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martes, 17 de noviembre de 2020
Comentario Servicio Bíblico Latinoamericano Semana 22 al 28 de noviembre de 2020 – Ciclo A
Servicio Bíblico Latinoamericano
Semana 22 al 28 de noviembre de 2020 – Ciclo A
OBSERVACIONES
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Domingo 22 de Noviembre
34o Ordinario
Jesucristo Rey del Universo
Cecilia, virgen y mártir (177)
Ezequiel 34,11-12.15-17: Voy a juzgar entre oveja y oveja
Salmo 22: El Señor es mi pastor, nada me falta
1 Corintios 15,20-26.28: Dios lo será todo para todos
Mateo 25,31-46: El juicio de las naciones
Problemática pastoral de la festividad de Cristo Rey
Vamos a comenzar removiendo obstáculos, porque hay problemas respecto a los posibles significados de esta fiesta. Veamos algunos de ellos:
a) El origen de esta fiesta y su contexto original.
Esta fiesta fue establecida en un contexto anterior al Vaticano II, en 1925, por Pío XI, y con un espíritu muy cercano al de cristiandad, cuando el Vaticano expresaba claramente su deseo de que el cristianismo fuera la religión oficial de los Estados cristianos. Al confesar a Cristo como Rey universal, se quería con ello expresar el deseo de que también la Iglesia participara ya aquí en la tierra de esa realeza: una realeza de Cristo reconocida, que redundaba inevitablemente en una Iglesia respetada, favorecida por el Estado, con alto estatus en la sociedad, fuerte y organizada, que, aunque no podía ya revestirse de poder político temporal, al menos podía participar de él por una relación estrecha y armoniosa con los poderes sociales. Durante mucho tiempo, el título de "Cristo Rey", el "reinado social del Corazón de Jesús"... incluyeron esos aspectos de auto-encumbramiento de la Iglesia, olvidando que la práctica de Jesús de Nazaret fue muy distinta, incluso totalmente contraria. (¡Cuántas congregaciones religiosas con esos nombres...!).
b) El concepto de Reino monárquico.
El Reino no es hoy día la forma más frecuente de organización sociopolítica. La mayor parte de los países son repúblicas, de diferentes rostros, y los reinos que persisten, ya no lo son en su forma clásica, sino en adaptaciones a la cultura política actual (por ejemplo las monarquías "parlamentarias") que niegan en el fondo la esencia misma de lo que era un "reino" (pues ahora «el rey reina pero no gobierna»... ya no es lo que fue).
Aun siendo conscientes de la limitación inevitable que todo lenguaje teológico tiene por su misma naturaleza analógica, figurada, simbólica, apofática... cada vez más se viene insistiendo en que la palabra "reino" no sería ya la más adecuada para expresar la utopía bíblico-mesiánica del «Reinado de Dios» del que hablaron los profetas y Jesús, porque en esta altura de la historia la palabra «Reino» ya no expresa una forma de organización sociopolítica deseable para los humanos. Cada vez se evidencia más la dificultad de hablar de Dios (y de Cristo) como "rey", y de su proyecto escatológico como un "reino". ¿Estamos seguros de que un reino, una monarquía, podría ser una analogía del “Reino de Dios” realizado? La realización del reino de Dios, ¿no exigiría la superación de muchos aspectos de lo que es una monarquía, un “reino”? ¿Acaso una comunidad cristiana puede ser comparada con un «reino», con una «monarquía»? ¿Y una familia, puede ser comparada?
Pablo Suess propuso hace tiempo la expresión "democracia participativa del RD", para corregir la evocación que el término clásico conlleva. Es bueno aludir con frecuencia a esa insuficiencia de la expresión clásica, para hacer caer en la cuenta a los oyentes, y para liberar al contenido (el Reino mismo, el significado), de las limitaciones del significante (una palabra no completamente adecuada).
En vez de hablar del «Reino» de Dios, puede ser mejor hablar del Proyecto, de la Utopía de Dios...: queremos «construir la Democracia de Dios, cósmica, pluralista, inclusiva, y por eso, amorosa, encarnación viva del Dios de los mil rostros, colores, géneros, culturas, etnias, sentidos...».
c) Connotación de género en la palabra "Reino".
Es útil saber que en el ámbito de la teología feminista angloparlante se rechaza también la expresión (God's Kingdom), a causa de su machismo larvado (kingdom alude directamente a king, no a queen...). En español no tenemos ese problema en esta expresión, pero el saber que existe en otras lenguas invita a prevenirlo también en otros frentes.
