Teología atómica y expansionismo persa
Paseando por la ciudad santa de Qom en Irán cerca del santuario del Masumeh de Fátima de repente vi una comitiva que trasportaba en andas el ataúd de un difunto cubierto con la bandera iraní. Un grupo de mujeres completamente vestidas con chadores o abayas de color negro levantaban las manos al cielo implorando la compasión de Allah; los deudos del fallecido no paraban de lanzar gritos histéricos de dolor por la pérdida de un ser querido, unos alaridos desgarradores que producían escalofríos. Tal vez enterraban el esposo o su hermano o el hijo ¿quién sabe? Yo pensé que se trataba de un entierro de un civil pero luego me di cuenta que era un soldado iraní caído en la guerra de Siria. El mártir después de recibir su justo homenaje en el destacamento militar ahora iniciaba su viaje al paraíso donde disfrutaría de las bendiciones de Allah y los profetas.
Se estima que casi 2.300 soldados iraníes han perdido la vida en Siria e Irak según confesó el Hajjatoleslam Mohamed Ali Shahidi Mahallati de la fundación de los Mártires y Veteranos de Guerra -aunque oficialmente Irán niegue que tiene tropas sobre el terreno de Siria e Irak pues solo reconoce “consejeros militares”.
El imam Jomeini supuestamente emitió una fatwa en la que condenó el uso de armas químicas, biológicas y nucleares – “la bomba atómica es jaram”-. No obstante en el año 1984 Irán inició un programa secreto de armas nucleares para la defensa nacional aprobado por la Asamblea de Expertos. Cuando en el año 1988 Irak ataca la ciudad de Halabja matando a 5.000 kurdos iraquíes aliados con Teherán entonces el imam Jomeini cambia totalmente de opinión. Por lo tanto dicha fatwa no era más que pura propaganda para alardear de los principios pacifistas del régimen.
Irán necesitaba desarrollar un programa nuclear defensivo o disuasorio pues tras los atentados contra las Torres Gemelas en el 2001 el imperialismo norteamericano lanzó la campaña de guerra total contra el terrorismo invadiendo Afganistán en 2001 y después Irak en 2003. Esta es una razón más que suficiente para sentirse intimidados o, mejor dicho, en el punto de mira.
En el sagrado del Corán está escrito que “matar a un inocente es como matar a toda la humanidad y salvar a un inocente es como salvar a toda la humanidad”. El gran sabio de la edad media Ibn Al Arabí (inspirador y maestro del Imam Jomeini como místico sufí) concluyó en sus tratados metafísicos que el ser humano se refleja en el espejo de Allah. El aliento divino del supremo hacedor le otorga un poder ilimitado. El amor es mi credo y es mi fe. Más adelante Averroes revolucionó la filosofía islámica al aseverar que la razón prima sobre la religión. La ciencia es una creación de Allah que pone al servicio del hombre. Los grandes exégetas, sabios y teólogos viven enfrascados en agrios debates donde tienen que resolver innumerables contradicciones: espiritualidad y belicismo, religiosidad y militarismo; la guerra y la paz, el bien y el mal, el amor y el odio, un misil o una paloma. En esencia, es la eterna dualidad de la que está constituido el ser humano y que es la trama principal de la Biblia, el Corán o la Torá. ¡Cuidado! que ese Dios clemente y misericordioso en cualquier momento se transforma en un demonio sanguinario y castigador que escupe fuego.
En el año 2012 el marja (fuente de emulación) Ali Jamenei en una reunión ante el Consejo de Guardianes sostuvo que la bomba atómica era esencial para preservar la revolución islámica. Los enemigos acechan y hay que preparar la llegada del Imam Mahdi que viene a juzgar los pecados de la humanidad en sus últimos días. “El arma nuclear es el seguro de vida de nuestra soberanía e independencia que los herejes y apóstatas ansían violar.”
El Ayatola Rafsanyani, mano derecha de Jomeini y presidente de Irán (1989-1997) fue el impulsor del programa nuclear firmando tratados de cooperación con China y Rusia. “Si un día el mundo islámico dispone de armas atómicas como las que posee Israel, la estrategia de los imperialistas llegará a un punto muerto, porque el lanzamiento de una sola bomba nuclear destruiría por completo Israel”; “la bomba atómica nos harán invencibles”. Es parte de las conclusiones llevadas a cabo por los patriarcas o compañeros del Imam Jomeini que representan el núcleo duro y más fundamentalista de la teocracia iraní.
