lunes, 14 de marzo de 2022

conflicto ucraniano como el primer paso hacia la deseuropezación y desoccidentalización del mundo

conflicto ucraniano como el primer paso hacia la deseuropezación y desoccidentalización del mundo Fuentes: Katechon Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera La falta de autonomía de Europa Desde un punto de vista geográfico, la guerra en Ucrania se libra en Europa. Pero, por otro lado, esta guerra es un fracaso estratégico de la OTAN, especialmente porque nunca tuvo en cuenta las preocupaciones y las exigencias de seguridad de Rusia (no ampliar la OTAN hacia el Este, no incluir a Ucrania dentro de su organización, cortar todo lazo con el régimen rusofóbico de Kiev, abandonar cualquier intento de crear una especie de “Anti-Rusia” a partir de Ucrania). Además, los países europeos no hicieron nada para disminuir las posibilidades de que hubiera un conflicto. En el momento en que Rusia solicitó a los países europeos que no incluyeran a Ucrania en la OTAN y refrenaran los planes de expansión de Estados Unidos hacia el Este, estos simplemente no pudieron o no quisieron hacer nada. Ahora la UE y la OTAN (con la excepción de Hungría) hacen todo lo que pueden para alimentar este conflicto que sin duda tendrá proporciones catastróficas para Europa. De hecho, la guerra ya está afectando a Europa: los países de la UE se ven desbordados por los millones de refugiados que llegan a sus puertas. Josep Borrell, jefe del cuerpo diplomático de la UE, afirma que solo es posible recibir a 5 millones de refugiados. No obstante, hasta el 7 de marzo del 2022, han llegado al menos 1.735.068 refugiados ucranianos a Europa Central y Oriental según los informes de la ONU (1). Por otro lado, la ruptura de los lazos diplomáticos con Rusia afectará principalmente a los países europeos, pues el aumento de los precios de los alimentos, la energía y la inflación se hacen sentir en toda Europa. Muchos analistas afirman que la UE perderá cientos de miles de millones de euros debido a las sanciones y contra-sanciones contra Rusia. Mientras tanto, Estados Unidos. presiona a la UE para que se impongan restricciones incluso más radicales, sabiendo muy bien que los europeos serán quienes más las sufran. Por supuesto, una Europa débil será mucho más fácil de manipular. Finalmente, el hecho de que los países europeos se vean arrastrados a este conflicto que amenaza con convertirse en una guerra nuclear que afecte principalmente al flanco oriental de la OTAN, deja mucho que desear. Sin embargo, han sido los países orientales de la OTAN los que más defienden una política de línea dura contra Rusia. Esta crisis se debe en gran medida a que la UE carece de autonomía. De hecho, podemos afirmar que Europa se ha convertido en una mera herramienta al servicio de Estados Unidos. El aumento de la presencia estadounidense en Europa solo continuará socavando la solidez de la economía europea, mientras que la guerra se utiliza como un pretexto para perseguir a todos los disidentes del continente – en particular aquellas fuerzas, movimientos y pensadores que defienden un eurocontinentalismo pragmático –. De ese modo se pretende impedir que Europa cuente con los recursos morales, intelectuales, militares y materiales para volverse autónoma. El euroatlantismo es la ideología que impide la autonomía de Europa. Las élites europeas están completamente a su servicio, sin hablar de que las redes de influencia de Estados Unidos en Europa lo utilizan a su conveniencia. Europa es uno de los futuros polos del mundo multipolar, pero tal parece que eso tendrá que esperar. El tercer mundo: de la neutralidad pacifica a la neutralidad armada Uno de los lugares donde se ha librado una batalla diplomática más encarnizada es el “tercer Mmndo”. Estados Unidos ha intentado imponer su interpretación de los hechos tanto a los países pequeños como a las potencias regionales (Pakistán) y mundiales (China). No obstante, esto revela la creciente importancia de los países no europeos y, en general, de los países no occidentales, dentro del sistema internacional actual. Cada vez más cosas dependen de ellos. Algunos países han optado por no imponer sanciones para conservar su soberanía y mantienen una especie neutralidad estratégica tal y como la practican gran parte de los países de Asia, África y América Latina. La mayoría solo se limita a condenas verbales que no tienen mucho efecto sobre Rusia. Este hecho demuestra que el mundo ya no es unipolar, sino que han aparecido nuevos centros de decisión alrededor del mundo. El primer ministro pakistaní, Imran Khan, respondió lo siguiente a los intentos de Estados Unidos y la UE de que su país impusiera sanciones a Rusia: “¿Acaso seguimos siendo esclavos para que nos digan cómo debemos actuar?” (2). Esta reacción del presidente de un país del Sur de Asia ante las potencias occidentales no deja de ser sintomática. La India tampoco se ha mostrado muy entusiasta de imponer sanciones a Rusia. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Zhao Lijian, dijo el 10 de marzo que Pekín respondería con severidad a cualquier intento de Washington de castigar a las empresas chinas que siguen prestando sus servicios en Moscú. Según la agencia informativa TASS, Lijan dijo que “Estados Unidos no tiene derecho a aplicar sanciones contra empresas y funcionarios chinos, como tampoco puede decirle a China qué clase de tratos puede hacer con Rusia. En caso de que intenten imponerle sanciones a China, entonces nos veremos obligados a responder” (3). Esta respuesta de China a Estados Unidos demuestra la impotencia de la Casa Blanca ante un mundo cada vez más diverso. Podríamos decir que Estados Unidos se enfrenta a una situación desesperada: si quiere aislar a Rusia, entonces debe reconocer la existencia de otros centros de poder a nivel mundial. Estados Unidos se ve obligado a negociar con los “cinco reyes” de los que habla Bernard Henri-Levy (uno de los principales teóricos del liberalismo actual), pero a cambio de ceder parte de la hegemonía mundial occidental a otros actores. Ahora bien, Estados Unidos ha intentado negociar con Arabia Saudita varios tratados para mitigar las consecuencias negativas que trae la dependencia europea del petróleo ruso. Sin embargo, las relaciones de Estados Unidos con Arabia Saudita se han deteriorado muchísimo desde que Joe Biden llegó a la Casa Blanca. Estados Unidos también ha intentado acercarse a países como Irán, India, Turquía e incluso Venezuela (que ahora es vista como un actor legítimo), pero no ha obtenido sino fracasos. Muchos de estos países entienden que una vez que Rusia sea derrotada, ellos serán los siguientes en la lista. Las declaraciones de China, así como las de varios países de Asia, África y América Latina, demuestran que ninguno de ellos está dispuestos a ceder sus posiciones. Esto significa que han asumido una especie de neutralidad armada muy parecida a la que asumieron Rusia y otros países europeos durante la Guerra de Independencia de Estados Unidos a finales del siglo XVIII. Rusia rechazó el bloqueo económico que Gran Bretaña, el poder marítimo de aquel entonces, intentó imponer a Estados Unidos. Ahora, Estados Unidos, que es el heredero del “poder marítimo” británico, está experimentando otra clase de “neutralidad armada” muy parecida a la que una vez le salvó la vida. Hacia la multipolaridad La neutralidad estratégica que muchos países asiáticos han asumido hacia Rusia es favorable para ellos, ya que les permite aprovecharse de las sanciones que los países occidentales le imponen a la economía rusa. Lo más probable es que gran parte del comercio que los países occidentales antes tenían directamente con Rusia (como, por ejemplo, el petróleo) y las importaciones que hacían pasen ahora por ellos antes de que lleguen a su destino. El petróleo puede ser comercializado a través de Turquía tal y como señala el politólogo ruso Ivan Starodubtsev (4). Mientras más se resistan los países de América Latina, Asia y África a los intentos estadounidenses de imponer sanciones, más atractivos serán para Rusia desde un punto de vista económico: esto implica tanto la inversión directa de Rusia en estos países (especialmente con respecto a industrias que no existen en Rusia) como la entrada en el mercado ruso de muchos de ellos, especialmente porque muchas empresas estadounidenses y europeas están abandonando Rusia. Por supuesto, todo ello implica un aumento de la interdependencia entre estas económicas con Rusia y de las amenazas que Estados Unidos lanzará contra los nuevos socios del país eurasiático. Sin embargo, Estados Unidos solo conseguirá someter a los países pequeños y poco importantes. Los más grandes y autónomos seguirán siendo independientes y fortalecerán sus lazos políticos con Rusia ante la incapacidad de Estados Unidos de desconectarlos a todos ellos de su sistema económico sin destruir el suyo. Todo esto podría impulsar el nacimiento de un mundo multipolar. Europa también esta llamada a convertirse en una potencia soberana, pero eso será imposible mientras siga dominada por la actual élite atlantista. No obstante, estos cambios no dependen únicamente de aspectos materiales: Occidente ha perdido la confianza de la mayor parte de los países del mundo. Ucrania fue un país que apostó por Occidente y perdió, convirtiéndose en una simple herramienta en manos de poderes externos y un campo de batalla entre potencias nucleares. Esto sin duda llevará a muchos países a volver a evaluar sus propias relaciones con Estados Unidos. El hecho de que Europa esté cada vez más al borde de la guerra demuestra la negativa del Occidente liberal y democrático a escuchar los argumentos y temores que tienen los demás (Rusia). Esta falta de diálogo ha conducido a un conflicto abierto a toda regla. Igualmente, es la falta de diálogo la que impide que Estados Unidos y Europa resuelvan esta situación, pues creen que si ceden entonces destruirían la imagen de grandeza que tienen frente al resto de las naciones del planeta. Creer que el camino de desarrollo y progreso que ha seguido Occidente es el parámetro por excelencia de la evolución humana para alcanzar la paz y prosperidad (al costo de abandonar las tradiciones de nuestros pueblos) no es más que una mentira. Occidente no puede ser un punto de referencia moral y ético para nosotros, lo cual queda cada vez más claro cuando vemos a Washington amenazando al resto del mundo para aislar a Moscú. Cuanto más presione Occidente a los demás países, mayor será la resistencia que encuentre. Notas: 1. https://www.rbc.ru/rbcfreenews/622617139a7947c327f07f24?utm_source=yxnews&utm_medium=desktop 2. https://www.firstpost.com/world/is-islamabad-their-slave-pm-imran-khan-slams-eu-for-asking-pakistan-to-vote-against-russia-10437271.html 3. https://tass.ru/mezhdunarodnaya-panorama/14019401 4. https://t.me/turkey_is/1624 Fuente: https://katehon.com/ru/article/konflikt-na-ukraine-i-de-evropeizaciya-de-vesternizaciya-mira

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