El apocalipsis llegará por una plaga de piojos
Hace varios años imaginé que en algún momento no muy lejano llegarÃamos a un apocalipsis alimentario. Que no podrÃamos producir alimentos. Ni verduras, ni legumbres, ni cereales tendrÃamos disponibles porque además de la desaparición de las abejas, la agricultura ya no serÃa posible pues todas las semillas, en manos de una única empresa, ya no estarÃan disponibles después de la quiebra financiera de esta corporación. Tampoco podrÃamos alimentarnos de carne, huevos o leche porque al no disponer de soja o maÃz para su engorde, todas las granjas del planeta habÃan tenido que bajar la persiana. La crÃa de animales en libertad, pastoreando, ya habÃa desaparecido hacÃa años de nuestra memoria y se desconocÃa esta posibilidad.
¿Y el mar y los rÃos? En mis delirios, en ese momento la causa que imaginé fue «una plaga de piojos de mar nacidos en las piscinas de acuicultura que habÃan saltado a todos los océanos y mares causando una infestación completa e irreparable».
Al paso que vamos, las dos primeras sospechas se hacen más probables que nunca. Bayer , con productos en su catálogo peligrosos para las abejas, ya es casi la única dueña y señora del patrimonio genético de la humanidad. Y la tercera, ¿ya ha empezado? Esperemos que no, pero a finales de julio, explica la organización ecologista Salmon an Trout Conservation Scotland , se encontraron una proporción muy alta de salmones salvajes muertos en uno de los rÃos más emblemático de Escocia, el Black Water. La causa de esta mortalidad fue la presencia de cientos de piojos adheridos sobre los salmones “arrancándoles la piel” hasta su muerte. En la red pueden encontrar las fotografÃas y un vÃdeo que ilustran esta descripción, pero no es muy agradable de observar. Y, efectivamente, parece que estos parásitos han llegado a los salmones silvestres diseminados desde las siete granjas de la empresa The Scottish Salmon Company que en esa región cultivan salmones en cautividad.
Las granjas piscÃcolas, donde se agrupan cientos de miles de salmones, son un medio propicio para la multiplicación de piojos que acaban llegando a las aguas circundantes afectando asà a los animales en libertad.
La noticia nos deberÃa obligar a repensar los sistemas productivos industriales de alimentos . Querer producir ingentes cantidades de comida a ritmos frenéticos para distribuir por el mundo a cambio de beneficios económicos, insistimos, está forzando la armonÃa y equilibrio de los sistemas naturales con consecuencias letales: desde el cambio climático hasta la desaparición de miles de especies o la perdida de fertilidad de las tierras y aguas que son el sustento de la vida. El argumento esgrimido de que es la única manera de alimentar a una población creciente es falso. Analizando las cifras actuales de hambre ya no hace falta discutir al respecto.
Quizá la única discusión lógica es debatir si la vida en el mar se extinguirá por una plaga de piojos o por una plaga de plásticos. O por las dos cosas.
Blog del autor.
¿Y el mar y los rÃos? En mis delirios, en ese momento la causa que imaginé fue «una plaga de piojos de mar nacidos en las piscinas de acuicultura que habÃan saltado a todos los océanos y mares causando una infestación completa e irreparable».
Al paso que vamos, las dos primeras sospechas se hacen más probables que nunca. Bayer , con productos en su catálogo peligrosos para las abejas, ya es casi la única dueña y señora del patrimonio genético de la humanidad. Y la tercera, ¿ya ha empezado? Esperemos que no, pero a finales de julio, explica la organización ecologista Salmon an Trout Conservation Scotland , se encontraron una proporción muy alta de salmones salvajes muertos en uno de los rÃos más emblemático de Escocia, el Black Water. La causa de esta mortalidad fue la presencia de cientos de piojos adheridos sobre los salmones “arrancándoles la piel” hasta su muerte. En la red pueden encontrar las fotografÃas y un vÃdeo que ilustran esta descripción, pero no es muy agradable de observar. Y, efectivamente, parece que estos parásitos han llegado a los salmones silvestres diseminados desde las siete granjas de la empresa The Scottish Salmon Company que en esa región cultivan salmones en cautividad.
Las granjas piscÃcolas, donde se agrupan cientos de miles de salmones, son un medio propicio para la multiplicación de piojos que acaban llegando a las aguas circundantes afectando asà a los animales en libertad.
La noticia nos deberÃa obligar a repensar los sistemas productivos industriales de alimentos . Querer producir ingentes cantidades de comida a ritmos frenéticos para distribuir por el mundo a cambio de beneficios económicos, insistimos, está forzando la armonÃa y equilibrio de los sistemas naturales con consecuencias letales: desde el cambio climático hasta la desaparición de miles de especies o la perdida de fertilidad de las tierras y aguas que son el sustento de la vida. El argumento esgrimido de que es la única manera de alimentar a una población creciente es falso. Analizando las cifras actuales de hambre ya no hace falta discutir al respecto.
Quizá la única discusión lógica es debatir si la vida en el mar se extinguirá por una plaga de piojos o por una plaga de plásticos. O por las dos cosas.
Fotos de piscifactoria en Pyongyang para Internacional enviadas por Adrian Foncillas
Blog del autor.
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