lunes, 24 de julio de 2017

Un comentario de Juan 12:38- 42

Evangelio según san Juan (12,38-42):
En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: «Maestro, queremos ver un signo tuyo.»
Él les contestó: «Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.»
Palabra del Señor
Los letrados y fariseos buscan un signo del cielo en las prácticas de Jesús, no les interesa los signos que hace. Su religiosidad es mágica, quieren signos para creer. Esa fe no cambia la vida ni la historia de los pobres. Su religión está desencarnada sin compromiso con la justicia. Jesús es la señal terrena de Dios. Él es el sacramento del encuentro con Dios. Dios se hizo historia humana en Jesús. No necesitamos signos del cielo. Él es el signo humano libertador de oprimidos, profeta de gestos sanadores. Su señal más grande es dar la vida. Quedar escondido en el seno de la tierra tres días y tres noches como Jonás en el vientre del cetáceo para triunfar glorioso. Hoy seguimos buscando señales del cielo, cosas maravillosas para creer. Y así no multiplicamos señales de la tierra, signos del reino, curando heridas, organizando a los oprimidos, consolando a los desgraciados como hacía Jesús. Y así la religión queda escondida en el ámbito secreto sin salir a la calle, sin consuelo a los sufrientes.
Diario Bíblico 2017
Los Misioneros Claretianos

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