martes, 24 de octubre de 2017

«Dios no puede sobrevivir a la ciencia»


Posted: 20 Oct 2017 01:48 AM PDT
Dan Brown: «Dios no puede sobrevivir a la ciencia»
El escritor estadounidense ha presentado su última novela, ‘Origen’, en la Feria Internacional del Libro de Fráncfort
COLPISA / AFP
“Dios no puede sobrevivir a la ciencia”, clamó este jueves el novelista estadounidense Dan Brown, para quien los avances tecnológicos llegarán a conectar a las personas de tal manera que no tendrán más necesidad de un Dios.
“Históricamente, ningún Dios ha sobrevivido a la ciencia; los dioses evolucionan”, afirmó durante la presentación de su última novela, Origen, en la Feria Internacional del Libro celebrada en Fráncfort (Alemania).
Este quinto volumen de la popular saga comenzada con El código Da Vinci cuenta una nueva aventura de Robert Langdon, profesor de la universidad de Harvard y que se aboca en esta ocasión a descifrar los misterios del origen del mundo, explorando otra vez la lucha entre ciencia y religión.
“Durante la próxima década, nuestra especie se encontrará enormemente conectada (…) y vamos a comenzar a encontrar nuestras experiencias espirituales a través de nuestras interconexiones. Nuestra necesidad de un Dios exterior, sentado en lo alto y que nos juzga (…) disminuirá y al final de cuentas desaparecerá”, opinó el escritor.
Brown, de 53 años y cuyas novelas han vendido más de 200 millones de ejemplares, provocó la ira del Vaticano con la publicación de El código Da Vinci en 2003. Así, afirmó no estar en contra de la religión e incluso dijo que solo quiere “lanzar un diálogo”.
“Pienso que la religión ha hecho mucho bien en el mundo. También pienso que el mundo ha cambiado tanto que la misma ya no es una necesidad”, declaró, elogiando luego al papa Francisco por sus esfuerzos para modernizar a la Iglesia católica.
“Pienso que la Iglesia tiene que evolucionar o desaparecerá”, continuó Brown. En su nuevo libro aborda también problemas actuales, como el de las noticias falsas. “Hoy, más que nunca, debemos preguntarnos por qué creemos, qué creemos; examinar nuestras fuentes de información y ser muy perspicaces”, concluyó

