miércoles, 30 de abril de 2025

Ucrania estuvo implicada en un atentado contra Trump

Carlson: Ucrania estuvo implicada en un atentado contra Trump y Zelenski "es un enemigo de EE.UU." Publicado: 30 abr 2025 20:51 GMT Actualidad RT Según el periodista, el régimen ucraniano es "realmente oscuro" y está implicado en el asesinato de muchas personas. Carlson: Ucrania estuvo implicada en un atentado contra Trump y Zelenski "es un enemigo de EE.UU." Alex Brandon / AP El periodista estadounidense Tucker Carlson calificó a Vladímir Zelenski de "enemigo" de Estados Unidos y acusó a su régimen de estar posiblemente implicado en el intento de asesinato de Donald Trump. "Creo que Zelenski es un enemigo de Estados Unidos y creo que su gobierno ha intentado asesinar a varias personas", declaró en una entrevista con Megyn Kelly. Zelenski insinúa un posible ataque contra el desfile del Día de la Victoria en Moscú Zelenski insinúa un posible ataque contra el desfile del Día de la Victoria en Moscú "Creo que es muy obvio que los ucranianos estuvieron involucrados en el intento de asesinato en el campo de golf de Florida" dijo, refiriéndose al segundo intento de asesinato contra Donald Trump y afirmando que el sospechoso viajó a Ucrania anteriormente. "Es un hecho que elementos del Gobierno ucraniano han intentado asesinar a un montón de gente y ahí lo tienes y creo que empezando por el actual presidente", añadió. Además, el periodista calificó al régimen ucraniano de "realmente oscuro" y lo acusó de prohibir la mayor confesión cristiana del país, así como de comerciar armas con "grupos oscuros", entre los que incluyó a Hamás y los cárteles mexicanos. Carlson también afirmó que el régimen de Kiev no representa a los ucranianos y pidió una auditoría del dinero asignado. "¿Cuántas casas tienes Zelenski? ¿Tienes una casa en Miami? ¿Tienes una en Francia? Vamos a hacer una auditoría de tus finanzas personales y de [Kiril] Budánov* [jefe de la inteligencia ucraniana] y de toda la gente que te rodea y averigüemos adónde se fue el dinero", propuso. * Incluido en la lista de terroristas y extremistas de Rusia.

Corte Penal Internacional mantiene órdenes de arresto contra dirigentes en Israel

Recomiendo: La Corte Penal Internacional mantiene órdenes de arresto contra dirigentes en Israel Por Nicolas Boeglin | 29/04/2025 | Mundo, Palestina y Oriente Próximo Fuentes: Rebelión El pasado 24 de abril del 2025, la Sala de Apelaciones de la Corte Penal Internacional (CPI) dio a conocer dos decisiones: en la primera de ellas, rechazó suspender las órdenes de arresto contra dirigentes israelíes (su actual Primer Ministro y su ahora ex ministro de defensa); al tiempo que, en otra decisión, mantuvo ambas órdenes de arresto y aceptó parte de la apelación presentada por Israel contra esta misma decisión de la Sala Preliminar. con relación a la competencia de la CPI. Se trata de la respuesta de la Sala de Apelaciones a la batería de argumentos de toda clase que presentó Israel en aras de intentar librarse de ambas órdenes de arresto, confirmadas en una decisión de una Sala Preliminar en noviembre del 2024, luego de la solicitud hecha por el Fiscal de la CPI en mayo del mismo año. Las dos precitadas decisiones en breve El texto completo de ambas deciciones permite conocer del detalle de las aeplaciones de todo tipo presentadas por Israel y del extremo cuido que tuvieron tanto el Fiscal como la Sala Preliminar a la hora de elaborar sus decisiones del 2024. El texto de la primera decisión de la Sala de Apelaciones del 24 de abdil del 2025, que consta de 15 páginas, está disponible en este enlace. Se lee que (página 3) que: «After deliberation, Renders, by majority, Judge Luz del Carmen Ibáñez Carranza and Judge Solomy Balungi Bossa dissenting, the following D E C I S I O N 1. The appeal of the State of Israel is dismissed as inadmissible; 2. The request of the State of Israel for suspensive effect of arrest warrants issued by Pre-Trial Chamber I against two Israeli nationals and “any other legal acts taken by the Court based thereon” is dismissed, as moot; and 3. The request of the State of Israel for leave to reply and to reject in limine the Prosecutor’s submissions concerning suspensive effect is dismissed as moot«. El texto completo de la segunda decisión que consta de 23 páginas puede ser consultada en este enlace oficial de la CPI. Cabe resaltar que esta decisión fue tomada por unanimidad de los cinco integrantes de la Sala de Apelaciones, al indicarse (página 3) que: «After deliberation, Unanimously, Delivers the following J U D G M E N T 1. The State of Israel’s appeal against Pre-Trial Chamber I’s “Decision on Israel’s challenge to the jurisdiction of the Court pursuant to article 19(2) of the Rome Statute” is admissible under article 82(1)(a) of the Statute; 2. The State of Israel’s request for leave to reply is rejected; 3. Pre-Trial Chamber I’s “Decision on Israel’s challenge to the jurisdiction of the Court pursuant to article 19(2) of the Rome Statute” is reversed and remanded for Pre-Trial Chamber I to rule on the substance of the State of Israel’s jurisdictional challenge; 4. The State of Israel’s request for suspensive effect of two arrest warrants issued by Pre-Trial Chamber I and “any other purported exercise of jurisdiction by the Court” is dismissed as moot; and 5. The requests of the Office of the Public Counsel for Victims and the European Centre for Law and Justice are dismissed as moot«. Foto extraída de artículo de prensa publicado en Israel, titulado «Bombing plants, severing pipelines: Israel pushes Gaza water crisis to the brink» (Magazine+972, edición del 23 de abril del 2025, cuya lectura completa se recomienda). En ambas decisiones, el rechazo a la petitoria de Israel de suspender las órdenes de arresto en contra de dos de sus dirigentes es contundente. Desde este simple punto de vista, se puede decir que las gestiones de Israel fracasaron. En el caso de la segunda decisión de la Sala de Apelaciones de la CPI, ¿se abre realmente una posibilidad para que sea revisada en un futuro la decisión anterior que confirmó las órdenes de arresto tomada contra dos de dirigentes israelíes y tres jefes del Hamás en noviembre del 2024 ? (decisión que tuvimos la ocasión de analizar en su momento en cuanto a sus alcances – Nota 1). La respuesta a esta pregunta, en nuestra opinión, es que esta posibilidad en realidad no existe, ya que los jueces no podrían ir en contra de lo ya establecido y claramente zanjado en febrero del 2021 por tres jueces de la CPI. En su decisión del 24 de abril del 2025, la Sala de Apelaciones aceptó que un argumento de Israel basado en el artículo 19, párr. 2 (posibilidad de presentar una apelación) combinado con el artículo 82, párr. 1, sí era de recibo y que la Sala de lo Preliminar cometió un error procesal al obviarlo. Este último artículo (véase texto del Estatuto de Roma adoptado en 1998) se lee como sigue: «Artículo 82 Apelación de otras decisiones 1. Cualquiera de las partes podrá apelar, de conformidad con las Reglas de Procedimiento y Prueba, de las siguientes decisiones: a) Una decisión relativa a la competencia o la admisibilidad; b) Una decisión por la que se autorice o deniegue la libertad de la persona objeto de investigación o enjuiciamiento; c) Una decisión de la Sala de Cuestiones Preliminares de actuar de oficio de conformidad con el párrafo 3 del artículo 56; d) Una decisión relativa a una cuestión que afecte de forma significativa a la justicia y a la prontitud con que se sustancia el proceso o a su resultado y respecto de la cual, en opinión de la Sala de Cuestiones Preliminares o la Sala de Primera Instancia, una resolución inmediata de la Sala de Apelaciones pueda acelerar materialmente el proceso». Como bien se sabe, Israel desde un inicio ha cuestionado la competencia de la CPI al considerar que la justicia penal internacional carece de jurisdicción en Palestina: al no ser Israel Estado Parte al Estatuto de Roma (véase estado oficial de firmas y ratificaciones, con incluso el insólito «retiro» de su firma al Estatuto de Roma en el 2002 que se observa en la parte final del tablero). Se trata como indicado previamente, de una argumentación que fue claramente rechazada en febrero del 2021 por una Sala de lo Preliminar de la CPI, al considerar que Palestina es Estado Parte al Estatuto de Roma. Ahora bien, lejos de algunos cantos de victoria que la prensa en Israel se ha apresurado en usar en diversos titulares desde el 24 de abril, la Sala de Apelaciones en ningun momento ha «suspendido«, «revisado» o «anulado» ni mucho menos «reformado» la decisión objeto de la apelación por parte de Israel: en efecto, al revocar la decisión previa de la Sala Preliminar de la CPI de noviembre del 2024, no toma ninguna decisión sobre el fondo, sino que devuelve a esta última (la Sala de lo Preliminar) el asunto, indicándole que deberá incorporar y pronunciarse sobre los agumentos relativos su competencia, que Israel en su momento le presentó. En su decisión, se lee que para los cinco integrantes de la Sala de Apelaciones: «64. Accordingly, the Appeals Chamber is of the view that, in light of the preceding considerations, the most appropriate course of action is to reverse the Impugned Decision and remand the matter to the Pre-Trial Chamber for it to rule on the substance of the jurisdictional challenge. The Appeals Chamber notes that it is for the Pre-Trial Chamber to determine the applicable legal basis under article 19(2) of the Statute for addressing Israel’s jurisdictional challenge at the present stage of the proceedings, and to provide any required further instructions on the procedure to be followed«. Como es usual en este tipo de decisiones relativas a Israel, la simplificación extrema que hacen medios de prensa israelíes (y sus relevos locales en una multitud de salas de redacción) intenta hacer creer a la opinión pública israelí que la victoria de Israel ha sido total, cuando la realidad es bastante más matizada: ambas órdenes de arresto se mantienen vigentes y es un aspecto meramente procesal que se le ordenó a la Sala Preliminar subsanar. Breve puesta en contexto procesal con relación al tema de la competencia Cabe recordar que la cuestión de la competencia de la CPI había sido claramente establecida cuando en febrero del 2021, una Sala Preliminar de la CPI, luego de un largo examen que duró varios años, confirmó la plena competencia de la justicia penal internacional para examinar la situación existente en el territorio palestino ocupado, al ser Palestina Estado Parte al Estatuto de Roma desde el 2015 (véase texto completo de esta decisión en francés y en inglés): ello sin excepción de ningún tipo, siendo Gaza parte del territorio palestino, tanto como Cisjordania y Jerusalén Oriental. Lo que la Sala de Apelaciones considera en su decisión del 24 de abril del 2025, es que al tomar su decisión en noviembre del 2024, apelada luego por Israel, la Sala Preliminar debió reconsiderar todos los argumentos sobre la competencia de la CPI (ya resueltos en febrero del 2021 y considerados res judicata por los tres jueces de la Sala Preliminar en el 2024): un criterio que, claró está, es debatible (y sea probablemente objeto de intensos debates entre juristas). El contexto en el que se da esta decisión Esta decisión de la Sala de Apelaciones de la CPI se da en plena ofensiva destructora de Israel, que, en poco más de un mes desde el informe de Naciones Unidas al 23 de marzo, ha asesinado a más de 1890 personas en Gaza, de las cuales 595 niños y 308 mujeres. La total insensatez del accionar militar israelí desde el 18 de marzo del 2025 y el ensañamiento contra una población civil desprovista de todo debería permitir ampliar la lista de los responsables en Israel de semejantes exacciones, llamados a responder por sus actos ante la justicia penal internacional. Remitimos a nuestros estimables lectores al último informe al 23 de abril en el que se lee que: «Between 7 October 2023 and 22 April 2025, the MoH in Gaza reported that at least 51,266 Palestinians have been killed and 116,991 Palestinians injured. This includes 1,890 people killed and 4,950 injured since the escalation of hostilities on 18 March 2025, according to MoH. On 17 April, MoH published the breakdown casualties in Gaza between 18 March and 17 April. Of the 1,691 people killed, 595 were children, 308 women, 105 elderly and 683 men. Among the 4,464 people injured, 1,610 were children, 842 women, 225 elderly and 1,787 men, MoH reported«. La comparación de este informe de situación al 23 de abril con el anterior al 15 de abril (véase texto) pone en evidencia que el ejército de Israel desplegó acciones mortíferas sostenidas de manera ininterrumpida durante la semana en la que parte del mundo cristiano celebraba la Pascua. El pasado 3 de abril, ante los integrantes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos en persona informó de la catástrofe humanitaria que vive Gaza, con un bloqueo total por parte de Israel a la ayuda humanitaria que llevaba más de un mes para esta fecha (véase video de su intervención, colgado desde un medio informativo africano, dada la poca cobertura a su intervención en medios norteamericanos y europeos). A la fecha de redactar estas líneas (26 de abril), son casi dos meses sin ayuda humanitaria a la que esta sometida la población de Gaza por parte de Israel, sin que ello sea mencionado en los principales medios de prensa internacionales. Desde el 2 de marzo, no entra nada en Gaza (véase informe de Human Rights Watch).Nótese que en febrero del 2025, un informe conjunto del Banco Mundial y de la Unión Europea (UE) – véase informe – calculó que las pérdidas y daños ocasionados en Gaza por parte de Israel desde la tarde/noche del 7 de octubre del 2023 alcanzan una suma de más de 49.000 millones de US$ (véase tabla y explicaciones en pp.3-4). Se lee (página 25) que: «The assessment estimates around US$19.1 billion of economic and social losses incurred due to the conflict (see Figure 3). The sectors with the highest estimated losses are health with US$6.3 billion, education with US$3.2 billion, commerce and industry with US$2.2 billion, social protection at around US$1.4 billion, and agriculture at US$1.3 billion. The impacts, damages, and losses are thus greatest in housing with US$16.3 billion, commerce and industry with US$8.1 billion, health with US$7.6 billion, education with US$4.1 billion, and transport with US$2.9 billion«. Cabe desde ya precisar que, así como las máximas autoridades de Israel tildaron de «antisemitas» a los jueces de la CPI en noviembre del 2024 (véase nota de prensa), y pidieron al Secretario General de Naciones Unidas que renuncie a su puesto en octubre del 2023 al indicar el contexto en el que se enmarcó el ataque del 7 de octubre (véase nota de prensa), en el mes de enero del 2024 consideraron una primera ordenanza dictaminada por otra jurisdicción internacional (la Corte Internacional de Justicia / CIJ) totalmente sesgada en razón del «antisemitismo» de algunos de sus integrantes (véase nota de The Guardian): se trata de una reacción iracunda de Israel cada vez que su diplomacia fracasa, y que ya no impresiona mayormente (salvo en el caso de algunos pequeños círculos políticos que gravitan alrededor de la Casa Blanca en Estados Unidos y de otros más pequeños círculos activos en algunas capitales). A modo de conclusión Más allá de la facilidad con la que se usa el término de «antisemita» o «antisemitismo» en las esferas gubernamentales israelíes y en sus círculos afines, estas dos decisiones de la Sala de Apelaciones de la CPI posiblemente sean objeto de comentarios por parte de la doctrina jurídica especializada. Es de notar que otra prueba ante la justicia internacional espera a Israel en próximos días: en efecto, a partir del próximo 28 de abril, ante otra jurisdicción internacional localizada también en la ciudad de La Haya (la CIJ) unos 40 Estados y cuatro organizaciones internacionales tendrán la oportunidad de hacer ver a los jueces de la CIJ la importancia que revisten las reglas jurídicas que obligan a todo Estado Miembro de Naciones Unidas en el marco esta vez de un procedimiento consultivo iniciado por Noruega en octubre del 2024, que tuvimos la oportunidad de analizar en su momento (Nota 2). Por parte de América Latina, participarán por orden de aparición ante los jueces de la CIJ (véase programa dado a conocer el pasado 23 de abril por la CIJ) los siguientes Estados: Colombia, Bolivia, Brasil, Chile, México y Panamá. La larga lista de Estados y organizaciones internacionales invitados a dirigirse a los 15 integrantes de la CIJ no incluye a Israel, que ha considerado en este caso innecesario presentar sus alegatos ante la CIJ de La Haya. Si bien para algunos analistas y comentaristas, puede tratarse de un pequeño detalle de forma, este omisión de Israel viene a confirmar que la narrativa de Israel (y la de sus aliados) tendiente a justificar legalmente el actuar de Israel en Gaza y en el resto del territorio palestino ocupado – con base en consideraciones y «argumentos» legales desplegada desde su aparato diplomático (así como a través de una gran cantidad de analistas, columnistas y «expertos» en diversas entidades y latitudes…) – no resiste un debate ante los jueces de la CIJ. Sobre este preciso punto, habíamos tenido la oportunidad de señalar una omisión muy similar en el marco del procedimiento consultivo anterior de la CIJ que concluyó el 19 de julio del 2024, con un total de cinco modestas páginas enviadas por Israel para su única defensa ante los jueces de la CIJ (Nota 3). Volviendo a la justicia penal internacional y a los efectos de las órdenes de arresto emitidas por la CPI, para las ceremonias oficiales en Roma relativas a los funerales de Su Santidad el Papa Francisco de este 26 de abril, no viajó a Roma el Primer Ministro de Israel en la cidudad en la que se adoptó el Estatuto de Roma en 1998; como tampoco el Presidente de Rusia, también objeto de una orden de arresto de una Sala de lo Preliminar de la CPI por crímenes de guerra cometidos en Ucrania (véase comunicado oficial de la CPI sobre esta orden de arresto del 17 de marzo del 2023). Notas Nota 1: Véase BOEGLIN N., «Gaza / Israel: las órdenes de arresto de la CPI contra el Primer Ministro y (ex) Ministro de Defensa de Israel y contra un dirigente del Hamás. Alcance y perspectivas«, 21 de noviembre del 2024. Texto disponible aquí. Nota 2: Véase BOEGLIN N., «Gaza / Israel: CIJ alista audiencias públicas mientras Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas adopta resolución sobre obligación de prevenir genocidio «, 11 de abril del 2025. Texto disponible aquí. Nota 3: En aquella oportuniad, nos permitimos señalar que en julio del 2024, al darse a conocer la opinión consultiva de la CIJ sobre la colonización y la ocupación ilegal del territorio palestino ocupado que: «Al respecto, las 292 páginas del escrito de Palestina (véase texto en francés y en inglés) contrastan con las módicas 5 páginas remitidas en su momento por Israel (véase texto en francés y en inglés). Con respecto a Israel, cabe indicar que, pese a poder hacerlo, Israel optó por no participar luego en las audiencias orales, un detalle que la jueza oriunda de Estados Unidos en la CIJ consideró necesario señalar en su declaración separada (véase texto), al precisar que: «4. It also is unfortunate that Israel did not meaningfully participate in these advisory proceedings. Israel submitted a five-page written statement to the Court, together with annexes. It chose not to participate in the oral proceedings, despite the fact that up to the opening of those proceedings, the Court had reserved three hours for Israel to present its views — the same amount of time allocated to the observer State of Palestine, and six times the amount allocated to any other participant. This is an advisory proceeding, and no State was under an obligation to participate, including Israel. Israel’s participation in the oral proceedings, however, would have benefited the Court. Conversely, the failure of a State to participate cannot prevent the Court from fulfilling its responsibilities in replying to an advisory request» «. Véase BOEGLIN N., «Ocupación prolongada y colonización ilegal israelí del territorio palestino: apuntes con relación a la reciente opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia (CIJ)«, 19 de julio del 2024. Texto disponible aquí. Nicolas Boeglin, Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica (UCR). Blog del autor: https://derechointernacionalcr.blogspot.com/ Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Intermedio ucraniano