Los grandes temas de la fiesta de hoy y de la semana
Hay varios grandes temas que podrían servir para orientar la reflexión de la homilía o la reflexión del círculo bíblico o la comunidad cristiana en torno a los textos de este domingo. Habrá que elegir entre ellos. Aquí sólo los apuntamos:
a) El Reino de Dios, como contenido del mensaje de Jesús. Jesús nunca se proclamó Rey: nada más lejos de Él. Lo que Jesús hizo fue ponerse al servicio total del Reino, de forma que éste fue el centro mismo de su predicación y de su vida, la Causa por la que dio la vida. Importa pues hacer honor a la identidad verdadera de Jesús: Él no fue rey, ni lo quiso ser nunca, por mucho que algunos cristianos crean que llamándolo así lo honran... La intención puede ser buena, pero el título que de hecho se le atribuye no podría ser de su agrado.
Jesús habló del Reino, fue su servidor y su mensajero, pero sus seguidores se olvidaron del Reino. y lo constituyeron a él como el Reino mismo, como el Rey... El mensaje fue sustituido por el mensajero. Jesús nos indicaba el Reino, como la Causa por la que estaba apasionado y por la que dio su vida, y un buen grupo de seguidores se olvidaron de esa causa, y se enamoraron de Jesús. Es preciso volver a Jesús, y su Causa...
Para hablar concretamente del Reino es bueno reparar en el texto del prefacio de esta fiesta, que da una «descripción» muy plástica de su contenido. Esa idea fue recogida en el conocido estribillo del Salmo 71 del compositor Manzano, que dice: «Tu Reino es Vida, tu Reino es Verdad, tu Reino es Justicia... es Paz... es Gracia... es amor, ¡venga a nosotros tu Reino, Señor». Bien glosada, y debidamente justificada esa perspectiva teológica, puede ser un buen guión para la homilía. Y no debería faltar ese canto en la celebración de hoy.
b) La relación entre cristocentrismo y reinocentrismo. Una cierta interpretación de esta fiesta –muy común por lo demás en el cristianismo en general– propicia un cristocentrismo exagerado, absoluto, que no hace justicia a la verdad de la revelación, al mensaje real de Jesús, a lo que Jesús realmente dijo, no a lo que después dijeron que había dicho. Importa pues pastoralmente discernir una «correcta jerarquía de valores», que la teología de la liberación fue la primera que dio en llamar "reinocentrismo", con tal fuerza de persuasión, que no hay teología ni espiritualidad honesta que se puedan resistir.
c) El mesianismo de Jesús. La aclamación o la espera de Jesús como Rey se dio en el contexto del mesianismo: se esperaba un liberador. Hoy la postración es tal que ni siquiera se espera nada, pudiendo hacer de la aclamación de Jesús como Rey algo bien alejado de lo que el mesías supuso realmente para los que lo esperaron.
d) La dimensión escatológica: el final de los tiempos, nuestro ineludible caminar en la historia, el "juicio final"... El final del año litúrgico nos hace tematizar en nuestra reflexión el final mismo de la historia, y el final también de nuestras vidas personales. Pero ya en un contexto mental diferente, en el que sabemos que nuestra aventura humana no es la razón del cosmos, que el mundo no acabará el día que Dios decida acabar el ciclo de la humanidad y pasar a la vida eterna, y que no se trata de que estemos aquí para una prueba que se verificará en el día del juicio final, tras lo cual iríamos al cielo o al infierno...
El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 100 de la serie «Un tal Jesús», de los hermanos LÓPEZ VIGIL, titulado «El juicio de las naciones». El guión, el audio y un comentario teológico pueden ser tomados de aquí: https://radialistas.net/100-el-juicio-de-las-naciones/
La serie «Otro Dios es posible», de los mismos autores, tiene un capítulo (5 minutos de entrevista con Jesús que vuelve a la Tierra) titulado «¿Fin del mundo?», relacionado con el escenario en el que transcurre la imagen del evangelio de este domingo; puede ser recogido en: https://radialistas.net/89-fin-del-mundo/
Para la revisión de vida
- El Reino de Dios fue el “leit motiv”, el estribillo de la vida de Jesús, el centro de su predicación, el motivo de sus milagros, la razón de ser de su fidelidad hasta la muerte, la corona de su resurrección. ¿Qué es para mí el Reinado de Dios? ¿Está también en el centro de mi vida? ¿Es mi «Causa», como fue la de Jesús?