Voces contra la islamofobia

Voces contra la islamofobia



A raíz del repunte de la islamofobia tras los atentados en Catalunya el pasado mes de agosto, desde Radio Malva nos planteamos la posibilidad de contar con testimonios que pudieran contrarestar estos discursos racistas. En esta ocasión entrevistamos a las antropólgas y activistas sociales musulmanas Salma Amzian y Fátima Aatar.
Los atentados
El pasado 17 de agosto mientras ocurría el atentado en las Ramblas de Barcelona, Salma Amzian estaba junto a su madre en Marruecos, donde nació. Su padre y sus hermanos estaban en Vic, Barcelona, donde reside la familia habitualmente. Allí, cerca de su casa encontraron una de las furgonetas utilizadas por los terroristas. Toda esa información llegaba a Marruecos de manera confusa y fragmentada. “Todo lo que nos llegaba se resumía en que la policía estaba matando moros en Barcelona y Cambrils. Lo vivimos con mucho miedo.”
Durante las primeras horas hubo ataques a las mezquitas y agresiones en las calles. La islamofobia saltó a los medios como un bombardeo, todo el mundo estaba en shock. “En esos momentos se hacía muy difícil pensar con claridad.” En los días siguientes el miedo no fue menor. “Sabíamos que el racismo estructural que existe en el Estado español se iba a recrudecer. Los atentados parecen legitimar que aumente la violencia contra nosotros. Esto no es nuevo. La violencia policial es una constante en nuestros barrios, pero, bajo el prisma islamófobo, parece que ahora está justificada porque somos potenciales asesinos.”
Fátima vive en Barcelona, aquel día se encontraba a diez minutos de Las Ramblas. Cuando salió del trabajo se encontró la ciudad cerrada, no se podía salir de Barcelona. “Mi miedo era que la información que llegaba hablaba de un terrorista de origen magrebí. Mi padre estaba yendo a trabajar en ese momento y lo que me aterraba era que pararan a mi padre, lo detuvieran, lo insultaran o lo agredieran.”
Durante las siguientes dos semanas las opiniones, los análisis, las reacciones de todo tipo se multiplicaban en los medios de comunicación y en la calle. Salma hace hincapié en cómo vive la comunidad musulmana toda esta avalancha en la que se la sitúa en el punto de mira. “A raiz de los atentados de Barcelona y Cambrils muchos en mi entorno piensan que hemos fallado como comunidad y como musulmanes, por no ver venir los sucesos, por no estar más atentos a esos chicos… Creo que eso es un error, pensar que lo ocurrido tiene que ver sólo con nosotros, que es responsabilidad nuestra. Pensar así es asumir un auto-odio, un odio hacia lo que eres y representas. Tiene que ver con que rapidamente se nos exige a los musulmanes que nos desmarquemos, que salgamos a las calles a decir que no somos terroristas, lo que en el fondo significa que te están diciendo que sí lo eres. Con ello estamos criminalizando a un sector de la población que no tiene herramientas para defenderse contra los ataques de la sociedad dominante y las instituciones. Se les/nos está culpabilizando. Incluso se pidió a la madre de uno de los chicos que saliese a pedir perdón, a renegar de su hijo. Esto tiene una función simbólica para el resto de la comunidad: tenéis que salir a pedir perdón con la cabeza agachada porque os merecéis cualquier cosa que os vayamos a hacer. Se necesita tener mucha sangre fría para pensar y vivir todo esto sin caer en el mea culpa.”
Por su parte Fátima habla de una responsabilidad conjunta cuando suceden este tipo de cosas y reclama realizar análisis profundos de las causas para poder evitar hechos tan atroces. “Lo más significativo para mí fue que eran niños los que cometieron los atentados, por lo tanto como sociedad hemos fracasado. Para que unos niños puedan haber cometido tal barbarie, lo estamos haciendo horroroso como sociedad. Tenemos que ser capaces de buscar explicaciones, lo que no quiere decir justificaciones. Siempre hay unas causas. Estos niños no deciden actuar así de un día para otro. Lo que pasa es que tenemos muchas lagunas para poder analizar lo ocurrido ya que a estos jóvenes, los han ejecutado en el momento, como ha sucedido en todos los atentados en Europa. Por lo tanto, no tenemos su testimonio para poder analizar qué les llevo a cometer tal horror, nos falta información para poder plantearnos acciones que puedan evitarlo.”
Fátima también huye de las respuestas fáciles: “Decir que lo hicieron por odio a Occidente me parece muy simplista, hacer un análisis tan abstracto es un error. Hay muchas cosas a nivel sistémico que considerar. Por ejemplo, el hecho de que los niños reciben mucha violencia a través de los medios de comunicación, las películas, la publicidad, los videojuegos. Esa normalización de la violencia hay que replanteársela, pero en este caso no se hace. Si estos actos los hubiera cometido un español blanco se habría hablado de un problema de salud mental, de familia, se hubieran buscado explicaciones. Pero cuando el crimen lo comete un chico racializado viene muy bien para fomentar discursos racistas.”
Una identidad antimora
El día después de los atentados cuatro grupos neonazis organizaron una manifestación en las Ramblas. Había gente que no comulgaba con la ideología de los convocantes, pero habían sido captados por su discurso. Gente sin un odio interiorizado, acudía pensando que iban a una protesta contra el terrorismo. Pero el lema de la convocatoria era claro; “S top a la islamización de Europa” . “ Es algo que ya te esperas. La islamofobia no es por los atentados, está latente y hay gente que instrumentaliza la situación para hacerla más grande, se aprovecha de las víctimas para sacar beneficio a su discurso. Manipulan a personas que lo están pasando mal para llevarlas a su terreno.” Fátima pone como ejemplo la distinción de Hannah Arendt al hablar sobre quienes contribuyeron al fenómeno del nazismo en los años treinta. “ Por un lado están los dogmáticos, por otro los nihilistas que actúan por interés y por último los ciudadanos influenciables. La ciudadanía que no está politizada es la más influenciable por los grupos fascistas. Esa es la gente preocupante.”
Fátima tiene claro  que la islamofobia no es un fenómeno reciente. “ Viene de lejos, no de la última década, es una constante histórica que se va reinventando según los contextos nuevos. Yo lo asimilo al antisemitismo que hubo en los años treinta y que ahora se enfoca a los musulmanes. Los mecanismos racistas y criminalizadores son muy similares. Por eso para combatirlo no hay que quedarse en los estereotipos, lo que nos hace daño es más profundo, hay que ir a la raíz de lo que va creando la islamofobia y que se va creando históricamente.”
Salma trata de analizar el fenómeno de la islamofobia en nuestro contexto.
En nuestro país el racismo anti-moro, anti-árabe, la islamofobia tienen que ver con la construcción de la identidad española que forma parte del legado colonial del estado español. Es un imaginario que viene construido históricamente desde la llamada reconquista contra los moros. Este racismo como parte de la identidad de un país, ha ido evolucionando hasta hoy, donde se sigue viviendo la islamofobia institucional y social, el racismo antimusulmán. El racismo contra los moros está totalmente naturalizado. El 80% de las deportaciones son de marroquís y argelinos, las cárceles también están llenas de magrebís. Existe un imaginario racista donde el hombre moro es identificado como delincuente, machista, peligroso, terrorista. Una construcción que viene de esa herencia colonial que se ha sofisticado con la irrupción de la ideología del Daesh a escala global. Ahora se tiene una imagen perfecta para representar y justificar los peligros y la maldad del m oro. De este modo se legitima la violencia contra esta parte de la población.”
Hay dos estereotipos que se imponen dentro de esta lógica; el del hombre musulmán como delincuente y el de la mujer musulmana como víctima. “ A las mujeres se nos ha intentado convencer de que estos hombres son nuestros enemigos. Mientras el Estado criminaliza, persigue e incluso asesina al hombre moro en las calles de las ciudades europeas, a la mujer la constituyen como sumisa y la salvan en base a esos valores europeos de los que tanto hablan. As í, los buenos europeos salvan a las pobres musulmanas de sus hombres malos ; este es el discurso. Se trata evidentemente de una construcción racista.”
Precisamente, uno de los discursos más recurrentes en estas ocasiones, es el de que están en juego los valores europeos en contraposición de la barbarie islamista. “ Todos estos discursos tienen mucho calado entre las instituciones también dentro del feminismo blanco e incluso entre nosotras mismas, nos han hecho dividirnos. No se trata de negar el patriarcado que obviamente existe en el mundo musulmán pero también en todas las sociedades. Este tipo de discurso consigue desviar la atención sobre un racismo, que es pilar fundamental en este relato común europeo.”
Las identidades fronterizas
Otra de las cuestiones planteadas tras los atentados, fue la pregunta por cómo era posible que estos jóvenes se hubieran radicalizado hasta el extremo de cometer tal brutalidad. ¿Por qué si han crecido aquí entre nosotros? Las respuestas que se dieron iban encaminadas a explicar que los jóvenes eran fácilmente reclutables por el Daesh porque tenían problemas de identidad. “ Se dice que las familias no son capaces de lidiar con los problemas identitarios de sus hijos, que las mismas familias se autoexcluyen de la sociedad. Echan la culpa al otro. No están lo suficientemente integrados, es decir europeizados. Porque, como todos sabemos, los europeos no matan, claro. Resumir el debate en cuestiones de identidad e integración es asumir que el problema es el bagaje cultural de origen de estas familias”
Así, la cuestión de la identidad surge como central. Los hijos de los migrantes tienen identidades fronterizas, la de origen y la de destino. Si son criados aquí y muestran interés por su identidad de origen es que no se integran. “ Se nos pide que s eamos europeos, eso es qu e dejemos atrás el Islam que acojamo s los valores “superiores” europeos, l os del relato colonial que la construye como éticamente superior. La forma de luchar contra el terrorismo es la integración que se resume en abrazar la identidad dominante”
En este sentido Fátima añade su inquietud ante las arengas en favor de la unidad por los valores democráticos y la libertad. “ Cuando se apela a la unidad se está excluyendo a alguien. Cuando se dice que el Isalm no es terrorismo, inevitablemente se está relacionando los dos términos. Hay que tener cuidado con las narrativas que se están construyendo.”
Racismo institucional
Cuando se dan este tipo de acontecimientos nos prevenimos ante la dimensión social de la islamofobia. Salma quiere destacar que existe otra faceta a la que no se le presta atención y que determina en gran parte esta dimensión social y es la institucional. “Enseguida se habló de recrudecer el pacto antiyihadista, de crear un estado policial para prevenir la radicalización de los jóvenes islamistas. A raíz de los atentados se ha dicho que hay que entrar a las mezquitas a controlar a los imanes. Sin embargo, todas las mezquitas y sus imanes están más que controlados. Hay policía secreta en todas las mezquitas.”
Todo e ste contexto da pie a proyectos como el PRODERAI ( Protocolo de prevención, detección e intervención de procesos de radicalización islamista). Se trata de protocolos elaborados de manera conjunta entre los Mossos d' Esquadra y el Departamento de Enseñanza de la Generalitat que comenzaron a implementarse en colegios e institutos el año pasado. “ Hablamos de un sistema atroz. Los directores y profesores de los centros deben vigilar a sus alumnos y alertar si se están radicalizando los jóvenes que provienen de la migración, ya que se les considera potencialmente yihadistas.” Los mismos mossos son quienes se encargan de formar a los profes para que sepan cómo detectarlos. Por posible radicalizado se entiende a alguien que no esté bien integrado. Se dan varios ejemplos al respecto: si sólo tiene amigos magrebís, si escucha música árabe, si rechaza beber Coca- Cola (al parecer el Daesh la condena) y otros ítems igual de absurdos. “ De este modo se estigmatiza y criminaliza a estos jóvenes, es un instrumento de racismo de Estado, del español o el catalán para el caso es lo mismo.”
Por su parte Fátima quiere alertar del peligro que se corre cuando se relaciona directamente el racismo que sufren los jóvenes con su radicalización. “Hay que ir con cuidado con esto porque entonces podría parecer que las personas que sufren racismo, que somos muchos y por supuesto no sólo musulmanes, somos potencialmente terroristas. Esto es un error. Decir que el racismo sufrido los ha llevado a radicalizarse, que puede ser cierto, me parece que puede ser una trampa aunque parezca un argumento para combatir el racismo: No hay que fomentar el odio y el racismo porque sino puede derivar en terrorismo. Pero lo que se está diciendo con esto es que si eres moro y sufres racismo puedes ser un terrorista. Puede haber una intención buena pero existe el riesgo caer en un planteamiento racista.”
Volviendo al PRODERAI como ejemplo de racismo institucional, Salma afirma que “tenemos mucha preocupación con la vuelta al cole.” Y es que los colegios e institutos se convierten en colaboradores del Estado racista. Además, el profesorado se convierte en un vigilante vigilado. “ El profesorado tiene la obligación de registrar en unas plantillas que debe entregar después a la policía, el resultado de sus observaciones. Si no asume esta nueva función podría ser juzgado por incumplir con su deber ciudadano en caso de que sucediera algo” En el momento que estos informes dan aviso de un chaval que puede estar radicalizándose, el asunto pasa directamente a manos de la fiscalía. “Esto, en un contexto en la que la sociedad está emparanoiada con el tema, puede dar lugar a muchos abusos. Sistemas como el PRODERAI nos atacan a nosotros, pero también contribuye a hacer más racistas a la sociedad.”
La izquierda y la educación islámica
Volviendo a la búsqueda de las causas que pueden llevar a que se cometan actos tan terribles como los de los atentados, Salma llama la atención sobre las dificultades de expresar y vivir abiertamente los valores del Islam en un contexto racista como el actual. “ Siempre se nos habla de integración como la salvación ante la posible radicalización, descartando totalmente que el Islam pueda ser fuente de valores de paz y convivencia. El llamado proceso de integración es un ataque constante a nuestra identidad musulmana, a nuestra identidad de origen. Lo que esto hace es desestructurar nuestras comunidades, quitando poder a las familias y líderes religiosos, por ejemplo. Yo no tengo la solución al problema de la radicalización pero si estos chicos estuvieran viviendo en una comunidad musulmana sin esos ataques racistas, pudiendo vivir con normalidad en una Europa realmente plural, sin sentirse criminalizados, sin un estado policial racista, sin leyes de extranjería, entonces quizás no serían presa fácil de los extremistas y los locos del Daesh.”
Este razonamiento nos lleva a otra pregunta: ¿Por qué en este país no hay formación sobre el Islam en las escuelas? No la hay porque no les da la gana, sí que hay formación católica.” Hay acuerdos entre el gobierno y las comunidades, firmados en 1992, para que se pueda dar educación islámica en las escuelas. Nunca se han llevado a cabo. “ Si hubiera educación islámica sería mucho más dificil para los captadores fanáticos entrar en nuestras comunidades. Sin una formación islámica es fácil que un loco pueda manipular a los jóvenes con su versión falsa del Islam. La generación de los hijos de los migrantes no tiene el derecho a aprender sobre nuestra religión y nuestra espiritualidad.”
Esta posibilidad de ver la religión y la cultura islámica como un posible freno al fanatismo religioso no ha sido considerada por la izquierda de nuestro país. “ Las izquierdas son nuestros aliados potenciales en esta lucha contra el racismo y el estado policial, sin embargo posicionados en el laicismo, ven con desconfianza cualquier atisvo de religiosidad. La izquierda no entiende una liberación sin el abandono de la religión y de la espiritualidad. Desde ese laicismo no se está reconociendo al otro musulmán por esa tradición ilustrada de la secularización de la religión que tiene que ver con la trayectoria, con la historia europea pero esto no es universal como se pretende, no sirve para todas las comunidades, ni para todas las culturas.”
Salma insiste en este punto: “ La historia de la izquierda con la religión ya sabemos cuál es, y por eso aquí es muy difícil hablar de religión. A nosotras nos piden que aparquemos la religiosidad relegándola al ámbito privado cuando el Islam es un mensaje de liberación y de justicia social. Para nosotras no tiene sentido abandonarlo porque es nuestra herramienta para luchar contra el racismo, contra el capital y el fundamentalismo. Por todo esto es importante la educación islámica de nuestros jóvenes. Ante esta cuestión la izquierda no sabe cómo responder porque tiene muchos complejos con el tema de la espiritualidad y mucho trabajo que hacer para descolonizar esa visión del otro religioso. El discurso de la integración en la cultura dominante europea no sirve. Hay que desmantelar este tipo de discursos .”
A pesar de que Fátima está de acuerdo con estos planteamientos y reconoce que a pesar de que “ en debates y discusiones en redes sociales nos encontramos a diario gente en la izquierda que tiene posicionamientos islamófobos y racistas, hay que decir que a raíz de los atentados la reacción de la izquierda ha sido muy positiva. Lrespuesta antifascista antes las convocatorias de grupos nazis fue brutal, clara y numerosa.”
Recuerda muy bien cómo se sintió aquel día: Yo estaba muy tensa, tenía una sensación de nerviosismo desde que pise las Ramblas. Me había encontrado a nazis en la ciudad que me miraban mal pero no era lo mismo encontrarlos en grupos enteros. Yo quise estar en primera fila para que me vieran bien, que vieran que no les tengo miedo ni a ellos ni al Daesh, al fin y al cabo, de lo que se alimentan es muy parecido. Los veía con el odio en los ojos, algo que notaba en el cuerpo entero pero tenía tanta gente detrás que te hacían sentir segura, sentir que esa calle te pertenece a ti más que a ellos.”
Fátima también quiere recordar la manifestación que se convocó después de los atentados de las Ramblas a la que acudieron los políticos y el monarca. “Personalmente me hizo sentir orgullo vivir en una ciudad como Barcelona. La gente no asumió el discurso de “este es un momento apolítico de apoyo a las víctimas”sino que se plantó diciendo que no iban a aceptar que los políticos, que son cómplices de lo que está pasando, vengan a dar el pésame como si no tuvieran nada que ver con lo sucedido. Se les dijo a esa clase dirigente que no eran bienvenidos y se hizo precisamente así en honor a la memoria de las víctimas. Más allá de nuestras disputas y contradicciones, en aquel momento la gente supo reaccionar saliendo a la calle dando una respuesta contundente. En el bloque antifascista el lema fue “Contra el terror del Daesh y el odio fascista ”. La respuesta fue muy positiva y espero que esto sea el principio de algo que vaya a más.”
Salma concluye lanzando un mensaje sobre el trabajo que pretenden continuar haciendo en contra de la islamofobia. “ Seguiremos buscando alianzas con los sectores de la izquierda que están en proceso de descolonizar sus discursos y posiciones occidentalocéntricas, Emanciparse de ese discurso etnocentrista de lo blanco es muy difícil. Para ello tenemos que dejar de hablar del racismo como un tema de personas extremistas sino analizarlo como una cultura y un orden racial, tratando de poner el foco en la violencia y el racismo institucional. Pensamos que estos son algunos de los pasos a seguir para ver cómo converger en una lucha antirracista conjunta.”
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

