertura hacia el PCI. No obstante, Moro decidió desafiar las directivas estadounidenses e incluir al PCI en su gobierno. Sin embargo, el 16 de marzo de 1978, Moro fue secuestrado y asesinado después de 55 días de cautiverio por el grupo guerrillero urbano comunista conocido como las Brigadas Rojas (BR).
Los BR pensaron que acorralando a la DCI podrían hacer estallar las contradicciones entre la base proletaria del PCI y su dirección oportunista. Sin embargo, el PCI se mantuvo firme junto a la DCI y al Estado al negarse a cualquier compromiso para rescatar a Moro. Cerca del momento de su ejecución, Moro, que comprendió que las instituciones del Estado no tenían intención de organizar su liberación, exigió que nadie de su propio partido, la DCI, pudiera asistir a su funeral.
Un informe oficial de 1995 afirmaba que las Brigadas Rojas habían sido convertidas en instrumentos de un complot político más amplio. En 1979, Carmine Pecorelli, periodista de investigación y miembro de la P2, fue asesinado por la mafia por su trabajo, lo que indicaba la complicidad del Estado en el caso Moro (el líder de la DCI, Andreotti, fue posteriormente juzgado y condenado por ordenar el asesinato, pero fue absuelto en 2003).
Hasta el día de hoy, el panorama completo del caso de Moro sigue siendo oscuro. No obstante, es revelador comparar el caso de Moro con el secuestro del oficial de la OTAN estadounidense James L. Dozier por parte de los BR en 1981. En el caso de Dozier, el Estado movilizó todas las fuerzas e incluso llevó a cabo una campaña de tortura salvaje contra los brigadistas encarcelados, con el fin de lograr la liberación del cautivo.
El terrorismo de Estado continuó, a menudo con motivos poco claros, y alcanzó su punto álgido en la masacre de la estación de trenes de Bolonia en los años 80. Un grupo de fascistas atacó a la gente que esperaba en la sala de espera de la clase económica y colocó una bomba que mató a más de 80 personas. El jefe de la P2, Licio Gelli, fue acusado de intentar desbaratar las investigaciones, mientras que los dos fascistas encarcelados por el crimen, Francesca Mambro y Valerio Fioravanti, fueron liberados en 2004 y 2008. Aunque admitieron otros asesinatos, siguen negando cualquier implicación en la masacre de Bolonia.
El revisionismo del PCI acabó dando sus frutos amargos. El número de miembros del partido había ido disminuyendo de forma lenta y constante desde el XX Congreso del PCUS de 1956, en el que Nikita Khrushchev denunció el legado de Stalin . Creció en la década posterior a las exitosas luchas de finales de los años 1960, pero volvió a declinar a partir de finales de los años 1970.
En aquella época, el ritmo acelerado de las exportaciones de capital, que trasladaban al exterior una proporción cada vez mayor de la producción, estaba llevando a un desempoderamiento constante del proletariado en todos los países imperialistas occidentales. Durante los años eurocomunistas de 1980, el PCI perdió apoyo y finalmente se liquidó con la caída de la URSS en 1991.
Tras estos acontecimientos, la estrategia de tensión y terrorismo de Estado también llegó a su fin.
Cómo se deshizo el nudo
A partir de los años 60, los funcionarios de la OTAN comenzaron a cultivar relaciones con organizaciones terroristas fascistas como Ordine Nuovo (ON), entre otras. En esa época, ya se había formado una división dentro del campo fascista entre los llamados «fascistas» y los «neofascistas». Los primeros acusaban a los segundos de traicionar al fascismo al convertirse en agentes de la OTAN y del régimen liberal burgués.
Estos fascistas, a diferencia de los «neofascistas», expresaban una posición estrictamente nacionalista burguesa y consideraban al régimen liberal de posguerra como un enemigo (a pesar de que tanto los estados fascistas como los liberales eran formas de gobierno burgués). Como resultado, también entraron ocasionalmente en conflicto armado con las fuerzas estatales. A este grupo pertenecían Valerio Fioravanti, su esposa Francesca Mambro y Vincenzo Vinciguerra.
En 1972, Vinciguerra colocó una bomba en la ciudad nororiental de Peteano (muy cerca de la frontera con Eslovenia) que mató a tres policías, una acción que él consideraba parte de una lucha contra el Estado y una ruptura con el movimiento neofascista que estaba “dirigido por el Estado y los poderes internacionales”. Esta acción fue encubierta por un agente de la ON que operaba dentro de las fuerzas policiales y reutilizada como una operación de bandera falsa.
Durante diez años estuvo atribuido oficialmente a un grupo militante comunista, hasta que el juez de instrucción Felice Casson, al revisar el caso, descubrió sus irregularidades y ordenó la detención de Vinciguerra.
La desilusión de Vinciguerra con el «neofascismo» de ON lo motivó a revelar lo que sabía sobre la operación Gladio, la naturaleza organizada de la violencia política y el terrorismo y los vínculos profundos e insolubles entre las organizaciones fascistas y el aparato estatal italiano. Sus declaraciones se destacan porque no fueron realizadas a cambio de una reducción de la pena, sino por convicción política.
Fue el trabajo del juez Casson el que acabó implicando al propio primer ministro Andreotti. Las revelaciones de Andreotti también introdujeron una narrativa oficial, según la cual esta red secreta existía para “ser activada en caso de agresión soviética”. De hecho, la clase obrera italiana organizada era el objetivo de la operación, que no estaba latente sino extremadamente activa, y la clase dominante italiana y sus amos imperialistas estadounidenses estaban dispuestos a calificar cualquier avance de los trabajadores de “intervención soviética”.
A principios de los años 90, cuando la batalla legal se intensificó, Andreotti se dio cuenta de que sus superiores podrían estar preparándose para sacrificarlo como chivo expiatorio para poner fin al creciente escándalo. Para protegerse, comenzó a quitarle la alfombra a otros funcionarios estatales involucrados, así como a los gobiernos de Estados Unidos y otros países europeos. Se reveló que la CIA había distribuido alijos de armas por todo el país para que las usaran gladiadores seleccionados ideológicamente. Además, los líderes de todos los países de la OTAN estaban al tanto de las reuniones de Gladio y habían participado en ellas .
Al final, incluso el Parlamento Europeo se vio obligado a reconocer la existencia de Gladio, sus vínculos con los servicios secretos europeos, la OTAN y los Estados Unidos, así como sus arsenales de armas. En 1990, una resolución exigía que se realizaran investigaciones parlamentarias en todos los Estados miembros, así como procesos judiciales y el desmantelamiento de todas las redes de Gladio. Como era de esperar, ninguna de esas demandas se llevó a cabo.
Una profunda lección política
La Operación Gladio demuestra claramente el vínculo inquebrantable que existe entre el poder burgués y las instituciones burguesas, que la clase dominante está dispuesta a proteger mediante los crímenes más atroces. También pone al descubierto los cuentos de hadas revisionistas sobre «vías parlamentarias al socialismo» como ingenuos e idealistas temerarios.
Mientras el Partido Comunista italiano se ocupaba de la reconciliación de clases, el Estado burgués llevaba a cabo acciones terroristas para evitar incluso reformas socialdemócratas moderadas. Mientras el revisionismo quería dejar de lado el antagonismo de clases, la clase dominante nunca cuestionó ni por un momento su necesidad de aplastar a la clase obrera organizada por cualquier medio necesario.
Al promover la idea de que el parlamento burgués podía ofrecer a los trabajadores un camino hacia el socialismo, el PCI no sólo desvió las energías de sus miembros y del movimiento en general, sino que también concedió un argumento ideológico central de la burguesía: que la democracia formal que se había restaurado después de la guerra era lo suficientemente buena para todas las clases. En el contexto de una militancia generalizada de la clase obrera, no es difícil entender que la renegación de la dirección del PCI contribuyó a la formación espontánea de grupos guerrilleros urbanos comunistas como las Brigadas Rojas, que al final estaban desesperadamente mal equipados para participar en una confrontación prolongada con el Estado.