- Tal vez yo soy de los muchos a quienes la expresión «Reino de Dios» «vela más que revela» el valor supremo de la vida de Jesús... ¿Me he preocupado por renovar mi comprensión de esa Utopía de Jesús, y de re-formularla adecuadamente?
Para la reunión de grupo
- Basándose en este texto del evangelio, se dice en la teología latinoamericana que, al fin y al cabo, los pobres (el amor efectivo hacia ellos, la opción por su causa) son el «único sacramento universal e imprescindible para la salvación». Todos los demás sacramentos, no son ni tan universales, ni tampoco imprescindibles. Comentar la frase y el tema.
- Si Jesús no fue rey históricamente –bien lejos que estuvo de serlo–, ni se llamó rey, ni dejó que le llamaran así, ni le hubiera gustado que le llamaran así... ¿tiene sentido que nosotros le aclamemos con ese título? ¿Por qué? ¿Podría un cristiano o una comunidad, desde su sensibilidad religiosa y su posición teológica personal, rechazar el dar ese título a Jesús, o ese título expresa un dogma? ¿Puede un cristiano ignorar o rechazar una advocación, una devoción, incluso una devoción oficial? ¿Por qué?
- La llamada “parábola del juicio final” nos cuenta claramente cuál es el criterio con el que «se nos va a examinar»: “tuve hambre y me diste de comer...”. ¿Me doy cuenta de que Dios no nos está pidiendo que hagamos nada «religioso», sino, sencilla y llanamente, que nos preocupemos del prójimo y lo ayudemos en todo lo que podamos?
- Contemplemos una imagen tradicional de “Cristo Rey”: corona, cetro, trono, ropaje... Hagamos un análisis simbólico de la imagen: ¿Qué evoca cada uno de estos elementos simbólicos en la mente o en la piedad de un cristiano/a sencillo/a? Hagamos a continuación un análisis teológico de lo expresado en la pregunta anterior. ¿Cómo calificar esas evocaciones? ¿Cuáles son evangélicas y cuáles antievangélicas? ¿En qué y por qué?
- Utilizar el episodio nº 100 de la serie radiofónica "Un tal Jesús" –citado más arriba– para una reunión de trabajo en el grupo o la comunidad. Tanto el texto como el audio –así como un sugerente comentario bíblico teológico– pueden ser tomados de https://radialistas.net/serie-un-tal-jesus/
- ¿Qué podemos sugerir al sacerdote para la homilía de esta fiesta?
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Para la oración de los fieles
- Por la Iglesia de Jesús, para que siga siempre los pasos de aquél no vino a ser servido sino a servir, roguemos al Señor...
- Por todos los que ejercen poder y autoridad en este mundo, para que, como quería Jesús, acepten el poder como la herramienta que permite un servicio más universal y más eficaz, roguemos al Señor...
- Por las religiones que -como en otro tiempo el catolicismo- todavía hoy pretenden estados confesionales, santas cruzadas o repúblicas religiosas, en las que una religión impone a la sociedad la "realeza" de un Dios intolerante y uniformizador: para que comprendan que Dios es amor y pluralidad, y que está contra toda manipulación de su nombre, roguemos al Señor...
- Para que Jesús, el que "pasó haciendo el bien" y "se humilló pasando por uno de tantos" sea nuestro modelo, nuestro guía y -en ese sentido, sí- nuestro rey y nuestra fuerza en la "militancia" por el Reino de Dios, roguemos al Señor...
- Para que los cristianos, y especialmente los teólogos, entremos cada vez más en el nuevo paradigma del diálogo de las religiones, para que siempre sospechemos desconfiadamente de todo planteamiento cristocéntrico que venga a reducirse de hecho en un planteamiento eclesiocéntrico, roguemos al Señor...
Oración comunitaria
- Oh Dios que quisiste fundar todas las cosas en tu amor universal a todos los Pueblos, y en tu comunicación multiforme e inefable con todos ellos. Haz que toda la Creación y la Humanidad, unidas por el Cuidado mutuo y el Diálogo, logre la plenitud del Amor hacia el que siempre le has estado atrayendo. Tú que vives y estás presente en todos los pueblos y religiones desde siempre y para siempre. Amén.