Recomiendo: Intermedio ucraniano Por Rafael Poch de Feliu | 30/04/2025 | Europa Entre el acuerdo ruso-americano y la transformación de la guerra en Europa El viernes 25 de abril un atentado con coche bomba mató en la periferia de Moscú a otro general ruso, Yaroslav Moskalik, vicejefe de la dirección principal operativa del Estado Mayor. Los atentados ucranianos contra militares y civiles en Rusia son frecuentes. En diciembre cayó el general Igor Kirilov y antes que él dos periodistas rusos y un diputado ucraniano refugiado en Moscú, entre otros. Según el general Leonid Reshetnikov, un jubilado del servicio de inteligencia exterior, estos atentados se cometen “bajo el directo asesoramiento” de los servicios secretos británicos. Su actual objetivo es torpedear las negociaciones para un acuerdo de paz entre el Kremlin y Washington. A las pocas horas del atentado contra Moskalik, aterrizaba en Moscú el avión del enviado especial del presidente Trump, Steve Witkoff. Era la cuarta visita cordial de Witkoff a Moscú. En esta ocasión, Putin accedió a mantener negociaciones directas con Ucrania y al día siguiente anunció que el ejército ruso ha terminado de expulsar a las fuerzas ucranianas de la provincia rusa de Kursk, donde entraron en agosto, en una operación con más sentido de imagen que militar, y que se ha saldado con un considerable fracaso y gran mortandad en las mejores unidades militares ucranianas. Estas dos noticias, el aparente avance de la negociación y el descalabro militar en Kursk, arrojan un balance bastante angustioso para el gobierno de Kiev, cuyas divisiones, tensiones y rivalidades internas aumentan manifiestamente, según se desprende del mero seguimiento de la prensa local. El jefe de la inteligencia militar, Kiril Budanov, un hombre de la CIA, está enfrentado con el jefe de la administración presidencial y mano derecha de Zelenski, Andri Yermak. Hay rumores de destitución de Budanov, que en enero dijo en una reunión parlamentaria a puerta cerrada que si no habían negociaciones de paz pronto el país se iría al garete. El jefe del grupo parlamentario del partido del presidente, David Arajamiya, también está peleado con la administración presidencial que le quiere relevar del cargo. Arajamiya fue quien confirmó que en las negociaciones de marzo/abril de 2022 en Estambul había un acuerdo de paz ya preparado que no llegó a prosperar por la presión occidental. El exjefe del ejército Valeri Zaluzhni, al que Zelenski destituyó y envió de embajador a Londres por ser más popular que él, tiene ambiciones y mantiene contacto con el expresidente Petró Poroshenko, otro rival de Zelenski al que éste ha represaliado. La actitud negativa de Trump hacia Zelenski y sus sugerencias directas de que el presidente no es capaz de negociar la paz no hacen más que reavivar estas tensiones y disputas por el poder en el interior del régimen de Kiev. Aún más, cuando la narrativa occidental sobre la guerra como “agresión rusa no provocada a cargo de una especie de nuevo Hitler, y en la que la OTAN no tiene nada que ver”, se ha hundido manifiestamente. Por un lado el jefe de la OTAN, es decir el presidente de Estados Unidos, reconoce gran parte del argumentario ruso, y, por otro, la prensa americana más beligerante (Véase los últimos informes del New York Times) no cesa de concretar la implicación de la OTAN en Ucrania desde 2014, mucho antes de la invasión, desmintiendo con todo tipo de detalles la afirmación canónica de 2023 y 2024 de que “la OTAN no está en guerra con Rusia” (el exsecretario de Defensa americano Lloyd Austin, entre muchos otros). Estados Unidos ha pasado de resistirse a la aparición de un orden mundial multipolar a intentar dominarlo sobre nuevas bases Trump ha reconocido que la línea política de Washington de los últimos treinta años ha fracasado y está introduciendo importantes enmiendas en ella. Como dice el politólogo ruso Dmitri Trenin, Estados Unidos ha pasado de resistirse a la aparición de un orden mundial multipolar a intentar dominarlo sobre nuevas bases. Todo esto ha descolocado por completo a los aliados europeos y al gobierno de Kiev, que ni siquiera están dispuestos a reconocer que la ampliación de la OTAN supone un problema para Rusia. En lugar de asumir que la única “garantía de seguridad” de Ucrania es restablecer su neutralidad –con la que Rusia convivió desde la disolución de la URSS–, la Unión Europea prefiere amenazar con rearmarse y movilizar ejércitos de los que carece contra una fantasmagórica amenaza de invasión rusa de Europa, sobre la que no existe el menor indicio, voluntad ni posibilidad militar en Moscú. La élite europea está dividida en el grado de conformidad con esta leyenda. Los austrohúngaros (Hungría, Eslovaquia y quizás pronto Chequia) rechazan la dialéctica guerrera. La Europa mediterránea no cree en ella pero acepta el rearme, porque, dada su impotencia, no le queda más remedio que la disciplina. Francia, donde no se sabe si el próximo presidente será una Le Pen o un Villepin, navega por ahí en medio, y solo los bálticos, polacos y escandinavos parecen decididos a enfrentarse militarmente a Rusia en una “guerra del Norte” que abra un segundo frente contra Moscú, con la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, directamente amenazada en Groenlandia por Trump, declarando que “la paz en Ucrania es más peligrosa que la actual guerra”… Por razones industriales y políticas, el rearme europeo solo puede ser un bluf A Europa le cuesta mucho comprender que ya no es la dueña del mundo y que ha perdido su antigua preponderancia en él. Por razones industriales y políticas, el rearme europeo solo puede ser un bluf. La idea de crear una economía de guerra en Europa, ese “continente de paz” del que surgieron las principales tragedias del mundo de los últimos siglos, desde el holocausto colonial hasta las dos guerras mundiales, es una quimera sin paliativos. El economista Michael Hudson tiene razón cuando dice que habría que sustituir a los economistas y politólogos europeos por psicoterapeutas. Y en ningún lugar eso es más cierto que en Alemania. Por mucha desmemoria que haya generado la irracionalidad europea, la cuestión de cómo se vivirá desde países como Francia, Holanda, Dinamarca o Italia, el hecho de que el Bundeswehr se convierta dentro de algunos años en el primer ejército europeo –acaso con un futuro gobierno de coalición entre la ultraderecha de Alternativa por Alemania (AfD) y la CDU– acabará abriéndose paso. La clase política alemana se ha soltado el pelo y bate todos los récords de irracionalidad. Ya no tiene complejos. La nueva generación ha transferido la culpa histórica a Putin, convertido en nuevo Hitler, mientras todo el país gira a la derecha, rehabilita el militarismo y encoge las libertades, criminalizando la solidaridad con Gaza o el pacifismo. Con una economía en recesión, el país se instala en una nueva patología macartista que borra toda confrontación crítica con el pasado nacional (Vergangenheitsbewältigung) y la sustituye por la rusofobia hacia la que dirige su energía agresiva. Esta quinta Alemania, aborto de su reunificación, camina directa hacia el batacazo. Las confusas enmiendas de Trump a la globalización, con la mira puesta en la contención de China, pasan por cierto acercamiento a Rusia. Desde luego no se va a romper la relación entre Moscú y Pekín (a ese propósito se llega con diez o veinte años de retraso), pero el desequilibrio económico y comercial entre Rusia y China ofrece cierto margen de juego. El mercado chino representa el 36% de la importación rusa y el 30% de su exportación, pero Rusia solo representa el 4% del comercio exterior chino (cifras de 2023). A Rusia le interesa diversificar y Estados Unidos es un gran mercado alternativo, lo que abre algunas posibilidades. Para Washington, Rusia también es importante en Oriente Medio. A Trump le importa más Irán, con quien está empezando a negociar un acuerdo de desnuclearización, que Ucrania. Cuando las delegaciones rusas y americanas se reúnen, no hablan solo (ni a lo mejor sobre todo) de Ucrania. Moscú no va a tirar por la borda sus acuerdos y alianzas con Irán y China, pero a cambio de que Washington reconozca que Rusia tiene intereses en Europa y que el principal de ellos es que Ucrania no se convierta en una amenaza de seguridad contra ella después de la guerra, puede flexibilizar mucho su actitud en asuntos que interesan a Estados Unidos. Zelenski lo tiene todo en contra. Cuanto antes lo admita, menor será el daño y la carnicería. Pero el presidente ucraniano lo tiene difícil porque cualquier decisión realista de su parte será considerada “traición” por su potente extrema derecha militar. Si por el contrario, animado por sus ilusos aliados europeos, se mantiene inflexible, se arriesga a que Estados Unidos le abandone militarmente. Y sin la ayuda de satélites, información y comunicaciones que le brindan los americanos, y que los europeos no pueden reemplazar, seguramente el frente ucraniano colapsaría pronto. En marzo, en una reunión a puerta cerrada con la principal organización de empresarios e industriales rusos, Putin dijo que Rusia no tiene intención de hacerse con “Odesa y otros territorios de Ucrania” si en las negociaciones de paz se reconoce que Crimea, las repúblicas de Donetsk y Lugansk y las otras dos regiones (Jersón y Zaporiyia) parcialmente arrebatadas a Ucrania forman parte de Rusia. Por supuesto, en el plazo de uno o dos años el giro político de Trump se puede hundir y crear un gran desbarajuste económico en el interior de Estados Unidos con el lío de los aranceles contra todos, pero para entonces el ejército ruso podría haber llegado a Odesa, convirtiendo lo que quede de Ucrania en un país irrelevante sin salida al mar. La guerra en Ucrania puede terminar si se llega a algún acuerdo, pero también puede transformarse en algo más estrictamente europeo y menos euroatlántico. Vivimos tiempos inciertos para todos, pero algunos lo tienen peor que otros. Rafael Poch-de-Feliu (Barcelona) fue corresponsal de La Vanguardia en Moscú, Pekín y Berlín. Autor de varios libros; sobre el fin de la URSS, sobre la Rusia de Putin, sobre China, y un ensayo colectivo sobre la Alemania de la eurocrisis. Fuente: https://ctxt.es/es/20250401/Politica/49104/rafael-poch-guerra-ucrania-donald-trump-europa.htm

lunes, 28 de abril de 2025

alto el fuego temporal en el 80.º aniversario del Día de la Victoria

- Sputnik Mundo Putin declara el alto el fuego temporal en el 80.º aniversario del Día de la Victoria Basándose en consideraciones humanitarias, la parte rusa declara una tregua durante el 80.º aniversario del Día de la Victoria desde las 00:00 [21:00 GMT] del 7 al 8 de mayo hasta las 00:00 [21:00 GMT] del 10 al 11 de mayo, procede del comunicado del Kremlin. Durante este período, se detendrán todas las hostilidades, indica el texto. Rusia considera que la parte ucraniana debería seguir este ejemplo y declarar también un alto el fuego durante el 80.º aniversario del Día de la Victoria, agregaron desde el Kremlin. En caso de violación de la tregua por la parte ucraniana, las FFAA de Rusia darán una respuesta adecuada y eficaz. "La parte rusa vuelve a reiterar su disposición a entablar conversaciones de paz sin condiciones previas encaminadas a eliminar las causas profundas de la crisis ucraniana y a cooperar constructivamente con los socios internacionales", subrayaron desde el Kremlin. El 19 de abril, el presidente de Rusia también anunció una tregua unilateral de 30 horas con motivo de la Pascua. Al mismo tiempo, pidió a las Fuerzas Armadas que estén preparadas para responder a eventuales violaciones de la tregua, provocaciones y acciones agresivas por parte de Kiev. Sin embargo, las tropas de Kiev siguieron llevando a cabo ataques a pesar de la tregua pascual. Se registraron unas 4.900 violaciones del régimen de alto el fuego, reportaron desde el Ministerio de Defensa de Rusia.