¿Si el sionismo posee varias bombas atómicas por qué Irán no puede desarrollar un programa nuclear si sus fines son pacíficos? Las naciones más poderosas del mundo tendrán que reconocerlo”, “Irán es una gran potencia en Asia Central y como toda gran potencia debe poseer armas nucleares” -afirmó el presidente Rohani.
Pero el carácter iraní tiene un rasgo muy característico que difícilmente puede pasar desapercibido y es el de la conducta del disimulo, es decir, que afirman algo en público para luego desdecirse en privado.
Irán -según los organismos de inteligencia- tiene instalaciones secretas en las que sigue desarrollando su proyecto nuclear puesto que las oficiales están bajo la supervisión de OIEA y la ONU. Si incumple lo pactado se arriesga a que Israel o EEUU los ataque igual a lo que ocurrió con Irak (Osirak) en 1981 y Siria (Al-Kibar) en 2007.
Tras la firma en Viena (OIEA) en el 2015 del pacto nuclear o paz nuclear (PIAC) avalado por cinco potencias (China, Rusia, Francia, Reino Unido Alemania y EE.UU). Irán se comprometió a llenar de cemento su principal reactor de plutonio, desconectar dos tercios de sus centrifugadoras y sacar del país el 98% del uranio enriquecido con fines bélicos. Un acuerdo que no cuenta con el beneplácito de Israel pues lo considera una amenaza para su propia supervivencia. Irán reduce su programa nuclear a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales a su economía –se le permitió el acceso a 100.000 millones de dólares que tenía congelados en el extranjero y pudo volver a vender petróleo (pasó de 1,5 millones de barriles diarios a 3,8 millones) en el mercado internacional y utilizar el sistema financiero global. Como alternativa a una acción militar para actuar de estabilizador de las presiones ejercidas por Arabia Saudita e Israel ante el peligro que suponía que Irán se hiciera con un arma atómica.
El propósito de Israel es dinamitar el acuerdo de Viena y de esta manera boicotear aún más la ya de por sí deteriorada economía iraní. Porque el descontento popular es más que ostensible como se ha demostrado en las manifestaciones que se llevaron a cabo entre el 28 de diciembre del 2017 y el 1 de enero del 2018 que dejaron 21 muertos.
El régimen de los ayatolas está decidido a resucitar el imperio persa: del Caspio al Mediterráneo, del Golfo Pérsico al Océano Indico. Un delirio expansionista sin precedentes que supone la titánica movilización de miles de soldados, armamento, logística e intendencia. Un gasto descomunal militar que se eleva a más de 90.000 millones de dólares (procedente de las regalías del gas y el petróleo). Este es el verdadero talón de Aquiles pues la insoportable crisis económica y social, agudizada por la corrupción de la élite teocrática (Los Pasdarán o Guardianes de la Revolución Islámica, manejan un tercio de la economía) remueve los cimientos de la República Islámica. El paro entre los jóvenes se eleva al 28% y en los graduados universitarios al 42%. Un gran segmento de la población se dedica a la economía sumergida o al trabajo informal. El único deseo de esa juventud frustrada con altísimas tasas de desempleo y sumida en la desesperación es emigrar a Europa o a EEUU. Por paradójico que parezca, Irán debe importar gasolina pues no cuenta con la infraestructura suficiente para extraer, procesar y refinar crudo. El presidente Rohani ha reconocido que “quieren acabar con la revolución y provocar una guerra civil en Irán.
El Imam ruhollah Jomeini, fundador de la República Islámica, dejo bien claro en su testamento que la suprema misión del pueblo iraní era la de expandir la revolución islámica por el mundo. Aunque primero había que liberar Palestina y reconquistar para el islam la ciudad santa de Jerusalén. “Israel debe ser borrado del mapa”. “El camino a al Quds pasa por Kerbala” -fueron sus arengas más famosas. De ahí que la guerra de Siria -con la irrupción de la yihad sunita encarnada por el Estado Islámico ha sido el mejor pretexto para intervenir en ayuda de sus hermanos alauíes (rama chií del Islam) y preservar los santos lugares (el santuario de Sayyida Zeinab). Siria fue el único país que apoyó a Irán en la guerra contra Irak (1980 y 1988)
George Bush calificaba a Irán como uno de los países integrantes del “eje del mal”. No obstante el gobierno de los EEUU y la Coalición Internacional han tolerado su presencia en Siria e Irak con la finalidad de derrotar al terrorismo islamista que no solo amenaza la estabilidad de Medio Oriente sino también la seguridad de Occidente.
