jueves, 14 de junio de 2018

COMENTARIO Evangelio según san Mateo (5,20-26)

C
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.»
Palabra del Señor

1.       El principio general que establece Jesús es muy claro: si os limitáis a ser como los letrados y fariseos, no tenéis sitio en mi proyecto. Ahora bien, los letrados eran los que mejor conocían la religión; y los fariseos los que tenían fama de ser los más observantes. Por tanto, lo que Jesús les dice a sus discípulos es que el conocimiento de la religión y la observancia de sus normas no son suficientes. ¿Por qué? Porque falta lo principal. Es lo que Jesús explica en las antítesis que propone a continuación.
2.       La primera antítesis se refiere al precepto fundamental del respeto en la relación con los demás: “no matarás” (cf, Ex 21, 12; Lev 24, 17). Pero Jesús radicaliza ese respeto hasta el extremo de no tolerar ni el enfado, ni palabras despectivas. Jesús exige, por tanto, el respeto total al otro. Al exigir este tipo de conducta, Jesús hace referencia a castigos de este mundo y del otro para quien falta al respeto al otro. Pero obviamente lo que Jesús establece no es un ordenamiento jurídico estricto. Al contrario, lo que Jesús pide es que seamos de tal calidad humana que no tengamos que ir, ni recurramos, a pleitos y tribunales.
3.       El ordenamiento jurídico está establecido para garantizar los derechos de las personas. Eso es enteramente necesario, dado lo que da de sí la condición humana. Pero Jesús pide que la bondad del corazón sea la fuerza que supera cualquier situación de enfrentamiento. Y, en cualquier caso, que jamás faltemos al respeto a nadie.
José M. Castillo
La Religión de Jesús

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