Me han hecho un ¿Por qué los que estudian la Biblia pierden la fe

Me han hecho una consulta interesante ¿Por qué los que estudian la Biblia pierden la fe? Esbozo aquí una brevísima respuesta. En realidad, la pregunta describe solo una experiencia, pero no la situación de todos los que abordan los textos bíblicos críticamente. ¡Hay institutos y facultades especializadas y excelentes en todo el mundo que pertenecen a instituciones eclesiales! En mi entender y en mi experiencia, no es el estudio científico el responsable del abandono de la fe, sino más bien el literalismo que se ha inculcado como única verdad o manera de entender la Biblia. Es el presupuesto del punto de partida. En muchos casos, el abandono de la fe no se debe a las ciencias bíblicas, sino también a la identificación de la verdad bíblica con su literalidad. a muchos que luego acceden al estudio crítico. Hay diversos desenlaces cuando un cristiano/creyente literalista se encuentra ante las cuestiones que plantean las ciencias bíblicas La reacción ciega: cree que tiene que defender sí o sí lo que dice la Biblia para que no pierda autoridad. Muchas veces ni siquiera lee con detenimiento los argumentos y las razones de la investigación académica. Busca razones para probar el literalismo de la biblia. En algunos casos, toma algunos datos de las ciencias bíblicas y los instrumentaliza para mostrar que “la biblia tiene razón”. Muchas veces ni siquiera ha leído con detenimiento los textos bíblicos mismos. No conoce los problemas filológicos y, normalmente, tampoco las lenguas bíblicas. La postura es beligerante: no habrá razones que lo puedan hacen reflexionar y siempre estará a la defensiva. En otros casos, el literalismo del punto de partida no le pone un “bozal” a su inteligencia y a sus inquietudes y continúa con el estudio. Cuando en algún momento se da cuenta de que su literalismo no es racionalmente sostenible -por razones históricas, arqueológicas, textuales, literarias, exegéticas- entonces el shock provoca un abandono de sus convicciones y considera que fue engañado toda su vida. Ello ocurre cuando se identifica el literalismo del que parte con la fe, sin aceptar que hay otras formas de interpretación dentro del cristianismo. En un libro de C. Evans con el que tengo muchos reparos, el autor afirma algo que puedo hacer propio: la postura de algunos estudiosos contemporáneos se debe a que tuvieron una concepción rígida e inadecuada de la inspiración y de la inerrancia bíblicas. Es el resultado del “Muéstrame un solo error en la Biblia y la rechazaré por completo” Pero hay otros creyentes que se han formado de tal manera que pueden lograr la integración de sus convicciones con los aportes de la exégesis científica. No han partido del presupuesto antes mencionado y, por ello, no están atrincherados contra los aportes de expertos y estudiosos. Es capaz de escuchar, de analizar y de valorar los argumentos y los estudios. No se apresura a descalificarlos de manera beligerante porque los considera necesarios para comprender el texto bíblico. Abandona o cuestiona muchas interpretaciones tradicionales que escuchó o que le enseñaron, pero no abandona necesariamente la fe en cuanto tal. Hay expertos sumamente lúcidos y críticos que mantienen la fe a pesar de la revolución que significan los conocimientos bíblicos. Se verifica aquí lo que podría llamar una “integración cognitiva”: los estudios y resultados críticos se encuadran en un marco de principios teológicos que permiten encontrar vías de encuentro entre ambos universos. La opción de fe siempre será un decisión íntima, personal, libre y respetable. Por supuesto, hay que distinguir la fe del fanatismo. No se debe identificar el empecinamiento ciego, acrítico y beligerante del fundamentalismo con las opciones profundas y maduradas de tantos hombres y mujeres que se nutren de las enseñanzas y valores de los textos bíblicos. Vale la pena siempre mirar más allá, especialmente de los propios presupuestos. Adrián Taranzano - Centro de Estudios Bíblicos LIMUD