viernes, 20 de octubre de 2017

Comentario :ucas 12:1-7

san Lucas (12,1-7):
En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a otros.
Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digáis de noche se repetirá a pleno día, y lo que digáis al oído en el sótano se pregonará desde la azotea. A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más. Os voy a decir a quién tenéis que temer: temed al que tiene poder para matar y después echar al infierno. A éste tenéis que temer, os lo digo yo. ¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados. Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones.»
Palabra del Señor
La levadura es parte muy importante en la preparación del pan. Le da suavidad y a la vez consistencia. Permite que la masa crezca y el pan resulte abundante. Parece que la “levadura” que da sabor a la doctrina de los fariseos no es de buena calidad. Jesús no rechaza a las personas sino sus actitudes negativas. Lo que Jesús rechaza de los fariseos es su soberbia. Su autosuficiencia y su doble moral. Es decir, su actitud hipócrita frente a los demás en cuanto al cumplimiento de la ley se refiere.  La convierten en un yugo que esclaviza y atropella la dignidad y la libertad de las personas, sobre todo, de los pobres. En segundo lugar, Jesús declara la bondad y la misericordia de Dios para con todos los seres humanos, particularmente los pobres. Él cuida de cada uno de nosotros, por eso nadie puede hacernos daño en nuestra conciencia si tenemos la confianza puesta en Él. Oremos para que el Señor nos dé un corazón transparente, sincero y diáfano.
Diario Bíblico 2017
Misioneros Claretianos

