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domingo, 15 de enero de 2023
Comentario Servicio Bíblico Semana del 15 al 21 de enero de 2023 – Ciclo A
Servicio Bíblico
Semana del 15 al 21 de enero de 2023 – Ciclo A
Domingo 15 de enero de 2023
2a Ordinario
Pablo (342)
Isaías 49,3.5-6: «Te hago luz de las naciones para que seas mi Salvación»
Salmo 40: «Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad»
1 Corintios 1,1-3: «La gracia y la paz de parte de Dios y de Jesús sean con ustedes»
Juan 1,29-34: «Éste es el Cordero de Dios»
Las lecturas de este domingo tienen como eje transversal la invitación de Dios a toda la
humanidad a asumir como propio el proyecto del Reino, de retarle, en libertad y
sinceridad, a una manera nueva ser hombre y mujer, de ser creación y sociedad. El texto
que leemos en la primera lectura forma parte del segundo Cántico del Siervo (Is 49,1 –
50,7) en el que se identifica al pueblo de Israel como el servidor de Dios; este Israel
mencionado aquí no representa la totalidad del pueblo de Dios, sino que, tal vez, se
refiera a aquella pequeña comunidad creyente desterrada en Babilonia, a ese grupo
reducido que mantiene viva la esperanza y la fe. Ese grupo que, a pesar de estar lejos de
su tierra, mantiene su confianza en Yahvé es el que traerá la salvación a todo el pueblo de
Israel y al mundo entero, pues Dios ha puesto sus ojos en él y le ha asignado la misión de
expresar a toda la creación su deseo más profundo: salvar a todos sin excepción. El
profeta que escribe este cántico marca una gran diferencia en cuanto a la comprensión de
la salvación prometida por Yahvé; siendo el tiempo del exilio, el profeta anuncia una
salvación para todas las naciones, no únicamente para el pueblo de Israel.
Pablo inicia su carta confirmando la universalidad del Reino de Dios; expresando
que el mensaje de salvación es para todos los que en cualquier lugar -y tiempo- invocan el
nombre de Jesucristo. Este saludo es dirigido a los cristianos de Corinto; sin embargo, por
la manera solemne en que Pablo escribe (a la Iglesia de Dios de Corinto), se puede
afirmar que el apóstol se está refiriendo a la única y universal Iglesia de Cristo, que se
hace presente históricamente en los creyentes de Corinto. Es decir, que aunque Pablo
escriba de manera particular a esta comunidad, su mensaje desborda los límites de
espacio y tiempo, adquiriendo en todo momento actualidad y relevancia, pues es una
Palabra dirigida a la humanidad entera. Hombres y mujeres hemos recibido la gracia de
ser hijos de Dios, por medio de Jesús; hemos sido consagrados por Dios para realizar en
nuestras vidas la “vocación santa”, que en nuestro lenguaje correspondería a la “misión”
de hacer presente, aquí y ahora, el reino de Dios: hacer de este mundo un lugar más justo
y solidario, menos violento y destructor, más libre y fraterno. Quien asume como modo
normal de vida este horizonte liberador está invocando el nombre de Jesús.
El evangelio de Juan manifiesta la universalidad de la salvación de Dios por medio
de la vida y misión de Jesús de Nazaret, visto éste como cordero de Dios, que se
sacrifica, se entrega obedientemente a la voluntad del Padre para salvar de la muerte (del
pecado) a toda la Humanidad... Jesús es el enviado del Padre, el ungido por el Espíritu de
Dios, el servidor de Yahvé del profeta Isaías (49,3) que tiene como especial misión
establecer en el mundo la justicia del reino; es quien verdaderamente trae la salvación de
Dios a la humanidad. Juan el Bautista ya había comprendido su propia misión y la misión
de Jesús; por tal razón el profeta del desierto dice que detrás de él viene alguien más
importante que él, pues el que viene es el Mesías, una Palabra nueva de Dios para el
mundo. El Bautista reconoce a Jesús como el Hijo de Dios, y por eso da testimonio de él.
Y lo hace -lo recoge así el evangelio de Juan-, con las imágenes de aquel tiempo, unas
imágenes que hace mucho tiempo se quedaron sin base y que han perdido incluso parte
de su inteligibilidad.