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- Dios, Padre nuestro, que quieres que en nuestra vida nos veamos libres de toda esclavitud y que luchemos para liberar a los oprimidos, haciendo así presente tu Reino entre nosotros, te pedimos que guíes nuestros pasos para que construyamos un mundo en el que todos vivamos como hermanos, como auténticos hijos tuyos, en paz, en justicia y en libertad. Por Jesucristo.
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- Dios nuestro y de todos los Pueblos, Tú que, de un modo u otro, esperas a la Humanidad revestido de todos los nombres, por los caminos de todas las religiones; haznos comprender que Tú no quieres encomendarnos una evangelización que someta a los pueblos, ni que arranque culturas y religiosidades, sino un diálogo que promueva el Amor y la Justicia, la Verdad generosa y la Vida para todos y todas. Tú que vives y estás presente en todos los pueblos y religiones desde siempre y para siempre. Amén.
Lunes 23 de Noviembre
34ª Semana Ordinario
Miguel Agustín Pro (1927)
Clemente I (97)
Ap 14,1-3.4b-5: Han sido rescatados para Dios
Salmo: 23: Estos son los que buscan al Señor
Lc 21,1-4: Una viuda daba limosna
Uno de los grandes misterios de la fe cristiana es la Encarnación del Hijo de Dios. Creemos en un Dios cercano y sencillo, que ve lo oculto, lo pequeño y conoce el valor de nuestros esfuerzos, esos que, probablemente, nadie valora. Tal como lo relata el evangelio de Lucas, las contribuciones que se depositaban en el templo para las fiestas eran destinadas a impuestos, ofrendas, leña, utensilios y mantenimiento del lugar. Algunos aportes eran voluntarios y se depositaban en cofres ubicados en el Atrio de las Mujeres. Allí estaría Jesús observando todo ese movimiento, pero tan solo aquella viuda pobre llamó su atención. Muchos de nosotros que trabajamos con niños, jóvenes, ancianos, enfermos, con personas carentes o simplemente con otros compañeros tenemos que aprender a observar al modo de Jesús y medir no con la misma medida a todos, sino a cada uno con la medida del esfuerzo que está a su propio alcance. ¿Cómo nos miramos a nosotros mismos?, ¿Sabemos valorar nuestros logros y esfuerzos cotidianos?
Martes 24 de Noviembre
34ª Semana Ordinario
Andrés Dunc-Lac y comp. (1839)
Ap 14,14-19: Ha llegado la siega
Salmo 95: El Señor llega a regir la tierra
Lc 21,5-11: No quedará piedra sobre piedra
Desde los inicios de la historia, el ser humano quiso ser como dios y construir una edificio tan alto para alcanzarlo. Las grandes construcciones, palacios, templos y monumentos son un fenómeno constante a lo largo de la historia de la humanidad, en todo tiempo y cultura. A medida que el tiempo avanza las grandes ciudades van concentrando mayor número de habitantes. Desde entonces y hasta hoy sucede algo similar: esas metrópolis constituyen un complejo entramado de diferencias sociales, culturales, políticas y económicas. El trabajo pastoral en las grandes metrópolis se enfrenta al desafío de especializarse cada vez más si es que pretende lograr algún resultado. Incluso afrontar el desafío de la falta de interés o atracción por la dimensión religiosa o la vida comunitaria. Las comunidades creyentes de hoy y del futuro en las grandes ciudades deben aprender a ser receptivas, comprensivas, acogedoras y servidoras de nuevas e impensadas formas de vida. ¿Seremos capaces de construir comunidades no con ladrillos de cemento sino con ladrillos de mayor humanización?
Miércoles 25 de Noviembre
34ª Semana Ordinario
Luis y María Beltrame (1951/1965)
Ap 15,1-4: Cantaban el canto del Cordero
Salmo 97: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor
Lc 21,12-19: Todos les odiarán por causa mía
Más de un 52% de la población mundial vive actualmente en las ciudades y se prevé que en el año 2050 este porcentaje aumente al 66-70%. Es por ello que la pastoral de las grandes ciudades es de estricta actualidad, considerando inevitablemente la sustentabilidad de la vida en ellas. Quienes tenemos un compromiso con el Evangelio desde la opción por los pobres sabemos que las periferias de las grandes ciudades son lugares donde se concentran las desigualdades más escandalosas de las metrópolis, donde tienen lugar las fronteras entre lo humano y lo inhumano, donde un clamor silencioso convive con el resplandor hipnótico de carteles luminosos que ofrecen paraísos inalcanzables para la mayoría. Hablar de Dios en las grandes ciudades corre el riesgo de tornarse un discurso más entre tantos otros. Por eso será indispensable que las comunidades creyentes hagan de las ciudades lugares humanamente habitables, accesibles y dignificantes, dando testimonio real y coherente de que es posible vivir el Evangelio en las grandes ciudades porque Dios también habita en ellas.