jueves, 19 de octubre de 2017

El mercado de la fe

El mercado de la fe



La visita a Colombia del papa Jorge Mario Vergoglio, alias Francisco, ha sido, aparte de una santificación del terrorismo de Estado, un extraordinario negocio, que dejó, según el propio Juan Manuel Santos, una ganancia de 280 mil millones de pesos (unos 100 millones de dólares). Que en solo cuatro días se haya producido tan fabulosa ganancia amerita que se reflexione sobre un pujante y próspero mercado: el de la fe.   Religión-mercancía
 Cuando se cumplen 150 años de la publicación de El Capital de Carlos Marx, es bueno recordar que en esa obra se demuestra que el capitalismo todo lo mercantiliza, es decir, convierte lo existente (sea material o inmaterial) en mercancía, por la que finalmente se debe dar dinero. La religión no ha sido la excepción y hoy en día es una mercancía más, que se compra y se vende en cualquier esquina. Se ha constituido el mercado de la fe, que convierte las creencias de la gente común y corriente en una fuente fabulosa de ganancias, para unos minoritarios sectores de las jerarquías religiosas.
Ese mercado es diverso y en plena expansión, si se considera que en Colombia, cada día se crean tres nuevas iglesias cristianas y evangélicas, que no deben pagar ningún impuesto al fisco colombiano y además se nutren con los diezmos que les depositan sus feligreses, la abrumadora mayoría pobres y humildes. Las altas jerarquías católicas tienen un importante nicho de mercado, en el que venden imágenes religiosas, celebraciones, bendiciones y absoluciones, cobran peaje por entrar a determinados templos e iglesia, organizan viajes de turismo religioso para visitar “lugares santos”…
El Vaticano, un estado teocrático, el poder duro de la jerarquía católica, reglamenta y define las normas de funcionamiento del “libre mercado de la fe” y ha descubierto en los últimos años una lucrativa y nueva fuente de ingresos: la venta de santificaciones. Dado que en su reciente visita el papa Vergoglio beatificó a dos curas colombianos, vale preguntarse cuánto dinero costo tamaño milagro, porque es un verdadero milagro convertir a un criminal, militante confeso del partido conservador, como lo fue el cura Pedro María Ramírez, en un nuevo “beato”, el tercer nivel de la jerarquía católica antes de llegar a la santidad, el máximo peldaño. 
La fábrica de los santos
Santificar y beatificar son en la actualidad negocios del Vaticano, entidad que desde comienzos de 2014 fijó unas nuevas tarifas, según lo anunció el Ministerio que se encarga de la santidad. Según el investigador Gianluigi Nuzzi en su libro Vía Crucis ese costo asciende, por lo bajo, a 500 mil euros. Si a esa suma se le agrega el costo del lobby (presión) que debe hacerse a los prelados que estudian los milagros del candidato a santo, el monto total es de 750 mil euros. Aunque, debido al escándalo suscitado al conocerse estas cifras, el Vaticano estipuló nuevas tarifas en el 2017, en las que se calcula que una santificación valdría 16 mil euros, más 1000 euros si hay milagro, esta cifra es de poca confiabilidad, porque una parte considerable de los gastos se destina al lobby, que se efectúa en las primeras fases de la postulación, con el fin de acelerar el tiempo en que se dé la noticia positiva sobre la incorporación de un nuevo miembro al santoral católico.
En el caso de nuestro país, los costos en que incurrió la jerarquía católica se ubican en el primero rango (de 750 mil euros), porque el proceso de beatificación se inició hace años. ¿Cuánto costaron esos dos nuevos beatos y, lo más importante, de dónde provino el dinero? Nunca lo sabremos con exactitud, por el hermetismo de las jerarquías católicas, las cuales aplican a rajatabla el “secreto de la confesión”, pero es evidente que gran parte de ese dinero procede de las contribuciones de los fieles en las misas dominicales, en las ofrendas monetarias y en el pago de contribuciones por bautismos, matrimonios y comprar los sacramentos de la santa fe católica. 
El bazar religioso
 Cuando se celebra el mundial de futbol, durante un mes se venden hasta las cosas más inverosímiles relacionadas con ese deporte-mercancía, sobresaliendo camisetas y afiches con la cara o el cuerpo de las estrellas del balompié. Y durante ese mes se le inyecta consumo a granel a la gente, aprovechando la borrachera futbolística. Algo similar sucedió durante una semana en Colombia con la visita del papa. Como si fuera una vedette del deporte o de la farándula, antes de un partido o de un concierto, las grandes ciudades, empezando por Bogotá, se paralizaron y se convirtieron en un bazar religioso. Allí se ofrecían camisetas con la imagen del papa, afiches, suvenires, agua bendita y de seguro hasta milagros. Hubo una gran afluencia de turistas nacionales y extranjeros, los hoteles llenaron sus cupos, las aerolíneas y empresas de transporte aumentaron sus viajes y el número de pasajeros transportados. El consumo en los restaurantes aumentó y se disparó la venta de mercancías religiosas en un 50%. Como diría Keynes el papa se convirtió en un “multiplicador” de la economía, al impulsar el consumo en forma encadenada de un sinnúmero de objetos y servicios mercantiles. Ha sido tan embriagador el consumo religioso en días recientes, que los empresarios deben estar rezando para que una visita de estas se repita cada mes, por aquello de mucho circo y poco pan.
Fue una borrachera religiosa, porque para completar durante las 24 horas los canales de TV públicos y privados, y la radio transmitieron en vivo y en directo hasta el último movimiento del papa, lo que indica que la mercancía religiosa aparte de ser un poderoso elemento de alienación es, al mismo tiempo, un lucrativo negocio, del que se benefician empresas capitalistas locales y multinacionales, así como la jerarquía católica y la Embajada del Vaticano (La Nunciatura). Esto es un verdadero soborno mercantil a la fe de los creyentes, porque como decía Jorge Luis Borges: “Yo creo que es mejor pensar que Dios no acepta sobornos”.
Publicado en papel en El Colectivo (Medellín), octubre de 2017. 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

