miércoles, 26 de febrero de 2020

Sanders hace fantasear con un “socialista” en la Casa Blanca

Bernie Sanders hace fantasear con un “socialista” en la Casa Blanca

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Fuentes: Rebelión
Las primarias del Partido Demócrata en Nevada fueron una contundente confirmación del impulso que ha cobrado la postulación de Bernie Sanders para alzarse con la candidatura presidencial del partido de la oposición, tras alzarse con las preferencias en las convenciones de Iowa y Nueva Jersey.
La composición demográfica y geográfica de la victoria de Sanders no solo le coloca en cabeza de las primarias con claridad por primera vez, sino que arroja serias dudas sobre la viabilidad de las demás candidaturas. Ahora, las primarias se adentran en su semana definitiva, donde el voto de las minorías y los jóvenes serán factores determinantes para consolidar a un favorito.
Durante el último año, un ejército de cientos de voluntarios ha recorrido Nevada puerta por puerta (más de 500.000 visitas en persona, según la campaña) pidiendo el voto para Sanders. “Hemos juntado una coalición multigeneracional y multirracial que no solo ha ganado en Nevada, sino que va a barrer en todo el país”, dijo Sanders.
Las siguientes citas son en Carolina del Sur, donde no se puede ganar sin liderar el voto entre los afroamericanos. Y es será la última oportunidad del expresidente Joe Biden, al que las encuestas colocan primero en el Estado, con un 50% de apoyos.
Pero inmediatamente después, el 3 de marzo, se celebra el llamado supermartes, con primarias en 14 Estados que repartirán un tercio de los delegados demócratas que van a elegir al nominado presidencial en julio. Ese día votan California y Texas y se reparten 415 y 228 delegados respectivamente (Iowa tiene 41, por ejemplo).
Sanders, el socialista
Sanders, hoy senador por Vermont, ha logrado incorporar entre las anquilosadas corrientes políticas dominantes de su partido, un conjunto de reivindicaciones y propuestas englobadas en la definición de socialismo democrático y que hasta ahora fueron consideradas herejes por los aparatos que manejan los partidos estadounidenses.
La manipulación se entretiene permanentemente con centristas y moderados que advierten que si Sanders es el candidato, Trump ganará la relección. Viejos políticos , tanto republicanos como demócratas están resucitando esa antigua táctica de acusar de rojo a Sanders y los suyos.
En EEUU, el mero apelativo de liberal tiene un sentido peyorativo para imaginarios marcados y manipulados por las posiciones conservadoras,  el anticomunismo trasnochado y el verso de la liucha contra terrorismo y el narcotráfico. La plataforma de Sanders está orientada a la atención de las necesidades sociales de los más desfavorecidos. Y eso, para los cogollos partidistas, es políticamente impresentable.
Sanders, quien no cuenta con un sólido músculo financiero para llevar adelante su campaña, está aún lejos de lograr la postulación, pero va en buen camino, ,o que ha significado que las alarmas de la clase política de su partido, que no han entendido o que rechazan de lleno sus propuestas de la coalición multirracial y multigeneracional .
Sorprendentemente, hasta ahora las primarias han visto desaparecer prácticamente la campaña del exvicepresidente Joe Biden y como principal oponente a Sanders surge . Pete Buttigieg, un joven exmilitar y ex alcalde de una pequeña localidad de Indiana, quien ha logrado el respaldo de 20 delegados.
Uno de sus principales oponentes a Sanders es el multimillonario Michael Bloomberg, ex alcalde de republicano Nueva York, pero aún ni haber logrado, pese a sus recursos financieros y mediáticos, un solo congresista de los 1.990 que se requieren para la postulación.
Sanders es un socialdemócrata que ha definido su tipo de socialismo como algo que tiene sus raíces en las políticas del New Deal de Franklin Roosevelt. Estas mismas propuestas de Sanders hubieran sido calificadas como centristas hace 70 años, lo cual demuestra el giro a la extrema derecha en EU, desde que se impuso la agenda neoliberal con Ronald Reagan.
Las propuestas pueden preocupar a las cúpulas partidistas, que se han visto desbordadas por un creciente movimiento plural encabezado por una coalición de nuevas y viejas fuerzas –sindicalistas, altermundistas, activistas ambientalistas, defensores de derechos civiles, entre otros– que rechaza el consenso neoliberal de las últimas cuatro décadas, y que no les asusta declararse a favor de una opción socialista.
Paralelamente, se está abriendo paso un nuevo activismo de organización horizontal, impulsado por y desde las redes sociales, que no busca el “apoyo” de grandes corporaciones o capitalistas, sino que va por minicontribuciones participativas.
Las encuestas han sorprendido al establishment: el 70 por ciento de los millennials (nacidos en este milenio) dice que votaría por un socialista, y la mayoría de los demócratas afirman que favorecen el socialismo sobre el capitalismo.
Socialismo a lo gringo
En un país en el cual el concepto de socilaismo fue traducido como el enemigo durante más de un siglo (las primeras redadas masivas de migrantes en Estados Unidos fueron realizadas durante la Primera Guerra Mundial justo para expulsar a radicales extranjeros como Emma Goldman; en los 50 esta represión reapareció con el macartismo y la guerra fría), las definiciones son poco precisas.
Pero se puede afirmar, señala el analista David Brooks,  que es un rechazo al neoliberalismo y a favor de imponer los derechos sociales sobre los derechos del mercado; un concepto basado en la solidaridad social y la justicia económica. Sanders dice que el eje es que los derechos económicos son derechos humanos.
El socialismo estadounidense en su sentido más amplio, sin diferir entre los grupos más radicales y las reformistas, incluye un abanico muy amplio de corrientes, movimientos y figuras relevantes de la historia reciente estadounidense, como Martin Luther King, Albert Einstein, Helen Keller, la gran sindicalista minera Mother Jones, el filósofo afroestadunidense Hubert Harrison, la fundadora del movimiento de Trabajador Católico Dorothy Day, el autor Jack London, Pete Seeger, Joe Hill, Paul Robeson…
Tal vez sea efímera e ilusoria pero por ahora existe en torno a Sanders una incipiente rebelión tierna y feroz que se atreve a imaginar un país de pan y rosas para todos (frase de una líder socialista/anarquista estadunidense de 1911).
Mirko C. Trudeau . Economista del Observatorio de Estudios Macroeconómicos (Nueva York), Analista de temas de EEUU y Europa, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
http://estrategia.la/2020/02/25/bernie-sanders-hace-fantasear-con-un-socialista-en-la-casa-blanca/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