En efecto, hablar de Cordero de Dios, sacrificado, que expía nuestros pecados, que
quita «el pecado del mundo» con su sangre, que nos «redime»... es hablar en unas
categorías que hoy sólo podemos conocerlas por estudio histórico-bíblico, por cultura
especializada religiosa, pero que no se pueden captar en nuestra vida diaria por simple
sentido común, por una evidencia que se respira en subconsciente colectivo social, como
han de ser captadas las buenas imágenes, las imágenes que están vivas, no las que ya
murieron aunque sigan siendo leídas o repetidas. Una tarea pendiente de la comunidad
creyente hoy es testimoniar ese encuentro profundo con Jesús con unas metáforas
nuevas, para que expresen y comuniquen ese encuentro, que sólo de esa manera se
concretizará en una vida fundada entregada al amor, a la Justicia y a la comunión con
Naturaleza.
(Recordemos que el lenguaje religioso es siempre metafórico, y que las metáforas
no describen la realidad, sino que la aluden simbólicamente, con frecuencia de un modo
inexpresable en conceptos. El lenguaje religioso no es de ideas «claras y distintas», como
tantas veces ha confundido la teología dogmática, pensando que está describiendo una
realidad religiosa ontológica que está ahí como un ob-jeto que puede ser descrito
objetivamente... El lenguaje religioso es más bien como la poesía: nos habla con
metáforas, imágenes, símbolos... que muchas veces evocan nuestro subconsciente,
personal y colectivo. Jesús no puede ser el cordero de Dios, porque no es, en absoluto,
un cordero... Sin embargo, para los cristianos de aquel tiempo, decir que lo era, resultaba
una afirmación religiosa conmovedora, porque evocaba un gran conjunto de sentimientos,
tradiciones, doctrinas, imágenes, etc. Traducir aquella expresión no es traducirla a nuestro
idioma actual, sino encontrar genialmente una correspondencia válida con otra imagen o
imágenes que pudieran expresar una vivencia religiosa semejante a la que suscitaba esa
expresión en aquel tiempo. Pero esto no es fácil hacerlo –si es que es realmente posible–.
Mientras, lo que podemos/debemos hacer es no «»idolatrar aquellas expresiones
antiguas, no sentirnos atados, y ser suficientemente creativos para aportar nuestro granito
de arena al desarrollo del lenguaje religioso, que también es nuestra responsabilidad).
El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 7 de la serie «Un tal Jesús», de
los hnos. López Vigil. El guión y su comentario pueden ser tomados de aquí:
https://radialistas.net/7-bautismo-en-el-jordan/ Puede ser escuchado en esa misma
página.
Para la revisión de vida
“Ser pre-cursor de Jesús” hoy no puede entenderse sino como precursor del Reino,
de la Utopía de Jesús. Jesús no necesita que alguien vaya delante anunciándole a
él, porque él mismo nunca se anunció a sí mismo. Él vino para hacernos mirar hacia
el Reino, no hacia él (lo cual han olvidado muchos y muchas, que se quedan
mirándole a los ojos, o al dedo con el que él nos indica el lugar donde debemos
mirar: al Reino. Tal vez por eso Juan Bautista, aunque nosotros lo llamemos “el
precursor”, él era sobre todo un profeta de la justicia... Seamos “precursores de
Jesús”, o sea, de su Causa.
Para la reunión de grupo
- -Puede ser una ocasión buena para recordar esa categoría bíblica, “pecado del
mundo”. Cuando fue bajada de esfera abstracta bíblica a la arena concreta de la
realidad “del mundo”, fue traducida entonces como “pecado estructural”, tuvo
que afrontar mucha oposición. Hoy pertenece pacíficamente al menos en teoría-
al acervo común teológico (véase la Sollicitudo Rei Socialis 36-37...).
- Torres Queiruga hace unos años hizo su propuesta de abandonar el concepto
de «elección». ¿Podemos pensar que los cristianos somos el pueblo elegido (o
los judíos, o los musulmanes, o los egipcios...)? ¿Por qué? Dar razones
teológicas, bíblicas (si se encuentran), filosóficas (de razón o del sentido común)
o de otro tipo (antropológico-culturales, por ejemplo).
Para la oración de los fieles
- Para que todos los cristianos asumamos voluntariosamente la tarea de ser
anticipadores de la Causa de Jesús, sus precursores, como Juan Bautista,
roguemos al Señor.
- Para que lo hagamos con su mismo talante: con exquisito respeto a los
derechos de cada persona, sin avasallar, sin imponer, con la actitud invitatoria
de quien predica con un ejemplo que atrae y seduce...
- Para que “no nos acomodemos a este mundo” quedando ciegos ante el “pecado
del mundo”...
- Para que estemos dispuestos a cargar con ese “pecado del mundo”
encargándonos de empujar a la sociedad hacia su superación...
- Para que no confundamos nuestro deseo de ser testigos de Jesús con las
actitudes de arrogancia, de dominio, de quien se cree poseedor único de la
verdad...