domingo, 27 de abril de 2025

Rafah ya no existe

Recomiendo: El plan de Israel para ocupar Gaza de forma permanente Rafah ya no existe Por Tareq S. Hajjaj | 26/04/2025 | Palestina y Oriente Próximo Fuentes: Mondoweiss / Imagen: vista aérea de la destrucción de Rafah el 19 de enero de 2025, al inicio de la tregua entre Hamás e IsraelOmar Ashtawy- APA Images] Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo A lo largo del último mes Israel ha estado desalojando metódicamente a los residentes de Rafah y arrasando los edificios que quedaban en pie. En la actualidad, la ciudad de Rafah y sus pueblos circundantes han desaparecido prácticamente y la mayoría de sus pobladores han huido hacia el norte, a Jan Yunis y la costa de Al-Mawasi, bajo el fuego de la artillería y el sonido de tanques y buldóceres. Rafah también ha sido escenario de varias masacres documentadas, como la de los socorristas en el barrio de Tal al Sultán a finales de marzo, cuando el ejército israelí abrió fuego contra 15 paramédicos y socorristas de la Media Luna Roja palestina y la Defensa Civil de Gaza y los ejecutó. Rafah es la provincia más meridional de la Franja de Gaza, situada junto a la frontera con Egipto. Antes de la guerra albergaba a unos 200.000 residentes y su territorio constituía aproximadamente una quinta parte del territorio de Gaza. Ya no existe. Las operaciones israelíes de demolición y desplazamiento comenzaron en Rafah mucho antes de que entrara en vigor el breve alto el fuego entre Israel y Hamás a mediados de enero [ver foto]. Durante el periodo de tregua, las fuerzas israelíes impidieron regresar a los residentes de varias zonas fronterizas, como el campo de refugiados de Yibna, Al Awda, Al Shabura y Bir Canada. Tras la ruptura del alto el fuego a mediados de marzo, el ejército israelí los arrasó todos. El objetivo de este ataque generalizado está ahora claro: convertir todo Rafah en una zona totalmente aislada con una presencia militar israelí permanente. Según un informe de [el periódico] Haaretz, esto “convertiría de hecho a Gaza en un enclave dentro del territorio controlado por Israel, aislándola de la frontera egipcia”. Las imágenes y las informaciones que llegan de Rafah muestran una ciudad completamente arrasada y sus residentes confirman que la vida allí ya es imposible. Una “tierra de nadie” y un corredor Jaled al-Dahaliz, de 36 años, cargó sus pertenencias en un carro y huyó de Rafah hacia al-Mawasi, al oeste de Rafah, varias semanas después de que el ejército israelí reanudara su campaña de bombardeos. Intentó resistir durante un tiempo, desplazándose entre distintos lugares dentro de Rafah, pero ya no pudo soportar los bombardeos indiscriminados, según declaró en un testimonio grabado obtenido por Mondoweiss. “Salimos de Rafah por última vez. No creo que podamos volver; allí ya no queda nada», dijo. “Incluso las tiendas que montamos para sobrevivir han sido blanco del ejército israelí. Vayas donde vayas, no encontrarás casas ni gente, sólo campamentos destruidos” explicó al-Dahaliz. “Es para que nadie sepa dónde estaba su casa”. En las zonas adyacentes al corredor Filadelfia, la franja de tierra que discurre a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto de la que Israel debía retirarse al final de la primera fase del alto el fuego, todo ha sido arrasado y desalojado, según confirman los residentes de Rafah. Zonas como el campo de refugiados de Yibna, el barrio saudí y Tal al-Sultan son ahora tierra de nadie militar vedada a los civiles: la nueva zona de contención de Israel. Además, en las últimas semanas, el ejército israelí terminó de establecer lo que denomina el Corredor de Morag, que ahora separa la ciudad de Rafah de la ciudad adyacente de Jan Yunis, justo al norte. Netanyahu había anunciado a principios de abril que el ejército israelí iniciaría su construcción, que finalizó el 12 de abril. Esto supone que se destruyeron más barrios para asegurar el corredor de Morag, al igual que se arrasaron viviendas durante la construcción de los corredores de Filadelfia y Netzarim antes de la guerra. “La ciudad de Rafah está ahora rodeada por todos lados de corredores construidos por el ejército israelí”, dijo Ahmad al-Dabash a Mondoweiss. Según este residente, el sonido continuo de las explosiones para construir el corredor podía oírse desde tan lejos como Deir al-Balah y Nuseirat, en Gaza central. “El objetivo del bombardeo es sacudir el suelo bajo las casas, para que si hay un túnel se colapse sobre las cabezas de quienes están dentro”, afirmó al-Dabash, detallando lo que él y otros residentes vieron cuando huían de Rafah. “Después de la voladura de las casas parecía que se hubieran vuelto del revés y las bombas dejaban esos grandes cráteres que se habían tragado las casas”. «La rotonda de al-Jarba y las zonas de Awni y Masbah, al norte de Rafah, estaban en buen estado. Ahora los residentes de Deir al-Balah oyen allí el ruido de las explosiones, y los residentes de Jan Yunis ven el humo que sale constantemente de ellas como consecuencia de los bombardeos diarios», declaró al-Dabash. El corredor Morag atraviesa Gaza de este a oeste, paralelo a los corredores Netzarim y Filadelfia. Debe su nombre a un asentamiento israelí ya desaparecido que existía entre Rafah y Jan Yunis antes de la retirada unilateral de Israel de la Franja de Gaza en 2005. «Volvieron a las zonas en las que estaban antes de 2005. Sus posiciones militares y asentamientos estaban ahí mismo. Conocen bien esas zonas y volvieron a ocuparlas», explicó al-Dabash. La enorme ruta tiene cientos de metros de ancho y discurre por terrenos que desde entonces han sido arrasados, lo que ha supuesto la pérdida de sus hogares a miles de familias y ha garantizado que nunca volverán. Según los residentes, la ruta parte de la zona de Baraksat de Rafah, donde tuvo lugar la masacre de los socorristas, y discurre por la zona de Shakoush, cerca de al-Mawasi, al oeste de Rafah, y hacia el cruce de Kerem Shalom, en el extremo oriental de la ciudad. Los residentes creen que las operaciones de Israel sobre el terreno demuestran una clara intención de mantener la ocupación prolongada de Gaza. El establecimiento de rutas e instalaciones militares, el hecho de que no se retirara del corredor Filadelfia durante el alto el fuego y la ruptura del acuerdo indican que Israel había estado planeando este final de partida desde el principio, dijeron los residentes a Mondoweiss. “La ocupación israelí quiere hacer la vida imposible en la Franja de Gaza, y eso es exactamente lo que ha conseguido”, afirmó al-Dabash. “Sus objetivos están claros: la ocupación no nos dejará vivir en paz y seguirá intentando expulsarnos de nuestra tierra”. Fuente: https://mondoweiss.net/2025/04/rafah-no-longer-exists-this-is-part-of-israels-plan-to-permanently-occupy-gaza/ El presente artículo puede reproducirse libremente siempre que se respete su integridad y se nombre a su autor, a su traductor y a Rebelión como fuente del mismo

por qué en Europa exigen la dimisión de von der Leyen?

- Sputnik Mundo El pescado apesta de la cabeza para abajo: ¿por qué en Europa exigen la dimisión de von der Leyen? Los diplomáticos consideran "tóxica" a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y afirman que su dimisión podría ayudar a desbloquear muchos asuntos, según el semanario suizo 'Die Weltwoche'. La UE está actualmente inmersa en una crisis marcada por las divisiones internas, una disputa comercial con Estados Unidos y el actual conflicto en Ucrania, entre otras cosas, señala la publicación. "El pescado apesta de la cabeza para abajo. La cabeza de la UE se personifica en la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen", destaca el artículo. El medio recuerda, que la trayectoria política de Ursula von der Leyen, está salpicada de escándalos. Durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, llegó a un acuerdo con el consejero delegado del gigante farmacéutico estadounidense Pfizer, Albert Bourla, para comprar 1.800 millones de dosis de vacunas, entonces no probadas, por valor de unos 37.600 millones de dólares. En este contexto, la dimisión de Von der Leyen podría fomentar una mayor diversidad dentro de la UE y promover la apertura hacia el este y el oeste, sostiene el semanario suizo.

El dragón no tiene miedo al águila

Recomiendo: El dragón no tiene miedo al águila Por Hedelberto López Blanch | 26/04/2025 | Economía Fuentes: Rebelión El presidente Donald Trump ha impuesto abrumadores aranceles a China sin darse cuenta que no es lo mismo tratar a Beijing en este siglo XXI de la misma forma que lo hizo Estados Unidos con Japón en la década de 1980. En su afán por debilitar a China, país que Washington observa como su principal enemigo económico y político, Trump ha lanzado una guerra de aranceles para los productos que importa desde esa nación, los que han ido subiendo desde un 20 % a un 145 %. El gigante asiático respondió imponiendo un 125 % a los productos estadounidenses importados a su país. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Lin Jian, declaró que Beijing no está interesado en una lucha, «pero no temerá si Estados Unidos continúa con sus amenazas arancelarias. «Nunca nos quedaremos de brazos cruzados para ver cómo se priva al pueblo chino de sus derechos e intereses legítimos, y tampoco para ver cómo se socavan las normas económicas y comerciales internacionales y el sistema comercial multilateral. Si Washington insiste en continuar una guerra arancelaria o comercial, China luchará hasta el final», añadió. El Ministerio de Comercio del gigante asiático sentenció que “los supuestos aranceles recíprocos de Estados Unidos a China son infundados y representan un acoso unilateral […] la amenaza de escalada arancelaria agrava su error y expone su naturaleza chantajista, algo que China jamás aceptará”. Esta misma política de coerción fue impuesta por Washington contra Japón en la década de 1980 durante el gobierno de Ronald Reagan, país al que veía en ese momento como la principal amenaza para mantener su hegemonía económico-financiera mundial. Cuando Reagan asumió el cargo en 1981, Washington comenzó a presionar a Tokio para que abriera su mercado a las compañías estadounidenses y redujera el desequilibrio comercial entre los países. Esa nación admitió primero algunas medidas como la limitación de los autos que exportaba hacia su principal socio político y económico pero la campaña contra Japón continuó en el Congreso y en los medios de comunicación por miedo a que le arrebatara el poder comercial a Estados Unidos. Esto conllevó a que en 1985, por agresivas presiones de la Casa Blanca, cinco países (Estados Unidos, República Federal de Alemania, Francia, Reino Unido y Japón) suscribieran el Acuerdo Plaza, por medio del cual se devaluaba el dólar frente al yen japonés y al marco alemán. Como era de esperar, eso provocó un aumento de las exportaciones de productos estadounidenses y una reducción de su déficit comercial con la nación nipona y de Europa occidental. Los economistas Joshua Felman y Daniel Leigh en un informe para el Fondo Monetario Internacional (FMI) explicaron que “las exportaciones y el crecimiento del PIB de Japón se detuvieron esencialmente en la primera mitad de 1986”, y para acabar de rematar a su peligroso contrincante, en 1987 Washington impuso aranceles del 100 % sobre las importaciones japonesas por un valor de 300 millones de dólares, lo que prácticamente le bloqueó el mercado estadounidense y la economía del país asiático colapsó. Al aumentar el valor del yen los productos japoneses se hacían cada vez más caros, y los países rechazaban a la que había sido una potencia de la exportación. Los esfuerzos del banco central nipón para mantener bajo el valor del yen provocaron una burbuja en el precio de las acciones, y el país entró en una recesión que duró una década. De esa forma se eliminó al peligroso contrincante comercial. Pero en el siglo XXI la situación es sumamente distinta con respecto a China pues este país no depende de Estados Unidos para mantener e impulsar sus producciones y comercio internacionales. El gigante asiático cuenta con poderoso desarrollo científico, industrial, fabril y económico, con relaciones con más de 180 países en el mundo adonde puede enviar sus mercancías y recibir a la vez, disímiles productos. Además de una población de 1 417 millones de habitantes con alto poder adquisitivo. Por tanto no depende de Estados Unidos para su desarrollo como si lo padecía Japón en la década de 1980. Asimismo cuenta con enormes riquezas en su territorio. Por ejemplo produce el 90 % de las tierras raras del mundo, un grupo de 17 elementos utilizados en las industrias de defensa, vehículos eléctricos, energía y electrónica. Estados Unidos solo tiene una mina de tierras raras y la mayor parte de su suministro proviene de China. En esta guerra comercial lanzada desde Washington, Beijing respondió con la suspensión de las exportaciones de minerales críticos e imanes, componentes fundamentales para los productores de automóviles, fabricantes aeroespaciales y empresas de semicondutores. Siete categorías de tierras raras, incluidos artículos relacionados con el samario, gadolinio, terbio, disprosio, lutecio, escandio y itrio, fueron incluidos en el control de exportaciones. Numerosas empresas de punta estadounidense utilizan en sus producciones esos elementos importados desde China lo cual significa un duro golpe. Las autoridades del país asiático han expresado que las contramedidas a las acciones de Washington tienen como objetivo no solo proteger su propia soberanía, seguridad e intereses de desarrollo, sino también mantener la justicia y la imparcialidad internacional y el sistema comercial multilateral. Añadieron que si Estados Unidos desea hablar, la puerta permanecerá abierta, pero el diálogo debe llevarse a cabo sobre la base del respeto mutuo y la igualdad. Si por el contrario, quiere luchar, la respuesta continuará hasta el final. La presión, las amenazas y la coerción no son la forma correcta de tratar con China. Moraleja: no es lo mismo para Estados Unidos tratar a China en este siglo XXI como lo hizo con Japón en la década de 1980. Los tiempos y las condiciones son diametralmente opuesta y Washington podría ser el gran perdedor. El dragón no tiene miedo al águila. Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano, especialista en política internacional. Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

viernes, 25 de abril de 2025

Francisco: ¿misión cumplida?

Recomiendo: Francisco: ¿misión cumplida? Por Gorka Larrabeiti | 25/04/2025 | Mundo Fuentes: Infolibre El 13 de setiembre de 2013 no daba crédito a lo que veían mis ojos: el número de Il Manifesto, célebre quotidiano comunista italiano que tenía entre manos, publicaba un editorial seguido de una nota breve tituladaTodos los conventos a los pobres que había mandado Francisco a la redacción, la cual se había quedado totalmente perpleja: “Desde hoy comenzamos esta santa colaboración. Confiando en la comprensión de los lectores. Que dios nos perdone”. Traduzco a continuación la breve nota de Francisco, y el lector dirá si era o no para alucinar. Hermanos, buenos días. He leído en los periódicos que, en una visita a un centro de acogida de inmigrantes, solamente dije: “abramos para ellos los conventos cerrados”. En realidad, dije, pensé y comuniqué bastante más. Quiero explicarme mejor, pues la idea es no sacar riqueza ni beneficio con las estructuras de la Iglesia, que debe volver a ser pobre. Cristo, en su edad adulta, era un sin hogar. Abramos entonces también los conventos abiertos, esos que se han transformado en hoteles de 5 estrellas, o apartamentos de altos prelados, sedes de supuestas obras pías, o comanditas de cofradías multinacionales de santos que ni siquiera yo conozco. Que se conviertan en albergues internacionales de acogida y de paz, como deberían convertirse, transformadas, todas las bases militares del mundo. Roma, cuna de la cristiandad, es también el corazón hotelero y comercial del catolicismo organizado. Desde hoy, lo cierro. Ayúdenme a cerrarlo. La Iglesia no es una renta inmobiliaria, pertenece a los caminos de la humanidad. Universalistas y ecumenistas de todo el mundo, ¡únanse! Que Bergoglio hubiera escrito días antes una carta a un no creyente como Eugenio Scalfari del diario Repubblica podía entenderse como un gesto campechano, pero dentro de un orden, por aquello de que el mainstream también tiene algo de templo sagrado. En cambio, que se dirigiera a Il Manifesto, no era para nada normal. ¿Un papa diciéndonos a los lectores de un periódico comunista: “Ayúdenme a cerrarlo”? Desde entonces, le hemos leído y estudiado sin parar hasta el último Urbi et orbi. Lo hemos elogiado muchas, muchas, muchas, muchas veces pero también lo hemos criticado duro, especialmente a propósito de frases terribles sobre el aborto. Resumir hoy lo que fue Bergoglio es tarea imposible porque fue un coloso en lo mediático, lo geopolítico, lo teológico, lo eclesiástico. Tratemos, eso sí, de señalar alguno de los hilos conductores de todo el pontificado. Tratemos hoy de explicar dónde reside el éxito de este papado, cuya magnitud sólo se ha empezado a percibir apenas ha concluido. Se ha recordado que Francisco fue el primero en muchas cosas. El primer papa en llamarse Francisco. El primer americano. El primer jesuita. El primero en no vivir en el palacio apostólico. El primer papa que fue nombrado cura después del Concilio Vaticano II. El primero en vérsele vestido con pantalones negros. El primero en conceder tantas entrevistas a televisiones mundiales. El primero en salir en tantas películas. El primero en nombrar a laicos en el gobierno del Vaticano. El primero en admitir mujeres en el Sínodo de los Obispos… La lista es infinita. ¿Por qué este afán explorador, pionero? Tal vez porque fuera un jesuita que practicaba a fondo tres características de esa orden: el espíritu de comunidad, la disciplina y la actividad misionera. Recordemos que, junto con los franciscanos, los dominicos y los capuchinos, los jesuitas fueron los más grandes misioneros. Sin embargo, a diferencia de las otras órdenes, que podían evangelizar a golpe de justicia inquisitorial, los jesuitas prefirieron siempre adaptarse, adecuarse, acomodarse a la realidad: “entrar con la loro per uscire poi con la nostra”, escribe en 1585 el general jesuita Claudio Acquaviva. Su conquista religiosa es, ante todo, cultural. “La realidad es superior a la idea” (EG 231-233), escribe, en efecto, Francisco en la encíclica que sirve de marco teórico a su pontificado. La Iglesia llevaba décadas viendo que los fieles se le escapaban como arena de las manos. Ratzinger apostó por la vía benedictina, esto es, por proteger la Iglesia tras los gruesos muros de un convento benedictino, y desde él, con la colaboración de “minorías creativas”, irradiar una luz que alumbraría de nuevo el mundo, puesto que la idea sería superior a la realidad. Tras la dimisión – o fracaso – de Benedicto XVI, Francisco optó por lo contrario: ir en busca de todas y cada una de las periferias del mundo, dar cabida a “todos, todos, todos” en una “Iglesia en salida”, “un hospital de campaña”, una Iglesia, en suma, en camino, misionera. Entre la intransigencia inquisitorial y la aventura misionera se mueve el péndulo de la Iglesia. Antes del fallecimiento del papa, sus enemigos –tanto los conservadores como los progresistas– consideraban fallida también la misión de Bergoglio. Escribe Santiago Alba Rico: “El clericalismo de la derecha odió a muerte sus reformas; el anticlericalismo de la izquierda las ignoró. La derecha sabía lo que se hacía; la izquierda se equivocó”. Un sacerdote brasileño al que le pedí que me sintetizara cómo veía él a Francisco me dijo: “Duro con los de dentro, blando con los de fuera”. Jamás ha habido un papa tan anticlerical. Se nos ha ido Francisco. Al haber sido el primero en muchas cosas, costará que vaya a ser el primero y último en todas ellas. Su legado es enorme. Tuvo éxito abriendo procesos y no ocupando espacios porque, para él, “el tiempo es superior al espacio” (EG 222-225). Se va un papa misionero que deja incompleta su misión. De acuerdo: no cerró “el corazón hotelero y comercial del catolicismo organizado”, pero tampoco es que nos matáramos ayudándolo. No consiguió cerrar lo del diaconato femenino ni el celibato. El cuidado de la casa común, la paz en Ucrania y en Gaza y en todos los frentes de la tercera guerra mundial a pedazos siguen ahí.¿Podíamos haberle hecho algo más de caso? Seguro. Mal por nosotros.Se nos va un papa que añoraremos porque era él quien venía a buscarnos. Se va un papa astuto que desacralizó el papado, tendió puentes con los no creyentes, afirmó que ya no estábamos en la Cristiandad, y gritó, en tiempos de trumpismo global, “¡Que lo sagrado no sea apoyo del poder y el poder no se apoye en la sacralidad!”. Francisco hizo de todo –incluídas dos encíclicas que son obras maestras, Laudato si’ y Fratelli tutti– para acercarse a un mundo que le respondió muchas veces haciéndole oídos sordos. Algunos seguirán empeñados en que ni así. Dirán: “Ya, pero era papa”. Vistas las portadas de la prensa mundial, Francisco ha cumplido con el primer objetivo del buen misionero: supo, partiendo de menos que cero, en tiempos de neopaganismo supuestamente cristiano, recuperar para la Iglesia muchísima autoridad. Y lo hizo sencillamente: predicando con el ejemplo. Gorka Larrabeiti es profesor de español residente en Roma. Fuente: https://www.infolibre.es/opinion/plaza-publica/francisco-mision-cumplida_129_1981861.html Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

