Evangelio según san Lucas (1,39–45):
MARIA se levantó y se dirigió apresuradamente a la serranía, aun pueblo de Judea. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura dio un salto en su vientre; Isabel, llena de Espíritu Santo, exclamó con vos fuerte: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Quien soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Mira, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura dio un salto de gozo en vientre. ¡Dichosa tú que creíste! Porque se cumplirá lo que el Señor te anunció.»
Palabra del Señor
Lucas presenta dos mujeres embarazadas con sus respectivos niños, como símbolo del Dios generador de la vida. María e Isabel forman la nueva familia que nace de la escucha de la Palabra transformada en servicio. Estas dos mujeres llenas del Espíritu de Dios, son bendecidas por ser fieles a la acción del Espíritu Santo. Dios actúa de una manera única y maternal en estas dos mujeres para anunciar que el Dios de Israel sigue visitando a su comunidad. María ha acompañado a la comunidad y a la Iglesia en los momentos difíciles de su historia. Ante tantos símbolos de muerte que experimentan las mujeres, necesitamos escuchar nuevamente el saludo de María y la voz de Isabel que anuncien y afirmen que ¡Dios nos sigue visitando! Hoy más que nunca debemos regocijarnos en el Dios de María e Isabel para seguir celebrando que Dios sigue cumpliendo su Palabra. La presencia de María e Isabel debe ser motivo de fortaleza de que Dios nunca nos abandona, y sobre todo de que Dios es fiel a su promesa de amor.
Diario Bíblico 2017
Misioneros Claretianos
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