- Para que pidamos perdón generosamente por los pecados que hemos cometido
“los hijos de la Iglesia” y la Iglesia como tal, que somos todos...
Oración comunitaria
* Dios Padre y Madre universal, que eres la “luz que ilumina a todo hombre y a toda
mujer que viene a este mundo”; te pedimos hagas de nosotros “facilitadores”
dispuestos a trasparentar esa luz y a remover la oscuridad que se aloja en “el
pecado del mundo”; que con Jesús, también nosotros, como “precursores” suyos
hoy, estemos dispuestos a cargar con el pecado del mundo y a posibilitar su
superación, según tu Proyecto. Nosotros te lo pedimos con los ojos puestos en el
ejemplo de Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Amén.
* Misterio Infinito, que todo lo habitas y lo llenas de vida. Hoy te reconocemos
presente en el corazón de todos nuestros hermanos y hermanas que buscan el Amor
y la Vida, a veces sin saberlo, pero siempre movidos por Ti. Ilumina con tu luz los
ojos del corazón para que sepamos contemplarte presente en todo lo bueno, noble y
verdadero que nuestros hermanos realizan, llevados por tu mismo Espíritu. Tú que,
más allá de todas las palabras e imágenes, vives y haces vivir, para siempre. Amén.
Lunes 16 de enero de 2023
2a Semana Ordinario
José Vaz (1711)
Heb 5,1-10: Siendo Hijo, aprendió a obedecer
Sal 110: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec»
Mc 2,18-22: El novio está con ellos; ¿cómo van a ayunar?
Las palabras de Jesús dirigidas a los fariseos probablemente generarían nuestra
simpatía: es simplemente imposible ayunar en una boda. Las bodas latinoamericanas son
en su mayoría fiestas con comida abundante donde se rompen las dietas. Para quien
organiza y participa de la fiesta sería impensable, inclusive ofensivo, no comer y alegrarse
en un momento tan importante. La enseñanza sobre el ayuno nos recuerda el no añadir
más fatigas y dolor a la vida en un continente donde, según la FAO, cerca de 42.5
millones de personas sufren de hambre y sub-alimentación. Jesús nos llama a comer y
alegrarnos mientras el novio está con nosotros, cuando la posibilidad permite la
celebración y la alegría. Ya llegará el momento en que las circunstancias de nuestra
existencia nos lleven al ayuno obligado. ¿Cómo comprender el ayuno hoy? En América
Latina vivimos bajo ayuno forzado, mientras Jesús usó el banquete de bodas como
metáfora del Reino. ¿Y si ayunamos de egoísmo, injusticia e individualidad? Mientras
tanto, pongamos la mesa para celebrar el banquete de Dios.
Martes 17 de enero de 2023
2a Semana Ordinario
María Antonia París, fundadora (1885)
Heb 6,10-20: La esperanza es como ancla segura
Sal 111: El Señor recuerda siempre su alianza
Mc 2,23-28: La persona está por encima del sábado
La palabra “religión” –del latín religare– describe los medios que utilizamos para
acercarnos y conectarnos con lo sagrado. Nuestras prácticas religiosas deben llevarnos a
la comunión con Dios y a la construcción celebrativa de su proyecto liberador. Pero en
muchos momentos nuestras prácticas religiosas no generan comunión ni celebración, sino
que se convierten en cargas pesadas que nos agobian y alejan de la construcción del
Reino. Algo similar vivió Jesús ante la crítica de los fariseos por arrancar espigas para
comer en sábado. Ante la denuncia de haber hecho algo prohibido, Jesús les recuerda
que los mandatos de Dios están en función de la necesidad de las personas, y que el
comer, fuente de sustento y bienestar, es más importante que el cumplimiento de un rito o
celebración que no defiende ni cuida de la vida. Los actos de justicia, de cuidado del
prójimo y de atención al sufrimiento, también son prácticas religiosas que hacen presente
el Reinado de Dios. ¡Una práctica religiosa verdaderamente cristiana construirá
necesariamente relaciones justas!
“Él (Jesús) nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que
nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría” (CV 119).
Miércoles 18 de enero de 2023
2a Semana Ordinario
Prisca, mártir (s. I)
Heb 7,1-3.15-17: “Tú eres sacerdote eterno”
Sal 110: “Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec”
Mc 3,1-6: ¿Qué está permitido en sábado?