martes, 25 de febrero de 2020

Bolivia y el modelo de Honduras: golpe, proscripción y fraude

Bolivia y el modelo de Honduras: golpe, proscripción y fraude

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Fuentes: Rebelión
Al igual que sucedió con Manuel Zelaya, tras el golpe contra Evo Morales el reciente anuncio de su proscripción es parte de un libreto que no fue escrito ni en Honduras ni en Bolivia, sino en Washington. Un texto que es seguido al pie de la letra por el TSE, la USAID y la OEA en un burdo intento de que las elecciones del 3 de mayo se transformen en una mascarada democrática que lave la imagen y dé continuidad al gobierno golpista.
El camino que la derecha antidemocrática ha decidido recorrer en Bolivia replica los pasos recientemente transitados en Honduras: golpe, proscripción y fraude.
Como si fuera una nueva versión de una vieja película, cambian los protagonistas, pero no el libreto. No es casualidad. El burdo texto no fue escrito ni en Honduras ni en Bolivia, sino en Washington. Una historia que tiene de trasfondo la Doctrina Monroe, la política neocolonial del imperio y la participación estelar de la Organización de Estados Americanos (OEA), encabezada por su secretario general, Luis Almagro. Todos, componentes de una parodia de democracia que no engaña ni a los sectores más reaccionarios que buscan con desespero una mentira que les permita justificar su odio a los procesos populares.
El pasado jueves 20 de febrero, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia anunció la inhabilitación de la candidatura a senadores del expresidente Evo Morales y del excanciller Diego Pary. El anuncio solo fue un nuevo paso más en la continuidad del golpe del 10 de noviembre de 2019.
El presidente del TSE, Salvador Romero, argumentó en el anuncio de la proscripción que se debía a que Morales no reside en el país, desconociendo de manera grotesca y burda que debió abandonar Bolivia tras el golpe en su contra porque estaba en riesgo su vida y, como bien señaló uno de sus abogados, Eugenio Raúl Zaffaroni, si hubiera permanecido en su país lo hubieran asesinado.
En referencia al anuncio hecho por Romero, Zaffaroni remarcó: «Ha comenzado el fraude electoral por una vía aviesa». Luego agregó: «Hay una cuestión de sentido común que no le puede pasar por alto a nadie: Evo Morales no está fuera de Bolivia por voluntad propia, sino porque se creó una situación de necesidad, se creó una situación de fuerza mayor, si se quedaba en Bolivia lo mataban».
Todo indica que la «depuración del Padrón Electoral» que realiza el TSE es otro de los elementos del burdo fraude.
Cuando se supo de la designación de Salvador Romero al frente del TSE, Contexto denunció que las nuevas autoridades, presentadas por la prensa de derecha como garantía de transparencia, no eran otra cosa que la garantía del fraude articulado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana.
Salvador Romero, designado por el gobierno de la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez, aparece en varios cables revelados por WikiLeaks en los que queda expuesto su estrecho vínculo con el Departamento de Estado norteamericano y con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (conocida por sus siglas en inglés como USAID).
Es conocido el rol de la USAID (al igual que el de la Fundación Nacional para la Democracia – NED) como un organismo a través del cual los servicios de inteligencia norteamericanos (especialmente la CIA) canalizan fondos o ejecutan operaciones para desestabilizar los procesos populares o apoyar a sus títeres en el extranjero.
Los cables expuestos por WikiLeaks muestran cómo –al menos desde 2008– Salvador Romero tenía un estrecho vínculo con funcionarios de la Embajada norteamericana, cómo era promocionado en charlas contra el gobierno de Evo Morales auspiciadas por la USAID, y cómo había iniciado una campaña contra el Movimiento al Socialismo (MAS) para tratar de influir en los siguientes referendums y en las elecciones presidenciales.
Romero fue caracterizado como un ferviente militante contra la nueva Constitución de Bolivia que impulsó Morales y fue el propio presidente boliviano quien por aquella época señaló que la entonces Corte Nacional Electoral (CNE) era un órgano subordinado a la Embajada de Estados Unidos –Romero había sido nombrado al frente de ese organismo en 2003 por el entonces presidente Carlos Mesa, otra de las figuras responsables del golpe del 10 de noviembre de 2019–.
Bolivia comenzó a recorrer el camino de Honduras, que en 2009 sufrió el golpe de Estado contra Manuel Zelaya, la imposición del gobierno de facto de Roberto Micheletti, la proscripción de Zelaya y los sucesivos fraudes (2014 y 2018) respaldados por la OEA que pusieron al frente del gobierno a un títere de la Casa Blanca: Juan Orlando Hernández.
El 3 de mayo se realizarán las elecciones presidenciales en Bolivia. Todo indica que el país andino se encamina hacia un nuevo acto de parodia. Un nuevo paso para darle una mascarada democrática a lo que claramente es un gobierno golpista, servil a los intereses de Estados Unidos, claramente racista y profundamente popular.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

lunes, 24 de febrero de 2020

se escabulle el partido Azul y Blanco de formar Gobierno con los palestinos?

¿Por qué se escabulle el partido Azul y Blanco de formar Gobierno con los palestinos? Xenofobia israelí-judía