jueves, 24 de abril de 2025

Hamás no va a rendirse

Recomiendo: Hamás no va a rendirse Por David Hearst | 24/04/2025 | Palestina y Oriente Próximo Fuentes: Voces del Mundo Llamen a Gaza como quieran: campos de exterminio, un bucle interminable de sangre, dolor y muerte, el mayor campo de concentración del mundo. O, como parece querer hacer la población de Israel, ignórenla por completo. Los judíos asquenazíes de Tel Aviv viven en una burbuja occidental, sorbiendo sus capuchinos matutinos y preocupándose por sus profesores de yoga a solo una hora en coche de las escenas más atroces que el mundo ha presenciado desde Srebrenica, o Ruanda. Pero hay una cosa que ninguno de ellos parece entender: Hamás no se rendirá. Pensar que sus dirigentes en Gaza cogerán el dinero y huirán, como hizo en su día Al Fatah, es revelar, tras 18 meses de guerra total y dos meses de inanición, lo poco que entiende a su enemigo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. No se equivoquen, la última «oferta» israelí habría equivalido a un acto de rendición. Era entregar a todos los rehenes a cambio de 45 días de comida y agua, y buscar el desarme de Hamás. Hamás respondió que estaba dispuesto a liberar a todos los rehenes a cambio de una serie de prisioneros palestinos y ofrecer una hudna o tregua a largo plazo, en la que no volvería a construir sus túneles ni desarrollaría sus armas, y cedería el gobierno de Gaza a otras facciones palestinas. Pero no se ha movido de las dos condiciones que puso al comienzo de esta guerra: no se desarmará y quiere la retirada total de las fuerzas israelíes de la franja y el fin completo y definitivo de la guerra. Netanyahu, el saboteador Ha quedado claro en repetidas ocasiones que el obstáculo para lograr un acuerdo negociado reside en el propio Netanyahu. En dos ocasiones ha firmado acuerdos con Hamás para romperlos él mismo unilateralmente. En la última ocasión, en enero, acordó un alto el fuego por fases, que garantizaba la liberación de 33 rehenes, en el que se suponía que Israel iniciaría negociaciones sobre una segunda fase y un alto el fuego permanente. Netanyahu simplemente rompió ese acuerdo. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se lo permitió, a pesar de que ese era el papel que el propio nuevo presidente se había atribuido. De común acuerdo Netanyahu solo volvió a la guerra para salvar a su coalición de una derrota inminente en una votación sobre el presupuesto. Hace tiempo que se agotaron todos los objetivos militares. Gaza no solo ha estado bajo bloqueo total durante dos meses, sino que Israel ha estado bombardeando los almacenes en los que se guardan los alimentos restantes. El hambre se ha convertido clara e indudablemente en un arma de negociación que, sin embargo, tampoco está funcionando. El antiguo enviado de Trump para los rehenes, Adam Boehler, tuvo con Netanyahu la misma experiencia que los enviados de Biden. Hamás estuvo a punto de llegar a un acuerdo independiente con Estados Unidos sobre el intercambio de rehenes en negociaciones directas, hasta que Netanyahu se enteró de ellas y las filtró a los medios. El propio Boehler declaró a Al Jazeera que la guerra de Israel contra Gaza «terminaría inmediatamente» si se liberaba a todos los cautivos. Hamás estaría de acuerdo. Pero eso sería sobre el cadáver de Netanyahu. La situación no ha cambiado desde que el director de la CIA de Biden, Bill Burns, supervisara hace un año un final negociado de la guerra, que Hamás firmó, solo para que Netanyahu se retirara. No hay rendición Hay muchas razones por las que Hamás no se rendirá ante el castigo nocturno que está recibiendo tanto ella como la población de Gaza. Más de 1.500 palestinos han muerto desde que se rompió el alto el fuego en marzo. Hamás ha visto aniquilado su primer rango de liderazgo, su gobierno civil, su policía y casi todos los hospitales. Rafah está siendo demolida. Y, sin embargo, sigue resistiéndose a importantes ofertas de dinero para exiliarse. El difunto dirigente palestino Yaser Arafat se habría exiliado hace tiempo, como hizo después de que las fuerzas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) fueran cercadas en Beirut Occidental en 1982. Fatah ya habría volado al extranjero. Pero ninguno de estos precedentes se aplica a Hamás. ¿Por qué? Ante todo, si el colapso del ejército israelí y las atrocidades cometidas en el sur de Israel el 7 de octubre cambiaron Israel para siempre, también la aniquilación de Gaza ha cambiado la causa palestina para siempre. Gaza se ha convertido en territorio sagrado para los palestinos de todo el mundo. No hay familia en Gaza que no haya perdido familiares o sus hogares en esta guerra. Ni Hamás ni ninguno de los otros grupos de resistencia pueden separarse del pueblo por el que luchan. A medida que aumenta el sufrimiento colectivo, también lo hace la voluntad colectiva de permanecer en sus tierras, como han demostrado los campesinos desarmados del sur de Hebrón. Además, no hay defensor más persuasivo del imperativo de resistir a la ocupación que el propio comportamiento del Estado israelí. Se trata de un invasor amorfo, persistente y tóxico del espacio de otras personas. «Acabar el trabajo» Israel nunca puede tener suficiente tierra, ni suficiente control. Siempre busca más. Nunca podrá dejar de hacer que su religión domine a todas las demás religiones en este espacio. En Semana Santa, los cristianos son tan víctimas de estos actos de supremacía como los musulmanes. Su movimiento de colonos es aún más activo en tiempos de paz que en tiempos de guerra, como demuestra la historia de los asentamientos en Cisjordania ocupada tras los Acuerdos de Oslo. Israel no puede atenerse a una solución de dos Estados porque en la mente de sus creadores y sus descendientes solo existió un Estado. Itamar Ben Gvir, Bezalel Smotrich y Netanyahu, colectivamente, solo están «terminando el trabajo» de erradicar a los palestinos de la «Tierra de Israel» que David Ben Gurion empezó y luego detuvo. Es un mito recurrente y conveniente, alimentado por los sionistas liberales, separar a las diversas tribus de Israel en la cuestión palestina, porque no existen diferencias significativas. Esto es más cierto hoy que en el momento del asesinato de Isaac Rabin. No es casualidad que en el mismo momento en que hay un aumento de judíos rezando en la mezquita de Al-Aqsa -más de 6.000 judíos entraron en los patios para rezar desde que comenzaron las vacaciones de Pascua el sábado, más que todos los fieles judíos que la visitaron durante las vacaciones del año pasado-, el Tribunal Supremo israelí haya votado por unanimidad desestimar una petición presentada por varias organizaciones de derechos humanos que exigían la reanudación de la entrega de ayuda humanitaria a Gaza. El Estado de Israel en todas sus formas, religiosas y laicas, persigue el mismo objetivo, incluso aunque sus tribus estén en guerra entre sí por muchas otras cuestiones. La rendición de Hamás, y con ella de Gaza, equivaldría hoy a la rendición de la propia causa palestina. No porque todos los palestinos sean religiosos o porque Al Fatah sea tan impopular, sino porque la resistencia representa la única vía que queda para acabar con la ocupación. La magnitud del sufrimiento que Israel ha infligido a todos los palestinos a su alcance, en Gaza, en Cisjordania, en Jerusalén y en Israel por igual, ha hecho que el destino de Hamás sea también el de Palestina. Pero Hamás se diferencia de Fatah en que es una organización religiosa. Comenzó esta guerra por las incursiones de colonos judíos en la mezquita de Al-Aqsa. Y los palestinos de Gaza han recurrido a su religión para dar sentido a la carnicería a la que han sido sometidos. Objetivo estratégico La disciplina y la fe colectivas de Hamás han impedido que se corrompa. Esto les afecta a todos. Rifat Radwan, el paramédico de 23 años cuyas últimas palabras fueron captadas por su teléfono, suplicaba a Alá que le perdonara por no haber rezado regularmente cinco veces al día. No era tan observante y, evidentemente, no era miembro de Hamás, pero era lo suficientemente religioso como para pedir perdón en sus últimos momentos. Si alguna vez hubo un símbolo de la valentía y el sacrificio que los palestinos de Gaza están haciendo frente a probabilidades increíbles y aplastantes, Radwan lo era. En su lecho de muerte, su creencia en un líder divino no sería aplastada. Tampoco la de Gaza. Hay otras razones menos existenciales por las que Hamás no se rendirá. Sea cual sea el destino que le aguarde como organización -y reconozcámoslo, insurgencias como los Tigres Tamiles o los rebeldes chechenos han sido aplastadas por una fuerza abrumadora, mientras que otras como ETA se han marchitado sin lograr sus principales objetivos-, Hamás ya cree haber logrado su objetivo estratégico. Hamas ya cree haber alcanzado su objetivo estratégico, que consistía en volver a situar la búsqueda palestina de la autodeterminación en un Estado propio en lo más alto de la agenda mundial de derechos humanos. En los últimos tres años, la opinión pública estadounidense sobre Israel se ha vuelto negativa, según Pew Research. Más de la mitad de los adultos estadounidenses -el 53%- tiene una opinión desfavorable de Israel, lo que supone un aumento de nueve puntos porcentuales desde antes del 7 de octubre. Hamás está ganando la guerra de la opinión pública, e Israel la está perdiendo, especialmente en los países donde el grupo es una organización proscrita. La ley está diciendo a la gente que piense en Hamás como terroristas, pero cada vez se muestran más reacios a hacerlo, aunque piensen que el 7 de octubre fue un acto de maldad. Si Israel quiere acabar definitivamente con este conflicto por la fuerza, puede estar seguro de que ese mismo objetivo también está grabado a fuego en la conciencia de todos los palestinos. Cuanto más tiempo siga Netanyahu con su campaña condenada al fracaso en Gaza, más cerca estarán los principales países europeos, como Francia, de reconocer un Estado palestino. Negociaciones complejas Los enviados de Trump están llevando a cabo actualmente tres grupos de complejas negociaciones simultáneamente y están aprendiendo por las malas lo intrincada que es cada una de ellas. Gaza es solo una de las tres y Trump quiere resultados rápidos. No tiene paciencia para perseguir ninguna durante mucho tiempo. Además, dos de los conflictos están profundamente interconectados. Los mismos países que están prohibiendo a EE. UU. su espacio aéreo en caso de un ataque a Irán, también se resisten a una transferencia masiva de población fuera de Gaza, e Israel y Egipto están en un estado de hostilidad abierta sobre el Sinaí, con cada uno acusando al otro de violar los términos del Acuerdo de Camp David. Si las negociaciones de Trump con Irán fracasan, Netanyahu renovará su presión para bombardear sus instalaciones nucleares, sin que se encuentre una solución para Gaza. Se acerca la hora de la decisión para Netanyahu, el pragmático, y no tendrá tantas cartas como actualmente cree que tiene para jugar. Para potencias militares tan grandes como Estados Unidos y la OTAN, los talibanes demostraron ser demasiado. También lo fue la resistencia en Iraq. Para un país tan pequeño y tan dependiente de Estados Unidos como Israel, una guerra eterna en Gaza es aún menos sostenible. Sería prudente que Israel redujera sus pérdidas ahora y se retirara de Gaza antes de perder aún más en la escena mundial. Una vez que se rompe el aura de invencibilidad, como ocurrió el 7 de octubre, se acabó para siempre. David Hearst es cofundador y redactor jefe de Middle East Eye, así como comentarista y conferenciante sobre la región y analista en temas de Arabia Saudí. Fue redactor jefe de asuntos exteriores en The Guardian y corresponsal en Rusia, Europa y Belfast. Con anterioridad, fue corresponsal en temas de educación para The Scotsman. Texto original: Middle East Eye, traducido del inglés por Sinfo Fernández. Fuente: https://vocesdelmundoes.com/2025/04/23/hamas-no-va-a-rendirse/

miércoles, 23 de abril de 2025

Trump dice que quiere la paz y provoca a Rusia con su plan?

