viernes, 13 de abril de 2018

Comentario Evangelio Marcos 16:9-15

Evangelio según san Marcos (16,9-15):
JESÚS, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando.
Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron.
Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando al campo.
También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron.
Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado.
Y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación».
Palabra del Señor
La Resurrección de Jesús no es simplemente un evento histórico, sino una realidad concreta en la que Dios lo hace todo nuevo: “lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios”. Por lo tanto la Resurrección es mucho más: Es una experiencia existencial que transforma la vida de los hombres y de las mujeres, desde adentro. Desde la intimidad. En un acontecimiento dinámico con una apariencia siempre novedosa. Eso es lo que María Magdalena sale a anunciar al grupo de los Once. Ella misma es testigo existencial de la obra de Dios, que hace nuevas todas las cosas haya pasado lo que haya pasado. Ella se convierte en la primera anunciadora de la vida que Dios ha regalado al mundo con la Resurrección del Hijo. Es imposible experimentar la realidad de la Resurrección y quedarse en silencio. Es imposible guardarse para si lo que Dios hace en la vida de cada uno. Será el mismo Resucitado quien envía a todos a anunciar la Buena Noticia. A proclamar el amor de Dios y a llevar la alegría de la salvación a todos.
Diario Bíblico 2017
Misioneros Claretianos

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