El comandante de la guardia revolucionaria al Quds, Qassem Soleimani -considerado héroe de la patria- ha conducido a los santos guerreros chiitas hasta Al Shams-Siria. Irán, Hezbollah, Rusia combaten en el campo de batalla en auxilio del régimen baazista (árabe y socialista) de Bachar al Assad que estaba a punto de sucumbir. Los rebeldes y yihadistas suníes pertenecen a varios grupos ideológicos y religiosos que comenzaron a organizarse con el apoyo de Arabia Saudita y los países del golfo pérsico a partir de la brutal represión desatada por el Ejército sirio contra las protestas populares en el 2011. Entre los que cabe destacar: el Estado Islámico de Irak y Levante, el Frente Al Nusra, Liwa al Islam (pro al Qaeda), el Ejercito Libre Sirio (desertores de las fuerzas armadas sirias), las Fuerzas Democráticas Sirias (coalición de milicias kurdas, árabes, asirios, armenios, turcomanos, circasianos, y que cuenta con el apoyo de EE.UU y las potencias occidentales). Algunos analistas reconocen abiertamente que sin la intervención de los Pasdarán el Estado Islámico hubiera ocupado Bagdad. Hoy Irak -de mayoría chiita- es uno de los aliados más fieles de Irán.
Los servicios secretos sionistas y de EEUU, mediante observaciones satelitales, aviones Awaks o el SR-72, detectaron un inusual movimiento de tropas Iraníes y de Hezbollah en la provincia de Al Quneitra. Han localizado lanzaderas de misiles, y bunkers antiaéreos. Por esta razón la aviación israelí constantemente bombardea la zona para impedir que sus enemigos se atrincheren en la mismísima línea fronteriza de los altos del Golán (territorios ocupados por Israel en 1967). El gobierno Sirio por el momento prefiere no responder a las repetidas violaciones de su soberanía y se reserva para más adelante un posible ajuste de cuentas. Irán no ve recompensada su lucha contra el Estado Islámico pues su verdadero objetivo es atacar a lo que ellos llaman la "entidad sionista". Pero los iraníes se ven subordinados a las órdenes de Rusia que se ha comprometido en garantizar la integridad de Israel.
Se sospecha que Irán se apresta a fabricar armamento muy letal como misiles guiados de precisión Khalij e Fars, misiles antiaéreos S-300, sistemas de defensa antiaéreos SA 22, Fateh-110, Fajr-5) y armas químicas (precursores de XV, gas Sarín y gas Mostaza). De ahí que públicamente Israel le haya exigido a Bachar al Assad que expulse a las tropas iraníes de su territorio o de lo contrario que se atenga a las dolorosas consecuencias.
Ante tamaño desafío el primer ministro israelí Netanyahu denunció a principios del mes de mayo a los gobiernos occidentales y a la opinión pública mundial que el programa atómico iraní continua funcionando en secreto. “Irán sigue enriqueciendo uranio y se prepara a construir 5 bombas atómicas”; el Secretario de Estado de EE.UU Mike Pompeo ha dicho que los documentos presentados por Netanyahu, son reales; son auténticos.
Siria, en el complicado tablero de la geopolítica de Oriente Medio, asume sin reparos la tutela colonial de Rusia, Hezbollah e Irán. Ya desde la época de la guerra fría era un satélite de Rusia y en virtud de un acuerdo bilateral de defensa les traspasó la soberanía de la base naval de Tartús. En este enclave estratégico recala la flota rusa que expande su dominio en el Mediterráneo oriental. El gobierno de Bachar Al Assad le ha cedido a Moscú los derechos exclusivos de producción de gas y petróleo que se estiman en 2.500 millones de barriles. También Irán planea la construcción de un oleoducto y gasoducto que conecte los centros de producción de gas y petróleo tanto iraníes como iraquíes con los puertos de Siria o el Líbano (la vía más rápida para llegar a Europa). Lo más probable es que el fundamentalismo chiita imponga sus leyes sobre la política secular y laica alauí.