Los acontecimientos de Gladio también pusieron de manifiesto la íntima relación entre el Estado, las organizaciones fascistas y la mafia. Estas últimas eran instrumentos utilizados en la lucha de clases, a veces sin saberlo, pero a menudo con complicidad explícita. Se podía confiar en ellas para llevar a cabo operaciones que las fuerzas estatales oficiales no podían permitirse asumir sin dañar su legitimidad, como ataques violentos contra trabajadores y manifestantes e incluso actos de terrorismo.
Esta actividad requería un apego ideológico inquebrantable a la clase dominante y un desprecio absoluto por el proletariado (es decir, anticomunismo). Por esta razón, surgió un sistema de dos capas dentro de las instituciones estatales italianas, una de las cuales era encubierta y operaba sobre una base anticomunista y otra que abierta pero ciegamente buscaba defender nociones burguesas de legalidad y democracia que, de hecho, ya no eran sostenibles ni siquiera para la propia burguesía.
Fueron las contradicciones dentro del propio sistema burgués las que finalmente llevaron a los activos fascistas como Vinciguerra a volverse contra el Estado. La clase dominante pretendía representar los intereses de «la nación», pero en realidad actuó como un voluntario asistente de una burguesía extranjera más fuerte con el fin de mantener su lugar en la mesa del capital financiero global y su papel en la cadena imperialista. Esto alienó a los elementos pequeñoburgueses del movimiento fascista que adherían a un nacionalismo puramente idealista muy similar a los «pequeños ingleses» que imaginan que hay algún camino de regreso a los «días de gloria» del imperio británico.
Para las masas italianas, estos acontecimientos expusieron la perversidad de las instituciones estatales y la vacuidad de su democracia. Nociones como el «estragismo di stato» (doctrina de las masacres estatales) ganaron popularidad y quedaron grabadas en la comprensión popular de la historia italiana. El papel de liderazgo de la CIA en la supervisión de la Operación Gladio expuso la naturaleza limitada de la soberanía italiana desde la Segunda Guerra Mundial, y de los países de Europa occidental en general.
Si queremos honrar a los trabajadores que perdieron la vida durante esas décadas, y si queremos evitar una repetición de las terribles calamidades causadas a nuestro movimiento por la traición revisionista, debemos recordar y difundir la conciencia de la memoria de esta historia y sus profundas lecciones.
Notas:
[1] Allan Francovich, entrevista con Vinciguerra para BBC2 Timewatch, 1992.
[2] Informe sobre la masacre de Piazza della Loggia expediente n. 1962-2-21-32: “Aspetti dell’azione anticomunista in Italia e suggerimenti per attuare una politica anticomunista”.
[3] Enrico Berlinguer, Riflessioni sull’Italia dopo i fatti del Cile , publicado en Rinascita, 12 de octubre de 1973.
Fuente original: https://nuevarevolucion.es/operacion-gladio-como-la-cia-y-la-otan-llevaron-a-cabo-ataques-terroristas-en-italia/
miércoles, 22 de enero de 2025
Lecciones que aprender del sufrimiento del pueblo de Gaza
Lecciones que aprender del sufrimiento del pueblo de Gaza
Por Jair de Souza | 22/01/2025 | Opinión
Fuentes: Rebelión
Con la entrada en vigor del acuerdo de cesación del fuego en la Franja de Gaza, podemos contemplar con mayor claridad el macabro balance de las acciones de la máquina de matar del Estado sionista de Israel contra la indefensa población civil palestina.
Si hasta hace poco, Gaza ya era conocida como el territorio con mayor densidad poblacional del planeta, donde casi dos millones y medio de personas vivían hacinadas en un espacio equivalente al barrio de Parelheiros en la ciudad de São Paulo, ahora, estas mismas personas deben intentar sobrevivir acurrucadas entre los escombros, porque casi todo lo que había allí ha sido destruido por los bombardeos despiadados de las fuerzas militares sionistas.
Bueno, tal vez, imbuidas de un «humanitarismo» propio del sionismo, las autoridades sionistas de Israel hayan pretendido aliviar un poco el problema causado por el excesivo número de habitantes en un espacio tan pequeño. Debe de ser por eso que, desde el 7 de octubre de 2023, el Estado de Israel se ha dedicado a matar palestinos, especialmente a niños y mujeres, habiendo ya alcanzado casi 50 mil muertes en tan poco tiempo. Probablemente la motivación detrás de esta mortandad ha sido: «Con menos seres vivos, los palestinos podrán acomodarse mejor en lo que queda del lugar».
Sin embargo, a pesar de todos los horrores que hemos podido ver en videos y fotos casi en vivo, las autoridades de los países europeos, en general, no han demostrado serias preocupaciones por el drama sufrido por el pueblo palestino. En algunos lugares, como Alemania y Francia, por ejemplo, las principales medidas tomadas por sus autoridades tuvieron que ver con los intentos de impedir que sus ciudadanos externaran su repudio a la complacencia que se estaba exhibiendo ante un genocidio tan horripilante. ¿Cómo ha sido posible que algo así sucediera en una región que creó, gestionó y sufrió las consecuencias del nazismo hace unas décadas? Estas son preguntas importantes que deben responderse.
Mucha gente tiene dificultades para entender la sintonía casi completa entre los neonazis y sus contemporáneos sionistas. Este estado de afinidad mutua se ha visto reforzado ante el horrendo crimen que se está cometiendo en Gaza, donde los sionistas israelíes están masacrando a niños, mujeres y a todo el pueblo palestino, en el genocidio más abominable de este siglo.
¿Cómo explicar que los neonazis defiendan con tanto entusiasmo una masacre llevada a cabo por quienes, según algunos, serían sus enemigos más odiados?
De hecho, este malentendido se debe a una equivocada equiparación de este fenómeno con otro relacionado con la época en la que estaba vigente el nazismo. Es que, en la Alemania hitleriana, los nazis retrataban a los judíos como los seres más despreciables imaginables, cuyo exterminio sería no sólo deseable sino necesario por el bien de la humanidad sana.
Sin embargo, muchos olvidan tener en cuenta que, en Alemania y en el resto de Europa en ese momento, los judíos constituían un grupo humano con características muy diferentes a las que prevalecen entre los sionistas en la actualidad. Hoy en día, en el continente europeo, el número de sus habitantes que pueden identificarse como judíos es relativamente muy pequeño.
Es importante dejar muy claro que, hasta las primeras décadas del siglo pasado, el expresivo número de judíos en Europa estaba compuesto en gran parte por personas que vivían del trabajo asalariado. Al igual que los demás trabajadores, ellos también padecían el sufrimiento causado por la violencia del gran capital. Además, hay que señalar que muchos de ellos se habían sumado a las luchas por la emancipación de la clase obrera y por la construcción de sociedades de nuevo tipo. Por esta razón, era común encontrar personas de ascendencia judía entre los líderes de los movimientos revolucionarios de la época. A su vez, la ideología sionista era casi irrelevante en esas comunidades.
Por lo tanto, mucho más que en función de un inexplicable visceral odio racista, la aversión nazi hacia los judíos en ese período se construyó esencialmente para satisfacer la necesidad del gran capital de tener algún grupo social que le sirviera como factor unificador de las fuerzas reaccionarias, para que éstas defendieran sus intereses de clase contra las amenazas que representaba el avance de la organización popular. Como sabemos, las masas trabajadoras judías de Europa en ese momento desempeñaron un papel similar al que allí desempeñan ahora los inmigrantes de los países periféricos.
Hoy, ya sea en los países europeos o en los Estados Unidos, los judíos ya no representan un grupo numéricamente expresivo de extracción popular en condiciones de cumplir la función de enemigo común a combatir. Por lo tanto, es sociológicamente improbable que el antisemitismo (en su sentido de antijudaísmo) vuelva a adquirir proporciones equivalentes a las que tuvo durante la fase en la que el nazismo de Hitler gobernaba Alemania.
Sería bueno dejar claro que el párrafo anterior no pretende ignorar los riesgos de un resurgimiento del nazismo, o de cualquiera de sus variantes. Ni mucho menos. Lo que estamos tratando de explicar es que las peculiaridades que prevalecen en la coyuntura actual nos llevan a creer que las víctimas potenciales de la ira neonazi no están en las comunidades judías, sino en otros grupos sociales que aparentan ser más adecuados para servir a este propósito.