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Fuentes:
Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
Avigdor Lieberman se reúne con Benny Gantz el 23 de septiembre de 2019. Del Twitter de Gantz.
Azul y Blanco, el mayor partido judío de Israel, anunció la semana pasada que renuncia a la idea de crear un Gobierno estable, declaró que no hay escenario para aceptar a la Lista Conjunta, que representa a los palestinos israelíes. El líder de Azul y Blanco, Benny Gantz, dejó claro (Haaretz en hebreo) que la Lista Conjunta no será parte de su coalición. Los portavoces de Azul y Blanco dijeron que confiarán en el partido de Avigdor Liberman (votación de siete u ocho escaños de 120) para crear un Gobierno.
Los números, por desgracia, no cierran. Incluso suponiendo -generosamente- que Azul y Blanco obtenga 35 escaños, que el laborismo (que se unió a Meretz) obtenga ocho escaños (de nuevo estoy siendo generoso) y que Liberman mantenga sus ocho escaños, estos solo suman 51 (35 + 8 + 8). El número mágico es 61. Eso es, diez escaños más. Entonces, Azul y Blanco cree que puede romper el bloque de la derecha obteniendo diez escaños de esas partes, y eso para cuando los cerdos vuelen. O necesitará del apoyo de la Lista Conjunta.
Liberman no es un pináculo firme en el cual confiar. Es una de las principales razones por las que Israel se dirige a una tercera ronda de elecciones en un año. Nadie sabe lo que quiere. Es un gánster de renombre que escapó apenas de la acusación después de que varios testigos desaparecieran misteriosamente. Es el promotor moderno del plan para trasladar partes de Israel con una mayoría de palestinos a la Autoridad Palestina, como una forma de privar a esos ciudadanos de sus derechos de nacimiento. A diferencia de con la Lista Conjunta, Gantz no dijo que tenía «divisiones profundas e insalvables» con Liberman.
Azul y Blanco hizo todo lo posible para dificultar que los líderes de la Lista Conjunta se unieran en el futuro. El partido guardó silencio sobre el plan Jared-Kushner-Netanyahu durante mucho tiempo y Gantz necesitó casi dos semanas para decir que rechaza la transferencia de ciudades palestinas israelíes a la Autoridad Palestina.
Vale la pena señalar que los votantes de Gantz son significativamente más liberales que él, en noviembre pasado el 52 % de ellos dijeron que apoyarían aceptar la Lista Conjunta como apoyo externo para un Gobierno minoritario (hebreo). Un líder con alguna medida de ingenio y visión desarrollaría este sentimiento y ofrecería al público palestino-israelí un acuerdo histórico.
Parece que Gantz no es un líder.
¿Por qué? La razón superficial es la campaña del Likud, dirigida por Benjamin Netanyahu, que martillea una y otra vez el mensaje de que Gantz aceptará a la Lista Conjunta como socios. Gantz aparentemente tenía miedo de este mensaje, por lo que entró en el juego del Likud y dijo que renuncia a esa asociación.
Esto significa que cuando no tenga más remedio que crear un Gobierno minoritario con el apoyo externo de la Lista Conjunta (que fue lo suficientemente generosa como para decir que no apoyará a un Gobierno donde esté Liberman, pero tampoco se opondrá a él), Likud estallará porque Gantz rompe su promesa a los votantes.  Y por una vez estarían diciendo la verdad.
Todo esto sucedió antes, una de las principales causas del asesinato de Rabin en 1995 fue la reiterada afirmación del Likud de que Rabin «carecía de una mayoría judía». El asesino, Yigal Amir, afirmó que en la concentración en apoyo de la paz donde asesinó a Rabin la mitad de los discursos fueron en árabe. Una completa tontería, por supuesto, si tantos izquierdistas pudieran entender árabe. Pero esta era una basura que la mitad del público judío consumía con placer.