Jueves 26 de Noviembre
34ª Semana Ordinario
Santiago Alberione, fundador (1971)
Ap 18,1-2.21-23; 19,1-3.9a: ¡Cayó la gran Babilonia!
Salmo 99: Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero
Lc 21,20-28: Jerusalén será destruida
Seguimos hilando nuestra reflexión en torno a Jerusalén, y así vamos desentrañando el gran simbolismo bíblico que ella encierra por ser el centro sociocultural, político y religioso que aglutinó gran parte del proyecto de Israel como pueblo elegido por Dios para ser luz de las naciones. Pues bien, Jesús se encontró con una ciudad muy diferente a aquel ideal. Jerusalén se convirtió en el centro de una trama de alianzas entre poderosos que hicieron imposible la liberación del pueblo. Esta tensión será motivo de sucesivas invasiones y violencia contra la población más vulnerable. Este contraste nos acompaña para seguir reflexionando sobre las grandes oportunidades de vida y desarrollo que ofrecen hoy las grandes ciudades, ais como las debilidades y amenazas que ellas generan. Una de las metas que se han fijado las Naciones Unidas hasta el 2030 es tener ciudades y comunidades sostenibles. Necesitamos mejorar la planificación y la gestión urbanas para que éstos espacios sean más inclusivos, seguros y resilientes. ¿Vives en una ciudad grande? ¿Qué aporta tu comunidad a los espacios urbanos?
Viernes 27 de Noviembre
34ª Semana Ordinario
Ntra. Sra. de la M. Milagrosa
Virgilio (784)
Ap 20,1-4.11–21,2: Vi a la nueva Jerusalén
Salmo 83: Ésta es la morada de Dios con los hombres
Lc 21,29-33: El reino de Dios está cerca
La visión de una nueva Jerusalén, el cielo nuevo y tierra nueva, el reinado de Dios que acontece finalmente triunfante nos alienta a seguir construyendo con esperanza lugares habitables. Se debe avanzar en la construcción de “ciudades cuidadoras”, donde los hombres y las mujeres se hagan cargo, en un contexto de corresponsabilidad y solidaridad, de las labores de cuidado necesarias para la reproducción de la sociedad. “Las urbes latinoamericanas exhiben enormes desigualdades en materia de género en cuestiones de acceso a ingresos propios, niveles de pobreza, uso del tiempo y dedicación al trabajo remunerado y no remunerado entre varones y mujeres. La incorporación de las mujeres al mercado laboral no ha ido de la mano de una mayor participación de los hombres en las tareas domésticas de cuidado en los hogares, lo que representa retos para las políticas públicas urbanas”. Con estas expresiones los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU nos siguen alentando a generar nuevas relaciones para la vida urbana sustentable. ¿Somos conscientes de estas desigualdades en materia de género?
Sábado 28 de Noviembre
34ª Semana Ordinario
Catalina Labouré (1876)
Ap 22,1-7: Sus siervos lo adorarán
Salmo 94: ¡Maranatha! Ven, Señor Jesús
Lc 21,34-36: Estén siempre despiertos
Quienes, en alguna ocasión, vimos un manantial de agua cristalina brotando sin fin entre las piedras de alguna montaña desértica sabemos que el planeta es un ser vivo, activo y resiliente. Quizá por eso mismo pensamos que podrá soportar toda las acciones que emprendemos en su contra para extraer su riqueza, explotando sus recursos naturales que tardarán más tiempo en reponerse que el tiempo que tardamos en consumirlo. "Ecocidio" es una palabra nueva que algunos expertos usan para advertir del grave riesgo de destrucción terminal del medio ambiente y de nosotros con él. Nuestra hermana tierra está en peligro, igualmente nuestra vida. La deforestación y la desertificación provocadas por las actividades humanas y el cambio climático suponen grandes retos para el desarrollo sostenible y han afectado la vida y los medios de vida de millones de personas en la lucha contra la pobreza, porque de la tierra proviene todo.
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