lunes, 16 de octubre de 2017

María, la encebollada

María, la encebollada



El profesor y doctor Juan Luis de la Cruz escribió un bello libreto titulado “…Según María”, y editado en el 2010. Decía ya al inicio:
“Mi nombre, claro, es María. María Claro. Nací en un pueblecito blanco, muy blanco y muy pequeño, Alba de Asís, en el que había todo lo necesario. Agua. Animales. Árboles. Casas. Y fuego. Mucho fuego. Mi infancia fue feliz. Como el molino de una morosa noria que un día gritó su fin. La última blanda revolución de mi niñez me tomó a los once años, cuando el escarlata sangre de la mácula entre mis piernas me bañó de hembra. Yo me miraba entonces en secreto, que nadie me veía, en un desazogado espejo y contemplaba una mujer como una ventana, abierto el vientre al mundo, el pecho en punta generosa presintiendo leche y miel. Era hermosa. Una recién mujer hermosa de calor, acogedora, como una puerta que fuera de tierra y fluido y humor.
Había en el pueblo un varón llamado José. Fuerte. Todo ramas. Un árbol que fuera un hombre no lo sería tanto como él. A mí me gustaba José. Me gustaba desde antes de conocerle. Era agua hirviendo. Vapor de viento. Duro y blando al mismo tiempo. Hombre y riel. Yo le amaba de par en par. Él me amaba con la fuerza de un rejón en el toro de sus cuernos…”.
Y aquella mujer, María, ha terminado desnaturalizada, encebollada y embadurnada por siglos de baba, capa a capa ha sido reducida a impostura, a ser lo que nunca fue. María la alienada, la violada por teología de hombres. Excusa y argumento indecente cristiano de patriarcado y esclavitud de mujer. Aquella aldeana judía ha terminado convertida en amatxu de Begoña, en madre y virgen de dogma cristiano, en virgen del Pilar de Zaragoza, en generala de múltiples fajines, en patrona de la guardiacivil lorquiana, en icono de estandartes de guerra y conquista, en madre de dios y dolorosa. Aquella judía María ha sido secuestrada durante siglos, hecha medalla y medallón de quereres e ilusiones deshumanizadores, ejemplo para otras mujeres de sumisión y sometimiento al hombre. Los varones hicieron de ellas un hazmerreír de hombres durante siglos.
Nos recordaba Belén Gopegi en la presentación de “No hay nación para este sexo” las palabras de Franz Fanon en Las condenadas de la tierra: “Compañeras: hay que decidir desde ahora un cambio de ruta. La gran noche en que estuvimos sumergidas, hay que sacudirla y salir de ella. El nuevo día que ya se apunta debe encontrarnos firmes, alertas y resueltas. (…) La humanidad espera algo más de nosotras que imitación caricaturesca (...) no hay que reflejar una imagen, aun ideal, de su pensamiento y su sociedad, por los que ellos mismos sienten de cuando en cuando una inmensa náusea”
“José me sonreía y yo le regalaba adentros, prosigue de la Cruz. Nuestro amor era grande como un huevo. Caliente como un botón. Juego. Yo soñaba. Cada noche soñaba. Porque estaba. Y si él no estaba. Soñaba. En cada calle y en cada sábana. Soñaba. Una noche en el ángel de un sueño, entreví que José y yo tendríamos un hijo. Por supuesto. Vaya sueño. Un hijo. Claro, María. María, claro. Un hijo. ¿Qué, si no?”.
El Nuevo Testamento sabe demasiadas cosas de dios; comenzó a divinizar a aquel hombre Jesús de Nazaret, levantó y construyó sobre él una teología y una cristología, un mondongo, que hoy constituye un verdadero drama para la Iglesia: se asienta en una mentira piadosa, en un vacío deseo. Hoy es patente y claro que el cristiano obtiene la verdad divina de segunda mano, de mano extraña, que su verdad es una verdad mediatizada y censurada. El dios, que el hombre creyente encuentra al final de la cadena distribuidora eclesial, es un dios censurado. La verdad, o lo que quedó de ella, está terciada, enturbiada, interpretada, degenerada por la incomprensión teológica de pastores, tiempos, mediaciones e interpretaciones. La Biblia ni es palabra de dios, ni Jesús es el hijo de dios, ni ha resucitado. Lo que se pone en duda y se niega es la fundamentación misma de la Iglesia católica, su teología, su revelación divina. Muchos cristianos, desde el inicio de la Iglesia hasta el día de hoy, apelan a Jesús únicamente para atribuirle y poner en su boca y vida los deseos de cada cual, y esto ocurre también a los autores de los escritos bíblicos. La Biblia es el compendio de una serie de libros de estilos diversos, de calidad literaria desigual, reflejo de la mentalidad de diversos grupos, a veces muy contradictorios, que se sintieron pueblo especial dentro del mundo que les tocó vivir, pero que desde un punto de vista científico y de ética y altura humana nada tienen que enseñar al mundo actual sobre la formulación de su génesis o sobre derechos humanos. Muy al contrario, sus autores, la Iglesia católica, al igual que las demás Iglesias, y el mismo dios debieran aprender a respetarlos.
No hay constancia de ninguna revelación divina, ni buena ni mala. No consta que dios se haya revelado nunca, por el contrario, dios brilla por su ausencia, y hacer teología de un dios mudo es harto difícil y mera paja mental. El dios fabricado por el creyente y la Iglesia es a base de denigrar al hombre, como ladrillo de su ignorancia y desconocimiento. A medida que avanza el conocimiento humano retrocede el campo que se ha hecho pisar a dios. El crecimiento del hombre supone la retirada, el retroceso de dios.
También conviene recordar en estas fechas de octubre y de la virgen del Pilar lo que nos enseña el darwinismo y la ciencia: Nuestro principal enemigo es todo aquello que damos por supuesto, aquello que hemos naturalizado e incorporado a nuestro sentido común. La inquietud y la inseguridad deben ser bienvenidas tanto al hacer historia de las mujeres como al hacer cualquier otra clase de historia.
¡Y cómo olvidar en este recuerdo de mujer del 2017 aquel 15 del pasado marzo, día duro, del cuerno la punta, en aquel juicio en Bilbao, que comenzó un lunes y finalizó un viernes!
La terrible declaración de Sandra sobre la tortura practicada por 4 guardiasciviles, presentes en la sala. Sandra Barrenetxea fue desgranando entre lágrimas, suspiros y llanto, con silencios largos, interminables…, rotos por lamentos, por su pañuelo blanco secándose unos ojos rojos y un corazón dolorido, ensangrentado, entre sorbos de agua y el presente… el recuerdo de un calvario vivido ahora hace 7 años, en el 2010, pero que sigue grabado a fuego todavía hoy en esta mujer economista.
Terrible también el silencio de muerte y horror en la sala mientras Sandra iba desgranando los hechos de aquellos días de acoso y derribo, en una declaración envuelta en recuerdos amargos, en llanto y desconcierto, en no saber cómo describir aquel calvario, a aquella jauría de funcionarios del Estado, aquellos guardiaciviles lorquianos de charol e inmundicia. En aquellos días de calabozo e injuria, de maltrato y deterioro, de vida sin salida y oprobio… también Sandra buscó en aquel calabozo y ataque humano la muerte como liberación y acabose.
Una violación de mujer por funcionarios de estado, una violación de mujer de las muchas por hombres a diario en nuestros días y a lo larga de la historia, como la violación prolongada de la judía María por el cristianismo. 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

miércoles, 11 de octubre de 2017

El derecho de vivir en Paz Victor Jara

COMENTARIO EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS 11:1-4

 Lucas (11,1-4):
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.»
Él les dijo: «Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación."»
Palabra del Señor

