viernes, 6 de mayo de 2022

Florecen las cruces de jiote en El Salvador

Florecen las cruces de jiote en El Salvador - Sputnik Mundo SAN SALVADOR (Sputnik) — Las cruces de jiote que florecen en El Salvador confirman que es 3 de mayo, un día reservado en el imaginario local para ofrendar frutas a los ancestros y ahuyentar al Demonio. Se trata del emblemático Día de la Cruz, un sincrético ritual para recibir al "invierno", como llaman en Centroamérica a la época de lluvias, y que funde una fiesta cristiana con el culto indígena a la Madre Tierra y al dios Xipe Totec (El Despellejado). Así, mientras los católicos recuerdan el día que Santa Elena encontró la presunta cruz donde murió Cristo, los pueblos originarios de Mesoamérica consagran las semillas para que los dioses ancestrales bendigan las cosechas. "Con los aguaceros que anuncian la estación lluviosa de Centroamérica aparecen frutas y flores que son parte de una gastronomía olvidada y hasta de sobrevivencia", señala el chef Cipatli Alvarado, responsable de la cuenta Mordiscos Salvadoreños. En un reciente hilo de "tuits", Alvarado destaca que esta celebración trae aparejado el consumo de mango tierno, jocotes (ciruelas) de invierno y del fruto de la palma de coyol, usado para fermentos, postres, refrescos y vinagres. Todo eso, depositado este día en un particular altar: la Cruz de Mayo. Vieja tradición Esta cruz se elabora del árbol de jiote, otro símbolo de Xipetotec, una deidad local más conocida como El Descascarado o El Despellejado, a quien se le hacían las ofrendas para que la milpa fuera abundante y pudiera alimentar a la familia durante el año. Según la leyenda, el mismísimo Belcebú baila su música diabólica en las casas donde olvidaron montar la ofrenda alrededor del peculiar "palo multao" o "indio desnudo", como también llaman al jiote. "Vete de aquí, Satanás, que parte en mí no tendrás, porque el Día de la Cruz, digo mil veces: ¡Jesús, Jesús, Jesús!", reza la plegaria de rigor para alejar al Maligno, antes de comer alguna fruta del improvisado altar. Los mercados populares del país venden por estos días la parafernalia necesaria para esta fiesta, desde la Santa Cruz hecha con madera de jiote, hasta los adornos de papel de china y las frutas de temporada. Por cierto, una peculiaridad del jiote es que siempre retoña tras ser cortado, lo cual es un guiño a la resurrección de Jesucristo, clave en la tradición cristiana. Adornos florales Amén de las frutas, abundan los pétalos en las cruces de esta celebración, en particular la Flor de Mayo, llamada así aunque florece de marzo a septiembre, y que encima es comestible, como el ayote, el loroco o el izote. Los retoños de la también conocida como sacuanjoche pueden llegar a crecer hasta 35 centímetros, y los originarios del montañoso municipio de Panchimalco los usan para perfumar bebidas con cacao, sopas y diversos postres. Como cada 3 de mayo, este día la flor de mayo le quita severidad a las cruces enterradas en patios o canteros, y que representan como pocas tradiciones en El Salvador su mestizaje cultural y el fascinante ciclo de la vida.

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