Como ya lo habíamos adelantado de paso, el judaísmo y el sionismo nunca han significado lo mismo. El judaísmo es una identidad cultural o religiosa, pero no racial. El sionismo, a su vez, es una ideología forjada a partir de los intereses de la gran burguesía judía en el momento en que se libraban las grandes disputas interburguesas en Europa. Hoy en día, el sionismo es en esencia una ideología al servicio del gran capital. Por lo tanto, no es casualidad que los neonazis y los sionistas de ahora vayan de la mano en casi todo. Es que, básicamente, el sionismo y el nazismo buscan preservar, defender y lograr los mismos objetivos, es decir, el sostenimiento de todo lo que favorece al gran capital en su fase más destructiva.
La humanidad le debe mucho al humilde y valiente pueblo palestino, porque con su sufrimiento, con su coraje y con su dolor, fue capaz de revelar al mundo la verdadera cara del sionismo, su similitud con el nazismo. Entonces se hace mucho más fácil entender por qué las fuerzas asociadas con la extrema derecha nazi-fascista en todas partes son las más ardientes defensoras de los crímenes del sionismo. Lejos de ser adversarios, los sionistas y los neonazis son ahora aliados umbilicalmente vinculados.
Hoy en día, sólo alguien ajeno a todo sentimiento humanista es capaz de no ver en el sionismo la ideología más atroz que se pueda imaginar. Además, gracias a la valiente colaboración de muchas personas pertenecientes a comunidades judías, está más evidente que nunca que el judaísmo y el sionismo no significan lo mismo. Mientras que el primero es una identificación cultural o religiosa totalmente aceptable y legítima, el sionismo debe ser visto como una de las ideologías más perversas y nefastas jamás creadas por el gran capital para servirle a sus propósitos.Si el genocidio y la tragedia del pueblo palestino han resultado en algo útil para todos, creo que esta contribución se relaciona con el haber eliminado de una vez por todas las dudas que aún pudieran persistir sobre lo nefasta que es la ideología sionista.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Alto el fuego en Gaza: buscando en la paz lo que no lograron en la guerra
Alto el fuego en Gaza: buscando en la paz lo que no lograron en la guerra
Por Ignacio Gutiérrez de Terán Gómez-Benita | 21/01/2025 | Palestina y Oriente Próximo
Fuentes: El Salto [Foto: Refugiados en Gaza (Alianza-ActionAid)]
Israel tiene una capacidad especial para ganar en los acuerdos, y sobre todo en el modo de aplicarlos, lo que no ha obtenido en sus campañas militares.
El 27 de noviembre pasado, inicio de la tregua entre Hezbolá e Israel, abundaron las imágenes de civiles libaneses jubilosos por volver a las aldeas de las que habían sido expulsados tras más de dos meses de inclementes bombardeos israelíes. Los dirigentes del “Partido de Dios”, que se había enfrentado contra las fuerzas de ocupación y había conseguido contener el avance de estas hacia el interior libanés, hablaban de (otra) victoria divina, como la de 2006. Y mucha gente, dentro y fuera del país, cercana al llamado eje de la resistencia antisionista, alababa la capacidad de lucha de los combatientes libaneses a pesar de los reveses, incluido el asesinato de su líder general, Hasan Nasrallah, sufridos en septiembre de 2024.
Sin embargo, el desarrollo de las semanas que llevamos hasta ahora de tregua ha vuelto a demostrar que los Gobiernos israelíes tienen una capacidad especial para ganar en los acuerdos, y sobre todo en el modo de aplicarlos, lo que no han obtenido en sus (demoledoras) campañas militares. Porque el diablo lo meten siempre en los detalles. El texto aprobado para la tregua en Líbano, 4.068 muertos, 16.670 heridos y cerca de un millón y medio de desplazados después, resultaba tan “vaporoso” en determinados aspectos y, en otros, dejaba tamaño margen a los dirigentes israelíes para sus interpretaciones particulares, que bien podía considerarse una “tregua trampa”.
Y así ha sido: los soldados ocupantes se han extendido, en la paz, por zonas adonde no habían llegado con la guerra; han continuado destruyendo casas, almacenes y fábricas donde, afirman, había arsenal o “sitios estratégicos” del enemigo; han levantado puestos de control y acceso en determinadas carreteras y, lo peor, han asesinado a decenas de ciudadanos libaneses que retornaban a sus casas o, según la propaganda castrense israelí, estaban realizando actividades sospechosas, como transportar fardos (armas según ellos) en sus vehículos particulares o, simplemente, se acercaron “de forma que podía ser peligrosa” a las áreas donde se asentaban los destacamentos ocupantes.
Ninguna de estas funciones —ampliar su presencia, disparar contra civiles o destruir edificios— entraba dentro de las potestades del ocupante. El redactado —las partes se reservan el derecho a intervenir en el caso de que la otra incumpla lo acordado—, como hemos dicho, dejaba un margen generoso para la especulación. El porqué Hezbolá, y sobre todo el Estado libanés, parte concernida en la negociación y cumplimiento de la tregua, aceptaron los términos de esta y no han presionado a las instancias supervisoras y la llamada comunidad internacional para refrenar los desmanes israelíes merece un capítulo aparte. Si Hezbolá ya estaba debilitada a finales de 2024, a caída del régimen sirio y el desarrollo de los acontecimientos en Líbano, con el nombramiento de un presidente y primer ministro en absoluto afines a su idea de resistencia y las circunstancias de la tregua en sí lo han enervado todavía más.
Los gazatíes deberían tener muy en cuenta lo que está ocurriendo en Líbano. Porque Tel Aviv lleva utilizando los entendimientos, treguas y acuerdos de paz, desde hace décadas, para reforzar sus victorias militares o compensar sus derrotas en el campo de batalla. Nunca los veréis perder en la mesa de negociación. Y cuando un acuerdo no les interesa, dejan de cumplirlo y se acabó. Que se lo digan a los sirios con la supresión unilateral del de 1974 que marcaba la línea de demarcación entre la Palestina ocupada y los Altos del Golán. Según el régimen de Tel Aviv, la caída del Gobierno de los Asad en diciembre de 2024 invalidaba tales estipulaciones. Por eso, aprovechando el caos político, se han adentrado decenas de kilómetros en territorio sirio. Más espacio para sus bases militares y, si les dejan, nuevas colonias.
Aunque, como en el sur de Líbano hace dos meses, la gente de Gaza ha salido el domingo 19 de enero a lo que queda de calles y plazas en la Franja para celebrar el alto el fuego, hará bien en tentarse la ropa. No solo porque las tres etapas anunciadas —especialmente la tercera— tienden, para no variar, a la inconcreción; también porque, una vez más, los garantes internacionales están claramente decantados hacia los intereses de la artera e indecente casta política y militar gobernante en Israel. Si en Líbano, los supervisores, un alto cargo militar estadounidense y fuerzas internacionales, se han llamado andana ante las violaciones, continuas (pero justificables en opinión de aquellos), por parte israelí, en Gaza serán Qatar, Estados Unidos y Egipto los encargados de intervenir en caso de que haya incumplimientos.
Lobos cuidando a los corderos, sobre todos Washington, cuyos líderes se han alineado inequívocamente con su gran aliado israelí. Pero será la tercera etapa la más difusa y peligrosa de todas porque incluye el proyecto de reconfigurar el gobierno de Gaza, al margen de Hamás, por supuesto. Para ello debería apoyarse en otras entidades palestinas, que nadie sabe quiénes son, y terceros países. Uno de ellos son los Emiratos Árabes Unidos, colaborador en un segundo plano de la estrategia neosionista en Palestina y muy poco dado a contemporizar con la causa palestina: Abu Dhabi y Dubai, por ejemplo, prohíben la exhibición de kufiyas (pañuelos palestinos) y banderas, más aún la publicación de mensajes solidarios con la resistencia gazatí. Horas después de iniciado el alto el fuego, Hamás, por si acaso, sacó a cientos de hombres armados a las calles para demostrar quién sigue siendo la fuerza preponderante en Gaza. Así las cosas, se desconoce cómo impondrán en esa tercera fase un nuevo gobierno en el territorio sin marginar antes a las milicias palestinas.
