Golpe de Estado en Bolivia: racismo, religión e injerencia extranjera
Desde Bolivia, testimonios, análisis y crónica de la situación que se vive desde el domingo. Las turbas ultraderechistas vinculadas con el empresario cruceño Luis Fernando Camacho siembran el terror en las calles. "Por segunda noche consecutiva, los vecinos iniciarán una vigilia de autoprotección en El Alto", dijo el periodista Roger Romero.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, fue forzado a renunciar tras la presión recibida de las Fuerzas Armadas este domingo. Horas antes, la Organización de Estados Americanos (OEA) había hecho público un informe en el cual destacaba ciertas irregularidades en los comicios del pasado 20 de octubre. Pese a su llamado a realizar nuevas elecciones, el ahora exmandatario sufrió un golpe de Estado una vez que los militares y la policía le quitaron su apoyo. Minutos después, el presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz y uno de los artífices del golpe, Luis Fernando Camacho, ingresó al Palacio de Gobierno custodiado por fuerzas del orden y depositó una biblia en el lugar. Sus comandos incendiaron casas, secuestraron gente y llegaron a atar a un árbol al director de un medio de comunicación
"Siempre ha denostado a Morales y a su gobierno. Representa a los sectores que plantearon la secesión de los departamentos de la Media Luna boliviana en 2008. Todo tiene su lógica. Su protagonismo ha desplazado a Mesa", agregó en relación con el liderazgo del plan que terminó por quitar a Morales del poder.
La Casa Blanca aplaudió el golpe y la OEA se limitó a rechazar la "salida inconstitucional" de la crisis política. Los gobiernos de la región, en tanto, se dividieron entre aquellos que justificaron la renuncia forzada y los que advirtieron sobre el grave golpe institucional. Funcionarios y militantes del Movimiento Al Socialismo (MAS) denunciaron persecución y atentados contra su propiedad e integridad física.
© REUTERS / MARCO BELLO
No hay comentarios:
Publicar un comentario