En una ocasión Jesús hizo una advertencia a sus discípulos: «¡cuídense de no colar el
mosquito y tragarse el camello!» El evangelio de hoy nos da un ejemplo de esta
advertencia que refleja actitudes en las que descuidamos lo fundamental de la vida por
priorizar asuntos sin relevancia. Nos encontramos con el episodio del hombre de la mano
paralizada que es curado por Jesús en sábado. Más allá del milagro de curación física,
causa de alegría y celebración, el texto pone de relieve el sentimiento de tristeza que
Jesús experimenta por la actitud de los líderes religiosos. Éstos, preocupados por
prácticas rituales, no se alegran ante el alivio físico y emocional de un hombre recién
curado de su enfermedad. Jesús se duele por lo que llama la ‘dureza del corazón’ que les
impide comprender que, en el alivio de las personas sufrientes, dolidas y marginadas se
realiza la voluntad de Dios. Pidamos al Señor su guía para no provocar dolor a su corazón
colando el mosquito y tragando el camello.
Jueves 19 de enero de 2023
2
a Semana Ordinario
Macario de Alejandría (408)
Heb 7,25–8,6: Se ofreció a sí mismo
Sal 40: «Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad»
Mc 3,7-12: «Tú eres el Hijo de Dios»
En un estudio popular que realizamos una vez en una comunidad rural preguntamos a
las personas por su opinión sobre las características que debía tener Jesús como Hijo de
Dios. Una compañera levantó la mano y dijo que quien viniera en nombre de Dios
demandaría pan para todas las personas y así acabar con el hambre, lucharía por la paz
en medio de tantos conflictos de guerra e implantaría el amor y la libertad como formas de
construir comunidad. El evangelista Marcos responde a esta misma pregunta presentando
a Jesús como Hijo de Dios que camina por los pueblos curando y consolando a enfermos,
aliviando tanto el dolor físico como el del espíritu. Marcos nos presenta un Jesús liberador
que actúa para contrarrestar las opresiones del pueblo que sufre, siendo guía e impulsor
de espacios alternativos que rehabiliten la vida. ¿Qué tipo de sufrimientos atendería Jesús
hoy en su papel de Hijo de Dios? ¿Cómo podríamos testimoniar nuestro ser hijos e hijas
de Dios con nuestro prójimo?
Viernes 20 de enero de 2023
2a Semana Ordinario
Ma. Cristina de la I. Concepción (1906)
Heb 8,6-13: Es mediador de una alianza mayor
Sal 85: La misericordia y la fidelidad se encuentran
Mc 3,13-19: Llamó a los que quiso
Hemos visto alguna vez la mano salvadora de Dios actuando en nuestras vidas? El
alivio de una situación económica agobiante, la curación de una enfermedad, el fin de un
conflicto o la reconciliación de una relación rota, son actos salvíficos de Dios que dan
alegría, paz y esperanza. Estos actos salvíficos son recordados en las Escrituras para
animar el camino de fe de las nuevas generaciones. El autor de la Carta a los Hebreos
menciona cómo Dios tomó de la mano al pueblo de Israel para sacarlo de la esclavitud
que padecía en Egipto. Recordar la acción del Dios liberador nos invita a renovar la
alianza de amor establecida con Él, a comprometernos con la construcción de una
comunidad de paz y justicia. La elección de los Doce en Marcos evoca el número
simbólico que representa la perfección de un proyecto humanizador que necesita
disposición y entusiasmo comunitario. Pidamos en nuestra oración de hoy por las
comunidades eclesiales y su perseverancia.
Sábado 21 de enero de 2023
2a Semana Ordinario
Inés, mártir (304)
Heb 9,2-3.11-14: Entró en el santuario para siempre
Sal 47: Dios, el Señor, asciende entre aclamaciones, al son de trompetas
Mc 3,20-21: Sus parientes lo creyeron fuera de sí
¿Alguna vez nos hemos imaginado a Dios rey? Nuestros pueblos carecen de esta
figura, por lo que, cuando pensamos en un rey, imaginamos usualmente a los monarcas
de Inglaterra, Dinamarca o Qatar, que viven en lujo y riqueza, lejos del resto del pueblo
¿Es así como imaginamos a Dios? En la Biblia, la idea de Dios como rey es una metáfora.
Indica que Dios y su pueblo viven la soberanía, que se encarga de traer justicia, proveer
seguridad, pan y paz. Jesús fue también llamado rey, pero él rechazó este título. Jesús,
como Hijo de Dios, nos enseñó la importancia de la humildad, la fraternidad, el cuidado
del prójimo y la justicia. Por este estilo de vida en, y volcado a la solidaridad, preocupó a
los de su núcleo familiar que lo consideraban fuera de sí. Seguimos a un Jesús que se
opuso a toda clase de egoísmo y trato violento. A un Jesús que nos invita a construir un
Reino basado en la paz, el amor y la plenitud de la justicia.
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