Los negociadores israelíes son duchos en crear factores temporales y calendarios por fases que les terminen deparando resultados favorables. Lo llevan haciendo desde los acuerdos de Camp David, firmados en 1978 entre Egipto e Israel. Entonces, la evacuación de la península de Sinaí, arrebatada a los egipcios en la guerra de 1967, se llevó a cabo según un calendario de fases y a partir de cuatro áreas geográficas en las que los israelíes definieron las competencias de seguridad sobre las líneas de demarcación. Aquel tratado inauguró una pauta de acción prototípica en las negociaciones con los rivales árabes: la desmilitarización de los territorios adyacentes y el control sobre los puestos fronterizos.
Una maniobra para instaurar áreas desmilitarizadas y, en la medida de lo posible, despobladas. Gracias a Camp David, el ejército egipcio tiene prohibido instalar bases aéreas o concentraciones terrestres de envergadura que puedan facilitar una hipotética ocupación del territorio israelí. No así en el otro lado, en el que se justifican las instalaciones militares por razones de seguridad (una de las perversiones propagandistas del sionismo es hacer creer a medio mundo que son los otros quienes desean invadir sus posesiones; la realidad demuestra lo contrario). Como hemos podido comprobar durante estos quince meses de campaña contra Gaza, los egipcios no pueden decidir de forma unilateral quién entra o sale por el puesto de Rafah (sur de Gaza). Por ello, han de consensuar las gestiones de seguridad con la otra parte, al igual que en el resto del perímetro fronterizo.
Peor aún, el ejército israelí acabó asumiendo en exclusiva la jurisdicción sobre el llamado corredor de Salah al-Din o Filadelfia, que correspondía a los egipcios en la vertiente meridional, para evitar “con mayor eficiencia” los envíos de armas a Hamás y el resto de milicias armadas. Luego, tras los acuerdos de Wadi Araba en los noventa, se llevó a cabo algo parecido con los jordanos. O, en la misma década, los (desastrosos) acuerdos de Oslo que engendraron la Autoridad Nacional Palestina y los territorios A, B y C en los cuales el régimen de Tel Aviv, como siempre, hace de su capa un sayo interpretando sui generis las áreas de influencia y la supervisión de los asentamientos y los accesos entre ellos. La idea de las zonas intermedias desmilitarizadas y sin apenas población quiere volver a imponerse en el sur de Líbano, de donde ya han amenazado varios representantes israelíes que “no se van a ir del todo”. Pretenden repetirlo en Gaza.
La entrada en vigor de este alto al fuego certifica el fracaso del primer ministro Benjamín Netanyahu. Salvo asolar un territorio de 360 kilómetros cuadrados, asesinar, herir o expulsar a una décima parte de su población y desplazar al resto por los confines de la Franja, no han conseguido gran cosa. Por supuesto, para los planes generales del sionismo “a lo bestia” que están padeciendo los palestinos, en Gaza pero también en Cisjordania, descomponer la sociedad palestina y ganar nuevos territorios para sus proyectos de expansión suponen un logro. Pero querían más. Recolonizar Gaza, imponer un gobierno títere, tan entregado pero más efectivo e incisivo que la Autoridad Nacional Palestina, publicitar la liberación de los presos tomados por Hamás, la Yihad y compañía, filmar la destrucción de todos los túneles excavados por las milicias palestinas, demostrar que su ejército sigue siendo el macho alfa de Oriente Medio…
Mas no lo han conseguido. Poco importa: para eso están las treguas y el modo de interpretarlas, máxime si los garantes internacionales se muestran comprensivos con las prioridades del régimen de Tel Aviv. Para sospechar por dónde pueden ir los tiros digamos que el ejército israelí mató a diez palestinos en las horas siguientes a entrar el acuerdo en vigor porque Hamás no había entregado la lista con los nombres de las tres primeras prisioneras israelíes en ser liberadas. Nada decía el acuerdo de que esta entrega era condición sine qua non y que una parte podía seguir bombardeando en tal supuesto. Lo pactado establece, por otra parte, que los desplazados, cientos de miles, podrán regresar a sus hogares reducidos a ruinas durante las próximas semanas; sin embargo, no se precisa una salida inmediata de las tropas de ocupación, que pueden seguir en las carreteras y corredores donde están asentados e impedir, por supuestas razones de seguridad, el paso de aquellos. Algo similar lleva ocurriendo en Líbano, donde las tropas ocupantes disponen de hasta sesenta días para retirarse de donde sea. Mientras no lo hagan, su simple presencia impide el retorno de los lugareños.
Los griegos (danaos) no pudieron conquistar Troya por medio de la guerra y lo fiaron a la negociación y los regalos. De ahí el famoso verso de Horacio, en boca del sacerdote visionario Lacoonte: “Timeo danaos et dona ferentes” (Temo a los griegos incluso si ofrecen regalos). La comandancia sionista no es tan sutil pero sí igualmente efectiva. Nada de regalos pero cuando fallan los remedios bélicos, parlamenta que algo queda. Temedlos, pues se las arreglarán para retorcer el acuerdo, probablemente en la denominada segunda fase, y buscar una fórmula para incumplirlo total o parcialmente. Viene en su ayuda un nuevo presidente estadounidense, especialista en reescribir los acuerdos “de forma creativa”. Por lo pronto, ya los ha obligado a parlamentar, a despecho de los ultraortodoxos. Sabe más que el sector recalcitrante del neosionismo: se trata de conseguir el mismo objetivo por otros medios. Aquí todo el mundo, o casi, conspira contra los palestinos. Ya se han acostumbrado a resistir en soledad ante las alimañas.
Ignacio Gutiérrez de Terán Gómez-Benita es profesor del Departamento de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Ha residido durante unos años en Líbano y Siria. Es autor de Hezbolá. El laberinto de Oriente Medio (Catarata, 2024).
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/ocupacion-israeli/alto-fuego-gaza-buscando-paz-lo-no-lograron-guerra
Éxodo del Gabinete de Netanyahu: ¿podría desencadenar elecciones y derrocar al Gobierno?
- Sputnik Mundo
Éxodo del Gabinete de Netanyahu: ¿podría desencadenar elecciones y derrocar al Gobierno?
La tregua de Gaza provocó un motín político entre los miembros de extrema derecha del Gobierno de coalición de Benjamín Netanyahu, con ministros que renunciaron o dimitieron temporalmente en protesta por el acuerdo de alto el fuego. ¿Debería preocuparse Netanyahu o es una ventaja para él?
La coalición del primer ministro israelí se enfrenta a turbulencias en torno a la firma y la aplicación del alto el fuego en Gaza, en medio de ataques de los titulares ministeriales de extrema derecha, en particular, del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, y del ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich.
Así, Ben-Gvir abandonó el Gabinete el 19 de enero, prometiendo volver si la guerra de Gaza se reanuda "con toda su fuerza". Por su parte, Smotrich dimitió temporalmente y amenazó con derrocar al Gobierno, pero anunció el 20 de enero que volvería.
La coalición de Netanyahu mantiene una ajustada mayoría en el Parlamento israelí, de 120 escaños, liderada por su partido —Likud— e integrada por los partidos de derecha religiosa y/o sionista Shas, Sionismo Religioso de Smotrich, Judaísmo Unido de la Torá, el ortodoxo Noam y Nueva Esperanza-Derecha Unida.
Algunos observadores temen que, de celebrarse nuevas elecciones, la política israelí podría volver a un ciclo de inestabilidad como el vivido entre 2018 y 2022, cuando se convocaron cinco votaciones relámpago en un periodo de cuatro años en medio de interminables disputas entre facciones pro y anti-Netanyahu en la Knesset.
La larga saga del juicio penal de Netanyahu, constantemente retrasada por la guerra y su operación de próstata, también amenaza con volver a perseguirle ahora que la crisis de Gaza ha quedado en suspenso, al menos temporalmente.