1.       Aunque resulte extraño, si un discípulo le pidió a Jesús que les enseñara a orar, parece lógico (por más ilógico) que el interés por la oración brotó de los discípulos, no de Jesús. Lo cual no quiere decir que a Jesús no le importara el asunto de la oración. Lo que ocurre es que Jesús vio claro que, en el tema de la oración, lo que importa no son las enseñanzas, sino la práctica. No interesa “saber” mucho sobre la oración, sino “hacer” mucha oración. Como sabemos que hizo Jesús: oraba con frecuencia y de forma prolongada. Una persona que hace oración, contagia su experiencia a los demás, sin que diga nada sobre el asunto. Jesús fue fiel a aquello (que él mismo había dicho): “Cuando reces, no te exhibas en la esquina” (Mt 6, 5).
2.       El Padre nuestro, antes que una fórmula de oración, es un programa de vida. Porque lo que se expresa en esa oración es toda una manera de entender la vida. Y los valores que tienen que regir nuestra vida. Rezar el Padre nuestro es decirle a Dios cómo es nuestro estilo de vida y lo que manda en la vida que llevamos. Equivale, por tanto, a decir que lo primero, en nuestra vida, es Dios: el respeto a la santidad de Dios, el deseo que sea Él quien reine y mande en este mundo, el anhelo de que siempre se cumpla lo que Dios quiere. ¿Qué significa todo esto?
3.       Significa que Dios es lo más importante, lo que ante todo nos interesa en la vida. Esto no significa que tengamos claro todo lo que sobre Dios se ha escrito y se ha dicho. Significa, más bien, que, en la vida, lo que decisivo es una convicción relacionada con “lo trascendente”, es decir, con lo que está por encima y más allá de lo inmediato, lo que nos conviene en este momento, lo que deseamos y apetecemos, lo que gratifica nuestros intereses, nuestros orgullos y vanidades. Cuando en la vida se toma en serio “lo trascendente”, “lo último”, “lo definitivo”, el deseo y la ambición quedan subordinados a principios éticos que nos hacen mejores personas, más útiles para los demás, y también más felices en nuestra intimidad secreta. He ahí el sentido primero y el más elemental del Padre nuestro.
José M. Castillo
La Religión de Jesús

martes, 10 de octubre de 2017

"El Papa santificó el terrorismo de Estado en Colombia"


Entrevista a Renán Vega Cantor de la Universidad Pedagógica Nacional (Bogotá-Colombia)
"El Papa santificó el terrorismo de Estado en Colombia"



M.H.: Quisiera que compartas tu análisis de la visita del Papa Francisco a tu país. R.V.C.: En vista de la dictadura mediática se ha impuesto una visión que me imagino es la que se ha difundido en Argentina también. Se presenta a la visita del Papa como un signo de paz, como el cierre a un proceso de paz. Me parece que es algo muy superficial que, por el contrario, la visita del Papa a Colombia se ha convertido en una santificación del terrorismo de Estado.
Para explicar esta afirmación quiero señalar tres cosas, primero una de tipo histórico, en segundo lugar algo relacionado a la situación actual y en tercer lugar mirar el plan geopolítico de la visita del Papa.
Con respecto al primer punto, de tipo histórico, entre las actividades que desarrolló el Papa en Colombia fue concederle la beatificación a dos sacerdotes colombianos, uno llamado Pedro María Ramírez y otro Jesús Jaramillo. Lo significativo es que estos dos personajes en su vida fueron todo menos santos, sobre todo el primero, que fue un sacerdote muy comprometido en la persecución de liberales y militantes liberales en la década del ‘40 y murió luego de los sucesos del 9 de abril de 1948 (El Bogotazo).
Era párroco de un municipio ya desaparecido físicamente, el pueblo de Armero, Tolima, y el 10 de abril fue muerto por la multitud porque se señalaba que desde la sacristía había habido ataques armados a la población en los que participó este sacerdote. Y durante toda su trayectoria se caracterizó por tener un discurso antiliberal y anti comunista en el que prácticamente señalaba que matar liberales no era pecado. Si es este tipo de personajes los que santifica Francisco en su venida a Colombia está dando una muy mala señal, porque está santificando la conducta intolerante de sectores de la Iglesia, ahora avalados por el Vaticano y la curia colombiana.
Además, Pedro María Ramírez no fue muerto por ser un cura defensor de la moral cristiana sino porque fue militante armado del Partido Conservador que atacó a liberales, siendo un sacerdote en ejercicio. Práctica que no es excepcional en Colombia sino que más bien ha sido la pauta por parte de clérigos católicos a lo largo de la historia.
El segundo hecho que creo que hay que destacar de esta visita es la situación actual, y me refiero a lo que pasa en el país en estos últimos meses relacionado con el proceso de paz. Realmente el Papa vino a darle un apoyo político a Manuel Santos cuya gestión está totalmente desprestigiada dentro del país entre todos los sectores políticos y la opinión pública.
Pero además vino a una cosa mucho más importante que a nivel internacional no se ha recalcado: vino a santificar el terrorismo de Estado y a santificar a uno de los agentes fundamentales del terrorismo de Estado, como son las fuerzas militares. Si se hace un seguimiento, desde el momento en que aterriza el Papa y toca suelo colombiano, lo hace en un aeropuerto militar, no en uno civil. De ahí en adelante todo lo que se desarrolló estuvo relacionado con limpiar la imagen del Ejército colombiano y de las Fuerzas Armadas de este país. Desde el momento en que es recibido por altos oficiales, generales, las víctimas que se presentan ante él son soldados mutilados que participaron en el conflicto. Se negó a recibir a delegados de las FARC y siempre que se refirió a las víctimas, hizo mención a los victimarios, a las Fuerzas Armadas del Estado, o sea, que terminaron siendo víctimas y absueltos por el Papa por todos sus actos en todos los lugares donde estuvo. Siempre señalando que este era como un “Ejército de Dios” y son palabras que se repitieron de manera textual.
Al mismo tiempo participó en actos bochornosos y verdaderamente desagradables como cuando el jefe de las Fuerzas Armadas le entregó una virgen ataviada con prendas del Ejército colombiano. Esto muestra que hasta en el ámbito simbólico, discursivo, limpió la imagen criminal de las Fuerzas Armadas colombianas, que han sido un actor fundamental en la violencia que se ha desarrollado en este país en los últimos 70 años.
Y un tercer elemento que creo importante señalar es que el Papa como Jefe de Estado que es, Jefe de gobierno y no solo de una Iglesia, vino con una postura geopolítica opuesta al gobierno legítimo de Venezuela y desde antes de su llegada a Colombia había manifestado su oposición al gobierno de Maduro por su convocatoria a la Constituyente y luego prácticamente avaló la postura injerencista de Manuel Santos en los asuntos de Venezuela que es una postura abiertamente intervencionista en la que incluso se trabaja con la idea de que Colombia puede convertirse en un territorio de agresión hacia Venezuela dado que en este territorio hay muchas bases militares.
Desde este punto de vista podemos señalar que estos tres aspectos indican que la visita del Papa no fue una visita tan pacífica como generalmente se dice.
M.H.: Sin embargo habría que destacar que el jefe de las FARC le pide perdón a Francisco.
R.V.C.: Me parece que ese acto de solicitud de perdón del jefe de las FARC se presta a la discusión y al debate. Porque hablando de perdón, esta visita del Papa habría sido la ocasión para que las jerarquías católicas colombianas le hubieran pedido perdón al pueblo colombiano por su participación activa como actor de la guerra a favor del Estado y del terrorismo de Estado.
Esta hubiera sido la oportunidad para ese tipo de perdón. Pero la Iglesia colombiana, el Ejército colombiano y los medios de comunicación que están íntimamente relacionados con el desarrollo del conflicto armado en Colombia, nunca han pedido perdón y no lo van a pedir.
Hace unas semanas salió un artículo en la prensa que decía que sectores de la Iglesia colombiana reunidos en la ciudad de Medellín señalaron que no iban a pedir perdón y que no podían hacerlo pensando en el costo económico que eso significaría.
La iglesia no piensa en términos espirituales sino en términos terrenales. ¿Cuánto significaría en términos económicos pedirle perdón al pueblo colombiano por su participación directa como actor de guerra? Y este es el otro elemento que hay que señalar, en los EE UU se publicó hace unos años una investigación sobre el papel protagónico de la Iglesia en la violencia en Colombia, es una investigación que se llama “Casos de implicación de la Iglesia en la violencia en Colombia”, donde se señala la responsabilidad directa de la Iglesia colombiana desde los más altos niveles, desde las más altas jerarquías hasta sacerdotes de parroquia. Todo relacionado con el cumplimiento de órdenes, que incluso emanaban desde el Vaticano, anti liberales y anti comunistas.
Desde luego esto no quiere decir que en el seno de la Iglesia no hayan existido sacerdotes u obispos comprometidos con la liberación del pueblo colombiano, que hayan inclusive sido asesinados por ser de la Teología de la liberación. Eso es cierto y muestra el carácter contradictorio de la Iglesia en su funcionamiento real. Pero en términos de las jerarquías eclesiásticas su responsabilidad en la guerra es evidente y debe pasar a juicio histórico, incluso en términos de justicia penal, porque hay casos comprobados, como esta investigación que señalo, de responsabilidad de sacerdotes en apoyo a grupos paramilitares, relacionados con los altos poderes del Estado, porque el grupo de los “12 apóstoles”, que funcionó en un pueblo de Antioquia que se llama Yarumal, fue organizado por el hermano del que fuera Presidente, Álvaro Uribe Vélez. Está confirmado que un sacerdote aprovechaba el secreto de la confesión para darle información a los militares para que torturaran y desaparecieran a campesinos y habitantes de la región, acusados de ser guerrilleros o auxiliares de la guerrilla.
De tal manera que esta fue una ocasión propicia para que la Iglesia pidiera perdón, pero ese perdón no se vio por ningún lado y no hay perspectivas de que la Iglesia vaya a dar ese tipo de paso. 
Santos admitió que el objetivo no era la paz sino el desarme de la insurgencia 
M.H.: Otro tema sobre el que quería consultarte es la carta enviada a la ciudadanía por Henry Costa Patiño, facilitador de los diálogos de paz entre el gobierno nacional y las FARC que manifestó su descontento y preocupación por los incumplimientos que ha habido en torno a la implementación de los acuerdos de paz suscritos en La Habana.
R.V.C.: Yo creo que la realidad es muy contundente y muy dura y también muy difícil de admitir. A pesar de que no se ha cumplido un año de la firma de los acuerdos en su segunda versión. Prácticamente de parte del gobierno no se ha cumplido nada, el incumplimiento es absoluto. Y lo que va quedando claro, incluso el propio Manuel Santos lo expresó en una entrevista, es que el objetivo no era eso de la paz sino el desarme de la insurgencia. Como se ha conseguido, entonces ahora está claro que no se va a cumplir nada de lo que se había acordado. No se va a cumplir nada en términos agrarios, el cual es un tema neurálgico en el conflicto colombiano, que no haya ninguna modificación a favor de los campesinos, colonos y personas que no tienen tierra.
En términos de amnistía y de liberación de los presos políticos de las FARC, ha sido un proceso a cuentagotas y no ha avanzado sustancialmente. En términos de la reforma política y de la garantía de participación también está enredado por parte del Congreso. Hay una campaña mediática sistemática para desconocer todo lo que se firmó con las FARC. Ese es el panorama y en ese sentido todo lo que se diga respecto a ese incumplimiento es poco frente a la realidad.
Para completar, se están asesinando con una gran frecuencia a antiguos guerrilleros, está circulando la noticia, que no divulgan los grandes medios, sobre secuestros y asesinatos de desmovilizados de las FARC en Antioquia y otros lugares del país.
Esto indica que estamos asistiendo a un proceso similar al que se vivió con Unión Patriótica, sin que el Estado colombiano tome medidas para proteger a los guerrilleros, que era uno de los compromisos fundamentales al firmar el acuerdo para poder hacer política. Este es el contexto y el panorama que es verdaderamente preocupante.
M.H.: Tuve oportunidad de compartir el VI Encuentro Internacional de la economía de los trabajadores con el compañero Enciso que algunos nombran como el economista de las FARC. En ese encuentro hizo una exposición sobre los acuerdos de paz y me quedó una pregunta que no le pude hacer, te la voy a trasladar a vos: ¿acuerdos de paz o rendición?
R.V.C.: Las cosas se van desenvolviendo muy rápidamente en Colombia, creo que hay que señalar que cuando se llega a los diálogos no hay un proceso de derrota militar de la insurgencia, esa derrota militar nunca se dio, hasta el punto de que estamos hablando de la desmovilización de 10/12.000 guerrilleros. No hubo derrota militar pero desde luego estamos viendo que esto se está convirtiendo en una derrota política, que no creo que se pueda señalar que estuviera prefigurada desde antes, sino que tiene que ver con una serie de condiciones que se han venido dando en el país donde a mi modo de ver tienen una amplia responsabilidad la mayor parte de las izquierdas, porque no han comprendido la importancia del momento.
Desde ese punto de vista se ha llegado al caso de que lo que se ha privilegiado es el desarme y no la importancia de plantear reformas por parte de las izquierdas que vayan más allá de la participación electoral en esta coyuntura.
En ese sentido, las FARC han ido quedando cada vez más solas y eso en el futuro va a tener consecuencias, y así aparece como si hubiera sido una entrega, pero se firmó un acuerdo que no se está cumpliendo y que termina siendo profundamente negativo no solamente para las FARC sino también para la sociedad colombiana.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