- Sputnik Mundo Estados Unidos presenta su plan de paz para la crisis ucrania Washington tenía previsto presentar un plan de siete puntos para un acuerdo en Ucrania en una reunión en Londres el 23 de abril, que incluirá una propuesta para reconocer Crimea como territorio ruso, según 'The Telegraph'. He aquí las propuestas de EEUU: Alto el fuego inmediato; negociaciones directas entre Ucrania y Rusia; cancelación de todas las sanciones antirrusas; reactivación la cooperación energética de EEUU con Rusia; reconocimiento formal de Crimea como territorio ruso e "el reconocimiento de facto" de los nuevos territorios de Rusia por parte de EEUU; negativa de Kiev a entrar en la OTAN; firma por Ucrania de un acuerdo sobre minerales con EEUU. El hecho de que EEUU planea reconocer Crimea como parte de Rusia puede convertirse en un "punto de ebullición" en las negociaciones y provocar una crisis diplomática entre la UE y la OTAN, informó el periódico Finanсial Times. Como consecuencia, los cancilleres de Francia, Alemania y el Reino Unido pospusieron su asistencia a la reunión. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. - Sputnik Mundo, 1920, 20.04.2025 Internacional Trump llama a un acuerdo entre Rusia y Ucrania para "esta semana" 20 de abril, 21:15 GMT Se esperaba que representantes de Estados Unidos, el Reino Unido, la UE y Ucrania participarán en las conversaciones en la capital británica. Sin embargo, el mismo 23 de abril se anunció que la reunión a nivel ministerial se posponía. Según el ministro británico de Exteriores, David Lammy, ahora el encuentro se celebrará a nivel de expertos. La delegación estadounidense en las conversaciones de Londres está encabezada por el enviado especial del presidente de EEUU, Donald Trump, Keith Kellogg. A su vez, el vicepresidente de EEUU, J.D. Vance, advirtió que Washignton se retirará de las negociaciones sobre Ucrania si no se aceptan sus propuestas. En sus palabras, EEUU hizo "una propuesta muy clara" a las partes del conflicto sobre la posible resolución. Añadió que durante las conversaciones "tendrán que producirse algunos intercambios territoriales". Ajedrez de geopolítica ¿Trump dice que quiere la paz y provoca a Rusia con su plan? El presidente de EEUU, Donald Trump, dice tener un plan para resolver el conflicto ucraniano, lo que incluiría, entre otras cosas, el despliegue de tropas europeas en los territorios controlados por Kiev, y tomar el control absoluto de la central nuclear de Zaporozhie, ubicada en una de las nuevas regiones de Rusia. ¿Son estas las cartas de Trump? Según informó The New York Post, que cita a un funcionario estadounidense, el plan de paz de Trump incluye el despliegue de fuerzas europeas en territorios controlados por Kiev. "Lo difícil [del plan] es definir la composición de una fuerza de seguridad; la llamamos 'fuerza de resiliencia'. Esta fuerza de resiliencia forma parte de las garantías de seguridad que los ucranianos desean y esperamos que obtengan", declaró el funcionario al medio. Asimismo, según el periódico, los negociadores consideran la creación de una fuerza de paz independiente para supervisar cualquier alto el fuego, que se asemejaría a una "comisión conjunta" de rusos, ucranianos y un tercer país no perteneciente a la OTAN que vigilaría el frente para garantizar que ambas partes depongan las armas. EEUU también podría estar involucrado en este proceso, pero "no como fuerzas de combate, sino como fuerza monetaria, junto con un tercero", afirmó la fuente. En este sentido, el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, se ha pronunciado en reiteradas ocasiones que la presencia de tropas de la OTAN bajo cualquier bandera y en cualquier capacidad en territorio ucraniano es una amenaza para Rusia que Moscú nunca aceptará bajo ninguna circunstancia. Por otra parte, The New York Post señaló que Ucrania aparentemente estaba "dispuesta a ceder el 20% de su territorio" siempre que se considerara un reconocimiento de facto del territorio y no de iure. Al respecto, la propuesta de Moscú contempla que Kiev retire completamente sus tropas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk y de las regiones de Zaporozhie y Jersón y reconozca esos territorios, así como Crimea y Sebastopol, como sujetos de la Federación de Rusia. Además, deben garantizarse la neutralidad y la no alineación, así como la desnuclearización, desmilitarización y desnazificación de Ucrania. Otra de las propuestas está relacionada con el territorio en torno a la central nuclear de Zaporozhie para designar la zona como territorio neutral bajo control de EEUU. El área que rodea la planta ha sido blanco de múltiples ataques del régimen de Kiev, causando muertos y heridos. En este sentido, la Cancillería rusa comunicó a finales de marzo que el control sobre la central nuclear de Zaporozhie no puede ser entregado ni a Ucrania ni a cualquier otro país u organización internacional, porque es una instalación nuclear propiedad de Rusia. “No existen precedentes de este tipo en la práctica mundial. [...] Un aspecto importante es que la estrecha cooperación de las agencias de inteligencia de los países de la OTAN con Ucrania, que cuentan con un impresionante potencial de sabotaje, hace imposible permitir incluso la admisión temporal de representantes de estos Estados en la central nuclear de Zaporozhie”, detallaron desde Exteriores de Rusia. “EEUU está jugando a varias bazas sabiendo que no tiene la posibilidad de ganar, pero que tiene que mantener la ficción de que está haciendo algo por razones de la propia situación estadounidense, de la propia situación interna europea, la situación internacional, etc.”, señala el analista internacional Iñaki Gil de San Vicente.

martes, 22 de abril de 2025

100 universidades de EEUU acusan al Gobierno de Trump de "intromisión indebida.

- Sputnik Mundo Más de 100 universidades de EEUU acusan al Gobierno de Trump de "intromisión indebida. Harvard, Yale, Princeton y Pensilvania son algunos de los recintos académicos que firmaron una carta contra la Administración Trump, a la que acusaron este 21 de abril de tomar represalias contra varias universidades del país norteamericano por motivos políticos y no por una verdadera diligencia gubernamental. El Gobierno de Donald Trump ha emprendido diferentes medidas contra universidades y colegios, como congelación de fondos federales, rescisión de contratos plurianuales o amenazas con quitarles la condición de exención fiscal, es decir, que los recintos educativos ahora sí paguen impuestos y sean tratados como entidades políticas. Ante esta situación, más de un centenar de universidades, centros de investigación y sociedades académicas, emitieron una postura oficial conjunta en contra de Washington, todo ello respaldado, también, por la Asociación Americana de Colegios y Universidades. "Estamos abiertos a una reforma constructiva y no nos oponemos a la supervisión gubernamental legítima. Sin embargo, debemos oponernos a la intromisión indebida del Gobierno en la vida de quienes estudian, viven y trabajan en nuestros campus", se lee en la misiva. "Como líderes de las universidades y sociedades académicas estadounidenses, nos pronunciamos al unísono contra la extralimitación gubernamental y la interferencia política sin precedentes que ponen en peligro la educación superior", agrega la carta. Harvard demanda a la Administración Trump por acciones "arbitrarias y caprichosas "Compartimos el compromiso de servir como centros de investigación abierta donde, en su búsqueda de la verdad, el profesorado, el alumnado y el personal tienen la libertad de intercambiar ideas y opiniones desde una amplia gama de puntos de vista sin miedo a represalias, censura ni deportación", señala la nota. Trump, un gran aliado de Israel, lleva a cabo una serie de investigaciones contra diferentes instituciones por presuntos actos de antisemitismo. Además, el mandatario republicano ha dicho que no permitirá que en las universidades del país se apoye al movimiento palestino Hamás, al que Washington considera "terrorista". Igualmente, Trump ha expresado su descontento con todas las manifestaciones que han realizado estudiantes y profesores universitarios en contra de que Washington envíe armamento a Tel Aviv para continuar su ofensiva contra la Franja de Gaza, donde han muerto más de 50.000 personas a causa de los ataques israelíes, según las autoridades locales palestinas Mucho ruido y pocas nueces: ¿Trump puede dañar a Harvard a través de los impuestos? El 21 de abril, la Universidad Harvard demandó ante un tribunal federal de Massachusetts a la Administración Trump por supuestamente violar la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, al tratar de influir en la política interna de este recinto académico. Previamente, el Gobierno de Estados Unidos congeló 2.200 millones de dólares en fondos federales para Harvard, aunque había amenazado originalmente con retirarle 9.000 millones. Sin embargo, la universidad se ha negado a cumplir con los reclamos de Washington, que consisten, entre otras cosas, en restringir los derechos de protesta y libertad de expresión de alumnos y estudiantes, de acuerdo con las autoridades universitarias.

lunes, 21 de abril de 2025

Testamento de Pascua del Papa Francisco"

Pax Christi Vlaanderen: "El Testamento de Pascua del Papa Francisco" COMPASIÓN EN SOLIDARIDAD Ternura y compasión por los más débiles. Eso es progreso. Al hacerlo, el Papa Francisco abrió su nombramiento como Papa, y fue su mensaje durante su última audiencia. Lo más importante para su oficina, sin embargo, fue que vivió este mensaje. El pasado jueves la Iglesia Católica y Ortodoxa celebró el jueves blanco. El jueves blanco, cristianos de todo el mundo conmemoran la última cena de Jesús en la que lavó los pies de sus discípulos, rompió el pan como señal de que su cuerpo se rompió, y compartió una copa de vino como señal de que Su sangre se derramará. Ese jueves especial lo pasó el Papa en la prisión de Regina Coeli. "¿Por qué? "un periodista le preguntó. "Para averiguar por qué están sentados allí, y no yo. "De hecho, ciertos grupos poblan nuestras cárceles más que otros: pobres más que ricos, por ejemplo. El gesto que hizo el Papa al estar con ellos habla más fuerte que las palabras. LLAMADO POR LA PAZ Y LA DIPLOMACIA Además de la compasión, el cuidado por el mundo y la atención a la ecología, la importancia de la dignidad de. cada uno. Hombre, era el Papa también consciente de todos los conflictos actuales. Ayer en la Plaza de San Pedro en Roma en el Urbi et Orbi los hizo nombrar uno por uno. Siempre que fue posible, llamó con los cristianos palestinos de la H. Iglesia familiar en Gaza, pero también rezó por sus vecinos musulmanes. Significativo el domingo de Pascua, podría bendecir la ciudad de Roma y a todos en el mundo y pedir paz. Un testamento que vale la pena volver a escuchar con gratitud, hoy en el segundo día de Pascua, el día de su muerte. Pero estas palabras son también una inspiración que continuará en los próximos meses y años. Urbi et Orbi de Franciscus de 2025 nombra sus convicciones tan claramente que puede verse fácilmente como su voluntad. El Papa Francisco es el primer Papa en reconocer la no violencia activa como una forma de política de paz. Fue Pax Christi International (PCI) trayendo la resistencia organizada no violenta además de dar voz/resistencia a las víctimas de la guerra y locamente violencia a la atención del líder de la iglesia. El Papa se convirtió en abogado. Como destacado preliminar, el Instituto Católico para la No Violencia de la Iniciativa Católica de No Violencia del PCI se inauguró en Roma en septiembre de 2024. La intención de esto es seguir desarrollando la no violencia activa como complemento a las enseñanzas sociales de la Iglesia. Con su encíclica "Fratelli Tutti - Sobre Hermandad y Amistad Social", el Papa sigue inspirando a muchos, y no sólo a creyentes. Nuestro Grupo de Trabajo sobre Espiritualidad quiere dar manos y pies a este documento moderno y social fundado espiritualmente. ¿QUÉ PODEMOS O DEBERÍAMOS HACER CON ARMAS NUCLEARES? Hasta hace poco, la respuesta de la ética católica de la paz con miras a un mayor desarme era que la posesión de armas nucleares era aceptable como disuasión nuclear. El Papa Francisco abolió no sólo el uso sino también la posesión de armas nucleares para finales de 2019. También demostró que no cree en una estrategia de disuasión nuclear. Es un cambio radical de rumbo en el Vaticano y en el catecismo mundial. Al mismo tiempo, esto coincide con el curso de la mayoría de los países del mundo que respetan la prohibición internacional de las armas nucleares. La justicia internacional también ha sido una maniobra del Papa. A través de las fronteras de la iglesia católica Incluso cuando la Iglesia Ortodoxa Rusa habló de una "guerra santa" contra Ucrania y fue rechazada por el Consejo Mundial de Iglesias, el Papa siguió buscando medidas adicionales y envió enviados para encontrar una solución para la justicia y la paz a través de la diplomacia. Un ejemplo que lamentablemente fue seguido inadecuadamente por los líderes del gobierno europeo. Otros lo honraron por su preocupación por la paz y las vidas humanas, cristianos o no. Cuando el Papa visitó Indonesia por última vez, no sólo fue recibido por dignatarios de la iglesia y políticos, sino que también los líderes del clero musulmán lo recibieron cálidamente. Durante su visita a nuestro país el año pasado, explicó lo importante que es esta apertura para él: "El bautismo es un regalo, no un título. No somos privilegiados sino una familia de "gente salvada". Por su gracia y misericordia, no por nuestro propio mérito, estamos trayendo el mensaje del Señor. Alegrémonos en el hecho de que otros pueden hacer lo que otros pueden hacer, para que el reino de Dios pueda crecer hasta que todos estemos unidos con el Padre. "A toda la gente le gustan hermanos y hermanas el uno del otro. Grazie, e avanti, así cerró la reunión en la Basílica de Koekelberg. Descansa en paz, papa Francisco. Gracias, y sigue adelante. En nombre del equipo de Pax Christi Flanders.

Sobre el «pánico moral» y el valor de hablar

Recomiendo Sobre el «pánico moral» y el valor de hablar El silencio de Occidente sobre Gaza Por Ilan Pappe | 21/04/2025 | Palestina y Oriente Próximo Fuentes: Voces del Mundo [Foto: Manifestación de apoyo a Gaza en Yemen] Las respuestas del mundo occidental a la situación en la Franja de Gaza y Cisjordania plantean una pregunta inquietante: ¿por qué el Occidente oficial, y la Europa occidental oficial en particular, son tan indiferentes al sufrimiento de los palestinos? ¿Por qué el Partido Demócrata de Estados Unidos es cómplice, directa e indirectamente, del mantenimiento de la inhumanidad cotidiana en Palestina, una complicidad tan visible que probablemente fue una de las razones por las que perdieron las elecciones, ya que el voto árabe-estadounidense y progresista en estados clave no podía perdonar, y con razón, al gobierno de Biden su participación en el genocidio de la Franja de Gaza? Se trata de una pregunta pertinente, dado que estamos ante un genocidio televisado que ahora se ha renovado sobre el terreno. Es diferente de periodos anteriores en los que se mostró la indiferencia y complicidad occidentales, ya fuera durante la Nakba o durante los largos años de ocupación desde 1967. Durante la Nakba y hasta 1967 no era fácil obtener información y la opresión posterior a 1967 fue en su mayor parte incremental y, como tal, ignorada por los medios de comunicación y la política occidentales, que se negaron a reconocer su efecto acumulativo sobre los palestinos. Pero estos últimos dieciocho meses son muy diferentes. Ignorar el genocidio en la Franja de Gaza y la limpieza étnica en Cisjordania solo puede calificarse de intencionado y no de ignorancia. Tanto las acciones de los israelíes como el discurso que las acompaña son demasiado visibles para ser ignorados, a menos que políticos, académicos y periodistas decidan hacerlo. Este tipo de ignorancia es, ante todo, el resultado del éxito de los grupos de presión israelíes que prosperaron en el fértil terreno del complejo de culpa, el racismo y la islamofobia europeos. En el caso de Estados Unidos es también el resultado de muchos años de una eficaz y despiadada maquinaria de presión a la que muy pocos en el mundo académico, los medios de comunicación y, en particular, la política se atreven a desobedecer. Este fenómeno se conoce en la erudición reciente como pánico moral, muy característico de los sectores más concienciados de las sociedades occidentales: intelectuales, periodistas y artistas. El pánico moral es una situación en la que una persona teme adherirse a sus propias convicciones morales porque ello exigiría un cierto valor que podría tener consecuencias. No siempre se nos pone a prueba en situaciones que exigen valor, o al menos integridad. Cuando ocurre, es en situaciones en las que la moralidad no es una idea abstracta, sino una llamada a la acción. Por eso muchos alemanes guardaron silencio cuando los judíos fueron enviados a campos de exterminio, y por eso los estadounidenses blancos permanecieron impasibles cuando los afroamericanos fueron linchados o antes esclavizados y maltratados. ¿Cuál es el precio que tendrían que pagar los principales periodistas occidentales, los políticos veteranos, los profesores titulares o los directores generales de empresas de renombre si culparan a Israel de cometer un genocidio en la Franja de Gaza? Parece que les preocupan dos posibles consecuencias. La primera es ser condenados como antisemitas o negacionistas del Holocausto y, en segundo lugar, temen que su respuesta honesta desencadene un debate que incluya la complicidad de su país, o de Europa, u Occidente en general, en permitir el genocidio y todas las políticas criminales contra los palestinos que lo precedieron. Este pánico moral conduce a algunos fenómenos asombrosos. En general, transforma a personas educadas, muy elocuentes y entendidas en imbéciles totales cuando hablan de Palestina. Impide a los miembros más perspicaces y reflexivos de los servicios de seguridad examinar las exigencias israelíes de incluir a toda la resistencia palestina en una lista de terroristas, y deshumaniza a las víctimas palestinas en los principales medios de comunicación. La falta de compasión y solidaridad básica con las víctimas del genocidio quedó expuesta por el doble rasero mostrado por los principales medios de comunicación de Occidente, y en particular por los periódicos más establecidos de Estados Unidos, como The New York Times y The Washington Post. Cuando el director de Palestine Chronicle, el Dr. Ramzy Baroud, perdió a 56 miembros de su familia -asesinados por la campaña genocida israelí en la Franja de Gaza- ni uno solo de sus colegas del periodismo estadounidense se molestó en hablar con él ni mostró interés alguno en oír hablar de esta atrocidad. En cambio, una falsa acusación israelí sobre una conexión entre el Chronicle y una familia en cuyo bloque de pisos había rehenes suscitó un enorme interés por parte de estos medios y atrajo su atención. Este desequilibrio de humanidad y solidaridad es solo un ejemplo de las distorsiones que trae consigo el pánico moral. No me cabe duda de que las acciones contra estudiantes palestinos o propalestinos en Estados Unidos, o contra conocidos activistas en Gran Bretaña y Francia, así como la detención del director de The Electronic Intifada, Ali Abunimah, en Suiza, son manifestaciones de este comportamiento moral distorsionado. Recientemente se ha producido un caso similar en Australia. Mary Kostakidis, una famosa periodista australiana y antigua presentadora de SBS World News Australia en horario de máxima audiencia, ha sido llevada ante el tribunal federal por su -hay que decir que bastante manso- reportaje sobre la situación en la Franja de Gaza. El mero hecho de que el tribunal no haya desestimado esta acusación a su llegada demuestra lo arraigado que está el pánico moral en el Norte Global. Pero hay otra cara de la moneda. Afortunadamente, hay un grupo mucho más amplio de personas que no temen correr los riesgos que implica manifestar claramente su apoyo a los palestinos, y que muestran esta solidaridad aun sabiendo que puede acarrear la suspensión, la deportación o incluso la cárcel. No es fácil encontrarlos entre la corriente académica, mediática o política dominante, pero son la auténtica voz de sus sociedades en muchas partes del mundo occidental. Los palestinos no pueden permitirse el lujo de que el pánico moral occidental tenga voz o repercusión. No ceder a este pánico es un paso pequeño pero importante en la construcción de una red global de Palestina que se necesita con urgencia, en primer lugar, para detener la destrucción de Palestina y su pueblo y, en segundo lugar, para crear las condiciones para una Palestina descolonizada y liberada en el futuro. Ilan Pappé es un historiador y activista socialista israelí. Es catedrático de Historia en la Facultad de Ciencias Sociales y Estudios Internacionales de la Universidad de Exeter (Reino Unido), director del Centro Europeo de Estudios sobre Palestina y codirector del Centro de Estudios Etnopolíticos de Exeter. Asimismo, es autor de los bestsellers The Ethnic Cleansing of Palestine (Oneworld), A History of Modern Palestine (Cambridge), The Modern Middle East (Routledge), The Israel/Palestine Question (Routledge), The Forgotten Palestinians: A History of the Palestinians in Israel (Yale), The Idea of Israel: A History of Power and Knowledge (Verso) y, con Noam Chomsky, Gaza in Crisis: Reflections on Israel’s War Against the Palestinians(Penguin). Escribe, entre otros, para The Guardian y London Review of Books. En X: @pappe54 Texto original: The Palestine Chronicle, traducido del inglés por Sinfo Fernández. Fuente: https://vocesdelmundoes.com/2025/04/20/sobre-el-panico-moral-y-el-valor-de-hablar-el-silencio-de-occidente-sobre-gaza/