El Mosad y la CIA han revelado la localización de bases iraníes (compartidas con Hezbollah) y campos de entrenamiento permanentes en suelo sirio: aeropuerto militar T4 (Tiyas) en Homs, Base aérea de Shairat Manjib, Base de Mojanzarat, aeropuerto de Al Dumayr, guarnición Imam Hossein, base de Yarmouk, Aeropuerto de Damasco cuartel general (casa de Cristal), base Al Qusayr, base de Zeinab, base de Izra, base de Talafe, base de la 47 brigada y base de Mayer.
Según los servicios de inteligencia occidentales infiltrados sobre el terreno actualmente en Siria existen 60.000 combatientes proiraníes (camuflados con el uniforme del ejército sirio), Hezbollah, al Quds, Basiji, Guardianes de la Revolución (Pasdarán) o mercenarios chiitas de diversa procedencia: Afganistán (Hezbollah Afganistán, Liwa Fatimiyoun, Liwa Khudam Al Aqila), Irak (Liwua Dhu al Fiqar, Asaeb Ahl Al Haqq, Hezbolah Al- Nujuba chiitas de Irak, Jaish al Imam Al Mahdi), Pakistán (Liwa Zainabiyoun), palestino-sirio (Liwa al Quds), que voluntariamente ocupan las posiciones más sacrificadas en los diferentes frentes de guerra. Rusia tiene 48.000 soldados y en el plano estratégico se le ha encomendado la misión de bombardeos internos con su fuerza aérea y velar por el sistema defensivo externo. Desde el aeródromo ruso de Hmeimim (Latakia) despegan los Tupolev TU 95MS, Tu-22M3 y los cazas SU-30 y SU-35 que abre el camino a la infantería y los carros de combate. Los oficiales iraníes dirigen las operaciones militares mientras las relaciones exteriores (especialmente con las potencias occidentales) recaen en el presidente ruso Vladimir Putin como se ha comprobado en sus múltiples encuentros con los dirigentes de EEUU, UE, Turquía o Israel. En esta competencia por la hegemonía mundial Rusia se ha declarado vencedora de la guerra contra el terrorismo yihadista dejando en un segundo plano a los EEUU.
En la mentalidad iraní prima el mesianismo religioso que marca profundamente el inconsciente colectivo. Los hechos míticos del pasado se proyectan al presente y escriben los acontecimientos del futuro. Irán tiene 3.000 años de historia, es madre de civilizaciones, de religiones y en la antigüedad el Imperio Persa fue una de las más grandes potencias militares.
De acuerdo con las profecías es inminente la venida del 12 Mahdi cuya misión es salvar al mundo del pecado y establecer el orden islámico en la tierra. El Mahdi llevará a los ejércitos musulmanes a la mayor guerra jamás luchada por el ser humano como anticipo del juicio final. Ali Jameini desde el 2012 ha repetido constantemente en sus alocuciones: “prepárense para la guerra y el fin del mundo y la venida del gran líder“. De ahí que el programa atómico Iraní no sea otra cosa que el anticipo del Armagedón. “El deber de los iraníes es luchar bajo la dirección de Allah y su apoyo invisible para que la civilización islámica triunfe a nivel mundial. Mientras nos proteja el Corán los EEUU no podrán hacernos nada”.
Reza un hadiz muy elocuente: “usted invadirá la península Arábica y Allah lo concederá. Entonces, usted invadirá Europa y Allah lo concederá. Entonces usted atacará al dajjal (el falso mesías de origen judío) y el Mahdi lo matará con la ayuda de Jesús”.
“Los soldados de Allah han sido entrenados para alcanzar el martirio individual o colectivo”. Recordemos la táctica de oleadas humanas para abrirse camino en los campos minados ordenada por el imam Jomeini en la guerra contra Irak. Voluntariamente cientos de niños y jóvenes estaban dispuestos a emular el sacrificio de Hussein en Kerbala en el año 680.