¿Qué hay detrás de la polémica?
La salida de Ben-Gvir tiene que ver "con la posibilidad de que Hamás mantenga el poder en Gaza durante algún tiempo", declaró a Sputnik el catedrático de Política de la Universidad Bar-Ilan, Zeev Hanin, al comentar la tormenta en el Gobierno de coalición.
Agregó que la derecha se pone furiosa porque la segunda parte del objetivo declarado de Netanyahu de liberar a los rehenes y destruir a Hamás no se ha cumplido.
Al mismo tiempo, "al menos dos tercios de los israelíes, a juzgar por las encuestas, estarán satisfechos en este momento" con la devolución de los rehenes, y lo considerarán "una victoria en esta guerra", afirmó el observador, al añadir que el consentimiento generalizado se resume en la frase "devuélvanlos, y ocúpense de Hamás en el futuro".
Netanyahu lanza una advertencia: "Si tenemos que volver a la guerra, lo haremos"
¿Elecciones en primavera para Netanyahu?
Según los cálculos de Hanin, la coalición de Netanyahu tiene 63 mandatos, suficientes para evitar que sus ministros de extrema derecha le derroquen. Las elecciones son probables este año, pero "no antes de la primavera", declaró Hanin.
"Tendrán lugar cuando Netanyahu decida que le conviene disolver la Knesset y organizar la votación, si el acuerdo le reporta dividendos políticos, digamos. Y lo que es más importante, si detrás del acuerdo hay algunos acuerdos con Trump, cualquier concesión en Gaza parecerá razonable y moderada", resumió el observador.
lunes, 20 de enero de 2025
El acuerdo del alto el fuego en Gaza, 126 días para contener la respiración
El acuerdo del alto el fuego en Gaza, 126 días para contener la respiración
Por Said Alami | 20/01/2025 | Palestina y Oriente Próximo
Fuentes: Rebelión
El anunciado alto el fuego en Gaza, que empieza el domingo 19 de enero, ya aprobado por el Gobierno israelí, ha venido a confirmar, para siempre, que el mundo no tiene más remedio que tomar muy en serio, al pueblo palestino, su causa, su tragedia y la inhumana injusticia que viene sufriendo desde 1948.
Gracias a la Resistencia palestina, su tenacidad y su genialidad –esta última demostrada hasta el infinito- el potente ejército israelí, uno de los ejércitos mejor equipados del mundo, fracasó rotundamente, y por enésima vez, en imponer su voluntad de esclavizar al pueblo palestino y borrarlo del mapa político. A lo largo de 15 meses de lucha ininterrumpida contra el ejército invasor, abajo intensos e incesantes bombardeos desde tierra, mar y aire, este ejército demostró ser un tigre de papel, papel de prensa occidental sionizada hasta el tuétano. Un ejército que se dedicó a lo largo de 15 meses, día y noche, a masacrar civiles, en un genocidio sin precedentes en su brutalidad y barbarie, acabando con la vida de más de 65 mil civiles –muchos de ellos permanecen bajo las montañas de escombros-, más de 50 mil de ellos eran mujeres, niños y ancianos.
Este ejército recibió desde el primer momento, el 8 de octubre del 2023, un masivo apoyo procedente de Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania, además de otros países de Occidente, y siguió recibiendo este respaldo a lo largo de estos 15 meses, en forma de cientos de aviones y barcos de carga con toda clase de pertrechos, armas pesadas, armas ligeras y municiones, incluidas las miles de gigantescas bombas que fueron arrojadas sobre la población de Gaza –totalizan lo equivalente a 6 bombas atómicas como las de Heroshima-, además de los portaaviones y toda clase de barcos de guerra que se precipitaron hacia las aguas orientales del Mediterráneo, para defender a Israel y brindarlo todo tipo de asistencia militar, desde la logística, hasta la operativa, con el respaldo de cientos de satélites, de espías, de mercenarios y de comandos sobre el terreno.
Sin embargo, a pesar de este gigantesco, múltiple y continuado despliegue y apoyo, Israel y las 4 superpotencias mencionadas de Occidente fracasaron rotundamente en alcanzar los objetivos que Netanyahu y sus ministros –muy bocazas, amenazantes, e insolentes a lo largo del conflicto- habían anunciado a bombo y platillo, una y otra vez, consistentes en acabar con la Resistencia palestina para siempre, ocupar Gaza y recuperar todos los prisioneros israelíes retenidos por la Resistencia. Otros objetivos no declarados, pero que fueron diáfanamente demostrados día tras día, consistían en el genocidio, la limpieza étnica en forma de matanzas y expulsiones masivas de la población, como ya se hizo en la Nakba, en 1948. Salvo el genocidio y la masiva destrucción, hasta los cimientos, de todas las ciudades de la franja de Gaza, ninguno de los otros objetivos fue alcanzado por el invasor y sus aliados occidentales.
Mientras, en Israel las cosas iban de mal en peor, a todos los niveles, militar, económico y social, pues a los cohetes y misiles de la Resistencia palestina que caían sobre objetivos israelíes, había que vérselas también con los disparados desde Líbano y Yemen, siendo la mayoría de estos últimos imposibles de interceptar por los tres sistemas de defensa antimisiles israelíes, por tratarse de proyectiles balísticos e hipersónicos cuya velocidad supera, en 14 veces, la del sonido (Mach 14).
El ejército invasor, que no gana una guerra ni una batalla desde su sonada derrota a manos de los combatientes de Fatah y del ejército jordano, en la batalla de Al-Karama, en marzo de 1968, ha sufrido, tanto en el frente de Gaza como en el de Líbano, enormes pérdidas a lo largo de este conflicto, que fueron sistemáticamente ocultados por el Gobierno de Netanyahu, aunque numerosas infiltraciones e informaciones publicadas por la prensa israelí, especialmente los grandes diarios como Haaretz y Yedioth Ahronoth, y algunos canales de televisión, como el poderoso Canal 13, no gubernamental, dejaban entrever, con datos y cifras, la catastrófica situación por la que pasaban las tropas israelíes, mermadas como nunca en sus efectivos y en su moral.
Por esa razón, más el coste económico del conflicto (más de 100 mil millones de dólares), el derrumbe de la Economía del país, quedando prácticamente suprimido el sector turístico, desaparecidas cientos de fábricas, entre cerradas y emigradas a Occidente, y abandonados numerosos proyectos de inversión que sumaban decenas de miles de millones de dólares –como el proyecto de la estadounidense, Intel, valorado en 25.000 millones-, la huida del país de más de 600 mil israelíes, muchos de ellos ya están reinstalados en sus países de origen, como Rusia, Marruecos, Europa y Estados Unidos. A todo esto hay que añadir el enorme destrozo de la imagen de Israel a lo largo y ancho del mundo, expresado, especialmente, por las miles de gigantescas manifestaciones antiisraelíes que recurrieron las calles y plazas de miles de ciudades en los cinco continentes, echando al traste así a más de un siglo de incesantes y minuciosos trabajos de falsificación, tergiversación y farsas, lo que costó cientos de miles de millones de dólares, que la prensa, televisión y cine estadounidenses utilizaban para esculpir, día a día, en la mente y en el subconsciente de las poblaciones de occidente, la estatua de un Israel que nada tiene que ver en la realidad.
Todo este deterioro, grave y generalizado, ha llegado a poner a Israel al borde del precipicio como nunca antes en su corta y sangrienta y expansionista historia.
Sin embargo, esta situación límite, que se prolongaba a lo largo de meses, no fue suficiente como para convencer a Netanyahu de que ya era hora de poner fin a su locura megalómana, pues era evidente para sus aliados occidentales como para infinidad de analistas militares y políticos de distintas nacionalidades, que los objetivos que se había marcado conseguir en Gaza, eran del todo inalcanzables. No les escapaba a muchos de esos analistas que Netanyahu insistía en seguir adelante con su guerra con el único fin de esquivar la cárcel que le espera en cuanto deje de ser presidente del Gobierno, debido a las cuatro causas judiciales por corrupción en las que está implicado.