El cielo ahora

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domingo, 20 de abril de 2025

El declive de Estados Unidos

Recomiendo: El declive de Estados Unidos Por Marcelo Colussi | 19/04/2025 | EE.UU. Fuentes: Rebelión Introducción Después de la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos quedó como la gran potencia hegemónica. Siendo el principal país capitalista del mundo, su producción representaba casi un tercio del producto bruto global. Así, también ascendió cada vez más en su pedestal de consumo, llegando un momento en que el mismo se hizo frenético, superando hondamente su capacidad de producción. Consumir más de lo que se produce es insostenible. Con solo el 4% de la población mundial, hoy día consume un cuarto de la riqueza planetaria. Esa asimétrica situación contiene el germen de lo que ahora está sufriendo; el país fue basando su prosperidad en una medida artificial: hizo depender la economía mundial de su moneda, el dólar. Ese hiperconsumo generó una deuda impagable, que obliga a ser financiada por el resto de países, a los que domina militarmente con 800 bases instaladas en el planeta. La Unión Soviética cayó, pero su heredera, la Federación Rusa, junto con China, están buscando generar un mundo desligado de la divisa estadounidense. Washington sigue manteniendo su hegemonía en base a sus monumentales fuerzas armadas, pero su declive es irremediable. En ese marco aparecen los BRICS, cuestionando la hegemonía del dólar, acelerando así su futura caída. Y en ese mismo marco aparece Donald Trump con su nuevo mandato, munido de una super motosierra dispuesto a emprenderla contra quien sea con tal de mantener la hegemonía que la clase dominante estadounidense va viendo perder día a día. La gran potencia Estados Unidos de América, hoy por hoy la potencia más desarrollada del planeta en todos los niveles -en lo económico, lo científico-técnico, lo cultural, lo militar- lenta pero inexorablemente comienza su decadencia. No está derrotado, ni mucho menos. Al contrario: hará lo imposible para evitar su caída, por eso este momento de la historia es muy peligroso. Este país, que sin dudas tuvo un crecimiento fabuloso en un par de centurias desde los primeros anglosajones que llegaban a esa “tierra de promisión” en el siglo XVII, luego de masacrar o confinar en infames reducciones -virtuales campos de concentración- a las poblaciones originares de América del Norte, robando territorios a México (casi la mitad de su país) y explotando esclavos africanos traídos en barcos negreros para trabajo forzado en sus plantaciones, pasó a ser la economía más grande del planeta, desbancando a Europa como “metrópoli”. Su arrogancia, que también creció sin par, lo hizo sentir portador de un supuesto “destino manifiesto”, nación encargada de llevar la “libertad” y la “democracia” hasta los últimos confines del planeta. Hipocresía descarada. ¿Qué hacen en cada región del mundo donde sientan sus reales? La clase dominante de esa potencia se sintió con la capacidad de operar en cualquier parte del mundo como si fuera su propia casa, robando, saqueando, masacrando, imponiendo su voluntad. La llamada Doctrina Monroe, de 1823, lo deja ver: “América para los americanos”, que puede entenderse como “todo el continente americano, desde Alaska hasta la Patagonia, para beneficio del gran capital estadounidense, sin que nadie ose discutirlo”. El modelo de vida que generó el capitalismo más desarrollado, del que Estados Unidos es su principal exponente, dio como resultado un sujeto y una ética insostenibles. El nuevo dios pasó a ser el consumo, la adoración de los oropeles, la veneración cuasi religiosa del “poseer” cosas materiales. En nombre del “progreso”, medido siempre en términos de posesión de “cosas” (vehículos, casas, electrodomésticos, indumentaria, la cantidad interminable de productos que ofrece la industria moderna, servicios de los más variados, y un largo etcétera -hoy día también estupefacientes-), el sistema capitalista sacrificó pueblos enteros -no solo los originarios de América del Norte como hicieron los anglosajones, sino los de otras latitudes, exterminándolos o esclavizándolos- así como destruyó el planeta Tierra, al que se consideró solo una cantera para explotar sin límites, sin medir consecuencias a futuro. Si toda la humanidad consumiera como lo hace la población estadounidense, en unos días se acabarían los recursos naturales del globo terráqueo. En Estados Unidos todo es consumir y botar a la basura, dejarse llevar por la novedad, buscar con voracidad el poseer cosas. “Lo que hace grande a este país es la creación de necesidades y deseos, la creación de la insatisfacción por lo viejo y fuera de moda” (Dichter: 1964), expresó el gerente de la agencia publicitaria estadounidense BBDO, una de las más grandes del mundo. Magistral pintura de cómo funciona el capitalismo en su punto máximo de desarrollo. Ahora, como se expondrá más adelante, esa supremacía está puesta en entredicho. El ocaso de la gran potencia, lenta pero irremediablemente, ya ha comenzado. De todos modos, su clase dirigente, que se siente dueña y dominadora del mundo, se resiste a la caída. Como animal herido se defenderá de cualquier modo, llegando a la locura militarista más envenenada para intentar mantener sus privilegios, pudiendo apelar a la monstruosidad de una guerra nuclear. Donald Trump, con un estilo de matón de película de western, arrogante, abusivo como el que más, es el encargado de buscar ese retorno a una grandeza que se va esfumando. De hecho, en la reunión del Grupo Bilderbeg del año 2022, realizada en Washington -con anillos de seguridad radicalmente impenetrables- se filtró la agenda que se abordaría. Por supuesto que no las conclusiones finales, pues eso es un absoluto secreto de los poderosos que manejan el mundo o, al menos, buena parte del mundo. En esa filtración pudo saberse que entre uno de los temas a tratarse figuraba la “gobernabilidad global post guerra nuclear”. Si esto es así, no hay dudas que en las cabezas de quienes toman las decisiones que afectan a toda la humanidad (por supuesto, el mito de la democracia se hace mil pedazos con esto, pues la gente votante solo cumple con un rito casi sacralizado de emitir un sufragio cada cierto tiempo, lo que no influye en lo más mínimo en la marcha de las cosas globales), la idea de una guerra nuclear limitada está presente, es una “hipótesis de conflicto”, como se dice en la jerga militar. La ultra conservadora Fundación Heritage, por ejemplo, hacedora del programa de gobierno que ahora está implementando paso a paso este hijo de una escocesa llegado a primer mandatario -dato curioso, ¿verdad?: un hijo de inmigrante corriendo a otros inmigrantes- lo contempla en su visión global. ¿Guerra nuclear limitada? ¡Dios nos libre! Dicho de otro modo: para evitar su caída, el gran país imperial está dispuesto a cualquier cosa, incluso a un conflicto de esa magnitud (guerra con armas atómicas “tácticas”, por supuesto; no las “estratégicas” -misiles con varias cabezas nucleares, cada una de ellas 30 veces más potente que las bombas arrojadas en Japón sobre población civil no-combatiente al final de la Segunda Guerra Mundial-, lo cual equivaldría al final completo de la humanidad toda). En Latinoamérica, su “natural” patio trasero según la tristemente famosa doctrina Monroe recién mencionada, los países de la región están mal, y sin perspectiva de notoria mejoría en lo inmediato, porque Washington defenderá ese territorio como su principal bastión ante el avance de otras alternativas (China y Rusia, que comienzan a disputarle crecientemente la hegemonía mundial). Es por eso que controla esos países con más de 70 bases militares de alta tecnología y la IV Flota Naval merodeando el Caribe y el Atlántico Sur, y una intromisión continua y descarada en sus asuntos internos. El supuesto control del narcotráfico es solo una estratagema perversa muy bien implementada. Se preguntó irónicamente: ¿por qué en Estados Unidos no hay golpes de Estado? Porque allí no hay embajada yanki… Gendarme del mundo “Somoza es un hijo de puta, pero es ‘nuestro’ hijo de puta”. Si es cierto que un presidente, como el entonces Franklyn D. Roosevelt, pudo decir tamaña barbaridad en referencia al dictador nicaragüense Anastasio Somoza, títere de Washington en el país centroamericano (frase de la que no hay un registro constatable, supuestamente pronunciada en 1939), ello deja ver de cuerpo entero qué es lo que significa el Estado al que representa. Pero así no la hubiera proferido, el sentido de la expresión no desmiente la posición de Washington; dicho rápidamente: ese país es un matón que se siente dueño del mundo, impune, ensoberbecido, y puede decir y hacer lo que le plazca de la forma más groseramente impune. Trump representa eso llevado a la enésima potencia. En realidad, ese es el papel que viene jugando Estados Unidos ya desde hace largos años, desde inicios del siglo XX, llevado a un nivel máximo luego del final de la Segunda Guerra Mundial, cuando queda como potencia global hegemónica, con una Europa totalmente destruida y una Unión Soviética que, aunque ganadora -la verdadera fuerza triunfante del conflicto-, estaba seriamente golpeada (25 millones de muertos y el 75% de su infraestructura devastada). Con una abominable demostración de fuerza -totalmente innecesaria en términos militares, puesto que Japón ya estaba derrotado y presto a firmar su rendición- al lanzar en forma despiadada armas atómicas sobre población civil indefensa (Hiroshima y Nagasaki), Washington intentó demostrarle al mundo, y básicamente a su archirrival ideológico, la Unión Soviética, que el poderío del Tío Sam no se discutía. Ese poderío, y su presuntuoso espíritu de dominación planetaria, han hecho que esté presente -directa o indirectamente- en todas las guerras que se han librado en el siglo pasado y en lo que va del presente. La pregunta que se hiciera el presidente George Bush hijo en alguna oportunidad: “¿Por qué nos odian?”, tiene una muy fácil respuesta: ¿quién puede amar a un matón arrogante? En todo caso, se le teme; y en lo profundo, por supuesto que se le odia. ¿A título de qué esta potencia se arroga el derecho de ser el sheriff mundial? Mucha gente en distintas partes del mundo festejó -quizá en silencio, por temor- cuando en el 2001 cayeron las Torres Gemelas en Nueva York. Eso dice mucho y responde la pregunta del ex presidente. Desde su impune sitial de hegemón universal se permite decidir quiénes son los “buenos” y los “malos” (cual mediocre película hollywoodense), siempre según sus interesados criterios. Sus misiles son “buenos”, pero no lo son los de Norcorea o los de Irán. Su supuesta lucha contra el narcotráfico -la DEA es el principal cartel del mundo- le permite certificar o descertificar a quienes lo “hacen bien” o no. Su vara para medir los derechos humanos en otros países es patética: cuando le convienen -como el referido “hijo de puta” de Somoza- los dictadores son “defensores de la libertad”; cuando ciertos personajes o procesos no le convienen, son autoritarios y antidemocráticos -la lista es interminable; para simplificar: cualquier cosa que cuestione su dominación es un atentado a la “libertad” y la “democracia”-. En Estados Unidos, que se autoproclama defensor por antonomasia de estas “sublimes” cosas, la defensa de los derechos humanos tiene un aire de parodia: mientras prepara militares latinoamericanos para torturar más eficientemente y encarcela a su población afrodescendiente, se llena la boca hablando pomposamente de esto porque, por ejemplo, está prohibido “violar la intimidad” de alguien preguntándole en una entrevista de trabajo su estatus civil, si está casado o es soltero. Si eso es defender los derechos humanos, entonces la frase de Einstein se agiganta: “Tengo certeza de dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Bueno… de la primera no tanto”. Su grado de perversión es realmente desopilante. Se vanagloria hablando de derechos humanos y libertad, siendo el principal violador de ambas cosas en todo el mundo, llegando a colmos como, por ejemplo -solo para graficarlo con un par de casos, pero muestras similares hay en cantidades industriales- financiar al Vaticano -a través del papa Juan Pablo II- para desestabilizar la Polonia comunista en la década de los 80 del siglo pasado, propiciando así la desintegración de los países socialistas del este europeo. O financiar al grupo islámico fundamentalista Al Qaeda, en Afganistán, para golpear a la Unión Soviética: “Crearles su propio Vietnam a los soviéticos”, declaró en su momento el Secretario de Estado Henry Kissinger. “¿Qué significan un par de fanáticos religiosos si eso nos sirvió para derrotar a la Unión Soviética?”, agregó petulante uno de los principales ideólogos de la ultraderecha norteamericana Zbigniew Brzezinsky. “Occidente, dirigido por Estados Unidos, dice llevar libertad y democracia a otras naciones. Esa democracia es superexplotación, y esa libertad es esclavitud y violencia. Esa democracia es hipócrita hasta la médula” (Putin, en Colussi: 2024), pudo decir sin ambages el presidente ruso Vladimir Putin. No hay dudas que su posición de matón jactancioso, principal poseedor de fuerza bruta y con un arsenal descomunal -800 bases militares diseminadas por toda la faz de la Tierra con tres millones de soldados acantonados listos para combatir- le otorgan esa posibilidad de sentirse dominador. Pero ¿hasta cuándo? Si hablamos de violaciones a los derechos humanos, este país es el principal agente violador. Pero otro grande, no matón impositivo como Estados Unidos, aunque igualmente poderoso, la República Popular China, también emite informes circunstanciados sobre la situación de derechos humanos dentro del país americano. Los resultados de esas investigaciones son demoledoras, patéticamente demostrativas de la hipocresía en juego: el imperio estadounidense es un fenomenal violador: por su racismo visceral (el Ku Klux Klan sigue actuando impertérrito, y la población afrodescendiente muestra los peores índices socio-económicos del país); por un engañoso sistema electoral donde no existe el voto directo, sino una amañada maniobra que permitió, por ejemplo, en las elecciones del año 2000, darle el triunfo a George Bush, robándoselo a Al Gore (a quien luego le dieran un Premio Nobel de la Paz como “consuelo”), manejo mafioso y nada transparente que no pudo ser cuestionado por ningún observador internacional (porque en la potencia del norte no se permiten intromisiones molestas, no necesita ser observada por nadie); la pauperización creciente de enormes masas de población que son arrojadas a la pobreza extrema (alrededor de casi un millón de homeless en la indigencia), sin ningún mecanismo de Estado para solventar el fenómeno; la crisis imparable de consumo de estupefacientes (300 muertes diarias por sobredosis), que convierten las adicciones en un terrible problema de salud pública, demostrativo de la honda crisis ético-cultural que vive su población, básicamente su juventud, que solo puede escapar del agobio de la cotidianeidad de esta manera enfermiza; la entronización de la violencia como marca dominante del país (matando indios un par de siglos atrás, robándole medio país a México, arreglando todo a balazos, permitiendo la venta libre de armas de fuego letales en cualquier tienda), lo cual se ve expresado en las continuas masacres provocadas por “desequilibrados” que se sienten Rambos, actuando como sus idolatrados personajes de películas, íconos de la violencia reinante, ejecutando a sangre fría a civiles desarmados como en un videojuego (o como se hizo en dos ciudades japonesas en 1945). Todo ello, sin hablar de la sangrienta sucesión de intervenciones militares que Washington realiza en todo el mundo, fomentando golpes de Estado (sangrientos o los ahora llamados soft, suaves: revoluciones de colores, guerra jurídica, manejo de netcenters creando guerra comunicacional), inmiscuyéndose en los asuntos internos de sus “socios”, manipulando políticamente las cosas a su conveniencia, realizando intervenciones