“Si no luchamos por nuestros hermanos sirios tendremos que luchar en nuestra propia tierra (contra la oposición)” – recientemente ha declarado el ayatolá Ali Jamenei. Si Irán se retira de Siria sería visto como una humillante derrota y con toda seguridad generaría un descontento social de impredecibles consecuencias.
Irán avanza incontenible en Oriente Medio ante la atónita mirada de las potencias suníes del golfo. Y para que no quepa ninguna duda de su sinigual reto también acude en apoyo de los Houties (rama Zaidi chiita) en la guerra civil que se desarrolla en el Yemen. En la guerra del Yemen, en la que indirectamente se enfrenta con su encarnizado enemigo Arabia Saudita, ya ha causado más de 10.000 muertos, 3 millones de desplazados, y hoy por hoy es la mayor catástrofe humanitaria del planeta.
El régimen sirio está decidido a realizar una limpieza étnica sin precedentes para repoblar los territorios liberados, las zonas destruidas o abandonadas con chiíes procedentes de Irán, Afganistán, Pakistán (los Hazara) o Irak. Nos referimos a una vasta operación ingeniería demográfica con el claro propósito de superar a la mayoría sunita. Igual a lo que en su momento llevó a cabo Israel con los palestinos en la Nakba. Después de 7 años de guerra el saldo no puede ser más desolador: medio millón de muertos, miles de heridos detenciones arbitrarias, torturas desapariciones, destrucción de pueblos y ciudades, enfermedades, hambruna y 8 millones de refugiados. Un bárbaro genocidio cometido por el bloque Rusia, China, Irán y Hezbollah bajo la mirada complaciente de la ONU y la comunidad internacional incapaz de intervenir para salvar a la población civil más vulnerable como niños, ancianos y enfermos. Ni alto el fuego humanitario, ni envio de tropas de interposición de la ONU. El ejército sirio haciendo gala de una extrema crueldad incluso ha llegado a utilizar armas químicas para exterminar a los opositores. Aunque siempre ha negado estar detrás de estas monstruosas acciones de las que cínicamente responsabiliza a los “terroristas suníes”. Como de costumbre los servicios de inteligencia sirios e iraníes son especialistas en fabricar mentiras y noticias falsas. Rusia y China protegen a Bachar Al Assad y han logrado vetar cualquier resolución de condena a su gobierno en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Ni la UE, ni EE.UU participarán en la reconstrucción de Siria mientras que el “criminal de guerra” Bachar Al Assad continúe en el poder. Yihad Al Binaa, una ONG de Irán, se apresta a iniciar un proyecto de reconstrucción de mezquitas, hospitales y universidades. Rusia e Irán distribuyen alimentos y ayuda humanitaria además de sostener la empobrecida economía siria.
El 8 de mayo del 2018 desde la Casa Blanca el presidente Donald Trump anunció la decisión de romper el acuerdo nuclear con Irán y restablecer al más alto nivel y de forma inmediata las sanciones contra Teherán. “El acuerdo descansaba en una gigantesca ficción: que un régimen asesino deseaba solo un programa nuclear pacífico. Si no hacíamos nada, el mayor patrocinador mundial del terrorismo iba a obtener en poco tiempo las más peligrosas de las armas.” A partir del mes de agosto cualquier empresa extranjera que mantenga transacciones con Irán será penalizada. Ante tan preocupante amenaza las grandes multinacionales europeas se aprestan a retirarse de Irán.
EE.UU no olvida lo ocurrido con la crisis de los rehenes en la embajada de EEUU en Teherán (1979-1981) ni el atentado contra el cuartel de los marines en Beirut en 1983, que dejó 241 marines muertos. “Impondremos una presión financiera sin precedentes al régimen iraní para obligarlos a detener el enriquecimiento de uranio, el programa de misiles balístico y su injerencia terrorista y desestabilizadora en Oriente Medio” -afirmó el secretario de Estado de EE.UU Mike Pompeo.
El 5 de junio de 2018 desde Teherán el líder supremo Ali Jamenei envió su respuesta al “satán americano”: “Seguiremos respaldado las fuerzas de resistencia en Oriente Medio, Irán no cederá ante las presiones internacionales y ordenó a las autoridades aumentar el enriquecimiento de uranio. El avance nuclear es el orgullo tecnológico del país. El enemigo sabe que si lanza un misil recibirá diez misiles”.
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