viernes, 6 de octubre de 2017

Comentario Lucas 7:31-35

Evangelio según san Lucas (7, 31-35):
En aquel tiempo, dijo el Señor: «¿A quién se parecen los hombres de esta generación? ¿A quién los compararemos? Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: "Tocarnos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis." Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijisteis que tenla un demonio; viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: "Mirad qué comilón y qué borracho, amigo de publicanos y pecadores." Sin embargo, los discípulos de la sabiduría le han dado la razón.»
Palabra del Señor

1.       En el capítulo siete de su evangelio, Lucas presenta a Jesús como el gran profeta. En el episodio de la resurrección del hijo de la viuda de Naím, ha comparado a Jesús con el más grande de los profetas del Antiguo Testamento, Elías. Lucas ha dejado claro que Jesús supera a Elías. Y lo supera en una cosa: Jesús tiene entrañas de humanidad muy superiores a las de Elías. Ahora, en el mismo capítulo siete, Lucas compara a Jesús con el otro gran profeta del Nuevo Testamento, Juan Bautista. Y también aquí –ahora de forma más sorprendente- queda en evidencia en qué consiste la superioridad de Jesús con respecto a Juan.
2.       Los evangelios de Mateo (11, 31-35) y Lucas, en este relato, recuerdan la parábola de los niños jugando en la plaza de un pueblo: un grupo de niños tocando la flauta de las bodas, el otro cantando las lamentaciones de los entierros. Pues bien, los evangelios comparan al profeta Juan el Bautista con un entierro, mientras que a Jesús lo relacionan con una boda. Juan no comía ni bebía, en tanto que Jesús se decía que era un tragón y un borracho.
3.       Evidentemente un entierro es duelo, luto, ausencia y muerte. Por el contrario, una boda es gozo, alegría, felicidad, disfrute y vida, lo más grande de la vida, el cariño de las personas que se aman y se prometen amor. Así las cosas, no hay que cavilar mucho para caer en la cuenta de que las religiones, en concreto la católica, da la impresión (con frecuencia) de que, hablando mucho de Jesucristo, a quien resulta ser más fiel es a Juan Bautista. La insistencia en la renuncia y el sacrificio, las prohibiciones y las observancias austeras, todo eso, se nos ha dicho, es lo que nos acerca a Dios. Y es muy raro escuchar en los sermones que la felicidad y el gozo de la vida, es lo que más nos asemeja a Jesús. Porque, en definitiva, “contagiar felicidad” es más difícil y más costoso que “imponer penitencia”. Pero a Jesús lo encontramos dando felicidad, no en la tristeza del luto y la muerte.
José M. Castillo
La Religión de Jesús