Así las cosas, con un Israel en serio y existencial peligro, y con la amenaza desde Yemen cada vez más contundente y peligrosa, y sin visos de solución a corto plazo, tanto Biden como Trump decidieron acudir en su socorro de Israel, arrinconando abruptamente a Netanyahu y a su banda de extremistas ultraderechistas, como son los ministros de Hacienda, Bizalel Smotrich, y de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, e impusieron este acuerdo de alto el fuego, cuyos términos son muy parecidos a los que fueron rechazados por Netanyahu, tajantemente, en el pasado mes de mayo.
Este acuerdo consta de tres fases. La primera de ellas, que entra en vigor el domingo,19 de enero, consta de 5 puntos, que son los siguientes:
Alto el fuego en tres fases ininterrumpidas que garantizan el no retorno a las hostilidades, en base a la resolución 2728 del Consejo de Seguridad de la ONU, del 25 de marzo de 2024.
La retirada gradual israelí de toda la franja de Gaza. De hecho, las tropas israelíes han empezado ya a desmontar sus posiciones en el eje Netzarim, en la zona central de la franja de Gaza (lo que Netanyahu rechazaba tajantemente hasta hace unos días). El acuerdo establece la retirada desde el primer día de su entrada en vigor de todas las zonas residenciales, y, en el séptimo día retirada de toda la carretera costera, Al-Rashid. En el día 22 se completaría la retirada del eje Netzarim, y en el día 50 se completaría la retirada del eje Filadelfia (fronterizo con Egipto, y que Netanyahu consideraba que ya formaba parte del territorio israelí definitivamente). En esta primera fase del acuerdo tropas israelíes permanecerían a lo largo de una franja de entre 400 y 900 metros dentro de la zona fronteriza de Gaza con Israel.
El regreso de los desplazados a sus lugares habituales de residencia, y la garantía, a partir del séptimo día de entrada en vigor del acuerdo, de su libertad de movimiento dentro de toda la franja de Gaza. De hecho, el ejército invasor ha empezado a desmontar las torres de vigilancia, provistas de cámaras, que había instalado en distintos puntos de la franja.
La entrada de las ayudas humanitarias. El acuerdo garantiza la entrada, diariamente, de 600 camiones de ayuda humanitaria, además de 50 camiones de combustibles
El intercambio de prisioneros. Este es el punto más complicado del acuerdo, y incluye la liberación, gradualmente, de 33 prisioneros israelíes: reclutas femeninas, civiles y soldados, todos con condiciones humanitarias precarias. Israel pondrá en libertad de 1500 a 2000 prisioneros palestinos, entre ellos todos los niños y mujeres detenidos desde el 7 de octubre de 2023, 500 prisioneros condenados a más de 15 años de cárcel, y 290 a cadena perpetua (actualmente hay en las cárceles israelíes un total de 550 palestinos con sentencias de cadena perpetua).
Biden dijo, en su discurso de despedida, el 15 de enero, que inició con el tema del alto el fuego en Gaza, que este acuerdo pondrá fin definitivamente al conflicto en Gaza. Sin embargo, este final definitivo de las hostilidades deberá ser negociado con todo detalle a lo largo de los 42 días de puesta en marcha de la primera fase, durante la cual se procederá a la negociación sobre las fases segunda y tercera del acuerdo, que incluirá establecer los planes internacionales para la reconstrucción de Gaza a todos los niveles.
Está claro que la Resistencia palestina, que consigue en la primera fase del acuerdo imponer sus condiciones, obligando a Israel a evacuar completamente el territorio de 360 km cuadrados de la franja de Gaza, el regreso de los desplazados, una cuantiosa ayuda humanitaria internacional diaria, la liberación de alrededor de 2000 prisioneros palestinos, entre ellos la mitad de los de largas condenas, entre ellos el líder del Movimiento Fatah, Marwan Barguthi (64 años), prisionero, con cadena perpetua, desde hace 20 años y considerado principal rival del régimen del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas (también de Fatah), y el líder del Frente Popular para la Liberación de Palestina, Ahmad Saadat (71 años), condenado a 30 años de cárcel, y que permanece en la cárcel desde 2006. Israel seguía negándose a incluir estos dos líderes en el acuerdo de alto el fuego, pero al parecer accedió a su liberación a cambio de que abandonen el territorio palestino.
La Resistencia palestina, además, ha conseguido establecer este ritmo de negociaciones y acuerdos, con 3 fases de 42 días cada una (lo que suma 126 días de proceso pacificador) en las que pondrá en libertad, en cada fase, un tercio de los prisioneros israelíes en su poder, garantizando así, dentro de lo posible, que Israel respete el alto el fuego.
Sin embargo, nada garantiza que Israel, que nunca, jamás, respetó acuerdo o tratado alguno, vaya a respetar este acuerdo, pues no hay más que acordarse de los acuerdos de Oslo, de 1993 y 1995, escenificados y firmados a bombo y platillo, y garantizados por Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la ONU, y que no fueron respetados en absoluto por Israel, y que ninguno de los cuatro garantes movió un dedo por obligar a Israel a respetar lo firmado.
Otra duda ha sido provocada por los analistas internacionales acerca del cambio repentino de la postura de Trump, cuyo representante en las negociaciones del acuerdo, en Qatar, intervino eficazmente ante la parte israelí para el logro del mismo. ¿Qué ha sucedido a Trump, que poco antes había lanzado amenazas incendiarias contra la Resistencia palestina? ¿Abandonó a Netanyahu? ¿Cambió de postura respecto a Israel?, se preguntan los analistas. ¿O es que Trump ha convencido a Netanyahu a aceptar este acuerdo a cambio de aprobar, cuando se instale en la Casa Blanca, la anexión de Israel de la Cisjordania, y la expulsión de su población, 3 millones de habitantes, hacia Jordania? De hecho, Trump ya hizo declaraciones en este sentido en las próximas semanas. De ser así, una nueva catástrofe extenderá su negro manto, nuevamente, sobre el pueblo palestino, sobre Israel y sobre la región.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
domingo, 19 de enero de 2025
papa Francisco dice que el alto al fuego en Gaza debe ser "respetado de inmediato"
papa Francisco dice que el alto al fuego en Gaza debe ser "respetado de inmediato"
Sputnik Mundo, 1920, 19.01.2025
El papa Francisco hizo un llamado este 19 de enero a respetar de inmediato el acuerdo de cese al fuego en la Franja de Gaza.
En el tradicional Angelus, el líder de la Iglesia católica expresó su gratitud a los mediadores que hicieron posible un acuerdo entre el gobierno de Israel y el grupo armado palestino Hamás.
"En los últimos días se ha anunciado que hoy entrará en vigor el alto al fuego en Gaza. Expreso mi gratitud a todos los mediadores. Es un hermoso trabajo mediar para que se logre la paz. ¡Gracias a los mediadores!", comentó Francisco.
El jerarca católico dio las gracias a todas las partes que han intervenido en este “importante resultado”.
"Espero que lo acordado sea respetado inmediatamente por las partes y que todos los rehenes puedan finalmente regresar a casa y volver a abrazar a sus seres queridos", señaló el pontífice.
"Rezo mucho por ellos y por sus familias. También espero que las ayudas humanitarias lleguen más rápidamente y en grandes cantidades a la población de Gaza, que tan urgentemente las necesita", añadió.
La Cruz Roja confirma que Hamás entregó a tres rehenes israelíes
El máximo líder de la Iglesia católica afirmó, asimismo, que tanto los israelíes como los palestinos necesitan señales claras de esperanza y expresó su confianza en que las autoridades políticas de ambos, con la ayuda de la comunidad internacional, puedan alcanzar la solución adecuada para los dos Estados.
“Que todos puedan decir: sí al diálogo, sí a la reconciliación, sí a la paz. Y recemos por ello: por el diálogo, la reconciliación y la paz”, afirmó Francisco.
Este domingo el grupo Hamás dejó en libertad a las primeras 3 de los 33 rehenes que se comprometió a liberar como parte del acuerdo con Israel en el que mediaron Catar y Estados Unidos.
