Habría que plantearse si EEUU es un Estado fallido"
EEUU
del caos. Es la imagen que transmite el país norteamericano. A la
pésima gestión de la pandemia del coronavirus, se le superpusieron las
movilizaciones a nivel nacional tras el homicidio de George Floyd, un
caso que a su vez varios políticos arrastraron al fango del embrollo
político de la campaña presidencial.
Pelea en el barro
El ex secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, ha demostrado recientemente que cualquier autobús los deja en la puerta. En una reciente entrevista concedida a la CNN declaró: "Tenemos una Constitución y tenemos que seguir esa Constitución, y el presidente se está alejando de ella". Y a renglón seguido denunció a Trump por "mentir sobre muchas cosas".
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AP Photo / Elise Amendola
Favor con favor se paga
Entonces, Trump le 'devolvió el favor' a los demócratas. Y es que tras el suceso en que dos policías de Búfalo empujaron a un manifestante de 75 años, quien tras caer al suelo comenzó a sangrar por un oído y fue trasladado en estado grave a un hospital, la cadena One America News dio a entender en un tuit que el hombre "podría ser un provocador Antifa" que "fue empujado después de escanear" las radios de los agentes para cortar las comunicaciones entre los agentes.Y Trump cayó en su trampa de la retórica. Retuiteó el mensaje del medio y apostilló: "Lo vi, cayó más fuerte de lo que lo empujaron. Estaba apuntándolos con un escáner. ¿Podría ser una trampa?". Así, 'devolvió la generosidad' de Powell. Dejó la pelota picando en su propia área chica, esperando a que alguien la empujara al fondo de la red. Y ese fue el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo. "¡Qué imprudente, qué irresponsable, qué cruel, qué crudo! Quiero decir, si alguna vez hay un comentario tonto reprensible, y del presidente de EEUU, [es este]. […] Lees sus tuits y llegas a un punto en el que dices: 'bueno, nada podría sorprenderme, lo he visto todo', y luego te vuelves a sorprender. Te vuelves a sorprender. Te asqueas de nuevo", dijo en rueda de prensa.
Toda esta situación es absolutamente rocambolesca, de acuerdo al analista internacional Eduardo Luque.
"Vemos que hay una aparente confusión y un aparente caos", añade. "Todo tiene un sentido lógico dentro de la irracionalidad que tiene la política norteamericana".Luque apunta a que en el sentido lógico, hace muchos meses que Trump está en campaña electoral. "Muchos de los actos y acciones que hace y percibe tiene como finalidad fomentar el ánimo de su propia base electoral ciertamente decaída, puesto que muchas de las cosas que prometió en la anterior campaña electoral, evidentemente ni las ha cumplido, ni las piensa cumplir, pero de alguna forma tiene que motivar a su propia base electoral".
El experto señala que paradójicamente, los demócratas tuvieron sus mejores números en las encuestas "cuando el señor Biden ha estado en un 'bunker' protegido por el coronavirus". No obstante, Luque apunta a que el ex vicepresidente tiene grandes limitaciones para lograr su objetivo de llegar a la Casa Blanca. Entre otras cosas, "porque su discurso es muy parecido al de los republicanos", señala.
EEUU, ¿un experimento social fallido?
En una reciente entrevista que concedió a la BBC el filósofo Cornel West, quien ha sido profesor de las universidades de Yale, Princeton y la Universidad de París, y quien actualmente imparte clases en Harvard, y a quien se le reconoce como uno de los líderes que mantiene el legado de Martin Luther King Jr., lanzó una reflexión inquietante.Consultado por el periodista acerca de si el procesamiento a Derek Chauvin, el policía que acabó con la vida de Floyd, podría ayudar a calmar las aguas revueltas en las que se han transformado las calles de muchas ciudades de EEUU, West respondió que la situación es mucho más profunda que eso:
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REUTERS / Carlos Jasso
"La cuestión racial es solamente una parte, y no principal, del gran problema que tiene EEUU. Es un problema de diferencias de clases sociales, de grupos sociales absolutamente marginados de la vida y de los beneficios del neoliberalismo capitalista, y un grupo muy minoritario donde el 1% de la población se está enriqueciendo como jamás se había podido imaginar", explica el analista.
Pero Luque va un paso más allá: "Habría que plantearse en un futuro inmediato si EEUU no es de alguna forma un estado fallido, un estado que es incapaz de dar un mínimo de vitalidad, de elementos para vivir en una sociedad medianamente justa y medianamente equilibrada, porque todos estos datos se van a agudizar con la pandemia".
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