armadas o alentando grupos paramilitares, militarizando el mundo, con campos de concentración clandestinos (por ejemplo, la base de Guantánamo en Cuba), atacando de forma impiadosa y sanguinaria cualquier acto que cuestione su hegemonía. Comenzó la decadencia Ahora bien: los imperios caen. Es una constante en la historia de la humanidad. Todas las civilizaciones tienen luces y sombras; todas florecen, crecen y luego se van apagando. Es la dialéctica humana. Todos los imperios, en su momento de esplendor, tienen cosas maravillosas; y al mismo tiempo contienen los fermentos de su decadencia. Porque, inexorablemente, todos caen. China, Persia, Roma, los incas, los mayas, fueron imperios resplandecientes por siglos o por milenios; pero cayeron, se extinguieron. El imperio otomano duró 700 años; el mongol, el de mayor extensión de tierra continua en la historia: 200 años. También dos siglos duró el dominio azteca en lo que hoy es México, pero cayó derrotado a manos del invasor español. El auge de los mayas, en el sur de México y buena parte de Centroamérica, duró 1,500 años, y luego se extinguió; el de los etíopes 700, y finalizó. El Occidente cristiano y capitalista fue dominante por 500 años, ya a nivel planetario, desde el Renacimiento hasta hoy. Gran Bretaña, con el mayor imperio de ultramar jamás conocido, duró alrededor de una centuria -la “Reina de los mares”, con colonias en los cinco continentes- pero pasó. Estados Unidos, el imperio más poderoso de la historia, con un desarrollo científico-técnico fabuloso que logró una hegemonía planetaria, el único que tuvo la osadía de utilizar armas nucleares contra población civil no-combatiente como burda demostración de fuerza ante sus rivales, fue el hegemón por un siglo, y ahora hace lo imposible por detener su caída. Pero está cayendo, lentamente sin dudas, pero ya comenzó su declive. Los tiempos se acortan cada vez más, y no hay “razas superiores” que se erijan en dominadores absolutos y eternos. Si Europa, y luego Estados Unidos, dado que las tecnologías del momento les permitieron su expansión planetaria, se sintieron “dueñas del mundo” en un sentido literal, eso está terminando. Gran Bretaña, la otrora super poderosa majestad que impuso el inglés como lengua franca en todo el mundo, es hoy una dependencia de Washington, su sumiso perro faldero. Europa imperial, la “culta” y “refinada” Europa (el “jardín florido” en medio de “la jungla”, como repugnantemente lo expresara en pleno siglo XXI Josep Borrell, alto funcionario de la Unión Europea), colonialista, sanguinaria y racista como nadie, ahora ya envejecida, se arrodilla ante Estados Unidos, imitándolo en todo, temblando ante su poderío (452 bases norteamericanas en el Viejo Mundo; ni una sola de Europa en territorio estadounidense). Y ahora, dado los acontecimientos de la guerra de Ucrania y la actual presidencia de Trump, pasando a ser de socia, una enemiga, castigada con aranceles. Todos los imperios pasan, todos. “Todo pasa, todo fluye”, enseñó el filósofo Heráclito en el luminoso imperio griego hace 2,500 años, cuna de la civilización occidental. Grecia hoy languidece y vive de sus recuerdos, endeudada hasta los tuétanos con el Fondo Monetario Internacional. Al igual que Egipto, que por milenios fue la cultura más avanzada del planeta legándonos maravillas arquitectónicas que aun en la actualidad sorprenden, hoy es un país empobrecido que vive en muy buena medida del turismo para mostrar “la grandeza pasada”. ¿Por qué Estados Unidos está cayendo ahora? Porque desde hace ya largos años empezó a consumir más de lo que produce, porque su voracidad sin límites lo ha ido llevando a una situación insostenible. Ese consumo desaforado ocasiona deuda; gastar más de lo que se puede es un despropósito, algo insostenible en el largo plazo. Un ciudadano término medio de ese país utiliza en promedio 150 litros de agua diarios para todas sus neces 150 litros de agua diarios para todas susnecesidades, mientras que un similar en el África sub-sahariana emplea solo entre uno y dos litros. ¿Qué puede justificar esa loca y asimétrica injusticia? Absolutamente nada; solo lo explica un voraz afán de poderío desmedido, sin límites, en nada solidario -aunque oficialmente se declare cristiano, por tanto, movido por el “amor al prójimo”-. Esa deuda que viene arrastrando de años -fiscal, interna y externa- es técnicamente impagable, porque no existe respaldo real a esa gigantesca masa de dinero: 36 billones de dólares, equivalente al 124% de su PIB (superando los niveles posteriores a la Segunda Guerra Mundial). Hay allí burbujas financieras que, tarde o temprano, estallan. La primera economía mundial presenta severos problemas: una decena de bancos ha quebrado en los últimos cinco años, y ahora se anuncia que otros sesenta están al borde de la bancarrota. Desde hace décadas se habla de la peligrosa “burbuja” en la que vive el país, con una intrincada mezcla de factores: una moneda sin respaldo real que comienza a ser seriamente atacada por los BRICS y el proceso de desdolarización en marcha, una deuda exorbitante técnicamente imposible de ser honrada, la extrema volatilidad de la Bolsa de Valores, un abultado déficit en la balanza comercial con los países asiáticos. Cuanto más pasa el tiempo, más se acumulan esos problemas y más aumenta la posibilidad de una implosión, es decir, la posibilidad de que la burbuja reviente. Varios Premios Nobel de Economía han advertido ese peligro. Pues bien: ese consumismo desmedido es insostenible, inconducente. Con un 4% de la población mundial, Estados Unidos consume el 25% de la riqueza global. ¿Quién paga eso? De momento, el resto de la humanidad. Por eso esa gran potencia saquea, expolia, impone su fuerza bruta. Su moneda, el dólar, vale porque unas monumentales fuerzas armadas la sostienen, con alrededor de 800 bases militares diseminadas a lo largo y ancho del planeta, y armamento nuclear que nos transforma a toda la humanidad en sus rehenes. Pero los tiempos están cambiando. El petróleo, elemento vital para la economía de todos los países, es una clave para entender estos fenómenos. Su comercialización, al menos hasta la fecha, se ha manejado en dólares, los llamados “petrodólares”. Esa moneda, impuesta por el imperialismo estadounidense, es la que rige las petro-transacciones internacionales. Cuando algunos países (Irán, Irak, Corea del Norte, Libia, Siria) manifestaron su alejamiento de la zona dólar para pasar a otras monedas (euro, rublo, yuan, yen, cesta combinada de divisas) en su comercio internacional, básicamente el petróleo, fueron declarados miembros del “eje del mal”, supuestamente por apoyar al siempre impreciso y nunca bien definido “terrorismo”. Está claro: Washington tiembla (¡y tiembla mucho!) cuando ve que su moneda puede perder valor. O, dicho en otros términos, cuando ve que su reinado puede empezar a caer. Para la geoestrategia de la Casa Blanca perder la hegemonía del dólar para las transacciones petroleras marca el principio del fin de su supremacía. Es por eso que quiere asegurarse a toda costa las reservas petroleras mundiales (al menos la mayor cantidad) para no verse sujeta a un comercio donde no es Washington el que pone las condiciones. Pero esa caída, mal que le pese a Washington, ya comenzó: para el 2000, el 71% de las reservas mundiales de todos los bancos centrales estaban expresadas en dólares; 20 años después bajaron a 58%. Su reinado comienza a resquebrajarse. La parafernalia interminable de ataques de Estados Unidos contra Venezuela no tiene en lo más mínimo la intención de defender un sistema de democracia occidental ni ir contra una supuesta dictadura; tiene como único objetivo manejar las reservas de oro negro que se encuentran en ese país caribeño, las más grandes del mundo, con 305,000 millones de barriles. Las cosas, sin embargo, cambian. Sombras sobre el imperio Sin ser claramente una propuesta socialista al modo clásico, la aparición de los BRICS (originalmente Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, hoy ampliados a diecinueve miembros, con China y Rusia liderando, ahora con una lista de espera de, al menos, otros treinta que desean incorporarse (¿también la Unión Europea luego de los aranceles impuestos por Washington el “día de la liberación”?) está marcando un freno a la hegemonía del área dólar. De hecho, la red SWIFT (siglas de Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication -Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales-, red interbancaria global que permite las transacciones entre países, siempre regida por el dólar) se ve seriamente cuestionada ahora por mecanismos similares que están implementando los BRICS, alejándose de la divisa estadounidense; por ejemplo, el sistema de pagos CIPS de China (Cross-Border Interbank Payment System), el servicio de mensajería financiera SPFS de Rusia –Система передачи финансовых сообщений (СПФС) -Sistema de Transferencia de Mensajes Financieros-) y otras alternativas al sistema SWIFT regenteado por Estados Unidos. 159 países ya han anunciado su interés por entrar en estos nuevos sistemas, dejando atrás el dólar. “Otros miembros del bloque BRICS -India, China, Brasil y Sudáfrica- también están desarrollando activamente monedas similares, por lo que la interacción entre los países del BRICS no se hará esperar. (…) La digitalización de las divisas nacionales debería impulsar el comercio internacional, proporcionando una alternativa fuera del sistema financiero dominado por Occidente y centrado en el dólar estadounidense y su restrictivo entorno de sanciones” (Goncharoff en Demyanchuk: 2023), destacó el economista de origen estadounidense, ahora radicado en Rusia, Paul Goncharoff, director de investigación de criptomonedas de Dezan Shira & Associates en Moscú. De hecho “Estados Unidos cuenta con una participación especial en el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyos Estados miembros poseen una cantidad “equilibrada” de votos en función de su posición relativa en la economía mundial. Washington disfruta del 17,69 % (grandes economías como China y Japón tienen menos del 5 %) y, como todas las decisiones claves deben contar con un apoyo del 85 % en la Junta de Gobernadores, técnicamente el país del Norte es el único con derecho a veto” informa Hedelberto López Blanch (2024). Los organismos financieros de Breton Woods, el FMI y el Banco Mundial, son brazos operativos de la gran banca mundial privada, básicamente la estadounidense. El mundo unipolar que comenzó a construirse luego de la caída de la Unión Soviética y la desintegración del campo socialista europeo entre fines de los 80 y comienzos de los 90 del pasado siglo, con la hegemonía total de Washington en aquel momento, está dando paso ahora a un tablero mundial con varias cabezas. Sin dudas, el desarrollo militar de la Federación Rusia (evidenciado en todas las guerras en que participó últimamente de las que salió ganadora: Chechenia, Osetia del Sur, Siria, Ucrania, con un poder bélico similar -¿o superior?- al del Pentágono), y una República Popular China que no deja de asombrar con su portentoso desarrollo científico-técnico que está dejando atrás al capitalismo occidental (imparable en numerosos campos, siendo líder indiscutible en diversas materias estratégicas, generando numerosos “momentos Sputnik” (período de mayor ansiedad, temor y terrible sorpresa en Estados Unidos tras el lanzamiento del satélite soviético Sputnik 1 el 4 de octubre de 1957) que dejan estupefacta a la Casa Blanca: un sol artificial producto de la fusión nuclear que generaría energía limpia infinita, la computadora cuántica más rápido del mundo, trenes de alta velocidad que dejan atónitos, obras de ingeniería tan osadas que ni Le Corbusier hubiera podido imaginar, inteligencia artificial y robótica impresionantes, tecnologías 5G y 6G para las comunicaciones únicas en el mundo, investigación espacial que ya comienza a superar a rusos y estadounidenses, un vehículo interplanetario en viaje hacia Júpiter, misiles hipersónicos que apabullan al Departamento de Estado norteamericano, hasta un medallero en los últimos Juegos Olímpicos de París donde, sumando las preseas obtenidas por Taiwán y Hong Kong (que Pekín sigue considerando parte de su territorio nacional), dan ganador al gigante asiático), evidencian que el siglo XXI muy probablemente no sea “Un nuevo siglo americano”, como pedían los estratégicos Documentos de Santa Fe de los halcones del gran imperio del Tío Sam de fines del siglo XX. ¿Está llegándoles su hora como potencia hegemónica unipolar? Todo indica que sí. El avance chino China comunista -en realidad, la única China, pues Taiwán es una “provincia rebelde” mantenida políticamente por Estados Unidos y que, según dice Pekín, tarde o temprano volverá a ser parte del único país chino que existe- está conduciendo en muy buena medida la marcha de la humanidad, mientras Estados Unidos, que en su momento fue la locomotora del desarrollo global, está luchando -sin poder vencer- contra el estancamiento y la parálisis. Tanto su infraestructura general como su panorama político abren dudas sobre su futuro, pues ha perdido la dinámica de otros tiempos. China avanza a pasos agigantados construyendo un futuro radiante, con tecnologías que no dejan de asombrar, manteniendo estándares sociales para su numerosísima población de alta calidad. De eso no caben dudas. Si se compara con Estados Unidos, el gigante asiático produce 13 veces más acero, 20 veces más cemento, representa el 50% de la elaboración del acero mundial y el 50% de los productos químicos, el 50% de los barcos del que navegan por los mares del planeta, fabricando tres veces más autos que el país americano, aportando el 67% de los vehículos eléctricos del mundo. Está demostrando, por arriba de todos los otros países del mundo, poseer una enorme creatividad e inventiva para resolver problemas, al tiempo que es muy respetuosa de otras culturas -cosa que jamás hizo el matón estadounidense, imponiendo a la fuerza su american way of life-. Al mismo tiempo, no deja de posicionarse como una superpotencia militar, lista para enfrentarse con cualquiera, con una tecnología bélica que ya igualó, y en algunos casos superó, a Occidente, incluido Estados Unidos. Si se compara la cantidad de muertes ocasionadas por la pandemia de Covid-19 en ambos países, los números hablan por sí solos: Estados Unidos, con 330 millones de habitantes, registró 1,125,000 occisos (afrodescendientes y latinos en lo fundamental), en tanto que China, con casi 1,500 millones de población, tuvo alrededor de 122,000 decesos. El tratamiento que recibió esta enfermedad deja ver el modo de relacionamiento de las autoridades con su población (no olvidar que Trump, durante su primer mandato, que coincidió justamente con el desarrollo de la pandemia, recomendó usar inyecciones con agua de lejía como método clínico -sic-). Como señaló Luis Méndez Asensio al analizar el fenómeno de este fabuloso ascenso: “El ejemplo chino nos incita a una de las preguntas clave de nuestro tiempo: ¿es la democracia sinónimo de desarrollo? Mucho me temo que la respuesta habrá que encontrarla en otra galaxia. Porque lo que reflejan los números macroeconómicos, a los que son tan adictos los neoliberales, es que el gigante asiático ha conseguido abatir los parámetros de pobreza sin recurrir a las urnas, sin hacer gala de las libertades, sin amnistiar al prójimo”. Evidentemente su modelo político le está funcionando. Y mucho. Su opuesto al otro lado del Pacífico, parece que no tanto. Para hablar de aspecto político, Estados Unidos siempre se ha arrogado ser el líder de la democracia. Realmente, hace reír eso. Para muestra, el actual presidente, Donald Trump, quien técnicamente es un reo convicto, juzgado y sentenciado por más de 20 ilícitos, incluyendo dos delitos federales muy graves: intento de golpe de Estado en 2021 y manejo ilegal de documentos oficiales secretos de seguridad nacional, por los que, apelando a nada transparentes manipulaciones jurídicas, no cumplió pena alguna y, pese a ello, pudo asumir la presidencia en el país que se jacta