Carnicerías vaticanas
La transubstanciación a lo claro
Como se estudia en la
historia de la religión, comerse a un dios es cosa vieja y viene de
antiguo, para apropiarse de sus dones y prerrogativas. Historias de este
calibre se halla en las leyendas y escritos egipcios: los siervos
apresando a dioses para que el rey, una vez descuartizados y cocidos los
seres divinos, comiera con avidez los trozos de aquellos seres
superiores. La eucaristía cristiana es resto de aquella mentalidad de
canibalismo primitivo. “Su haced en memoria mía”, invento tardío del
denominado apóstol Pablo, que como hoy sostienen exegetas serios y
analíticos nada tiene que ver con mensaje alguno de Jesús.
Karlheinz Deschner cuenta en su libro “El credo falsificado”, pág 30s, las andanzas de aquel vegetariano suizo, Fredi Kummer,
ante su grave problema: ¿cómo ser vegetariano y comulgar el cuerpo y la
sangre de Cristo? O ¿puede un vegetariano convencido comulgar, si es lo
que sostiene la Iglesia, que uno come el cuerpo y bebe la sangre de
Cristo? Pide aclaramiento a su párroco, al obispo Otto Wüst, ante
respuestas tardonas y poco convincentes: “¡comulgue, no hay problema,
es un misterio…”, hace huelga y se dirige a un químico, que le aclara:
si se analiza ahí hay, y sigue habiendo, harina y agua o vino, son los
creyentes católicos los que dicen que está dios. Por lo que la tomadura
de pelo está al alcance de la mano: los católicos de Iruña le acusaron
de blasfemo a Abel Azcona, quien posiblemente no cree, por denunciar a la Iglesia de pederastia con –dice él, pero yo no lo creo- hostias consagradas.
Ohiane Pascual, portavoz de la federación de comparsas, ha explicado en declaraciones a la agencia EFE que han colocado el cartel de Hontzak en todas las txoznas porque «entendemos que el espacio festivo y el modelo festivo popular dan lugar para la crítica y la sátira, siempre desde el humor».
Ante las voces que consideran los carteles una falta de respeto, la portavoz de Bilboko Konpartsak ha afirmado que la «sátira es sana» siempre que «no sea contra un colectivo oprimido y minorizado». En un comunicado emitido el lunes por la tarde, Bilboko Konpartsak calificaba de ataque «contra las comparsas y toda la ciudadanía» la retirada de la decoración de la txosna de Hontzak por la Ertzaintza tras una orden judicial.
Añadía que no hay que poner «ningún tipo de límite» a la sátira. «Mientras las críticas y denuncias no supongan una opresión contra cualquier colectivo minorizado, consideramos que el humor y sátira son dignas, legítimas y necesarias, imprescindibles para una sociedad plural, crítica, paritaria y responsable. Este es el único camino para tener esa actitud abierta», ha subrayado.
¿Irreverencia o tomadura de pelo? Ya ocurrió años atrás en Iruña con el obispo vestido de ira y aquel fraile de rodillas, rosario en mano, en contra del performance de Abel Azkona y sus hostias consagradas. Hoy con carnicerías vaticanas y Hontzak en la Aste Nagusia de Bilbao.
Primero habría que demostrar que esas hostias estaban consagradas, para luego acusar. ¿Y cómo demostrar que estaban consagradas y no más bien era una gran tomadura de pelo? Lo que debiera haber hecho el alcalde de Iruña, Sr. Asirón, era llamar a un químico, como en Suiza, y analizar. Y luego llamar al obispo al Ayuntamiento y colocarle ante la tesitura de tener que distinguir entre una consagrada y una no consagrada, como se hace en los careos. Y de no aprobar, denunciar al obispo por alboroto y mendacidad.
La transubstanciación no es más que una de las muchas afirmaciones y creencias sin sentido, que viene proclamando la Iglesia católica como dogma. Hoy ninguna persona seria y sensata cree que Jesús resucitó de entre los muertos, ni que un hombre, el papa, pueda ser infalible, ni que una madre sea al mismo tiempo virgen, ni que se tomen en serio el tomad y comer o el tomad y bebed porque éste es mi cuerpo o ésta es mi sangre, salvo el PNV, el obispo de Bilbao y un juez del medioevo y enfermizo. ¡Menos rollo y más diversión!
Ohiane Pascual, portavoz de la federación de comparsas, ha explicado en declaraciones a la agencia EFE que han colocado el cartel de Hontzak en todas las txoznas porque «entendemos que el espacio festivo y el modelo festivo popular dan lugar para la crítica y la sátira, siempre desde el humor».
Ante las voces que consideran los carteles una falta de respeto, la portavoz de Bilboko Konpartsak ha afirmado que la «sátira es sana» siempre que «no sea contra un colectivo oprimido y minorizado». En un comunicado emitido el lunes por la tarde, Bilboko Konpartsak calificaba de ataque «contra las comparsas y toda la ciudadanía» la retirada de la decoración de la txosna de Hontzak por la Ertzaintza tras una orden judicial.
Añadía que no hay que poner «ningún tipo de límite» a la sátira. «Mientras las críticas y denuncias no supongan una opresión contra cualquier colectivo minorizado, consideramos que el humor y sátira son dignas, legítimas y necesarias, imprescindibles para una sociedad plural, crítica, paritaria y responsable. Este es el único camino para tener esa actitud abierta», ha subrayado.
¿Irreverencia o tomadura de pelo? Ya ocurrió años atrás en Iruña con el obispo vestido de ira y aquel fraile de rodillas, rosario en mano, en contra del performance de Abel Azkona y sus hostias consagradas. Hoy con carnicerías vaticanas y Hontzak en la Aste Nagusia de Bilbao.
Primero habría que demostrar que esas hostias estaban consagradas, para luego acusar. ¿Y cómo demostrar que estaban consagradas y no más bien era una gran tomadura de pelo? Lo que debiera haber hecho el alcalde de Iruña, Sr. Asirón, era llamar a un químico, como en Suiza, y analizar. Y luego llamar al obispo al Ayuntamiento y colocarle ante la tesitura de tener que distinguir entre una consagrada y una no consagrada, como se hace en los careos. Y de no aprobar, denunciar al obispo por alboroto y mendacidad.
La transubstanciación no es más que una de las muchas afirmaciones y creencias sin sentido, que viene proclamando la Iglesia católica como dogma. Hoy ninguna persona seria y sensata cree que Jesús resucitó de entre los muertos, ni que un hombre, el papa, pueda ser infalible, ni que una madre sea al mismo tiempo virgen, ni que se tomen en serio el tomad y comer o el tomad y bebed porque éste es mi cuerpo o ésta es mi sangre, salvo el PNV, el obispo de Bilbao y un juez del medioevo y enfermizo. ¡Menos rollo y más diversión!
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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