viernes, 26 de octubre de 2018

Comentario:Evangelio según san Lucas (12,35-38)

Evangelio según san Lucas (12,35-38):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.»
Palabra del Señor

1.       Esta llamada a la vigilancia quizá tenga su explicación en el hecho de que, como es sabido (1 Tes 4, 13.18), en la Iglesia naciente se tuvo la convicción de que el fin del mundo y la venida del Señor eran inminentes. Seguramente, las palabras originales de Jesús, referidas a la fidelidad al Evangelio, se transformaron, al redactarlas, en esta recomendación apremiante en vista de la próxima venida del Señor.

2.       Es buena y recomendable, por supuesto, la vigilancia ya que, cuando menos lo pensemos se nos puede venir encima el final de nuestros días. Pero también es cierto que ni es bueno vivir en esa constante tensión, ni sobre todo es recomendable organizar la propia vida en función del premio que nos pueden dar después de la muerte. Semejante conducta es mezquina. Si somos buenas personas y queremos a los demás, eso nos debe nacer del respeto y del cariño que merecen los otros, no de los premios que yo pueda conseguir.

3.       Conviene caer en la cuenta de la insistencia del Evangelio, una vez más, en el tema del banquete de boda, el “simposio” o la mesa compartida, que es el gozo y la alegría de verse sentado en una mesa bien preparada y servida nada menos que por el “Señor”. Jesús insiste en lo que más felices nos hace a los humanos. Si esa fuera también nuestra insistencia…
José M. Castillo
La Religión de Jesús

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