Gantz no quiere terminar como Rabin, por lo que dice a la derecha judía lo que esta quiere escuchar. Tendrá que pagar el precio de la hipocresía más tarde. Pero es un poco injusto meterse con Gantz, es un novato en política. Veamos a su veterano compañero Yair Lapid, quien una vez escribió (en hebreo) que «después de [que tratemos] con los palestinos, tendremos que tratar con los árabes israelíes». Y que escribió (en hebreo) una especie de oración suplicando a quien habló e hizo el mundo que «hay una roca llamada los palestinos y si bien es verdad, Padre celestial, que no puedes levantarla, pero ¿no podrías por favor, ponerla a un lado? Lapid quiere que los palestinos desaparezcan y ellos, malditos sean, se niegan.
Cuando todo está dicho y hecho, el deseo de que los palestinos desaparezcan es el deseo del sionismo. Esta es la única forma de hacer la fantasía de «una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra». Pero si bien los palestinos que viven en los territorios ocupados son un problema, son el problema menor. Por definición son enemigos.
Un problema mucho más complejo son los palestinos en Israel. Son ciudadanos israelíes, ¿qué hacemos? La respuesta sionista básica, posterior a 1948, es fingir que no están aquí. De ahí ese término burocrático clásico y casi intraducible, nifkadim nochachim (personas que están ausentes pero presentes), que se refiere a los palestinos de 1948 que el Gobierno no desea reconocer. Nos ocuparemos de ellos más tarde, en algún momento después, cuando tengamos el tiempo libre. ¿Cómo debemos tratar con ellos? No mencionas 1948 en una conversación civil, pero gran parte del discurso israelí es cualquier cosa menos civil.
Pero están aquí y son la mayor amenaza para los buenos sionistas como Gantz y Lapid. Los palestinos israelíes, por su parte, han estado tratando de integrarse en la sociedad israelí durante 40 años. Y cuanto más intentan mezclarse más duras son las bofetadas que reciben. El mejor momento fue el segundo Gobierno de Rabin, pero luego vino Netanyahu, al margen del eslogan electoral de que «Bibi es bueno para los judíos», no había necesidad de decir para quién era malo. Después de Netanyahu llegó Ehud Barak con la masacre de octubre de 2000 y gritó en la radio a la policía para que «despeje las carreteras» de los manifestantes palestinos israelíes.
A partir de allí tuvimos casi 20 años de gobiernos hostiles de derecha. Luego, hace tres meses, un momento de oro que se desvanece, la reunión de Gantz con los líderes de la Lista Conjunta y el anuncio de la Lista Conjunta de que desea formar parte del Gobierno.
Tal anuncio no es obvio. Si bien los palestinos de Israel quieren, como muestran todas las encuestas, ser aceptados como parte del público israelí, todavía se oponen a la política israelí contra los palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza. Aceptar la legitimidad de un Gobierno sionista no es un paso fácil para la Lista Conjunta y muchas personas siguen diciéndoles que los utilizarán y los descartarán. Ahora Gantz está dejando claro que aquellos que quieren mezclarse serán ignorados tan pronto como los tambores raciales comiencen a sonar.
Al final del día el público judío, como lo expresaron sus líderes Gantz y Lapid, tiene dos problemas con los palestinos en Israel, su exigencia de igualdad y lo que implica.
La idea de igualdad cambiará la forma en que un Gobierno israelí tendrá que actuar. Tendrá que gastar en un ciudadano palestino precisamente lo que gasta en un judío, incluso -¡Dios no lo quiera!- lo que gasta en un colono judío. Habrá que eliminar toda una serie de privilegios tácitos. Para una parte que se niega a cancelar la Ley de Nacionalidad de 2018 (que otorgó a los judíos el derecho exclusivo de «autodeterminación» en la «tierra de Israel»), es un sapo bastante grande para tragar. Y al final es por eso que Gantz y Lapid siempre tendrán más en común con Liberman que con Ayman Odeh, no pueden aceptar que un israelí palestino sea igual.