de ser el paladín universal de la democracia, la libertad y la no-corrupción. Valga agregar que todos los agentes judiciales que llevaron adelante esos juicios contra Trump (del partido Demócrata, en general), hoy están siendo cesanteados. ¿Y la democracia y la libertad? El país americano, que por años fue la principal economía del globo, sigue teniendo un PBI nominal (es decir: el valor de los bienes y servicios a precios de mercado producidos durante un período de tiempo) más grande, seguido por China. El avance del gigante asiático hace que ese producto pronto pueda equipararse; pero si el PBI se mide según el criterio de Paridad de Poder Adquisitivo -PPA- (el poder de compra real de la población), China supera a Estados Unidos. De hecho, China ha desplazado a la otrora gran economía americana como el principal socio comercial de la mayoría de países del mundo. Su proyecto de Nueva Ruta de la Seda intenta trabajar sobre la máxima de “ganar-ganar”, en tanto Washington solo esquilma a los que llama “socios”. Para muestra elocuente de ello, lo que expresara con total naturalidad Colin Powell en el 2002, entonces Secretario de Estado de la administración Bush cuando la potencia del norte intentaba poner en marcha un proyecto de libre comercio panamericano, el ALCA -Área de Libre Comercio de las Américas-, que no prosperó como tal, pero que fue reemplazado por tratados bilaterales que obtuvieron el mismo beneficio: “Nuestro objetivo con el ALCA es garantizar para las empresas estadounidenses el control de un territorio que va del Ártico hasta la Antártida y el libre acceso, sin ningún obstáculo o dificultad, a nuestros productos, servicios, tecnología y capital en todo el hemisferio.” Dicho en otros términos: un continente cautivo para la geoestrategia de dominación de Washington basada en el saqueo institucionalizado de materias primas, recursos naturales, mano de obra barata y precarizada e imposición de sus propias mercaderías en una zona de reinado del dólar. Los asiáticos están superando a Estados Unidos en volumen de producción y presencia en la economía global en términos de cosas tangibles, reales -mercaderías, productos industriales, infraestructura constatable, produciendo el 30% del PBI mundial- mientras el imperio estadounidense vive, cada vez más, del servicio de la deuda externa de otros países a los que tiene sometidos, de las finanzas (economía intangible sin ningún correlato con la realidad, economía ficticia, amparada en su propia moneda, el dólar y, finamente, en su poderío militar, en buena medida ligada a la narcoeconomía). En la economía norteamericana y, por tanto, en su proyecto de país, aparecen considerables nubarrones, como una inflación que crece, desocupación, sistema financiero con problemas insolubles, una infraestructura que no se moderniza al paso que lo está haciendo China, y una enorme desindustrialización, que lo hace muy dependiente del resto del mundo. Ese traslado de muy buena parte de su parque industrial a otros países, aprovechando la mano de obra barata de “países de mierda”, como dijera Trump -sic-, logró exorbitantes ganancias para sus corporaciones multinacionales, pero a costa del empobrecimiento de su propia masa trabajadora. Ese proceso de “deslocalización” -eufemismo por decir: “traslado buscando mejores condiciones de explotación”- dio como resultado la lenta pero inexorable caída de su potencialidad industrial. La ciudad de Detroit es el ejemplo por antonomasia. La que algunas décadas atrás fuera el centro mundial de la producción de automóviles, que nucleaba todas las grandes empresas de capital netamente norteamericano con casi tres millones de habitantes, ahora es una ciudad fantasma, con apenas trescientos mil pobladores, con fábricas cerradas, entre pandillas y calles sin luz. ¿Por qué? Porque lisa y llanamente el capital no tiene patria, no tiene nacionalismos sentimentales. Si los accionistas de la General Motors, la Ford Motor Company o la Chrysler encuentran que les es más lucrativo montar sus plantas industriales en cualquier enclave del Tercer Mundo dejando en la calle a sus propios trabajadores estadounidenses, no tienen ningún reparo en hacerlo. Y de hecho, eso es lo que han hecho. La República Popular China, con su particular modelo de “socialismo a la china”, estudiando a profundidad la experiencia soviética de la que saca conclusiones y con una perestroika que no se la ha ido de las manos, ha superado con creces la calidad educativa de su población en comparación con la norteamericana (piénseseen Homero Simpson como el exponente medio de Estados Unidos, o el mismo presidente, un ignorante machista y fanfarrón sin mayor refinamiento, visitador de prostitutas y transgresor continuo de las leyes). El país asiático gradúa cuatro veces más estudiantes de STEM (acrónimo en inglés que significa “Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas”) que los que gradúa Washington. Sin ningún lugar dudas, la inventiva científico-técnica de China está en plena expansión, contrario a lo que sucede en su archirrival. Cada intento norteamericano de frenar el desarrollo asiático -por ejemplo, intentando cerrarle camino con los semiconductores- encuentra una sorprendente respuesta creativa, innovadora, haciendo aparecer continuamente “momentos Sputnik” en la administración de la Casa Blanca. “Hacer a Estados Unidos grande de nuevo” (Make America great again) ha sido la consigna con que Donald Trump volvió a la presidencia por segunda vez, ahora con mucha más fuerza que anteriormente, con un partido republicano a su medida, y dispuesto a tomar venganza de los demócratas. Ahora bien: la sola formulación de la frase que lo llevó a la Casa Blanca ya deja entender que, en estos momentos, el gran país del norte dejó de ser tan grande como antes. Es decir: es un reconocimiento implícito de su declive. La nueva administración está intentando revertir a toda máquina ese proceso de caída. Aunque parece ser que el remedio puede resultar peor que la enfermedad. Los recientes aranceles universales pueden traer más recesión e inflación, en todo el mundo, pero también en Estados Unidos. Es por eso que, en una acción totalmente antipopular, viendo las reacciones de la población ante la debacle económica que se viene, llama a “no tener pánico”, lo cual da a entender que el pánico ya está instalado; de ahí las protestas. “Las políticas disruptivas de Estados Unidos han sido reconocidas como el mayor riesgo para las perspectivas globales durante todo el año. Es probable que el efecto de esta subida de impuestos se agrave por las represalias, una caída en la confianza empresarial estadounidense y las interrupciones en la cadena de suministro”, afirma Bruce Kasman, jefe de asesores financieros del banco de inversión JP Morgan & Chase Co., la entidad crediticia más grande del país y una de las mayores empresas financieras del mundo. Por su parte Larry Fink, mandamás del enorme fondo de inversión BlackRock, dijo recientemente en su intervención en el Economic Club de Nueva York que “la mayoría de los CEO’s con quienes hablo creen que Estados Unidos ya está en una recesión”. La más grande economía capitalista del orbe presentando los mismos problemas que aquellos países a quienes Washington, por décadas, ha estado hostigando. El mundo está cambiando; y cambiando de forma acelerada. La reciente medida tomada por Trump con los agresivos aranceles impuestos a medio planeta, está muy en entredicho si funcionará como reactivación de la alicaída economía norteamericana. Exultante, tal como es su histriónico estilo, el mandatario dijo que el día en que se implementaban era “el día de la liberación”. El Wall Street Journal, hablando en nombre de las grandes multinacionales y el mundo de las finanzas, por el contrario, calificó la acción como “la guerra comercial más estúpida de la historia”. Por lo pronto, con recortes a diestra y siniestra en la administración pública -llevados a cabo por alguien que ya comienza a ser depreciado por buena parte de la ciudadanía estadounidense por su altivez insoportable: el multimillonario sudafricano Elon Musk, mano derecha de Trump- con bravuconadas varias que tensan la cuerda -cambiar el nombre al golfo de México, por ejemplo-, más un intento desesperado de hacer volver la industria deslocalizada a terreno del país a través de los abusivos aranceles impuestos al resto del mundo, está en entredicho que eso reavive algo que ya entró en declive. La actual presidencia de Donald Trump es un postrer gesto heroico para detener la caída. Pero no parece estar lográndola. Las protestas a lo interno del país no se han hecho esperar. Ya son muchas las manifestaciones anti Trump que se vienen sucediendo, pues el intento de volver a la grandeza del pasado, impulsado esta política histriónica y avasalladora del mandatario, se está llevando por delante a la población, a la misma población votante. En las numerosas protestas que ya se vienen sucediendo a lo largo y ancho del país, el ingenio popular habló a través de los carteles: “Saca tus pequeñas manos de la seguridad social, los beneficios para los veteranos, los almuerzos de los chicos, los datos privados, las bibliotecas, la ciencia, los derechos LGBTQ+, la libertad de expresión, los inmigrantes, los trabajos, nuestras carteras, nuestros cuerpos, el Centro para el Control de Enfermedades, otros países, la libertad de mercado”. Las primeras y mediáticas deportaciones con grilletes y tratamientos como criminales a quienes se deportaban, ya pasaron. Eso fue parte del espectáculo propagandístico, para mostrar que el presidente sí cumplía lo prometido en campaña. Aclárese que deportó solo unos miles, en forma muy peliculesca; es absolutamente imposible expulsar -tal como lo prometió- a 12 millones de indocumentados, que son quienes mantienen el trabajo en el agro, y en las ciudades con servicios y la construcción. Sin dudas Trump está hablando en nombre de la tecno-oligarquía de Silicon Valley, con una propuesta ultra nacionalista versus los sectores globalistas de Wall Street y el complejo militar-industrial. ¿Guerra civil a la vista? ¿Se podrá repetir el balazo de John Kennedy? La tensión a lo interno sube muy rápidamente. ¿Cae la potencia yanki? Como cualquier imperio de la historia, Estados Unidos creció, llegó a su cenit y termina durmiéndose en los laureles. ¿Qué lo hará caer? Su deuda externa, como dijimos, es técnicamente impagable, y población y gobierno viven siempre endeudados, consumiendo más y más en un ciclo interminable. De todos modos, alguien paga ese desenfreno: de momento, el resto del mundo. Pero su moneda, el dólar, ya no tiene respaldo real. Los circuitos financieros del país tomaron el control y su capitalismo va teniendo menos base real, porque no se asienta en una producción material, como sí tienen los BRICS+, y fundamentalmente China y Rusia. El resguardo de sus fuerzas armadas comienza a ser puesto en entredicho porque, aunque impulsa guerras por doquier que terminan favoreciendo su hegemonía (la venta de armas es uno de sus grandes negocios), un conflicto abierto con sus rivales (China y Rusia) es impensable, porque no habría ganadores, dado el poder destructivo que tienen esas potencias. La destrucción mutua está asegurada si se utilizan armas atómicas estratégicas. Todo indica que el país americano no caerá por los misiles nucleares rusos o chinos. Nadie quiere ese enfrentamiento, y los esfuerzos se encaminan decididamente a impedir un conflicto real con armamento nuclear a gran escala entre las potencias. Son otros los elementos que están obrando para su declive, los cuales ya están en marcha y, todo indica, sin frenos a la vista. Ese hiperconsumo desmedido, los problemas sociales acumulados que estallan como el racismo de supremacismo blanco contra la población no-blanca, polarización económica extrema como cualquier país tercermundista (ricos exageradamente ricos y asalariados en lenta caída), guerra civil (recuérdese el intento de toma del Capitolio durante la primera presidencia de Donald Trump, a cuyos actores el nuevo mandatario exculpó ahora), consumo infernal de estupefacientes: todo eso es el caldo de cultivo para lo que estamos viendo, el final del dominio occidental del mundo y, especialmente, el ocaso de su gran potencia. Su cacareada “democracia” es un vil engaño, un maquillaje que oculta una realidad de explotación inmisericorde, un arrebato de violencia sin parangón que se justifica en un presunto “destino histórico” que, en realidad, nadie le atribuyó. En los años 60 del pasado siglo apareció la Operación CHAOS, mecanismo encubierto de la CIA para neutralizar toda protesta juvenil. Téngase en cuenta que en aquel entonces el movimiento hippie, que rehusaba el consumismo capitalista, justamente por ese motivo representaba un peligro para su economía, y el pacifismo que enarbolaba en medio de la guerra de Vietnam iba en contra del papel hegemónico que el complejo militar-industrial impulsaba (que le valió un balazo en la cabeza al presidente John Kennedy, que osara intentar cuestionarlo). De esa cuenta, la explosión masiva de consumo de drogas pasó a ser un hecho siempre creciente, en tanto mecanismo de adormecimiento. Como correctamente apunta Isaac Enríquez Pérez: “Es conveniente para las mismas estructuras de poder y riqueza que los jóvenes vivan presa de las adicciones y permanentemente drogados a que se despojen de su social-conformismo y muestren su inconformidad ciudadana por los cauces de la praxis política y la organización comunitaria.” (Enríquez Pérez: 2021) La cuestión es que ese consumo imparable, nacido de una artera estrategia de control social, y que luego se disparó en forma exponencial, evidencia un malestar de fondo. Shannon Monnat, de la Universidad de Siracusa, Nueva York, comentó que “el aumento de los trastornos por consumo de drogas en los últimos 20 a 30 años es un síntoma de problemas sociales y económicos mucho mayores (…) Las soluciones para combatir nuestra crisis de sobredosis de drogas solo serán efectivas si abordan los determinantes sociales y económicos a largo plazo que están en la base”. (Monnat: 2021) Todos los indicadores muestran que Estados Unidos, que en la tercera década del siglo XXI continúa siendo sin dudas una gran potencia mundial, ha iniciado su decadencia. Cómo seguirá el próximo ordenamiento global es imposible predecirlo. La posibilidad de una gran guerra devastadora con armas atómicas, si bien nadie la desea, está presente. Probablemente con la aparición de los BRICS ampliados y un nuevo sistema desvinculado del dólar, la hegemonía de Washington decaiga. Nada autoriza a pensar que se convertirá en un país paupérrimo, derrotado; su multifacético desarrollo augura cuotas de prosperidad, quizá no de la misma manera que décadas atrás, pero sí manteniendo altos niveles de consumo. De todos modos, como centro político-militar de la humanidad marcando el ritmo, es muy probable que desaparezca. Pareciera que marchamos hacia un mundo multipolar, donde más países pueden tomar la voz. ¿Preámbulo del socialismo quizá? La historia no está escrita; se sigue escribiendo. ________ Bibliografía Acosta, L. (2024) Mundo BRIC: El proceso mundial de desdolarización se acelera. Con los BRICS y «es ya irreversible». Disponible en: Mundo BRIC: El proceso mundial de desdolarización se acelera – Correo de los Trabajadores (cctt.cl) Allison, G., Kiersznowski, N. y Fitzek, C. (2022). The Great Economic Rivalry: China vs the U.S. Belfer Center for Science and International Affairs, Harvard Kennedy School. https://www.belfercenter.org/sites/default/files/pantheon_files/files/publication/GreatEconomicRivalry_Final_2.pdf Altamira, J. (6 de noviembre de 2024). El retorno de Trump y el retroceso histórico del imperialismo norteamericano. Política Obrera. https://politicaobrera.com/13000-el-retorno-de-trump-y-el-retroceso-historico-del-imperialismo-norteamericano Bernays, E. (2016). Propaganda. Cómo manipular la opinión pública en democracia. Buenos Aires: Libros de Zolzal. Borón, A. (2002). Imperio & Imperialismo. 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