miércoles, 28 de noviembre de 2018

Comentario del santo evangelio según san Lucas (19,41-44)

Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,41-44):
EN aquel tiempo, aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía: «Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos. Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita». 
Palabra de Dios
Hoy, San Lucas nos permite reflexionar en el amor que Dios nos manifiesta en Jesús de Nazaret, que llora por Jerusalén. Jesús experimenta dolor por el pueblo de Dios, por su actitud arrogante, por su visión estrecha y mezquina desde donde construyen las relaciones y la vida. Jerusalén no comprendió que Dios les visitaba a través del Mesías Jesús. El pueblo de Dios perdió la capacidad de mirar con hondura y de discernir los signos de los tiempos y de los lugares. Y esa cerrazón es la que Jesús mira con tristeza y con profundo dolor. Estamos invitados, como Jerusalén, a reconocer en Jesús al enviado de Dios, la palabra definitiva de Dios. Él presenta el plan de la voluntad del Padre. Acoger a Jesús y abrazar su causa es comprender que Dios nos ha visitado de manera definitiva y en la persona del Hijo. Acojámoslo y seamos fieles a él y a su palabra. ¿Descubres algunos signos de arrogancia o cerrazón en tu comunidad cristiana? ¿Has perdido la capacidad de discernimiento?
Diario Bíblico
Misioneros Claretianos

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