¿Por qué? Racionalmente Lapid y Gantz entienden que necesitan palestinos en Israel y no solo por razones políticas. Los palestinos son el motor adormecido de la economía israelí. Si se pone en marcha todos seríamos más ricos. Pero hay fuerzas más fuertes que la política y la economía.
Porque igualdad también significa igualdad sexual. Y este es el mayor tabú del judaísmo rabínico, casarse con un no judío. El judaísmo rabínico tiene un miedo bastante fuerte a fusionarse con otras poblaciones. La historia le enseña que tiene muy poco que ofrecer. Donde y cuando los judíos tenían una opción, dejaban atrás el judaísmo rabínico. A lo largo de los siglos la mayoría de los judíos abandonaron el judaísmo, principalmente por su propia voluntad. Para evitar tal fusión necesita cercas. Los gentiles fueron lo suficientemente buenos como para crear tales cercas a lo largo de los años y una vez que fueron removidas la mayoría de los judíos escaparon.
Por lo tanto debemos crear nuestras propias cercas. Se debe enseñar a los judíos de Israel que el extranjero es, ante todo, amenazante y peligroso. La mayoría de los anuncios contra la fusión en Israel, una industria artesanal sorprendentemente floreciente, se basan en esos temas. Luego debes decirles a los buenos judíos que el extranjero es despreciado y humillado a diario y que la asociación sexual con él conducirá a una reducción drástica del estatus.
Sin embargo si el extranjero fuera igual, sería muy difícil describirlo como peligroso y menos aún como despreciado, sería un ciudadano como todos los demás. Naturalmente la sociedad judía israelí tardará décadas tras el cambio legal, las sociedades no cambian rápidamente. Pero la sociedad judía será golpeada por la idea más asombrosa y poderosa de la sociedad occidental que erosiona todos los obstáculos y derriba todos los muros: el amor vincit omnia, el amor lo conquista todo. No es probable que veamos algo similar en la judería estadounidense, pero si bien las tasas de matrimonios mixtos entre judíos y palestinos fueron de aproximadamente 0,004 a fines de la década de 1990, es factible que en unas pocas décadas veamos el cinco por ciento o más de matrimonios mixtos entre miembros de la sociedad mayoritaria y la sociedad minoritaria.
Y este es el gran miedo. Porque, cuando se trata el asunto, cada sionista tiene un rabino judío interior. Los judíos rabínicos tienen 2.500 años de oponerse a  los matrimonios mixtos.
Es por eso que Gantz correrá a los brazos de Netanyahu antes de que se atreva a pensar en Ayman Odeh como asociado de coalición. Es por eso que nuestros buenos centristas elegirán la autocracia de Netanyahu o la corrupción hastiada de Liberman sobre los palestinos israelíes que solo quieren unirse a las clases medias. Eso es lo que sucede cuando su principal valor («tendremos que tratar con los árabes israelíes») es la xenofobia.
La xenofobia se compone de dos palabras griegas, xenos y fobia. Generalmente consideramos que xenos significa «extranjero», pero el griego antiguo es más ambivalente, xenos significa tanto «extranjero» como «invitado». Del mismo modo, fobia significa «miedo», pero también «odio». Podemos convertir al extranjero en un invitado relativamente fácil, podemos convertirlo en ciudadano con algo de esfuerzo. Esto requeriría una voluntad profunda y fuerte para deshacerse de los viejos odios y miedos. Dudo si alguien en Azul y Blanco puede entender esta carga, mucho menos levantarla.
 Yossi Gurvitz es periodista y bloguero y ha cubierto la ocupación ampliamente.
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión.org como fuente de la traducción.