Tanto los israelíes como los palestinos necesitan claros signos de esperanza: espero que las autoridades políticas de ambos, con la ayuda de la comunidad internacional, puedan alcanzar la solución adecuada para los dos Estados.
Además, conforme a los pactado, desde este domingo se incrementarán los suministros de ayuda humanitaria a 600 camiones diarios, incluyendo 50 con combustible. Los palestinos recibirán 200.000 tiendas de campaña y 60.000 casas prefabricadas móviles.
El 18 de enero, el Gobierno de Israel ratificó el acuerdo sobre un alto al fuego y la liberación de rehenes en la Franja de Gaza, con 24 votos a favor y ocho en contra.
Además, se prevé que este 19 de enero, a cambio de las tres rehenes israelíes, el Gobierno de Netanyahu liberará 95 presos palestinos, en su mayoría menores y mujeres.
sábado, 18 de enero de 2025
La pantomima del alto el fuego
La pantomima del alto el fuego
Por Chris Hedges | 18/01/2025 | Palestina y Oriente Próximo
Fuentes: Rebelión [Imagen: [Plan fraccionado. Mr Fish]
Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo
Israel actúa con el mayor cinismo. Firma acuerdos por fases con los palestinos que le permiten conseguir de inmediato lo que quiere y a continuación incumple cada una de las fases subsiguientes y reinicia sus ataques militares.
Hace decenios que Israel practica un doble juego. Firma un acuerdo con los palestinos que se debe poner en marcha por fases. La primera fase otorga a Israel lo que desea –en este caso la liberación de los rehenes cautivos en Gaza– pero, por lo general, Israel no implementa las sucesivas fases que llevarían a una paz justa y equitativa. Posteriormente provoca a los palestinos con ataques indiscriminados para que tomen represalias, define a la respuesta palestina como una provocación y deroga el acuerdo de alto el fuego para reanudar la matanza.
Si este último alto el fuego en tres fases se ratifica –y no hay ninguna seguridad de que Israel lo haga–, me temo que no será más que una pausa de los bombardeos en honor de la toma de posesión presidencial [de Trump]. Israel no tiene ninguna intención de detener su carrusel de muerte.
El gabinete de ministros israelí ha retrasado la votación de la propuesta de alto el fuego mientras continúa machacando Gaza. Al menos 84 palestinos han sido asesinados en las últimas 48 horas.
La mañana posterior al anuncio del alto el fuego, el primer ministro Benjamin Netanyahu acusó a Hamás de incumplir parcialmente el acuerdo “con el fin de conseguir concesiones de última hora”. Advirtió que su gobierno no se reunirá “hasta que los mediadores notifiquen a Israel que Hamás ha aceptado todos los términos del acuerdo”. Pero Hamás negó las afirmaciones de Netanyahu y se reafirmó en el compromiso del alto el fuego acordado con los mediadores.
Dicho acuerdo está dividido en tres fases. La primera, de 42 días, contempla un cese de las hostilidades. Hamás liberará a algunos rehenes –33 israelíes capturados el 7 de octubre, incluyendo las cinco mujeres que quedan, las personas mayores de 50 años y las enfermas– a cambio de hasta 1.000 palestinos encarcelados en Israel.
El ejército israelí se retirará de las áreas pobladas de la Franja de Gaza el primer día de la tregua. El séptimo día las personas desplazadas podrán volver al norte de Gaza. Israel permitirá la entrada de 600 camiones de ayuda humanitaria al día.
La segunda fase, que comienza el décimo sexto día de la tregua, contempla de liberación del resto de los rehenes. Israel deberá completar su retirada de Gaza en esta fase, aunque mantendrá la presencia en algunas partes del Corredor Filadelfia, que se extiende a lo largo de los doce kilómetros de la frontera entre Gaza y Egipto.
En la tercera fase deberían iniciarse las negociaciones para el fin permanente de la guerra.
Pero parece que el gabinete de Netanyahu ya ha incumplido el acuerdo. Ha emitido un comunicado en el que rechaza la retirada de tropas del Corredor Filadelfia los primeros 42 días de tregua –“En términos prácticos Israel permanecerá en el Corredor Filadelfia hasta nuevo aviso”– al tiempo que afirma que los palestinos intentan romper el acuerdo. A lo largo de las numerosas negociaciones de alto el fuego, los palestinos han exigido la retirada de las tropas israelíes de Gaza. Egipto ha condenado la toma de sus pasos fronterizos por Israel.
Incluso si los israelíes aceptan finalmente el acuerdo, las profundas desavenencias entre Israel y Hamás amenazan con hacerlo fracasar. Hamás busca un alto el fuego permanente. Pero la política israelí es inequívoca sobre su “derecho” a volver a implicarse militarmente. No hay consenso sobre quién gobernará Gaza. Israel ha dejado claro que la permanencia de Hamás en el poder es inaceptable. Tampoco se menciona nada sobre la situación de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés), ilegalizada por Israel, que proporciona la mayor parte de la ayuda humanitaria a los palestinos, el 95% de los cuales han sido desplazados. No hay acuerdo sobre la reconstrucción de Gaza, convertida en escombros. Y, por supuesto, no hay ninguna vía en el acuerdo para llegar a un Estado palestino independiente y soberano.
La falsedad y la manipulación de Israel son lamentablemente previsibles.
Los Acuerdos de Camp David (firmados en 1979 por el presidente egipcio Anwar el-Sadat y el primer ministro israelí Menachem Begin, con la participación de la OLP, la Organización para la Liberación de Palestina) sirvieron para normalizar las relaciones diplomáticas entre Israel y Egipto. Pero las fases posteriores, que incluían la promesa israelí de resolver la cuestión palestina con la participación de Jordania y Egipto, permitir el autogobierno en Cisjordania y Gaza en cinco años y acabar con la construcción de colonias israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este, nunca fueron cumplidas.
Tomemos otro ejemplo, el de los Acuerdos de Oslo. El acuerdo suscrito en 1993, en el que la OLP reconocía el derecho de Israel a existir e Israel reconocía a la OLP como representante legítima del pueblo palestino; o el de Oslo II, suscrito en 1995, en el que se detallaba el proceso hasta conseguir la paz y un Estado palestino. Ambos nacieron muertos. Oslo II estipulaba que cualquier debate sobre los “asentamientos” judíos ilegales debía postergarse hasta las conversaciones sobre el estatuto “definitivo”, momento en el que debía haberse completado la retirada militar israelí de la Cisjordania ocupada. La autoridad de gobierno debía transferirse de Israel a la supuestamente provisional Autoridad Palestina. Pero Cisjordania se dividió en las zonas A, B y C, y la Autoridad Palestina tiene autoridad limitada en las zonas A y B mientras que Israel controla toda la zona C, más del 60% de Cisjordania.
El líder de la OLP, Yasser Arafat, renunció al derecho de los refugiados palestinos a regresar a las tierras históricas que les fueron arrebatadas en 1948 cuando se creó Israel, un derecho consagrado en la legislación internacional, marginando desde entonces a muchos palestinos, especialmente a los de Gaza, donde el 75% son refugiados o descendientes de refugiados. Edward Said calificó el acuerdo de Oslo de “instrumento de rendición palestina, un Versalles palestino” y arremetió contra Arafat como “el Pétain de los palestinos”.
La retirada militar israelí prevista en los Acuerdos de Oslo nunca se produjo. El acuerdo interino no preveía medidas para acabar con las colonias judías, solo la prohibición de dar “pasos unilaterales”. Sin embargo, cuando se firmaron los acuerdos de Oslo había alrededor de 250.000 colonos judíos en Cisjordania mientras que en la actualidad deben de superar los 700.000. Nunca se llegó a concluir un tratado final.
El periodista Robert Fisk dijo que Oslo fue “una farsa, una mentira, un truco para enredar a Arafat y a la OLP y que abandonaran todo lo que habían perseguido y por lo que habían luchado durante más de un cuarto de siglo, una forma de establecer falsas esperanzas con el fin de castrar las aspiraciones de crear un Estado”.