ENCUENTRO CON LEONARDO BOFF EN MÉXICO


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miércoles, 4 de octubre de 2017

Monseñor Escobar Alas: La reforma de pensiones es una vergüenza


Por Redacción UHT(tomado de Ultima Hora ,periodico digital)
El arzobispo de San Salvador José Luis Escobar Alas, señala que la reforma de pensiones aprobada la madrugada del pasado jueves no beneficia a los trabajadores como se esperaba y sugirió que se reduzca comisión de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), en lugar de incrementar la cuota de cotización.
“Aunque fue una votación unánime y el decreto fue ya sancionado, pedimos, por el bien de los trabajadores, se reconsideren estos puntos de la reforma de ley”, pidió el arzobispo.
El jerarca de la iglesia católica, dijo además que era una vergüenza que con la reforma de pensiones, ahora los trabajadores van a ahorrar menos dinero, en lugar de ahorrar el 12%, van a ahorrar el 8%.
Escobar también solicitó “que el Estado, en vez de beneficiarse de los fondos de los trabajadores, sea el garante de respeto a dichos fondos, y brinde el apoyo necesario, procurando el mejor crecimiento de esos fondos con los intereses generados”.
“Es injusto que se ocupe el dinero de las pensiones para el pago d deuda del Estado (…) dicha reforma no beneficia a los trabajadores como era de esperarse”, reiteró.
En un “madrugón” y luego de que la Comisión Ad-Hoc superara el punto relacionado con el fondo solidario que garantiza una pensión vitalicia, o de por vida a los trabajadores se aprobó con 74 votos la nueva reforma.
Pese al acuerdo y la reforma que se consolidó en un tiempo “maratónico”, algunos analistas económicos consideran estas nuevas medidas “un parche más” al sistema que se ha vuelto insostenible.

Participación femenina en la reforma protestante

Participación femenina en la reforma protestante
Carlos Martínez García
L
as mujeres sí se involucraron en lo que genéricamente se conoce como la Reforma protestante del siglo XVI. Su participación tuvo distintos alcances, dependiendo de la región europea en que vivían, su escolaridad, la reacción en el ambiente familiar a la disidencia religiosa, el acceso a la literatura de los diversos reformadores de las varias ramas en que se fue pluralizando la citada Reforma.
Hasta hace poco menos de medio siglo los estudios históricos sobre los orígenes y desarrollo de la Reforma protestante se habían enfocado en los líderes masculinos y su amplia obra escrita, así como en los cambios sociales, económicos y culturales que sus propuestas trajeron para los territorios donde las mismas fueron adoptadas. Entre los pioneros que ampliaron el enfoque hacia sectores olvidados por los especialistas en el movimiento reformista sobresale la figura de Roland H. Bainton, profesor de historia eclesiástica en la Escuela de Teología de Yale. En 1971 publicó en inglés el primer libro de una tríada sobre las mujeres y la Reforma protestante del siglo XVI en Europa. En el volumen inicial se ocupó de Italia y Alemania; en el segundo (que apareció en 1973), de Inglaterra y Francia; finalmente, en 1977, la investigación tuvo como centro a España y Escandinavia. Bainton escribió varios otros libros sobre el periodo de la Reforma; algunos han sido traducidos al español: una biografía de Martín Lutero (que será reditada por Casa Unida de Publicaciones en los primeros meses del próximo año), y Servet, el hereje perseguido (Taurus Ediciones, Madrid, 1973).
En la Reforma radical, particularmente dentro de la vertiente anabautista, mujeres de los sectores populares fueron muy activas en la difusión de un cristianismo horizontal, luchaban por que las jerarquías fuesen abolidas dentro de las comunidades voluntarias de creyentes, contrastando así con el modelo patriarcal de dominación. Este es uno de los temas que sobresalen en el libro de C. Arnold Snyder y Linda A. Huebert, Profiles of Anabaptist Women: Sixteenth-Century Reforming Pioneers, Wilfrid Laurier University Press, 1996, séptima reimpresión 2008.
Como integrantes de un movimiento gestado desde abajo de la sociedad, las mujeres anabautistas padecieron una triple marginación. La primera, por ser mayoritariamente pobres. La segunda, por ser mujeres en una sociedad dominada por el patriarcado. La tercera, por formar parte de un movimiento estigmatizado como secta perniciosa y demonizado por las autoridades religiosas y políticas, tanto católicas como protestantes. Snyder y Huebert mencionan que durante el siglo XVI, en regiones de Europa donde la persecución fue más cruenta, y en determinados periodos, las mujeres anabautistas ejecutadas representaron 40 por ciento del total de martirizados identificados con el anabautismo.
Una visión panorámica del rol femenino en la Reforma protestante es la obra de Kirsi Stjerna (Women and the Reformation, Blackwell Publishing, Oxford, 2009). La doctora Kirsi Stjerna es nativa de Finlandia, pastora ordenada tanto por la Iglesia luterana de América como por la Iglesia evangélica luterana finlandesa; es profesora e investigadora en el Seminario Teológico Luterano del Pacífico, en Berkeley, California.
Stjerna enfatiza en las primeras páginas de su libro que enseñar cursos sobre la Reforma [protestante] no es ya factible sin la inclusión de las mujeres como sujetos en la historia de la Reforma y su evaluación. También sitúa su acercamiento al tema desde la perspectiva de los estudios históricos y sociales de género, que han contribuido a la salida del anonimato de mujeres que tuvieron participación y relevancia en diversos movimientos y acontecimientos históricos.
La investigación de Kirsi Stjerna se enfoca mayormente en mujeres que desarrollaron su liderazgo en los ámbitos de la Reforma magisterial, la más conocida y que cuenta con abundantes estudios históricos sobre ella. De todas maneras hace espacio para mujeres de la Reforma radical. Ella encuentra que en el anabautismo la teología igualitaria del derramamiento del Espíritu Santo y la creencia en una experiencia carismática permitió tanto a hombres como mujeres asumir el rol de profetas y les dio autoridad religiosa y voz pública. El llamado del Espíritu, que proveyó el fundamento al movimiento anabautista, anota Kirsi, fue radicalmente igualitario y personal, a la vez que guió a los personas a un compromiso comunitario.
Las investigaciones mencionadas se ocupan casi en su totalidad –con excepción del libro de Roland H. Bainton en el cual estudia a mujeres protestantes en España–, de países donde distintas expresiones del protestantismo lograron enraizarse y atraer sectores significativos de la población. Todavía hace falta más luz sobre mujeres que en situaciones sumamente hostiles, como en España, y de forma clandestina se unieron a los pequeños grupos donde se leían la Biblia y obras de reformadores protestantes, particularmente en Valladolid y Sevilla.
Paulatinamente, y gracias a investigadoras e investigadores que estudian a grupos marginados en distintos periodos históricos, es posible conocer más acerca de la Reforma protestante y sus repercusiones en colectivos como el de las mujeres. Dentro del proyecto editorial La Biblia y las mujeres, que constará de 21 volúmenes, ya está disponible el libro, coordinado por María Laura Giordano y Adriana Valerio, Reformas y contrarreformas en la Europa católica, siglos XV-XVII (Editorial Verbo Divino, Estella/Navarra, 2016). La relectura de la Reforma protestante en clave femenina necesariamente ampliará los acercamientos tradicionales al movimiento que está por cumplir el quinto centenario de su inicio.
Miércoles 7 de diciembre de 2016
La Jornada.