CRITICAS A LA NUEVA LEY DE RECONCILIACION EN EL SALVADOR






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SAN SALVADOR (Sputnik) — El anteproyecto de Ley de Reconciliación Nacional que el Parlamento de El Salvador tiene que promulgar antes de este 28 de febrero es criticado por varias organizaciones de la sociedad civil, porque no cumple con mandatos de justicia y reparación a las víctimas del conflicto armado (1980-1992).
"Un objetivo claro de los partidos políticos en la Asamblea Legislativa de El Salvador sobre la Ley de Reconciliación es proteger criminales de guerra: impedir condenas de cárcel y proteger sus patrimonios", afirmó el exprocurador David Morales en su cuenta de Twitter.
​Morales, quien encabezó la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos de 2013 a 2016, señaló que ni el testimonio desgarrador de las víctimas conmovió a los diputados lo suficiente para abandonar su objetivo con la nueva normativa.
TELESCOPIO
Crisis en El Salvador: ¿se viene el juicio político al presidente Nayib Bukele?
El 21 de febrero el diputado Juan José Martel (Cambio Democrático, socialdemócrata), alertó sobre la elaboración de un proyecto "clandestino" que representaría más impunidad para quienes violaron derechos humanos durante la guerra.
"Se ha elaborado un proyecto de ley clandestino, a espaldas de las víctimas, de las organizaciones de derechos humanos, e incluso a espaldas de varios partidos políticos en la Comisión Política del legislativo", denunció Martel en un video compartido en redes sociales.
​El actual procurador de los Derechos Humanos, Apolonio Tobar, insistió en que la nueva ley cumpla con criterios de verdad, justicia transicional, reparación y garantías de no repetición, tal como mandató la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia al derogar en 2016 la Ley de Amnistía vigente desde 1993.
Una cárcel
Tobar señaló que cientos de víctimas, discriminadas por años, exigen una ley que las repare por los daños sufridos durante el conflicto, y que imponga sanciones a los responsables de violaciones de los derechos humanos en ambos bandos.
Varias investigaciones señalan que la guerra civil en El Salvador dejó unos 75.000 muertos y desaparecidos, y graves violaciones perpetradas tanto por los llamados 'escuadrones de la muerte' (grupos parapoliciales o paramilitares), por el ejército y por la guerrilla izquierdista del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.