El primer ministro israelí Isaac Rabin, signatario del Acuerdo de Oslo, fue asesinado por Yigar Amir, un estudiante de leyes de extrema derecha el 4 de noviembre de 1995, tras un mitin en apoyo del acuerdo. Itamar Ben-Gvir, en la actualidad ministro de seguridad nacional de Israel, era uno de los muchos políticos derechistas que lanzaron amenazas contra Rabin. La viuda de este, Leah, culpó de la muerte de su marido a Netanyahu y sus seguidores, que distribuían panfletos en los mítines políticos en los que se mostraba a Rabin con uniforme nazi.
Desde entonces Israel ha llevado a cabo una serie de aniquiladores ataques contra Gaza, llamando cínicamente a los bombardeos “cortar el césped”. Estos ataques, que dejan decenas de muertos y heridos y degradan aún más la frágil infraestructura de Gaza, tienen nombres como Operación Arco Iris (2004), Operación Días de Penitencia (2004), Operación Lluvias de Verano (2006), Operación Nubes de Otoño (2006) y Operación Invierno Caliente (2008).
Israel violó el acuerdo de alto el fuego de junio de 2008 con Hamás, auspiciado por Egipto, al lanzar una incursión fronteriza en la que murieron seis miembros de Hamás. La incursión provocó, como pretendía Israel, un ataque de represalia por parte de Hamás, que disparó cohetes y granadas de mortero contra Israel. La andanada de Hamás proporcionó el pretexto para un ataque israelí masivo. Israel, como siempre hace, justificó su ataque militar en el derecho a defenderse.
La Operación Plomo Fundido (2008-2009), en la que Israel llevó a cabo un asalto terrestre y aéreo durante 22 días, lanzando más de 1.000 toneladas de explosivos sobre Gaza, causó 1.385 muertos –según el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem–, de los cuales al menos 762 eran civiles, entre ellos 300 niños. Cuatro israelíes murieron en el mismo periodo por cohetes de Hamás y nueve soldados israelíes murieron en Gaza, cuatro de ellos víctimas de “fuego amigo”. El periódico israelí Haaretz informaría más tarde de que la “Operación Plomo Fundido” se había preparado durante los seis meses anteriores.
El historiador Avi Shlaim, que prestó servicio en el ejército israelí, escribió que:
“…la brutalidad de los soldados israelíes está a la altura de la mendacidad de su portavoz… su propaganda es un puñado de mentiras… No fue Hamás sino las fuerzas de defensa de Israel quienes rompieron la tregua… cuando asaltaron Gaza el 4 de noviembre y mataron a 6 hombres de Hamás. El objetivo de Israel no es solo la defensa de su población, sino derribar al gobierno de Hamás en Gaza poniendo a la gente en contra de sus líderes”.
A esta serie de ataques contra Gaza siguieron las ofensivas israelíes de noviembre de 2012, conocida como Operación Pilar de Defensa, y de julio y agosto de 2014, la Operación Margen Protector, una campaña de siete semanas que dejó 2.251 palestinos muertos, junto con 73 israelíes, entre ellos 67 soldados.
Estos asaltos del ejército israelí fueron seguidos en 2018 por las protestas masivas pacíficas de palestinos conocidas como La Gran Marcha del Retorno, a lo largo de la barrera vallada de Gaza. Más de 266 palestinos fueron abatidos a tiros por francotiradores israelíes y más de 30.000 resultaron heridos. En mayo de 2021, Israel mató a más de 256 palestinos en Gaza tras los ataques de la policía israelí contra fieles palestinos en el recinto de la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén. En abril de 2023 se produjeron nuevos ataques contra fieles en dicha mezquita.
Y luego, el 7 de octubre de 2023, se produjo la ruptura de las barreras de seguridad que encierran Gaza, donde los palestinos habían languidecido bajo un bloqueo durante más de 16 años en una prisión al aire libre. Los atacantes palestinos dejaron unos 1.200 muertos israelíes –incluidos cientos asesinados por el propio Israel– y dieron a Israel la excusa que buscaba desde hacía tiempo para arrasar Gaza, con su Operación Espadas de Hierro.
Esta espeluznante saga no ha terminado. Los objetivos de Israel siguen siendo los mismos: erradicar a los palestinos de sus tierras. Esta tregua prevista no es sino otro capítulo cínico. Son muchas las formas en las que puede desmoronarse y sospecho que así será.
Pero, al menos por el momento, recemos para que cese la descomunal masacre.
Chris Hedges es un periodista estadounidense ganador del Premio Pulitzer. Fue durante 15 años corresponsal en el extranjero para The New York Times, ejerciendo como jefe para la oficina de Oriente Próximo y la de los Balcanes.
Fuente: https://chrishedges.substack.com/p/the-ceasefire-charade
El presente artículo puede reproducirse libremente siempre que se respete su integridad y se cite a su autor, a su traductor y a Rebelión como fuente del mismo.
prosperidad del bitcoin a la dureza con China y los inmigrantes: ¿Qué esperar de Trump?
- Sputnik Mundo,
De la prosperidad del bitcoin a la dureza con China y los inmigrantes: ¿Qué esperar de Trump?
La economía estadounidense verá pronto el regreso del empresario Donald Trump a la jefatura de Estado: los economistas entrevistados por Sputnik esperan de él una libertad ilimitada para el bitcoin, incluso su posible inclusión en las reservas estatales, la escalada de la guerra comercial con China y una actitud negativa hacia los migrantes.
òj hobby
Trump tomará posesión de su cargo el 20 de enero, convirtiéndose en el 47.º presidente de Estados Unidos y regresando a la Casa Blanca tras cuatro años del mandato del demócrata Joe Biden.
La presidencia de Trump comienza en condiciones bastante problemáticas. La participación de EEUU en la economía mundial durante el período de Biden cayó por primera vez por debajo del 15% y, al final de su mandato, será la más baja de la historia moderna, con un 14,76%, calculó Sputnik según datos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Bajo el mandato de Biden, muchos países han intensificado su lucha contra el dólar para reducir su dependencia de él en materia de liquidaciones y reservas, y han acelerado el desarrollo de monedas digitales nacionales.
El rumbo de la política hacia China
Los analistas entrevistados8i87 loo al poder del presidente electo de EEUU supondrá un empeoramiento de las relaciones económicas del país con China.
"Trump puede aumentar el número de barreras comerciales para proteger la industria nacional, lo que llevará al deterioro de las relaciones políticas y económicas con varios países, principalmente con China", opina el experto independiente en industria, Leonid Jazánov.
La profesora de la Facultad de Economía y Política Mundial de la Escuela Superior de Economía de Rusia, Ksenia Bondarenko, prevé una evolución similar.
Según ella, además del aumento del proteccionismo contra China y la escalada de la guerra comercial con ese país, también cabe esperar tensiones en las relaciones económicas con la Unión Europea (UE) y presiones para aumentar el gasto en defensa en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Libertad para las criptomonedas
Los temas principales bajo la presidencia de Trump serán la creciente importancia de las criptodivisas, la expansión de su distribución y la legalización para convertir a EEUU en un criptohub mundial, señala Bondarenko.
"Pero lo más importante es que el objetivo a mediano plazo es crear una reserva estratégica de bitcoins y poder utilizar las criptodivisas para pagar la deuda pública estadounidense", indica.
Un experto bursátil de la empresa rusa de servicios financieros BKS, Yevgueni Mironiuk, estima que el bitcoin y otras criptodivisas podrían llegar a incluirse en las reservas estatales del país.
Problemas de inmigración
Los inmigrantes son los que peor lo van a pasar con Trump, y los expertos también coinciden en esta opinión.
Bondarenko cree que en Estados Unidos se endurecerá la política de inmigración y disminuirá el apoyo a las minorías, lo que incluirá una probable revisión de la legislación que ofrece ayudas a los inmigrantes.
Jazánov considera que este problema será uno de los primeros que abordará el nuevo presidente.
"Al principio, Trump se centrará en reducir el número de inmigrantes en Estados Unidos, al considerarlos una amenaza, tanto para la economía como para el orden interno del país", asegura el analista.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)